Causa nº 13/84

CAPITULO XIX


CAPITULO XIX: (Cuestiones de hecho Nros.67, 72, 73, 74, 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 138 y complementarias aportadas por las defensas).

1) Fracasada la vía judicial, los familiares o allegados de las víctimas realizaron gestiones ante las autoridades, incluso ante algunos de los ex comandantes procesados, no obteniendo ningún resultado positivo. En tal sentido obran los concordantes testimonios vertidos en la audiencia de prueba, que a continuación se detallan:

A) Manifestaron haber realizado gestiones ante et procesado Videla, mientras se desempeñaba como Comandandante en Jefe, o como Presidente de la Nación, ya sea a través de entrevistas personales o por carta: María Teresa Penedo de Garín, María Pía Lucchi de Sajón, Alejandro Agustín Lanusse, Aníbal Clemente Villaflor, Enrique Fernández Meijide, Alfredo Waldo Forti Sosa, Francisco Cardozo Cataldi, Delia García Rueda de Hidalgo Solá, Eduardo Gustavo Roth, Juan Carlos Cerruti, María del Pilar Arestín, Josefina Modesta Ciachino de Cerruti, Eulogia Cordero de Garnica, José Cacabelo Muñiz, Azucena Avellaneda de López, Perla Wainstein de Coldman, Oscar Alberto Del Conte, Arsinoe Avellaneda, Ragnar Erland Hagelin, Margarita Michelini, Carlos Israelson, Enrique Mario Ghezan, Clara Berestetzky de Israel, Ana Maria Pérez de Smith y César 0lleros.

B) Manifestaron haber realizado gestiones ante el procesado Massera, mientras se desempeñaba como Comandante en Jefe, ya sea a través de entrevistas personales o por carta: María Angélica Prigione de Caraballo, Clara Berestetzky de Israel, Héctor Eduardo Ciochini, María Pía Lucchi de Sajón, Ana María Pérez de Smith, Alfredo Waldo Forti Sosa, Delia García Rueda de Hidalgo Solá, Angel Federico Robledo, Enrique Ghezan y César Olleros.

C) Afirmaron haber realizado gestiones, a través de entrevistas personales o por carta, ante et procesado Agosti, mientras se desempeñaba como Comandante en Jefe: Clara Berestetzky de Israel, Ana María Pérez de Smith, Alfredo Waldo Forti Sosa, Víctor Alberto Carminati, Delia García Rueda de Hidalgo Solá, Enrique Ghezan y César Olleros.

D) Relataron haber realizado gestiones, a través de entrevistas personales o por carta, ante el procesado Viola, ya sea en su carácter de Comandante en Jefe o de Presidente de la Nación, María Pía Lucchi de Sajón, Alejandro Agustín Lanusse, Josefina Gandolfi de Salgado, Fernando Héctor Hidalgo Solá, Jaime Benedit, Ana Maria Pérez de Smith, Perla Wainstein de Coldman, Arsinoe Avellaneda, Liliana Laprida de Carabassa y Manuel Alberto Laprida.

E) Dijeron haber realizado gestiones, por carta o a través de entrevistas personales, ante et procesado Lambruschini, Marta Bettini de Devoto y Marta del Carmen Francese de Bettini.

F) Manifestaron haber realizado gestiones ante oficiales superiores, que prestaban servicios en distintas unidades militares o en dependencias del gobierno, Estoiza Zulovich de Konkurat, Francisco Manuel García Fernández, Alfredo Nicolás Bataglia, Enrique Antonio Dago Holmberg, Gustavo Angel Roberto Píccolo, Manuel Eduardo Sundblad Saravia, Ana María Ferrari de Fernández, Elena Raquel Corbin de Capisano, Daniel Romano, Alfredo Félix Arce Garzón, César Olleros, Maróa Elena Mercado, Adolfo Teodosio Ocampo, Luisa Villar Riat de Miralles, Oscar Pedro Miralles, Héctor Osvaldo Miralles, Sara Silberg de Brodsky, Adelina Moncalvillo, Oscar Orlando Godoy, María Inés Grubert, María Rosario Carballeda de Cerruti, Juan de Dios Quesada, Roberto Frigerio, Armando Fertita, Antonia de Cristina, Hugo Antonio Fortunato, Juan Carlos Cerruti, Nicolás Candeloro, Maria del Pilar Arestín, Nino Jorge Daseville, Victoria Paulina Yudi, José Cacabelo Muñiz, Enriqueta Estela Barnes de Carlotto, Guillermo José Gilberto Genta, Olga Cortés de Salamanca, Carlos Simsic, José Manuel Gavalda, Elena Susana Mateo, Olga Noemí Gordo de Gavalda, Orlando Niro, Raúl Tierno, Rafael María Perrota Bengolea, Zulema Ayllon La Croix, Ricardo Abel Roca, Nélida Torres de Viola, José Gracián Legorburu González, Enrique Fernández Méijide, Estela Hebe Diaz, Jaime Fernández Madero, María Elena B. de Miani, Celestina García de Morandi, Olga Regina Moyano, María Angélica Pérez de Micklick, Jorge Alberto Vaccaro, Sergio Andrés Voitzuk, Delia Garcia Rueda de Hidalgo Solá, Fernándo Héctor Hidalgo Solá, Jorge Arnoldo López, Eduardo Gustavo Roth, Gustavo Darío López, Alvaro Arag ón, José Luis García, Ana María Gmoser de Zieschank, Carmen Lidia Tucci de Alvarez, Perla Wainstein de Coldman, Oscar Alberto del Conte, María Sanchez de Mosquera, Mirta Hidée Arenas, Graciela Gigena, Elsa Pereda de Racero, Carmen Roselló de Arenas, Arsinoe Avellaneda, Graciela Mabel Souto, Rafael Fernández Cantelli, Ana María Medina de Díaz, Aisa Nelma Drake de Jalil, Nicolasa Zárate de Salomone, María Victoria Gómez de Erice, Olga Argentina Delgado de Viotti, Alberto Oscar Fraga, Clara Berestetzky de Israel, Nemí Aníbal Lebed, Manuel Alberto Laprida, Enrique Antonio Dago Holmberg, Eugenio Alejandro Dago Holmberg, Ragnar Erland Hagelin y Alejandro Agustín Lanusse.

