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Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica

Efectos psicosociales e interpretación sociocultural de la represión política vivida por los familiares de detenidos-desaparecidos y ejecutados mapunches y no-mapunches.

IX Región. Chile. (1973-90)




CAPITULO 3

Método

Al ser éste un trabajo interdisciplinario, la metodología de investigación debía combinar las técnicas cualitativas de observación participante de la antropología contemporánea, los métodos cuantitativos de la psicología y la psiquiatría transcultural y el enfoque pedagógico y didáctico que debe tener toda actividad académica. Por eso el resultado final es un pacto metodológico entre todas las disciplinas implicadas.

Este trabajo combina dos modos de hacer ciencia. Por un lado el propio de la Antropología. Se intentó desde esta perspectiva y siguiendo a autores como Geertz (1978-92) o Tedlock (1991), mantener una perspectiva cuestionadora de la relación tradicional entre investigador e investigado, superando la connotación colonialista de la Antropología clásica. Se trabajó intentando aprehender los modelos conceptuales compartidos por los miembros de una cultura sin partir de un sistema predeterminado de categorías establecidas por el investigador.

Por otro lado está el enfoque de la psiquiatría clínica que ha basado tradicionalmente el estudio de los procesos psico(pato)lógicos desde un enfoque transcultural en la observación clínica unida a la validación comparada de modelos. Aplica para ello técnicas psicométricas que requieren, con frecuencia, de sofisticados procesos de elaboración, adaptación y validación de instrumentos. En la psiquiatría transcultural clásica priman los enfoques cuantitativos desde el método científico positivista sobre los descriptivos fenomenológicos de tipo cualitativo.

Somos conscientes que hemos apostado por hacer una síntesis de modelos epistemológicos a veces irreconciliables y que eso ha significado logros y lagunas. A la observación participante le sobraron familias y le faltó el contexto de la comunidad, así como muchas más horas en algunas de las entrevistas. A la observación psicométrica tal vez le faltó contar con el doble de familias para disponer de más poder estadístico y tener, por el contrario, las definiciones algo más cerradas.

Pero esa misma característica interdisciplinaria da a esta experiencia un valor peculiar y esperamos que haga de algún modo más ricos los resultados independientemente de la disciplina desde la que trabaje el lector.

1. Muestra

En la IX Región se reconocen oficialmente con 'convicción de Violación Grave de los Derechos Humanos' por parte del Estado, un total de 177 casos de detenidos-desaparecidos y ejecutados políticos, con una frecuencia similar de casos en cada uno de los dos grupos étnicos mayoritarios (tabla 3.1):

Tabla 3.1. Detenidos-desaparecidos y ejecutados políticos por Etnia.



Mapunches No Mapunches TOTAL
Detenidos-desaparecidos 31 (29.2%) 75 (70.8%) 106 (100%)
Ejecutados políticos 20 (28.2%) 51 (71.8%) 71 (100%)
TOTAL 51 (28.8%) 126 (71.2%) 177 (100%)


Fuente: Datos no publicados del Centro de Investigación y Promoción de los DD.HH. (CINPRODH).

Dado que la población mapunche supone, aproximadamente, la tercera parte de la población de la región, puede verse como el porcentaje de DD y EP de etnia mapunche de la IX Región es similar al porcentaje de población regional de origen mapunche. La represión afectó en igual proporción a los dos grupos étnicos.

En nuestro trabajo se seleccionó una muestra aleatoria de casos de DD y EP de etnia mapunche de entre los 51 casos con reconocimiento oficial de convicción, y un número similar de familias de origen no mapunche que sirvieran como grupo de comparación.

El objetivo final, combinando las necesidades de una muestra mínima y las dificultades del trabajo, era localizar un mínimo de 50 personas por grupo. A partir de la lista oficial de casos se realizó un muestreo aleatorio, estratificado por el lugar de residencia para compensar en parte que haya muchos más mapunches que chilenos que viven en zonas rurales. Dado que no sabíamos, a priori, cual iba a ser el tamaño medio de las familias en cada etnia se decidió introducir nuevas familias de una etnia o de la otra en función de las personas localizadas en las familias anteriores. procurando mantener el equilibrio en el número final de personas entrevistadas en cada grupo. Al final necesitamos 15 familias mapunches y 23 no mapunches para una muestra final de 58 y 61 personas respectivamente en cada grupo.


2. El proceso de búsqueda, contacto y entrevista.

El Informe Rettig sólo da los nombres de las víctimas y el lugar donde fueron desaparecidos o asesinados. Para localizar a los familiares supervivientes hubo de hacerse un proceso de búsqueda caso por caso. En este proceso fue imprescindible la ayuda del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos (CINPRODH) y de la Agrupación de familiares de detenidos-desaparecidos y ejecutados políticos de la IX Región, así como el apoyo de personas de las organizaciones mapunches Xeg-Xeg y Longko Kilapan. Se pudo localizar a familiares en áreas urbanas y rurales de la Araucanía, en el área metropolitana de Santiago y áreas vecinas de Argentina.

La muestra final de familiares entrevistados está formada por 119 personas. La tabla 3.2 muestra la evolución de la muestra desde la población teóricamente abordable, a la finalmente entrevistada.

Tabla 3.2. Evolución de la muestra.



