EQUIPO NIZKOR
Información

DERECHOS


02may07


Un discurso al filo de la ley


Para Néstor Kirchner hubo un pasado mejor, en el cual referenciarse para mejorar el presente: los gloriosos y revolucionarios años '70.

Julio Cobos también suele recordar un pasado mítico al que deberíamos imitar, pero se trata de un ayer más conservador que revolucionario: aquel en que el vigilante de la esquina cruzaba la calle al pequeño niño que se dirigía a la escuela donde una maestra mandona pero recta lo tenía cortito al pibe, con el apoyo de los padres que, por su lado, solían apoyar la labor docente con algún cachetón a tiempo.

A ese tiempo pasado es al que ayer el gobernador Cobos convocó a lo largo de su discurso, para ver si de una vez por todas podemos exorcizar al culpable de nuestros males: la década menemista, ese nefasto momento donde se revirtieron todos los buenos viejos valores que hasta la llegada del riojano se supone que los argentinos practicábamos a pleno. Un paraíso perdido.

Palabras al viento. Apenas los escasos presentes en la Legislatura (funcionarios, periodistas y minúscula claque encargada de aplaudir cada dos frases) recibieron copias del discurso de Julio Cobos, se pudo leer casi lo mismo que los anteriores: una reiteración de obras y promesas sin jerarquizar ni diferenciar demasiado entre lo más importante y lo menos, o repitiendo promesas ya eternas. Como Portezuelo del Viento, que pese a haber venido hasta el Presidente a Mendoza para prometerlo, ahora nos enteramos que "actualmente está en ejecución el proyecto definitivo". Sutil modo de decir que recién hay un papel que ni aprobación legislativa tiene, pero un papel en "ejecución".

Improvisación no improvisada. No obstante, en mitad del discurso, cuando la claque seguía aplaudiendo ya sin ni siquiera lograr que la siguieran en los aplausos los propios miembros del oficialismo, el Gobernador sacudió aburrimientos al improvisar con enardecida pasión, apelando a los sentimientos sociales frente a la crisis de seguridad.

Pero no es que haya improvisado porque lo que dijo fueran cosas que se le hayan ocurrido a último momento, sino porque las cosas que quería decir, sólo los podía decir en un tono calculadamente ambiguo, difícil de explicitar en un discurso escrito.

En síntesis, durante unos 20 minutos el Gobernador intentó realizar un discurso sustancial sobre seguridad donde nada que dijera estuviera fuera de la ley pero donde todo pareciera estar al filo de la misma, como hace poco sugirió con respecto al accionar frente a la delincuencia el único hombre nombrado -y reconocido- ayer por Cobos en su discurso: el flamante ministro de Seguridad, Alfredo Cornejo.

Hombre de dos caras. Julio Cobos, que en su discurso escrito habló como gobernador, en su discurso improvisado se desdobló para dejar de ser gobernador y pasar a ser el mendocino común de abajo, pidiéndole a los políticos y jueces que hicieran lo que debían hacer.

Cosa digna de envidia, porque a pesar de ser ya durante casi cuatro años el principal responsable político de la provincia, ayer Julio Cobos sonó creíble en su papel de ciudadano indignado que puede decir lo que le venga en bronca como si su única culpa, en el peor de los casos, haya sido la de no haber sido aún más enérgico con esa raza incorregible que componen los dirigentes, según hoy supone la mayoría de los dirigidos. Incluido, al parecer, Cobos.

La doctrina Cobos. Así, defendió la teoría de la "tolerancia cero" diciendo que ella no implica meter a todo el mundo preso, sino hacer que la ley se cumpla a rajatablas. Pero, por las dudas, decidió cambiarle el nombre a la tolerancia cero, por la de responsabilidad o respeto 100%. Pero eso no fue nada...

La frase más imponente del gobernador-ciudadano fue cuando afirmó que "vamos a privilegiar la libertad pero por encima de la libertad vamos a privilegiar la vida".

Si bien Cobos se refirió con la frase a que es preferible ponerle más límites a las excarcelaciones frente al riesgo de los delitos cometidos por reincidentes, la contundencia de la frase excedió tal interpretación.

Vale decir, es muy difícil creer que una mentalidad democrática como lo es Cobos haya querido ni siquiera insinuar que la libertad es un bien inferior a la vida cuando tantos seres humanos -ayer, mañana y siempre- dieron su vida por ser libres, en particular frente a los tiranos de toda laya que cuando llegan al poder lo hacen prometiendo la sobrevivencia a cambio de la libertad.

Insistimos, es difícil creer que el Gobernador haya pensado en algo de eso, pero más de uno de los que escucharon esa frase sí pueden haberlo pensado.

La frase suprema de la ambigüedad fue: "Los asesinos de Laura fueron hallados porque trabajaron todos juntos, dejando de lado esos pruritos y cosas de la independencia de poderes".

Está clarísimo que el Gobernador con esa frase insistió en apoyar algo positivo: la unidad de esfuerzos estatales y sociales contra la delincuencia. Pero lo hizo minimizando una división institucional que viene desde los griegos y que ha sido el soporte de la civilización occidental a lo largo de toda la modernidad. La división de poderes es algo más que "pruritos y cosas".

También propuso que los abogados de los delincuentes paguen por ellos la fianza. Como antes, en el mismo discurso, propuso que los padres sean castigados si los chicos no van a la escuela. O, como hace unos días, insinuó sancionar a los padres de hijos delincuentes. Ideas muy discutibles pero que ayer avanzaron un paso más allá, porque terminó -queriéndolo o no- dando la razón a los que piensan que los abogados de los delincuentes son tan delincuentes como los delincuentes. Sino no se explica porqué deberían pagar por sus clientes.

Al final propuso "dotar al Estado de las mismas armas que tienen los delincuentes para así combatirlos". Quizá la peor idea de todas, porque no es cierto que los delincuentes tengan más armas que el Estado, a no ser que se entienda por armas la falta de escrúpulos, la maldad, la impunidad, la violación de todo derecho humano, en fin, la inhumanidad de los asesinos. Pues, precisamente, el Estado y los ciudadanos, para vencer al mal deben ejercer con firmeza el bien. O sea lo contrario a lo que hacen los delincuentes, en vez de combatirlos con las mismas armas de ellos.

En fin, palabras improvisadas que pueden expresar comprensibles sentimientos frente al estado de indefensión en que se halla la ciudadanía ante el delito. Palabras entendibles en las víctimas, sus seres queridos o la población expuesta. Pero difíciles de justificar en el principal responsable político de Mendoza, cuya tarea esencial -aunque no sea tan políticamente redituable- debe ser calmar la indignación y no incentivarla. Y para ello ocuparse más por formar parte de las soluciones que de los diagnósticos.-

[Fuente: Por Carlos Salvador La Rosa, Los Andes, Mendoza, 02may07]

Tienda de Libros Radio Nizkor On-Line Donations

DDHH en Argentina
small logoThis document has been published on 10May07 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.