El Contralmirante Horacio Zaratiegui manifestó en la audiencia, que recordaba haber recibido, mientras se desempeñaba como Secretario Privado del Almirante Massera, a unas 20 ó 30 personas que solicitaban información sobre el paradero de familiares desaparecidos.

G) Sobre gestiones realizadas ante el Ministerio del Interior declararon: Mariana Inés Laborde de Fernández, Norma Esther Leanza de Chiesa, Alcides Santiago Chiesa, Adriana Gloria Creatore, Francisco Capitman, María Teresa Penedo de Garín, María Leonor González, Santa Isabel Gianfelice de Vega, Alejandra Fernández de Ravello. Rosendo Abadía, Maria Angélica Agüero Torres de Maly, Héctor Eduardo Ciochini, Nemí Aníbal Lebed, Alfredo Félix Arce Garzón, César Olleros, José Alberto Deheza, Eugenio Antonio Lanusse, Arturo Ruffa, María Elena Mercado, Jorge Alberto Furque, Isabel Ishkanian de Kalaidjian, Carlos Muñoz, Roberto Morcillo, Susana Roca de Estrada, Sara Silberg de Brodsky, Nidia Ester Formiga, María de los Milagros Mainer, Aníbal Clemente Villaflor, Rolando Eliseo Villaflor, María Inés Grubert, Enrique Fernández Meijide, Rosa Graciela Castagnola de Fernández Meijide, Carlos Armelín, Alberto Jorge López, Estela Hebe Diaz, Carlos Tomás Gatinoni, Olga Koifman de De Acha, Celestina García de Morán, Francisco Cardozo.Cataldi, Delia García Rueda de Hidalgo Solá, Fernando Héctor de Hidalgo Solá, Marcos Weinstein, Alvaro Aragón, Hilda Clara Burtsini de Weinstein, Maria del Rosario Carballeda de Cerruti, Amalia Donadío, Juan de Dios Quesada, Gloria Miranda Gómez, Antonia de Cristina, Nicolás Candeloro, María del Pilar Arestín, Guillermo Alberto Lorusso, Eulogia Cordero de Garnica, Maria Leonor Tesso de Vaisman, José Cacabelo Muñiz, Inés Alzogaray, Angel Federico Robledo, Olga Cortés de Salamanca, Susana María Laxague, Lucas Orfano, Micaela Nieves Priotti de Vijande, Azucena Avellaneda de López, Adriana Zorrilla, Orlando Niro, Raúl Tierno, Rafael María Perrota Bengolea, Zulema Ayllon La Croix, Gustavo Adolfo Hlaczick, Angela Morales de Constanzo, Ana María Gmoser de Zieschank, Faustino José Carlos Fernández, Clotilde Amanda Golgar de González, María Teresa Bodio de Gorfinkiel, Oscar Alberto del Conte, Sixta Amelia Schiaffo de Del Conte, María Sánchez de Mosquera, Mirta Haidéé Arenas, Graciela Gigena, Graciela Beatriz Velázquez de Gigena, Elsa Pereda de Rasero, Melva Alicia Méndez de Falcone, Carmen Rosello de Arenas, Arsinoe Avellaneda, Graciela Mabel Souto, Rafael Sabino Fernández Cantelli, Ana Maria Medina de Díaz, Manuel Alberto Díaz, Aisa Nelma Drake de Jalil, Nicolasa Zárate de Salamone, Martín Osvaldo Galarza, Stella María Gómez de García del Corro, María Amalia Marrón, Oscar Alberto Fraga, Francisco Nicolás Gutiérrez, Jesús Mira, Angel Vicente D'Agostino, Liliana Laprida de Carabasa, Antonia Cifré de Idiart, Ana María Careaga, Clara Berestetzky de Israel, Manuel Alberto Laprida, Enrique Antonio Dago Holmberg, Eugenio Alejandro Dago Holmberg, Ragnar Erland Hagelin, Margarita Michelini, Carlos Israelson, Francisco Manuel García Fernández, Ana María Ferrari de Fernández, Elena Raquel Corvin de Capisano y Josefina Gandolfi de Salgado.

Salvo algunos casos en que los nombrados mantuvieron entrevistas con et Ministro del Interior o con el Subsecretario del Interior, la gran mayoría de estas gestiones se canalizaron a través de una oficina del Ministerio mediante un trámite rutinario consistente en el asentamiento de los pedidos en fichas, y la contestación al reclamo a través de formularios preimpresos que contenían una respuesta negativa standard a la que sólo se agregaban los nombres del solicitante y del beneficiario. Gran cantidad de estas fichas y respuestas fueron aportadas en la audiencia por muchos de los testigos citados.

El Ministerio del Interior, según la respuesta dada mediante oficio agregado a fs.2322 de los autos principales, hizo saber que la cantidad de pedidos de paraderos registrados en ese organismo entre 1976 y 1983 asciende a 6650.

Eduardo Albano Harguindeguy, quien entre 1976 y 1981 fue Ministro del Interior del gobierno militar, reconoció en la audiencia haber recibido personas que le requerían información sobre el paradero de desaparecidos. Además, explicó que el grueso de los reclamos efectuados por familiares se canalizó a través de una oficina donde se fichaba cada pedido, se requeria información a los comandos de las Fuerzas Armadas y a las diferentes policías y, sobre la base de los resultados obtenidos, se contestaba a las personas que habfan hecho tales requerimientos.