. Población Mapuche (15 familias) Población Hispano-Chilena (23 familias) Total (38 familias)
Población Total 85 (100%) 102 (100%) 187 (100%)
No se consiguió la dirección 4 4 8
No se pudo llegar a la zona 2 5 7
Trabajador temporero 3 2 5
Exiliados en Europa/Canada - 6 6
Población contactada 76(89,4%) 85(83,33%) 161(86,1%)
Enfermedad física 2 1 3
Enfermedad mental 1 2 3
Población entrevistable 73 (96%) 82 (96,4%) 155(96,2%)
No le interesa el tema. 3 4 7
Desconfía de los entrevistadores. 1 1 2
Lo considera inútil (rabia y frustración respecto al tema). 2 2 4
Excesivamente doloroso - 2 2
Miedo a las consecuencias. 1 6 7
Población que acepta participar 66 (90.4%) 67 (81.7%) 133 (85.8)
Dificultades logisticas (coincidir fechas y horarios) 8 6 14
Población entrevistada 58 (87.8%) 61(91.0%) 119(89.4%)

Se consiguió contactar al 86.1% de los familiares de las personas desaparecidas. En algunos casos no pudo localizarse la dirección actual, no se pudo llegar a esa zona por dificultades de tiempo o transporte, se trataba de trabajadores temporeros que al llegar nosotros a la casa resultaban estar en una zona lejana del país o se trataba de exiliados que no volvieron. Este último grupo de personas es el único que podría afectar a los resultados si bien su inclusión habría sido en todo caso polémica porque el exilio es ya de por sí provocador de problemas socioculturales y psicosociales.

De toda la gente contactada se pudo hablar con el 96.2%. En 6 casos se trató de personas con enfermedades graves de tipo físico o mental que hacían imposible la entrevista.

Así pues, de 187 familiares sobrevivientes, se les pudo proponer la participación a 155. Aunque la mayoría (133) aceptaron, hubo algunos rechazos: 7 personas, generalmente familiares que habían perdido el contacto cercano con sus familias de origen, manifestaron que se trataba de cosas del pasado de las que se acordaban poco y que no les interesaba el tema, porque su realidad actual era muy distinta. Se trata de personas a las que - si hay que creerles- lo ocurrido no pareció afectarles demasiado en su vida. Caso muy distinto es el de las personas que no quisieron participar por desconfianza hacia los entrevistadores (2), porque consideraban la impunidad de los culpables como algo irreversible y la rabia y la frustración que esto provocaba les llevaba a rechazar la entrevista considerando inútil, cuando no cómplice, el trabajo de los grupos de Derechos Humanos (4), porque los recuerdos asociados a todo lo que ocurrió eran excesivamente dolorosos y se negaban a revivirlos de nuevo (2) o por miedo a las consecuencias que pudiera tener hablar con nosotros (7). Aquí sí que estamos ante un grupo de personas que, pese a todos los años transcurridos, aún están intensamente afectadas a todos los niveles. Es importante señalar que en este grupo sí que hay importantes diferencias étnicas, con una tasa superior de rechazos por parte de la población hispanochilena. Mientras que el 90.4 por ciento de la población mapunche entrevistable acepta participar, entre los hispanochilenos es el 81.7 por ciento. Pueden apuntarse al menos tres explicaciones a esto. Por un lado la población hispanochilena está más politizada en el sentido que la palabra política tiene para la sociedad mayoritaria. Hay población mapunche que no tiene un concepto claro del Estado, los partidos políticos, los conceptos de derecha-dictadura-represión o cual es el trabajo de los grupos de derechos humanos. Es la diferencia entre un contexto explicativo local o general. Por otro lado la mayor tasa de rechazos se produjo, con diferencia, en las entrevistas realizadas en el área metropolitana de Santiago donde las personas a localizar eran mayoritariamente hispanochilenas. Juegan aquí la desconfianza y la actitud defensiva permanente que las grandes urbes tienden a provocar en los ciudadanos. Por último, no es propio de la cultura mapunche rechazar la entrevista. Las normas de convivencia señalan que cualquier persona suele ser recibida en la casa. Cuestión muy distinta es la información que se entregue durante la entrevista que, por lo general, será adecuadamente controlada y dosificada en función de las circunstancias, el grado de confianza o los intereses. En todo caso esta situación introduce un sesgo en los resultados por cuanto estamos ante personas que rechazaron la entrevista precisamente por su grado de afectación psicológica, social o cultural a raíz de los hechos estudiados. Es importante tener en cuenta este dato al analizar los resultados. Hubo, por último, un grupo de personas que aún habiendo entendido el proyecto y aceptado participar, tras varios intentos infructuosos, no hubo modo de hacer coincidir lugar u horarios. Así, de una hipotética población entrevistable de 187 familiares (102 personas no mapunches y 85 mapunches), se entrevista a 61 (68.2 por ciento) y a 58 (59.8 por ciento) respectivamente.

La tabla 3.3 da los detalles de los lugares donde pudieron localizarse los familiares. Como ya comentábamos, la proporción de rechazos es desigual en función del lugar de residencia actual de la familia. La gran mayoría de rechazos se produjeron en Santiago y su área metropolitana, donde la solicitud fue recibida, en algunos casos, de manera abiertamente agresiva. Los familiares residentes en Santiago solicitaron con frecuencia algún tipo de credencial o aval, el número del carnet de identidad de los entrevistadores o teléfonos donde se pudiera comprobar su identidad, lo que refleja la desconfianza a la hora de facilitar información que - seis años después de haber terminado la dictadura- aún prevalece.

Tabla 3.3. Localización geográfica de las personas entrevistadas.



. Entrevistables Entrevistadas Tasa de éxito
. IX RP Arg IX RP Arg IX RP Arg
Mapuches 64 10 11 46 5 7 72% 50% 63%
No-Mapuches 69 10 23 50 3 8 72% 30% 34%


  • IX: Región de la Araucanía (IX Región).
  • RP: Resto del país (mayoritariamente Santiago y área metropolitana).
  • Arg: Argentina

Este tipo de situaciones no se dieron en la IX Región. En cuanto a las entrevistas en Argentina, la acogida fue, en todas las familias, simplemente excepcional.