H) Sobre las gestiones realizadas ante otras autoridades declararon: María Teresa Penedo de Garín y Eugenio Alejandro Dago Holmberg (en ambos casos ante el Ministerio de Justicia); Marta Bettini de Devoto, Marta del Carmen Francese de Bettini, Olga Koifman de De Acha, Delia García Rueda de Hidalgo Solá y Francisco Nicolás Gutiérrez (todos ante el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires); Víctor Alberto Carminati, Armando Fertita, Micaela Priotti de Vijande, y Aisa Nelma Drake de Jalil (todos ante el Ministerio de Defensa); Enrique Antonio Dago Holmberg (ante el Ministro de Relaciones Exteriores); Graciela Leonor Donato (ante el Ministerio de Bienestar Social); Sara Silberg de Brodsky (ante el Gobernador de Formosa); Mary Rodríguez de Ibarrola (ante la Intendencia de Morón); Sergio Andrés Voitzuk (ante la Intendencia de Bahia Blanca); Rubén Coldman (ante la Gobernació de Córdoba); Héctor Eduardo Ciochini, Alfredo Félix Arce Garzón, César Olleros, Adelina Moncalvillo, Carlos Juan Apezteguóa, Zulema Dina Chester, Manuel Alberto Diaz, Raúl Alberto García, Federico Richards, Juan Carlos Cerruti, Amalia Donadío, Jacobo Chester, Carlos Simsic, Guillermo Alberto Lorusso, Edgardo Antonio Basile, Santiago Rodolfo Menvielle, Ricardo Abel Roca, Nélida Torres de Viola, Angela Morales de Constanzo, Ana Maróa Medina de Díaz, Clara Berestetzky de Israel, Ana María Gmoser de Zieschank, Delia García Rueda de Hidalgo Solá, Fernando Héctor Hidalgo Solá, Rafael María Perrota Bengolea y Carlos Israelson (todos ellos ante autoridades policiales).

2) Por fin, los allegados a las víctimas recurrieron a distintas entidades y organismos públicos y privados, nacionales, extranjeros e internacionales, e incluso a gobiernos de otros países.

En tal sentido obran los concordantes testimonios vertidos en la audiencia de prueba que a continuación se detallan:

A) Sobre las gestiones ante autoridades eclesiásticas declararon: María Inés Laborde de Fernández, María Teresa Penedo de Garín, Adriana Gloria Creatore, Francisco Capitman, Rosario Isabella Valenzi, Héctor Eduardo Ciochini, Daniel Romano, Alfredo Félix Arce Garzón, César Olleros, Eugenio Antonio Lanusse, María Pía Lucchi de Sajón, María Elena Mercado, Adolfo Teodosio Ocampo, Oscar Pedro Miralles, Ana María Pérez de Smith, Sara Silberg de Brodsky, Marta Bettini de Devoto, Olga María Castro de Busso, Adrián César Cuello, Enrique Fernández Meijide, Carlos Armelín, Celestina García de Morandi, Alberto Próspero Barret Viedma, María Angélica Pérez de Micflick, Jorge Alberto Vaccaro, Sergio Andrés Voitzuk, Delia García Rueda de Hidalgo Solá, Eduardo Gustavo Roth, Marcos Weinstein, Federico Richards, Juan de Dios Quesada, Nicolás Candeloro, Guillermo Alberto Lorusso, Mirta Clara de Salas, Lucas Orfanó, Olga Noemi Gordo de Gavalda, María Angeles Larregui de Arozarena, Ramón Ignacio Arozarena, Orlando Niro, Raúl Tierno, María Delia Arana de Miralles, Ana Maria Gmoser de Zieschank, Clotilde Amanda Folgan de González, Jorge Alberto Braiza, Susana Margarita Sastre, Melva Alicia Méndez de Falcone, Arsinoe Avellaneda, Martin Osvaldo Galarza, Ana María Medina de Díaz, María Victoria Gómez de Erice, María Amalia Marrón, Marcelo Héctor Márquez, Ana María Careaga, Luis César Andolfi, Gustavo Angel Piccolo y Elena Raquel Corvin de Capisano.

B) Sobre las gestiones realizadas ante los gobiernos de distintos paises, declararon en la audiencia: Héctor Eduardo Ciochini, Liliana, Inés Deutsch, Marta Bettini de Devoto, Marta del Carmen Francese de Bettini, Aparicio Carlos Etcheverry, Alfredo Waldo Forti Sosa, Marcos Weinstein, Juan de Dios Quesada, Ana María Careaga, Ramón Miralles, Rosario Isabella Valenzi, María Pía Lucchi de Sajón, Nidia Ester Formiga, Rolando Eliseo Villaflor, José Alberto Vaccaro, Delia García Rueda de Hidalgo Solá, Eduardo Gustavo Roth, María del Pilar Arestín, José Manuel Gavalda, Oscar Constanzo, María Delia Arana de Miralles, Susana Ferramola de Goin, Clotilde Amanda Folgan de González, Ana María Gmoser de Zieschank, Estrella Iglesias Espasandín, Adriana Claudia Trillo de Braiza, María Teresa Bodio de Gorfinkiel, Perla Wainstein de Coldman, Francisco Nicolás Gutiérrez, Ragnar Erland Hagelin, Enrique Mario Ghezan y Margarita Michelini.

C) Respecto de gestiones realizadas ante la Organización de las Naciones Unidas, declararon: Adriana Gloria Creatore, César Olleros, Nidia Ester Formiga, Marta Bettini de Devoto, Rolando Eliseo Villaflor, Olga Koifman de De Acha, Lucas Orfanó, José Manuel Gavalda, Ana María Careaga y Enrique Mario Ghezan.

Esta información fue corroborada con la declaración de Theo Van Boven, y por Luis Joinet, en cuanto a la gran cantidad de reclamos recibidos en la Subcomisión y en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con selle en Ginebra.

D) Sobre las gestiones realizadas ante la Organización de los Estados Americanos, declararon: Enrique Rodríguez Larreta Piera, Adriana Gloria Creatore, Gregorio Lerner, César Olleros, María Elena Mercado, Jorge Alberto Furque, Carlos Noé Reyes, Sara Silberg de Brodsky, Nidia Ester Formiga, Marta Bettini de Devoto, María del Carmen Francese de Bettini, Rosa Graciela Castagnola de Fernández Meijide, Olga Koifman de De Acha, Alfredo Waldo Forti Sosa, Francisco Cardozo Cataldi, Délia García Rueda de Hidalgo Solá, Federico Richards, Antonia de Cristina, Susana María Laxague, Lucas Orfanó, Angélica Goyeneche, José Manuel Gavalda, Raúl Tierno, Estrella A. Iglesias Espasandín, Ana María Careaga y Francisco Manuel García Fernández.