3. Consideraciones metodológicas sobre la etnia.

a. La evolución cultural del pueblo mapunche. Como ya se explica detalladamente en el capítulo precedente, la población mapunche sufre en este momento un proceso de rápida transformación cultural determinado por la presión de las instituciones nacionales que intervienen su vida a través de políticas de desarrollo. Los medios de comunicación, en especial la televisión, y las sectas religiosas que desplazan y sustituyen las creencias tradicionales contribuyen a ello tanto como la ausencia de un proyecto educativo nacional en las escuelas que sea sensible culturalmente al hecho diferencial étnico. Por ello, la población mapunche estudiada constituye un grupo heterogéneo que comprende desde personas jóvenes que se consideran ya más identificadas con la sociedad chilena global, hasta personas de edad que mantienen los símbolos y tradiciones que aprendieron de sus antepasados. En el estudio se ha respetado esta heterogeneidad y se encuentran todos ellos representados.

b. Definición de la categoría identidad étnica. Existen diferentes concepciones de 'identidad étnica'. En nuestro estudio se ha utilizado el enfoque cognitivo-fenomenológico según el cual una persona pertenecería a la etnia mapunche:

  • 1) Si él mismo se considera y se identifica como tal, y
  • 2) Si es identificado por el resto de miembros como perteneciente a esa etnia (lo que es lo mismo que decir que su origen es congruente con dicha identificación).

La primera identificación étnica se realizó basándose en los apellidos de las personas DD y EP (que es el criterio utilizado por todos los autores que han publicado estadísticas de violaciones de los DDHH en esta población). Se consideraba inicialmente DD de origen mapunche a los que tenían uno o dos apellidos pertenecientes a esta etnia. Pero una vez en contacto con la familia se preguntaba a cada persona individual, en el contexto de la entrevista, si se consideraba a sí misma mapunche o chilena. Tres personas jóvenes, que por su origen familiar tenían apellidos mapunches, rechazaron el ser considerados como tales. De acuerdo a nuestro criterio de identidad étnica pasaron a recodificarse como chilenos. Representan el 4.9 por ciento del total del grupo de chilenos.

c. Terminología usada para definir los grupos étnicos. Existían diferentes posibilidades para definir a los dos grupos participantes en el estudio, todas ellas insatisfactorias. Hablar de 'mapunches' y 'no mapunches' convertía al texto en pesado y farragoso. Utilizar 'mapunches' y 'wingkas' podía resultar ofensivo para algunas personas no mapunches que ven consideraciones peyorativas en la palabra 'wingka'. La expresión mapunche versus chileno recoge las aspiraciones étnicas diferenciadoras de los sectores más concienciados del pueblo mapunche, pero tiene el riesgo de excluir a aquellas personas que siendo de etnia mapunche se sienten asimismo chilenas. La expresión más fiel es probablemente mapunche versus hispanochileno. En el libro se ha ido combinando las diferentes expresiones en aras de la legibilidad, siendo conscientes de los matices que cada término conlleva.

En el texto aparecen numerosas citas procedentes de la transcripción de las entrevistas. En cada una se da el código de la persona entrevistada. Todos los códigos que empiezan por M (p.e. M0210) corresponden a una familia de etnia mapunche guiándose por el criterio de los apellidos, mientras que los códigos que empiezan por Ch (p.e. Ch3412) corresponden a una entrevista con un miembro de una familia de etnia no mapunche según apellidos(A).

d. Idioma de la entrevista. Entre el 8 y el 10 por ciento de la población mapunche de la IX Región conserva el mapudugun como la lengua de uso dentro de la familia, por lo que se intentó que hubiera la opción de realizar la entrevista en cualquiera de los dos idiomas. En realidad sólo 2 entrevistas pudieron ser realizadas finalmente en mapudugun, dado que la dispersión en el territorio, y el a veces difícil acceso a los lugares de vivienda de la población entrevistada, impidió que la colaboración de un profesor bilingüe de la propia universidad pudiera ser posible en todas las salidas de terreno. Por ello, en otros 6 casos en que la persona manifestó que hubiera preferido ser entrevistada en mapudugun, no hubo más remedio que realizar la entrevista en castellano. Eso supuso algunos problemas de comprensión, tanto para esas personas como para el equipo, y la pérdida de oportunidad para comprender mejor la perspectiva propiamente mapunche sobre estos temas.


4. Clasificación oficial de los casos.

El Informe Rettig distingue entre las categorías detenido-desaparecido y ejecutado político. Define la primera como la situación de aquellas personas que fueron detenidas por agentes de la seguridad del Estado o personas a su servicio sin que volviera a saberse de ellos. El Estado niega que hayan sido detenidos o afirma que fueron liberados poco después de su detención. Se considera un Ejecutado por Razones Políticas cuando existe la convicción de que la persona fue torturada hasta morir o asesinada.

No hay una equivalencia entre detenido-desaparecido / ejecutado político y entrega de restos o no, dado que hay numerosos casos de ejecutados políticos en que la familia no pudo tener el cadáver. Las dos tablas adjuntas 3.4a y 3.4b muestran las diferencias desglosadas por etnia.(B)

En nuestro estudio se ha priorizado la segunda opción sobre la base de la experiencia de los grupos de Derechos Humanos que indican que si bien la distinción oficial entre detenido-desaparecido y ejecutado político es importante desde un punto de vista jurídico, desde un punto de vista psicosocial es más relevante saber si se produjo entrega de restos. Hay una mayor proporción de personas mapunches consideradas Ejecutadas por Razones Políticas. Por la misma razón, cerca del cuarenta por ciento de los familiares mapunches pudieron disponer de los restos frente a un 20 por ciento de los no mapunches. La razón de esta diferencia está por estudiarse.