E) Sobre las gestiones realizadas ante otros organismos internacionales declararon: Marta Bettini de Devoto, Marta del Carmen Francese de Bettini, y Francisco Manuel García Fernández (ante la Comisión Internacional de Juristas); Enrique Mario Ghezan y Ana María Careaga (ante el Consejo Mundial de Iglesias), Héctor Eduardo Ciochini, Carlos Armelín y Enrique Ghezan (ante Amnesty International); Alfredo Félix Arce Garzón, Darío Emilio Machado y Clotilde Amanda Folgan de Gorzález (ante la Cruz Roja Internacional)

3) Todas estas entidades y organismos hicieron llegar al gobierno argentino de entonces los correspondientes pedidos, reclamos y denuncias.

A) Sobre la gestion de la Iglesia declararon en la audiencia Monseñor Miguel Esteban Hesayne y Monseñor Emilio Teodoro Graselli. El primero de los nombrados además de relatar las numerosas inquietudes por desaparecidos que recibió a partir de 1976, relató un caso que tuvo ocasión de comprobar sobre detención clandestina de un joven llamado Mario Eduardo Chironi. Además, manifestó haber tenido en agosto de 1976 una entrevista con el General Videla, a quien le expuso su preocupación, y luego otra entrevista con el General Harguindeguy, con quien mantuvo una polémica acerca de la licitud de la tortura. Sobre los términos de esa polémica el testigo relató textualmente: "...por ejemplo, el General Harguindeguy, me expuso este caso, que luego lo he oído repetido a otros oficiales...Si usted sabe de que este muchacho, que ha salido de este departamento de tantos pisos donde viven 200 personas...ha puesto una bomba y tengo diez minutos...y en estos minutos si el no me dice dónde ha puesto la bomba, ?yo no lo voy a torturar?...".

El segundo de los nombrados relató que entre 1976 y 1982 se desempeño como Secretario Privado del Vicario Castrense. En tal condición recibió pedidos y reclamos por más de dos mil quinientas personas desaparecidas, recordando especialmente los casos de Raúl Fernando Quiroga, María Isabel Bertone de Quiroga, Lisandro Raúl Cubas, Ramón José Roldán, Ramón Dionisio Abregú, María del Huerto Milesi, Andrés Ramón Castillo, Rolando Ramón Pisarielo, Graciela Beatriz Daleo, Nilda Noemí Actis, Alfredo Waldo Forti, Mario Manuel Forti, Renato Forti y Néstor Forti (estos últimos cuatro eran menores cuya madre había sido secuestrada con anterioridad), quienes, en todos los casos, habían estado detenidos clandestinamente, y a quienes, a través de gestiones oficiosas del Vicario Castrense, se hizo salir del país.

La Conferencia Episcopal Argentina, por su parte, frente a los innumerables reclamos y denuncias recibidos, se reunió en reiteradas oportunidades con los miembros de la Junta Militar y emitió respecto de tales reuniones, en todos los casos, documentos que se encuentran extractados en el volumen "La Iglesia y los Derechos Humanos" que se halla agregado a los autos principales. Los principales párrafos de esos documentos se transcriben a continuación:

"Se manifestó al gobierno que a través de la constante actividad pastoral se perciben... muchas inquietudes y...no pocos pedidos:... 6) El problema de los Derechos Humanos: se reciben continuos pedidos por presos y secuestrados; se habla de personas con problemas de conciencia porque han debido intervenir en torturas..." (15/9/76).

"El 3 de diciembre de 1976, en audiencia al Presidente de la República, General Videla se manifestó...preocupación por los presos sin término ni indagatoria aparente sin defensa visible; con incomunicación absoluta en algunos lugares...preocupación por las desapariciones que son denunciadas..." (3/12/76).

"El 3 de diciembre de 1976 el Señor Cardenal Primatesta se dirigió por carta al seóor Presidente de la Nación pidiendo, con motivo de la proximidad de la Navidad:...medidas que permitán mayor acceso a los familiares de quienes...desean encontrarse con sus seres queridos" (3/12/76).

"...en entrevista de delegados de la Conferencia Episcopal Argentina con delegados de las Fuerzas Armadas, se hizo notar que el tema de los derechos humanos acuciaba a los obispos, no sólo por las presiones que experimentaban, sino por su propio deber de conciencia en el que se sienten particularmente urgidos y del que no pueden renunciar" (23/2/77).

"...en esa ocasión el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina hizo notar que debido a los casos de detenidos, secuestrados y desaparecidos, se ha creado una gran incertidumbre en diversos grupos de la población..." (14/4/77).

"...en entrevista similar a la anterior, se habló largamente sobre el problema de desaparecidos y la necesidad de dar noticias a las familias; se acotó que no se puede pensar que las familias porque pase el tiempo vayan a olvidar su dolor sino que más vale sucederá que continúe latente. Se hizo notar asimismo que nadie que diga seguir fielmente al Papa puede ignorar la clarísima enseñanza del santo padre acerca de las torturas y de los secuestros" (20/7/77).

"En una reunión con representantes militares los delegados del episcopado insistieron sobre la conveniencia...de que cada familia supiera que su pariente está detenido y donde..." (18/8/77).

"...ya en julio de 1976, en carta privada a la Junta Militar, habíamos señalado una sensación de miedo que cundía en diversos sectores del país; lamentablemente, debemos indicar hoy lo mismo. Existe una especie de convicción, subyacente en amplios sectores de la población, de que el ejercicio del poder es arbitrario, de que se carece de adecuada posibilidad de defensa, de que el ciudadano se encuentra sin recursos frente a una autoridad de tipo policial, omnipotente ...lejos estábamos entonces de sospechar el cuadro que después se nos ha hecho dolorosamente familiar: miles de denuncias de desapariciones de personas, de las que, en la mayoría de los casos, se carece posteriormente de toda noticia. Este hecho, tan lamentable y que nos vimos precisados a indicar en nuestra exhortación del mes de mayo de 1977, sigue hoy tan vigente como entonces...debemos reiterar que para todo cristiano, no exluidos quienes ejercen autoridad el fin no justifica los medios" (26/9/77).