Tabla 3.4a. Consideración oficial del caso y etnia.



. Mapunche No Mapunche Total
Detenido-Desaparecido 32 (55.2%) 38 (62.3%) 70 (58.8%)
Ejecutado 26 (44.9%) 23 (37.7%) 49 (41.2%)
Total 58 (48.7%) 61 (51.3%) 119 (100%)

Tabla 3.4b Hallazgo de los restos y Etnia.



La familia puede localizar y enterrar los restos. Mapunche No Mapunche Total
No 35 (60.3%) 48 (78.7%) 83 (69.6%)
Si 23 (39.7%) 13 (22.1%) 36 (29.4%)
Total 58 (48.7%) 61 (51.3%) 119 (100%)


5. Características relevantes.

a. Grado de parentesco. Se consideró familiares directos a los padres, esposa/o o conviviente, hermanas/os e hijas/os del Detenido Desaparecido (DD) o ejecutado político (EP). Dado que en la mayoría de casos los hechos ocurrieron hace más de 20 años, la mayoría de entrevistas corresponderán a hijas/os y hermanas/os del DD-EP. Es importante tener esto presente al analizar los resultados, puesto que de manera intuitiva cuando se habla de familiares se tiende a pensar en las madres, puesto que ellas fueron las que tuvieron mayor presencia pública a través de las Agrupaciones. Dado que nuestro trabajo no toma a las Agrupaciones de Familiares como base sino al conjunto de familiares, la mayoría de familiares son hijos o hermanos de los desaparecidos.

Tabla 3.5. Grado de parentesco y etnia.



Padre/Madre Pareja Hija/o Hermana/o Otros
Mapunche 5 (8.6%) 8 (13.8%) 17 (29.3%) 26 (44.8%) 2 (3.4%)
No Mapunches 6 (9.8%) 12 (19.7%) 26 (42.6%) 15 (24.6%) 2 (3,3%)

b. Edad en el momento de la desaparición del familiar y edad actual.

En el conjunto del país, el 27.49 por ciento de los detenidos-desaparecidos tenía entre veintiuno y veinticinco años, y el 21.96 por ciento entre veintiséis y treinta en el momento de su desaparición o muerte. Es decir, aproximadamente el cincuenta por ciento estaba entre los veinte y treinta años. Fue una represión dirigida, por tanto, contra la juventud del país.

En este momento tendrían entre cuarenta y cincuenta años, la mayoría de padres serían mayores o ya habrían muerto, los hijos serían adultos y los hermanos estarían en una franja de edad similar, entre los 30 y los 60 años. Este es, precisamente, el perfil de gente que hemos entrevistado.

Si comparamos los datos con los del informe 'Uruguay: Nunca Más', el fenómeno se reproduce. En Uruguay el 62 por ciento de las personas detenidas y encarceladas entre 1972 y 1985 por los cuerpos represivos, tenía entre 18 y 29 años de edad. El 41 por ciento tenía hijos menores de cinco años en el momento de la detención y sólo el 5 por ciento tenía hijos mayores de 18 años.

c. Hábitat. Existen diversos criterios para clasificar una población como rural o urbana. La región de la Araucanía tiene 3 tipos de hábitat: Temuco capital, con más de 200.000 habitantes; 11 poblaciones intermedias entre 15 y 50.000 habitantes (Lautaro, Cunco, Curacautín, Pitrufquen, Victoria, Villarrica, Pucón, Angol, Carahue, Pto Saavedra y Gorbea); y el resto en poblaciones de menor tamaño o en pequeñas comunidades rurales sin un núcleo definido. La situación actual del pueblo mapunche corresponde a la de un campesinado pobre. No compete aquí analizar las causas, aunque puede señalarse como una de las razones principales el proceso de distribución de la tierra a lo largo de este siglo. Tanto el crecimiento demográfico como las leyes promulgadas en las últimas décadas que otorgaban títulos individuales de propiedad, han favorecido la aparición de parcelaciones que no permiten el sostenimiento familiar. Las familias mapunches de la IX Región disponen -según diversos estudios de un promedio de 2,6 hectáreas por familia, con una relación hombre-tierra de 0.41 hectáreas per cápita, lo que no permite criar animales ni una agricultura de tipo extensivo, sino solamente un cultivo básico de supervivencia combinado con el alquiler de la fuerza de trabajo en los fundos de la población chilena de la zona. Por ello desde principios de siglo se ha venido produciendo un proceso migratorio de las poblaciones mapunches desde las comunidades y reducciones hacia las áreas periféricas de las ciudades, donde en su mayoría han pasado a engrosar la mano de obra no calificada y pésimamente remunerada. Este fenómeno ha afectado sobretodo a mujeres y hombres jóvenes, entre los 12 y 35 años. Actualmente ya cerca de la mitad de la población mapunche vive en zonas urbanas. Con todo, la represión sobre los mapunches fue eminentemente rural, sobre la base de factores seculares de unas relaciones interétnicas difíciles.

Tabla 3.6 Edad en el momento de la desaparición del familiar y en el de la entrevista



Edad Desaparición / Ejecución Entrevista
0-4 11 (18%) -
4 (6.9%)
5-14 14(22.9%) -
13(22.4%)
15-24 16 (26.2%) 6 (9.8%)
17 (29.3%) 1 (1.7%)
25-34 4 (6.5%) 16 (26.2%)
9 (15.5%) 17 (29.3%)
35-44 9 (14.7%) 14 (23%)
4 (6.9%) 15 (25.9%)
45-54 2 (3.3%) 10 (16.4%)
7 (12.1%) 9 (15.5%)
55-64 2 (3.3%) 8 (13.1%)
6 (10.3%)
>=65 3 (4.9%) 7 (11.5%)
4 (6.9%) 10 (17.2%)
Total 61 (100%) 61 (100%)
58 (100%) 58 (100%)


Población Hispanochilena y Mapuche

En nuestro estudio se adoptó el criterio del Instituto Nacional de Estadística de Chile que considera Urbano a todo núcleo de población de más de 15.000 habitantes en el que predominen las actividades comerciales de los sectores secundario y terciario. Desde esta perspectiva, en nuestro estudio se incluyen como urbanas a todas las personas entrevistadas en Santiago, Temuco, Neuquén (Argentina) y todas las poblaciones intermedias de la IX Región arriba citadas. Con este criterio, y pese a la estratificación por familias que se hizo en el muestreo, se observa una distribución asimétrica. No ha sido posible equilibrar este factor, que responde a la realidad del proceso represivo en la región. De entre las 177 familias elegibles en el muestreo se seleccionó la totalidad de las familias mapunches urbanas y la totalidad de familias hispanochilenas rurales. Pese a ello, las diferencias son estadísticamente significativas. Por ello, en todos los cálculos estadísticos subsecuentes y en el análisis y discusión de resultados, se ha tenido especial cuidado en intentar separar lo que serían efectos de la etnia y del hábitat.

Tabla 3.7. Lugar de residencia y etnia.



Rural Urbano Total
Mapunches 33 (56.9%) 25 (43.1%) 58 (48.7%)
No Mapunches 13 (21.3%) 48 (78.7%) 61 (51.3%)
Total 46 (38.7%) 73 (61.3%) 119 (100%)


6. Militancia política de los Desaparecidos y Ejecutados.

La tabla 3.7 recoge la militancia política de las víctimas en función de la etnia, comparándolas con las cifras de militancia reconocidas en el informe Rettig para el conjunto de víctimas de la represión en todo el país:

Tabla 3.7. Militancia política o social de las víctimas en función de la etnia.



PS PC MIR MCR Asen OrCm Org Soc MNS No
No Mapunche 2 (8.3%) 7 (29.2%) 1 (4.2% ) 2 (8.3%) 2 (8.3%) 2 (8.3%) 8 (33.3%)
Mapunche 1 (11.1%) 3 (33.3%) - 1 (11.1%) - - 4 (44.4%)
Total IX Región 3 (9.1%) 10 30.3%) 1 (3.0%) 3 (9.1%) 2 (6.1%) 2 (6.1%) 12 (36.4%)
Total Chile 226 (18.9%) 245 (20.5%) 272 (22.8%) ND ND ND 369 (30.9%)


  • PS: Partido socialista
  • PC: Partido comunista
  • MIR: Movimiento de Izquierda Revolucionaria
  • MCR: Movimiento Campesino Revolucionario
  • Asen-OrCm: Asentamiento u Organización Campesina
  • OrgSoc: Organización social o cultural
  • MNS: Militante seguro, aunque se desconoce la filiación
  • No: No se le conoce ningún tipo de actividad política, social o sindical
  • ND: No hay datos

Las cifras totales son sólo para DD y proceden del estudio de E. Padilla: "La Memoria y el Olvido. La Desaparición Forzada de Personas en Chile." Ed. Orígenes. Santiago. 1995.

Dos datos llaman la atención. En primer lugar, el bajo porcentaje de militancia entre las víctimas de etnia mapunche. Comparándolo con el de víctimas chilenas, las diferencias son estadísticamente significativas (x2: 12.61, gl:6, p:0.04) (A). Entre la población mapunche, el 50% no sólo no tenían ningún tipo de actividad política, social o sindical, sino que ni siquiera habían participado en movimientos de tomas de fundos o asentamientos. Fueron lo que el informe Rettig denomina 'Víctimas del contexto político violento'. Por otro lado, el estudio se realizó en zonas campesinas rurales, donde el MIR y el MCR tuvieron una penetración muy importante impulsando los movimientos de tomas de tierra. En cambio, en nuestra muestra son menos del 3% de las víctimas. Dos tercios de las víctimas son militantes del Partido Comunista.

Tampoco queremos olvidar que esta baja atribución de militancia puede tener que ver también con la negación o la ocultación de hechos conflictivos. En la IX Región se sabe de algunos familiares que 'arreglaron' la pertenencia a partidos políticos, ya sea haciendo aparecer a los desaparecidos sólo como 'simpatizantes de...' o si era un caso de pertenencia al MIR, como miembro de movimientos cristianos.


7. Instrumento.

a) Elaboración

La metodología de elaboración del instrumento constó de las siguientes fases:

  • 1. Se seleccionaron frases textuales, extraídas de entrevistas realizadas en los años anteriores a esta investigación. Se trataría de 'modos de reaccionar' en palabras de sus propios protagonistas, sin categorías preestablecidas.
  • 2. Se realizó una criba de las cerca de 150 frases escogidas, eliminando aquellas que eran excesivamente redundantes o que, por ser demasiado circunstanciales a la persona que la dijo, difícilmente podrían ser identificadas por otros familiares.
  • 3. El grupo de frases resultante se recogió en cartulinas, de manera que aparecían una (o varias frases similares) en cada cartulina.