"...nos vemos precisados a reiterar...que sentimos la necesidad...de que sea aclarada, lo antes posible, la situación de tantas personas de las que no se tienen noticias..." (14/3/78).

"En reunidn con representantes de las Fuerzas Armadas nuevamente se reclamó por la situación de los derechos humanos y por la ineficacia de tales reuniones" (28/9/78).

"...en entrevista con el señor Presidente de la Nación se hizo notar...que es permanente y viva la preocupación de los obispos argentinos por la situación creada a partir de la desaparición de tantas personas en los últimos años, en el país, sin que sus familiares logren obtener ninguna clase de noticias..." (4/12/78).

"...la tercera inquietud, ,y que nos duele particularmente es la que se refiere a la situación de numerosas personas desaparecidas..." (Carta del Presidente de la CEA, por encargo de la Asamblea plenaria al General Videla del 4/5/79).

"...se presentó aún otra vez el problema de los desaparecidos y el deber irrenunciable de la Iglesia de defender la dignidad de la persona humana, y se reclamó por nuevos casos que habían aparecido en los diarios de la fecha y se hizo ver lo inadmisible, desde la moral, del método de represión" (7/6,/79).

"...en otra parte de la reuniòn se manifestó que era inaceptable que se dijera sin más que seguramente todos los presos eran culpables. Se advirtió, a demás, de la injusticia de dividir a las gentes en "buenas" y "malas", siendo buenos todos los militares y malos todos los presos, aún sin juicio" (23/9/79).

"...suscitaron otra vez el tema del respeto a los derechos humanos, presentando una vez más el deber de la Iglesia de defender los principios, entre ellos aquel de que el fin no justifica los medios..." (18/11/79).

"...además se aclaró que la Iglesia no puede dejar de insistir en la dignidad de la persona humana con todas sus consecuencias...se subrayó la inaceptabilidad de expresiones como la oida ultimamente que la victoria justifica lo actuado..." (25/6/80).

"...se volvió a recordar que estaba en pie la cuestión de presos y desaparecidos..." (7/8/80).

"...aunque fuera cierto como se había argüido que son instrumentalizadas políticamente, sigue siendo cierto que las madres tienen un dolor real y verdadero. Se señaló también el grave hecho que algunas semanas atrás varias de esas madres habian sido llevadas presas por una simple manifestación en Plaza de Mayo, y que eso constituía aparte de una injuria, un error" (30/4/81).

B) La actividad de todos los gobiernos extranjeros que recibieron pedidos se tradujo en reclamos que fueron dirigidos en forma directa, por vía diplomática, a nuestro país, o a través de los organismos internacionales competentes.

A fs. 2386 y fs. 2845, de los autos principales, la Subsecretaria de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores respectivamente remitieron a este Tribunal los pedidos directos realizados por los gobiernos de Alemania Federal, Rumania, Dinamarca, Alemani Democrática, Yugoeslavia, Suecia, Argelia, Canadá, Perú, Bulgaria, URSS, Portugal, Bélgica, Líbano, Polonia, Israel, Turquía, Islandia, Bolivia, Estado Vaticano, Irak, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Holanda, Suiza, Cuba, Irán, Checoeslovaquia, Japón, Irlanda, Hungria, EEUU, España, Italia, China Nacionalista, Grecia, Finlandia, Chile, Arabia Saudita, Noruega, Nicaragua, India, Panamá, Nueva Zelandia, Venezuela, Austria, Gran Bretaña y Francia. Pese a que tales pedidos directos fueron realizados, generalmente, solo respecto de ciudadanos de esas naciones o sus descendientes, a través de ellos se requirió información sobre un total de 2923 personas.

Sobre distintas gestiones realizadas por algunos de los gobiernos mencionados declararon en la audiencia Patricia Derian y Francoise Cherome. La primera, ex funcionaria del Gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, declaró que a ese país llegó una multitud de denuncias proveniente no sólo de personas fisicas sino también de distintas instituciones, como la Asamblea para las Derechos Humanos, la Cruz Roja Argentina y la 0ficina del Nuncio Apóstolico, entre otras.

Manifestó que por ello se realizaron diversas gestiones, entre ellas tres visitas a la Argentina en marzo, agosto y noviembre de 1977, durante las cuales la declarante mantuvo reuniones con funcionarios del gobierno argentino, que en todo momento se esforzaron por negar la existencia de violaciones a los derechos humanos y en poner de resalto la magnitud del accionar de la subversión. Recordó en particular las reuniones mantenidas con el Almirante Massera y con el General Videla. El primero le manifestó que "... la Armada no era la que torturaba, que eran el Ejército y la Fuerza Aérea los que lo hacían...", y que él habia hecho grandes esfuerzos por influir sobre los otros miembros de la Junta para que modificaran sus prácticas. Respecto de la reunión mantenida con el segundo, la deponente sólo recuerda que éste le remarcó la dificultad que existía para controlar al personal.

Francoise Cherome, por su parte, declaró haber realizado gestiones en favor de franceses desaparecidos en la Argentina, en febrero de 1979, por mandato del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia. Al respecto indicó que viajó al país para entrevistarse con el Almirante Massera, que debería darle informaciín sobre los desaparecidos, de acuerdo a un compromiso contraido con el gobierno francés. Concretadas esas entrevistas, Massera negó la existencia de desaparecidos y sólo admitió la existencia de grupos mal controlados dentro de las Fuerzas Armadas, por lo que, según el testigo, esa gestión no tuvo ningún resultado positivo.

C) La Organización de los Estados Americanos, debido a la cantidad de reclamos recibidos, envió el 6 de setiembre de 1979 a una representación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el objeto de constatar a través de la observación directa la veracidad de tales denuncias. Dicha Comisión se expidió a través del'"informe sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina", publicado oficialmente et 11 de abril de 1980. En ese documento la Comisión, luego de examinar una gran cantidad de casos individuales, llegó a la conclusión de que, por acción u omisión de las autoridades pûblicas, se cometieron en el país en el periodo 1975 a 1979 numerosas y graves violaciones de derechos humanos reconocidos en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.

La Comisión entendió que, en particular, esas violaciones habían afectado el derecho a la vida, el derecho a la libertad personal, el derecho a la seguridad e integridad personal, el derecho a la justicia y al proceso regular y a la libertad de expresión y de opinión. El método utilizado para realizar la observación que dio como resultado el informe, fue explicado en la audiencia por el doctor Tom James Farer, quien concurrió en aquella oportunidad como integrante de la Comisión. Explicó que la decisión de investigar lo sucedido se debió básicamente al enorme aumento de las denuncias a partir de 1976,ya que con anterioridad se habian registrado muy pocas, la gravedad de los cargos que se formulaban en tales denuncias, y la absoluta falta de respuesta seria por parte del gobierno argentino.

Con relación a la visita explicó que las autoridades militares intentaron en un primer momento condicionar las actividades de la Comisión, pero que finalmente accedieron a que se cumplieran las reglamentaciones del organismo internacional sobre el punto. Con relación a las entrevistas mantenidas con el Presidente, con el Ministro del Interior, y con autoridades militares, manifestó que en todos los casos la respuesta fue ambigua, recibiendo por parte del gobierno continuas menciones sobre la existencia de una guerra sucia, aunque nunca en forma suficientemente categórica como para reconocer que se habían conculcado derechos elementales. Luego afirmó haber visitado cementerios donde se le habría informado sobre la existencia de inhumaciones clandestinas realizada por personal de las Fuerzas Armadas, y haber descubierto que la mayoria de los prisioneros a disposición del Poder Ejecutivo eran personas que habían sido originalmente secuestradas y torturadas.

D) La Organización de las Naciones Unidas, a través de la Comisión Internacional de Derechos Humanos con sede en Ginebra, canalizó los pedidos de información al gobierno argentino sobre et paradero de 4162 personas, por intermedio de la representación argentina ante dicha Comisión.

La misión argentina remitió, en el cuaderno del Fiscal, toda la documentacicn que poseia con relación a las gestiones de aquel organismo internacional y a las respuestas del gobierno argentino, consistente en:

a) 36 carpetas (números correlativos 23 a 58), con notas y sus correspondientes anexos, referentes a denuncias sobre desaparecidos emitidas por la Comisión, y elevadas al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto. Las referidas carpetas contienen pedidos respecto de 1391 personas, entre las que hay 4 mujeres embarazadas, 21 menores y 16 niños nacidos en centros clandestinos de detención.

b) 13 carpetas (números correlativos 59 a 71), con notas del Grupo de Trabajo de la Comisión de Derechos Humanos, referidas a 698 casos de desaparecidos de sexo masculino, 18 mujeres embarazadas y 1 niño.

c) 1 carpeta (número correlativo 72), con testimonios de personas liberadas que afirmaron haber estado detenidas en la Escuela de Mecánica de la Armada.

d) 8 carpetas (números correlativos 97 a 104), conteniendo los informes del 38° Período de Sesiones de la Asamblea General, donde se trata la situación argentina.

e) 24 carpetas (números correlativos 115 a 138), con requerimientos de información sobre el paradero de las restantes personas desaparecidas denunciadas en ese organismo.

f) 24 carpetas (números correlativos 73 al 96) denuncias elevadas al gobierno argentino y contestaciones emitidas por él.

g) 10 carpetas (números correlativos 105 al 114) con respuestas remitidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores.

La Misión Argentina ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos con sede en Ginebra, canalizó además los pedidos formulados por Amnesty International sobre 242 personas; por el Comité Internacional de Juristas para los Derechos Humanos, sobre 335 personas; por la Unión Mundial Demócrata Cristiana, sobre 233 personas; por la Federación Internacional de Derechos Humanos, sobre 1179 personas; y por la Federación Internacional de Mujeres Democráticas, respecto de 1636 personas.

Ello se acredita.con las 50 carpetas remitidas (números correlativos 139 a 188) que contienen todas las notas sobre requerimientos de información de las entidades mencionadas y los informes presentados por ellas.

Sobre la forma de trabajo de la Comisión declararon en la audiencia, Theo Van Boven, quien ocupó en el periodo 1977/1982 el cargo de Director de la Comisión, y Luis Joinet, que en la misma época se desempeñó como experto en la Subcomisión de Derechos Humanos, dependiente de la primera.

Ambos concordaron en señalar la gran cantidad de reclamos recibidos de parte de personas físicas y de entidades argentinas y extranjeras. Además, explicaron que de todas aquellas denuncias que reunieran los requisitos de verosimilitud establecidos por su seriedad y concordancia, se remitieron copias al gobierno argentino, en forma confidencial hasta 1980 cuando, debido a la falta de respuesta de las autoridades nacionales, se decidió crear un grupo de trabajo especial que presentara sus informes públicamente.

E) La actividad de la Organización Amnesty International no sólo consistió en los reclamos ya citados sino en la publicación de informes anuales, en los que, en el capítulo reservado a la situación en la Argentina, se daban a conocer los resultados de las investigaciones hechas por ese organismo. En tal sentido, obran agregados por cuerda al cuaderno de prueba del Fiscal, todos los informes anuales correspondientes al período 1976/1983.

La actuación de la Federación Internacional de Derechos Humanos, en cuanto a la situación en la Argentina, se plasmó en un informe efectuado el 18 de enero de 1978, luego de la visita realizada al pais por los representantes de esa organización, Antoine Sanguinetti, Franceline Lepany, Juan Carro y Herbert Semmel.

Dicho informe, que obra agregado por cuerda al cuaderno de prueba del Fiscal, y que complementa los reclamos citados precedentemente, pone en conocimiento del gobierno nacional el resultado de las investigaciones llevadas a cabo.

Sobre las circunstancias de dicha visita, declaró en la, audiencia Antoine Sanguinetti, quien explicó que, en todas las entrevistas mantenidas con autoridades nacionales-entre ellas con el Almirante Massera y los entonces ministros del Interior y Relaciones Exteriores, Harguindeguy y Montes- obtuvo solo respuestas ambiguas, que únicamente reconocían la existencia de algunos grupos no controlados dentro de las Fuerzas Armadas.