En la tabla 3.8 se recogen las frases que finalmente se incluyeron en el cuestionario final. Como puede observarse, para cada frase debían consignarse tres respuestas. La primera (Inmediata), corresponde a si la persona cree que pensó o sintió lo que la frase describe en los primeros seis meses después de la desaparición o la muerte del familiar. Se refiere, por tanto, a las CONSECUENCIAS AGUDAS. La segunda (Persistente), si cree que lo que describe la frase le ocurrió durante un período prolongado de tiempo, siempre superior a los 6 meses (CONSECUENCIAS PERSISTENTES). La tercera (Actual) refleja si la persona piensa que ACTUALMENTE le ocurre lo que la frase recoge. Existe una cuarta columna adicional que había de marcarse en caso de duda por ser la respuesta ambigua.

Entrevista semiestructurada utilizada en el estudio.



. FRASES I P A
1
    • 1a. No me cambiaría de casa porque de algún modo él está aquí.
    • 1b. Yo siempre cocino más, porque siento como que podría aparecer en cualquier momento.
    • 1c. Su ropa la tengo limpia y seca. Aunque no sé bien por qué, pero eso siempre será así.
    • 1d. Como que ni tengo ganas de comer, yo siempre lo esperaba, comíamos juntos.
. . .
2
    • 2a. Mi viejo era de su casa, se lo llevaron por error, porque un mal vecino le denunció
    • 2b. A mi hermano se lo llevaron por equivocación. El era muy trabajador, tranquilo y no participaba en nada, menos en política.
    • 2c. Prefiero no saber lo que pasó. ¿Para qué remover nada?.
. . .
3
    • 3a. Aún hoy tengo miedo de contar lo que sé porque es posible que haya gente que pueda usar lo que contemos y haya represalias. Nos pueden matar o desprestigiar.
    • 3b. No estoy muy segura de poder hablar con confianza, porque tal vez no pensamos igual.
. . .
4
    • 4a. Hay que conformarse. Así es la suerte del pobre, cada vez que trata de levantarse lo aplastan más.
    • 4b. Yo pienso que en el mundo jamás va a haber justicia, siempre es así.
    • 4c. No quiero más problemas, de ahora para adelante no más complicaciones, trabajar en paz. La pena la llevo dentro.
    • 4d. Yo no permito a mis hijos que se metan en nada, sus estudios, la casa y punto.
. . .
5
    • 5a. Hemos resistido tantos años porque hemos sabido callar.
    • 5b. Para salir adelante lo más sabio es hacerse notar lo menos posible y decir sí.
    • 5c. La gente sabe, pero no quiere decir.
    • 5d. Es mejor no meterse en nada, porque siempre lo engañan a uno.
. . .
6
    • 6a. Hay cosas que no puedo recordar aunque quisiera.
    • 6b. No quiero contar, no quiero recordar ese momento. Cuando desapareció, contaba lo que los demás querían oír, lo que realmente me dolió no se lo conté a nadie.
    • 6c. Me niego a hablar de ese tema. Me provoca demasiado dolor.
. . .
7
    • 7a. Para no llorar y sentir la tristeza, multiplicaba el número de actividades y permanecía siempre ocupada en cosas.
    • 7b. Tapé la rabia y el dolor profundo que me produjo la muerte de mi hermano con el trabajo.
. . .
8
    • 8a. El llanto, el dolor, el amor, eran símbolos de humillación y de ser menos.
    • 8b. A mi marido no le pude llorar porque tenía muchos ojos encima de mí.
. . .
9
    • 9a. El Juan no deja de venir de vez en cuando a verme; vino una vez a encargarme a los niños. Fue un sueño, pero para mí fue real. Me sentí bien.
    • 9b. Aún me despierto asustada por la noche por todo lo que sucedió.
    • 9c. Suelo tener malos sueños.
. . .
10
    • 10a. Yo no puedo ir a funerales porque no veo al finado, me parece que es mi familiar.
    • 10b. Aún ahora a veces no puedo dormir o me despierto de noche y le doy muchas vueltas en la cabeza a todo lo que pasó.
    • 10c. Recordar algunos episodios me provoca llanto y soy incapaz de expresar lo que siento.
. . .
11
    • 11a. Yo no puedo dormir tranquila, yo le reté esa mañana. Cuando se fue me miró muy triste y nos quedamos con esa amargura.
    • 11b. No hice todo lo que podría haber hecho para evitar lo que pasó.
    • 11c. Hay razones para que nos sintamos culpables: ¿Por qué estoy yo viva y él no?. Mejor hubiera sido irse...
. . .
12
    • 12a. Tantos años de lucha no han servido para nada. Estamos peor que antes.
    • 12b. Las ideologías políticas han muerto.
. . .
13
    • 13a. Mi viejo le dedicaba mucho tiempo a los demás, demasiado según nosotros, y quién le agradece; incluso nos humillan ahora.
    • 13b. Casi todos nos dieron la espalda.
    • 13c. Yo sentía que no había nadie de confianza para hablar los problemas. Me sentía sola.
. . .
14
    • 14a. A pesar del tiempo que ha pasado, la gente hace recuerdos de él.
    • 14b. Nunca me he sentido sola, siempre ha habido gente que me ha acompañado.
    • 14c. Nunca me había dado cuenta de cuanto lo querían y respetaban hasta que desapareció.
. . .
15
    • 15a. Ahora nos falta todo, él traía las cosas y siempre trataba que no falte nada.
    • 15b. Desde que no está no tenemos ropa, él compraba esas cosas. Ahora tengo que ver que alcance para cenar.
    • 15c. Desde que él desapareció siempre he tenido problemas de encontrar trabajo.
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16
    • 16a. En las noches le cuento mis penas, también los avances de nuestros hijos, y lo hago en silencio para que no crean que estoy loca. A mí me parece que está aquí, esté o no esté.
    • 16b. Muchas veces hablo con él. La gente ve que muevo los labios o que digo alguna palabra y entonces me callo para que no piensen mal, pero me gusta conversar todo con él.
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17
    • 17a. Me duele mucho la cabeza cada vez que me acuerdo de eso.
    • 17b. En estos últimos años no he dejado de tener dolores. Estoy mal físicamente y los médicos no encuentran que tengo.
    • 17c. De esa época me han quedado ahogos, problemas de estómago, dolor de huesos... No estoy bien.
. . .
18
    • 18a. A mí lo único que me queda es seguir su camino...
    • 18b. Durante mucho tiempo lo que más quería era morir vengándolo.
    • 18c. A veces imagino que todo vuelve a suceder pero que yo actúo distinto y las cosas terminan bien.
    • 18d. Morir sería volver a encontrarme con él.
    • 18e. Viví muchos años odiando.
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19
    • 19a. Desde aquello he perdido la capacidad de relacionarme con los demás. No sé por qué perdí esa capacidad de relación, pero me niego a entrar en una relación más profunda.
    • 19b. Tengo una tristeza que no se me quita desde que no está. A veces necesito llorar para que se me quite la pena.
    • 19c. Como que se me quitaron las ganas de reír. Ya no tengo alegría.
    • 19d. Desde entonces la familia se desarmó, se deshizo.
    • 19e. A mí me cambió la vida. Mis proyectos desaparecieron. Toda mi vida cambió y no nos hemos recuperado.
. . .
20
    • 20a. A raíz de lo sucedido, yo quiero seguir las ideas de mi padre, pero con más fuerza, porque él era un gran hombre y estoy orgulloso de él.
    • 20b. Yo sigo sus ideas. El se jugó por los pobres, como nosotros, y yo también. Nunca me voy a quedar callada, me siento orgullosa de él.
    • 20c. A los muertos no se les llora, se les imita.
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21
    • 21a. Para encender un fuego hay que saber prender el fuego, si no, nos quemamos. El no sabía a lo que nos exponía.
    • 21b. Por su culpa nos vinculan a sus ideas.
    • 21c. Fue un inconsciente, nos arrastró a todos.
    • 21d. Quisiera verlo para decirle lo mal que lo pasamos por su culpa.
. . .
22
    • 22a. El día antes que se fuera dijo que le tiritaban las piernas... Y le dijimos "algo le va a pasar". Le recomendamos que se cuidara, pero no hizo caso.
    • 22b. Yo tuve un aviso de que algo malo iba a pasar.
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23
    • 23a. Ahora no tenemos a quien preguntarle, él era el pilar de la casa.
    • 23b. Mi papá murió. Cuando me convencí de que había muerto, tomé sus ideales. Es como una fuerza de él que siempre me acompañó.
    • 23c. Aunque yo nunca sería capaz de hacer lo que hacía él, no puedo dejar de admirarlo.
. . .