4) Frente a esta multitud de reclamos, el gobierno no sólo omitió realizar una investigación seria y adecuada a la gravedad de los hechos, sino que, además, demostró un propósito deliberado de ocultar la realidad de las desapariciones de personas, o de tergiversarla cuando el ocultamiento fuera imposible, atribuyendo tales desapariciones a otros motivos.

Prueba de ello es que los sacerdotes (Monseñor Graselli, Monseñior Hesayne), los funcionarios de organizaciones internacionales (Van Boven, Joinet, Farer, Sanguinetti) y los delegados de diferentes gobiernos (Cherome, Derian), que declararon en la audiencia, fueron contestes en afirmar que el gobierno argentino sólo atinó a dar explicaciones pocos creíbles a los requerimientos formulados, que por un lado negaban las desapariciones y por otro admitían ambiguamente que las que se hubieran producido, eran obra de la acción de algunos grupos no controlados de las Fuerzas Armadas, o de las organizaciones subversivas, y aún de los propios "desaparecidos", que serian terroristas que pasaban a la clandestinidad.

Por su parte, quien fuera el titular de la representación argentina ante los organismos internacionales con sede en Ginebra, en el período en examen Gabriel Martínez, reconoció haber recibido miles de reclamos y explicó que las contestaciones que transmitía a estos organismos eran las que le remitían el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior. En cuanto a las presiones que van Boven le imputó haber ejercido sobre la Comisión, Martínez admitió que, siguiendo instrucciones del gobierno, le sugirió al nombrado la eliminación de documentos donde figuraban denuncias de distintos organismos.

También, resulta útil destacar que, en las pautas establecidas para contestar el informe de la Organización de los Estados Americanos citada por el entonces presidente de la Nación General Videla (según documentación agregada a la carpeta Nº 151, remitida por la representación argentina en Ginebra), no sólo omitió toda referencia a la necesidad de investigar los hechos denunciados, sino que indicó la necesidad de contestar sin vacilaciones -porque lo contrario supondría una aquiescencia tácita de los cargos formulados- pero no antes del 15 de marzo de 1980, para no precipitar una resolución negativa de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que terminaría de sesionar en esa fecha.

El contenido textual de la parte sustancial de tales instrucciones fue:

"Impugnación y rechazo del informe, por ser fruto de razones políticas que responden al interés de una gran potencia que ha utilizado la maquinaria de la OEA para sus designios respecto del futuro gobierno argentino...el informe debe ser presentado como el mejor ejemplo de la falta de un auténtico espíritu de comprensiín y cooperación en la materia y como muestra de utilización política de un instrumento internacional ...Debe condenarse la insensibilidad de la CIDH ante la conmoción interna de nuestro país y la deformación de nuestra situación...La respuesta deberá tener el máximo nivel de ataque dado que se pretende enjuiciar al gobierno ... Resulta indiscutiblemente conveniente producir una respuesta categórica que incluya la impugnación y rechazo del informe...Se considera...más providente y efectivo estudiar la posibilidad de enfatizar la impugnación sobre la base de subrayar el propósito sensacionalista, demagógico y oportunista de los miembros de la CIDH...".

Con relación a la oportunidad de publicación del informe de la Comisión y de la respuesta argentina, el encausado Videla indicó a continuación:

"Se aprecia como pertinente y eficaz la oportunidad que se propone de anticiparse a la CIDH en la publicación del informe y la consiguiente respuesta argentina.

Al respecto caben formularse sin embargo las siguientes consideraciones y salvedades:

El hecho de tomar la iniciativa en las publicaciones no debe suponer, en ningún caso, la posibilidad de generar conflictos o situaciones de irritación en el ámbito interno, tanto civil como especialmente militar.

La hipótesis de publicar 'in extenso' el informe de la CIDH -dada su agresiva tendensiosidad- debe quedar descartada por la razón señalado en el apartado anterior.

Por consiguiente, el texto del informe de la CIDH debería limitarse a una síntesis de los capítulos referidos a conclusiones y recomendaciones, que contenga aquellos aspectos que se estimen menos perjudiciales para la imagen del Proceso y particularmente del accionar de las FF.AA.

Asimismo será menester seleccionar los aspectos que mejor convengan a la eficacia de nuestra réplica...Como paralelamente a la difusión de los mencionados documentos por parte del gobierno argentino, se producirá la publicidad de la version de la CIDH a través de los medios masivos de comunicación internacionales, se torna imperiosa la adopción de recaudos y controles periodísticos que neutralicen localmente toda información que se desliga con la nuestra...".

Como consideraciones finales, Videla expuso: "...Es indispensable tomar conciencia de la gravedad del problema planteado y de sus posibles consecuencias en la eventualidad de un manejo inadecuado del mismo. Todas las acciones a emprender deberán tomar siempre en consideración al público interno y al alto grado de sensibilización que este tema ha concitado fundamentalmente en sus actores principales".

Finalmente, la respuesta argentina fue dada a conocer a través de un voluminoso documento titulado "Observaciones y comentarios críticos del gobierno argentino al informe de la CIDH sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina (abril de 1980)", cuyo contenido resulta ocioso comentar, ya que de su lectura, se desprende la total adecuación a las directives impartidas.

Al ser indagado, el procesado Videla reconoció haber recibido denuncias de particulares, de gobiernos extranjeros y de organismos internacionales, indicando que las derivó a la autoridad compétente.

El encartado Viola manifestó haber tomado conocimiento de las denuncias contenidas en el informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y haber recibido solicitudes por parte de personalidades diplomáticas, eclesiásticas, de gobiernos extranjeros y de personas particulares, y que en todos los casos dispuso las investigaciones pertinentes.

Debe destacarse que el Tribunal no ha encontrado ni se le ha arrimado prueba alguna sobre la existencia ni el resultado de las investigaciones a que hacen referencia ambos generales.

Galtieri, por su parte, manifestó que no tuvo conocimiento de tales reclamos.

El procesado Agosti manifestó no recordar haber recibido pedidos, con excepción de dos, uno proveniente de familiares de un brigadier, y el otro de parte de la esposa de Hidalgo Solá.

Anaya y Lambruschini, negaron haber tomado conocimiento de denuncia alguna.

De igual modo se pronunció Lami Dozo, aunque aclaró que, mientras se desempeño como Secretario General de la Fuerza Aérea, recibió algunos reclarnos provenientes del episcopado, limitándose a transmitirlos a la autoridad competente.

Finalmente, Massera manifestó no recordar haber recibido ninguna reclamación de entidades u organizaciones nacionales o extranjeras, con excepción de unas pocas entrevistas, con miembros de la Organización Madres de Plaza de Mayo, con el doctor Mignone, con el Capitán Quinteiro y con el Capitán Lascano.

5) Además, desde el inicio de su gestión, el gobierno militar trató de evitar la publicación por la prensa de toda noticia relativa a desapariciones de personas, hallazgos de cadáveres o a la existencia de las gestiones antes mencionadas.

Particularmente demostrativo de lo dicho es el memorandum redactado por Videla conteniendo las pautas a seguir para la contestación al informe de la Organización de los Estados Americanos sobre la situación de los derechos humanos en la Argentina, transcripto precedentemente en la parte relativa al manejo de la prensa.

También prueba lo afirmado el decreto 1829, a través del cual se prohibió la distribución, venta, circulación y reproducción total y parcial, por cualquier medio, en todo el territorio de la Nación, de la publicación "?Dónde están 5581 desaparecidos?".

Robert Cox declaró en la audiencia que mientras se desempeñaba como Director del diario "Buenos Aires Herald", recibió, a mediados de 1976, una orden de la Secretaría de Información Pública que prohibía la publicación de información relacionada con desapariciones, descubrimientos de cadáveres, enfrentamientos armados y cualquier otro hecho de este tipo. Además, relató que todos las funcionarios de diferentes escalas del gobierno que entrevistó en esa época, le sugirieron que no efectuara publicaciones de ese tipo, aunque nunca nadie le exhibió un decreto firmado que lo dispusiera, ya que incluso en el caso de la orden de la Secretaría de Información Pública, sólo se le entregó, a su pedido, el contenido de la disposición por escrito, pero en papel sin membrete y sin firma.

Máximo Gainza, que durante el gobierno militar fue Director del diario "La Prensa", afirmó haber recibido por idéntica via la orden mencionada por Cox, y expresó además que las presiones que sufrió su diario para que no se publicaran nóminas de desaparecidos ni información similar, fueron de diversos tipos, incluso a través de un boicot publicitario contra el diario que se ejerció por medio de la Agencia Oficial Telam.

Magdalena Ruiz Guiñazú, que durante el gobierno militar se desempeñaba como periodista radial, se pronunció en términos similares a los dos anteriores, indicando que recibió presiones, no sólo de los órganos gubernamentales específicos, sino también de la Presidencia de la Nación y del Jefe de Policía Federal.

El periodista salteño Luis César Andolfi, refirió por su parte que luego de haber tomado intervención y obtenido fotografías de los sucesos ocurridos en el Paraje Las Palomitas-Cabeza de Buey, le fue secuestrado todo el material fotográfico extraído, por personal de la Guarnición Militar Salta, y que se le hizo saber que oportunamente se le haría llegar un parte oficial que sería la única versión de los hechos que se autorizaba publicar.

Jacobo Timmerman, quien se desempeñaba como Director del diario "La Opinión", refirió que a raíz de la prohibición impuesta por el gobierno militar, ya aludida por los testigos citados precedentemente, sólo podía publicar la información sobre desaparecidos por medio de la argucia consistente en hacerla aparecer a través de solicitadas. Manifestó además que por haber publicado un artículo escrito por un sacerdote jesuíta, en el que se criticaba la acción del gobierno en la lucha antisubversiva, debió soportar la clausura del diario.

El Capitán de Fragata José Félix Bussico, que en la época en estudio se desempeñaba como asesor del Secretario de Información Pública, afirmó que, a su juicio, la censura existente era tan notoria que todas las revistas y periódicos que se publicaban diariamente, y que él por su trabajo debóa leer, contenían idéntica información.

El Contralmirante Horacio Zaratiegui, que para la misma época era Secretario Privado del Almirante Massera, admitió que toda la información relativa al tema de desaparecidos era del resorte exclusivo de la Presidencia de la Nación, a través de la Secretaría de Información Pública, y que esa decisión se debió a la necesidad de unificar el manejo de la información sobre el tema, aunque alegó no conocer cuáles fueron las pautas establecidas.

El Coronel Carlos Alberto Mulhall, quien se desempeñó como Jefe de la Guarnición Militar Salta, admitió que por razones estratégicas, a pesar de su alto cargo, no podóa proporcionar ninguna clase de información sobre la lucha antisubversiva a los medios de difusión social, por expresa disposición del Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército.

Tomás Joaquín de Anchorena, embajador argentino en Francia a partir de 1976, manifestó que a raíz de la existencia de una supuesta campaña de prensa en Europa, se montó el Centro Piloto de París con el objeto de manejar la información para mejorar la imagen argentina. Interrogado sobre el contenido de la supuesta campaña antiargentina, admitió que ella consistía en la publicación de noticias sobre desapariciones y torturas.


Nota editorial: El texto de la sentencia de la Causa nº 13/84, debidamente certificado y validado, fue aportado al procedimiento 19/1997, que se sigue ante la Audiencia Nacional, por la defensa del ex Capitán de Corbeta Adolfo Scilingo para su utilización en el recurso que éste presentara ante el Tribunal Constitucional español en septiembre de 1999.

En el análisis de las pruebas documentales del sumario 19/1997 (Rollo de Sala 139/1997) realizado durante el año 2003, el Equipo Nizkor ha procedido a su íntegra digitalización y su posterior procesamiento para su edición, producción y puesta en servidor durante 2005 y 2006.

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© Equipo Nizkor, septiembre de 2006


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Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 30sep06