b) Técnica de entrevista.

A cada persona entrevistada se le explicaba que se le iban a leer frases dichas por diferentes personas que estuvieron en una situación parecida a la suya, y que lo que deseábamos saber era si ella reconocía esa idea o ese sentimiento. Es decir, si alguna vez sintió algo parecido. En caso de que la respuesta fuera afirmativa, se le pedían ejemplos y se profundizaba en el tema, tomando nota o grabando las respuestas para transcribirlas posteriormente.

Todos los miembros del equipo que debían realizar entrevistas tuvieron varias reuniones de coordinación, en las que se discutió la entrevista frase por frase para unificar criterios respecto al significado exacto de la expresión. El acuerdo era que más allá de la respuesta SI o NO del entrevistado, el entrevistador debía decidir si estaba presente o no la idea o el síntoma que se exploraba. En algunos casos las frases tienen dos partes, y con facilidad la persona podía quedarse sólo con una parte del significado. Se le explicaba entonces a grandes rasgos el caso concreto de la persona que manifestó aquello, para que pudiera entender mejor que es lo que éste quería decir. En todo caso la decisión última era del entrevistador, basándose en los acuerdos de significados establecidos en las reuniones de coordinación.

Del mismo modo, no obviamos que el criterio temporal podía ser también laxo. La orientación respecto a los seis meses era una guía que no sustituía al criterio del entrevistador. Lo importante era distinguir, a través del diálogo, si se trataba de una reacción aguda y breve después del hecho, o si se convirtió en prolongada y duradera y de algún modo se perpetuó. En todo caso, la zona de discrecionalidad del entrevistador era limitada. Pasados los primeros doce meses después del hecho represivo, cualquier reacción era considerada siempre prolongada.

Todas las entrevistas fueron realizadas siempre por un mínimo de dos personas, realizando cada una de ellas su propia evaluación independiente, y procediendo posteriormente a cotejar las entrevistas hasta llegar a un resultado e interpretación final consensuada. Los coordinadores del equipo actuaban como tercera voz cuando no había acuerdo. Dado el alto nivel de rotación de los entrevistadores, no se calcularon coeficientes de fiabilidad interjueces. El psiquiatra, al estar dedicado a tiempo completo al proyecto, pudo estar presente personalmente en cuatro de cada cinco entrevistas, garantizando la homogeneidad de criterio en las evaluaciones.

De las 3 columnas en que se divide la evaluación, el equipo investigador sólo considera a la de Síntomas Actuales como un dato totalmente fiable. Es difícil para una persona saber, de manera retrospectiva, qué es lo que pensaba o sentía en el pasado. Influyen ya no sólo los sesgos de la memoria, sino el normal intento de toda persona por dar una visión coherente de su propia trayectoria personal. Por ello, hay que relativizar las columnas (Persistente) e (Inmediata) y tomarlas como datos orientativos. En los resultados y discusión se les ha dado menos importancia.


8. Análisis estadístico.

Como decíamos al principio del capítulo hemos intentado dar una visión a la vez humana y científica de los efectos de la represión. En el texto la mayoría de tablas comparan las frecuencias entre los grupos de población mapunche y no mapunche a través de la prueba estadística Ji-Cuadrado. Al pie de cada tabla se dan 3 valores, el del propio estadístico Ji cuadrado (símbolo: X2), el de los grados de libertad de la tabla (símbolo 'gl') y el nivel de significación estadística de la prueba (símbolo 'p'). Para los que no están habituados a la notación estadística basta saber que este último valor es el que recoge si hay diferencias significativas o no entre los grupos que se están comparando. Como se indica al pie de cada tabla hay tres posibilidades: a: p<0.05 b: p<0.01 c: p<0.001. Estos valores deben interpretarse como que podemos afirmar que existen diferencias entre los dos grupos que se están comparando con -respectivamente- el cinco por ciento, el uno por ciento o el uno por mil de probabilidades de equivocarnos. Dicho de otro modo, si el nivel de significación estadística es estamos ante una asociación débil, aunque significativa, si es , es moderada, y si es podemos afirmar que hay una significación muy intensa.(B)

Se han realizado además varios análisis de tipo multivariante. Se trata de técnicas que permiten clasificar a los casos de una encuesta. Se ha utilizado las técnica de conglomerados (Cluster Analysis; procedimiento Quickcluster de SPSS) que dividen a un población en grupos en función de las variables que se introduzcan como discriminantes. El programa indica cuál es el número ideal de grupos que surgen de las variables que se le da, cuántas personas quedarían en cada uno, quiénes son, y en qué estriban, dentro de las variables introducidas, las diferencias entre uno y otro grupo. Lo hemos utilizado para ver los subtipos de población en función de la variables relacionadas con actitudes de Miedo.


9. Comentarios finales.

No podemos concluir esta sección de método sin reconocer que a medida que avanzaba el trabajo iban surgiendo cuestiones que ya no podían corregirse, pero que conviene señalar aquí. Por un lado la selección de las frases que se hizo a partir de testimonios de familiares no resultó suficientemente equilibrada. En las entrevistas grabadas a partir de las que se elaboró el primer listado de frases, y de acuerdo con la expresividad verbal de cada cultura, aparecieron muchos más textos significativos procedentes de personas hispanochilenas. Son menos las frases que provienen de población mapunche.

Por otro lado, y buscando respetar al máximo la literalidad de las expresiones incluimos algunas frases excesivamente complejas que daban pie a más de una interpretación. Así, por ejemplo: 'Yo no puedo ir a funerales porque no veo al finado, me parece que es mi familiar' fue dicha por una persona que explicaba un falso reconocimiento. Posteriormente, en las entrevistas nos dimos cuenta que había personas que se identificaban con esta frase pero en el sentido de que ir a funerales era doloroso. Fue necesario acotar sobre la marcha qué es lo que nos quiso decir originalmente la persona y aceptar en el análisis sólo aquellas respuestas que fueran fieles a la idea original. Tal vez habría sido mejor eliminar todas las expresiones que dieran lugar a este tipo de dobles interpretaciones.

Por último el instrumento fracasó en las dos entrevistas realizadas en mapudugun. Las tarjetas resultaron intraducibles pese a los esfuerzos del traductor. Había cosas que simplemente, no tenían sentido en mapudugun. En estos casos hubo que pasar prácticamente a una entrevista libre. Nuestro instrumento, por tanto, no era suficientemente sensible al hecho cultural y acabó siendo, probablemente, excesivamente occidentalizado.

Hay aspectos del tema que van a quedar por fuerza pendientes para trabajos posteriores con otras metodologías emic más plenamente interculturales. [volver]


Notas

  • (A) Dado que utilizamos como criterio de identidad étnica el cognitivo fenomenológico, en algunos casos los miembros de un mismo grupo familiar pueden pertenecer a identidades étnicas distintas. En este caso un código que empezara por M correspondería en realidad a un 'Chileno con apellidos mapunches'. Se trata de 3 casos sólo

  • (B) Un familiar lo expresaba así:'Él ayudó a varios compañeros a salir del país. (...). Lo detuvieron volviendo de Santiago de acompañar a alguien a la embajada francesa. Fue torturado. (...). Lo desfiguraron. (...). Cuando se hartaron le aplicaron la ley de fugas y lo mataron. Yo fui a pedirles el cuerpo varias veces y no me lo querían entregar. (...). Finalmente me dieron una urna cerrada, con la prohibición de romper el sello. Era una urna muy pequeña y que pesaba bien poco. Yo le dije al carabinero y me contestó: 'Así quedó. Irá con las piernas dobladas. Usted sabrá si lo quiere'. Lo enterramos pero estábamos convencidas de que dentro no había nada, que se rieron de nosotras y a él lo botaron en cualquier parte. Por eso una de nuestras luchas siempre ha sido la de conseguir que nos dejen abrir la urna y exhumar el cadáver'. (Ch1401)

  • (C.) Por razones de tamaño, este cálculo no se ha realizado sobre la base del número de víctimas sino del número de familiares entrevistados relacionados con esa víctima. Los porcentajes son muy similares, pero los tamaños permiten el cálculo estadístico.

  • (D) Todos los datos han sido sometidos a análisis estadísticos utilizando el paquete estadístico SPSS-PC+ 5.0 (Statistical Package for the Social Sciences-versión PC).



  • Citar como: Durán Pérez, Teresa et al. Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica KO'AGA ROÑE'ETA se.x (2000) - http://www.derechos.org/koaga/x/mapuches/

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