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18ago08


Arrestan en Villa Constitución al Tte Cnel Corres, fugado de la sede de la policía federal en Bahía Blanca


La Policía Federal recapturó ayer a Julián Corres, un represor de la última dictadura que se había fugado hace 23 días de una comisaría de la Delegación Bahía Blanca de la misma fuerza.

La travesía de Corres terminó ayer a la mañana en la casa de su madre, en Villa Constitución, Santa Fe, donde lo ubicaron agentes de Interpol, luego de una intensa búsqueda. Había comenzado la noche del 26 de julio último, cuando, tras pedir permiso para ir al baño, escapó sin dejar rastro y con aparente complicidad o negligencia de los policías que lo custodiaban.

El represor, de 56 años, estaba escondido y había cambiado su aspecto: ya no usaba bigote y se había dejado barba. Vestía un pullover azul y llevaba unos anteojos colgados del cuello. La policía debió entrar por los techos de las casas vecinas a la de su madre, detallaron fuentes del Ministerio del Interior.

"Fui a visitar a mi mamá", alcanzó a declarar Corres a la prensa en su llegada a la División de Delitos Complejos de la Policía Federal, en Avenida del Libertador y Cavia, en esta ciudad. Luego, lo trasladaron al penal de Marcos Paz, por orden del juez federal Alcindo Alvarez Canale.

La noticia se conoció al mediodía, pero el anuncio oficial lo hizo al atardecer el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, en una conferencia de prensa, en el Departamento Central de la Policía Federal. Lo acompañaron el jefe de la fuerza, Néstor Vallecca; el director de la División Interpol, Alejandro Di Nizo, y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde.

"Yo dije en su momento, y lo mantengo ahora, que en este hecho había habido negligencia o connivencia de parte de las personas encargadas de custodiar a Corres. Pero con esta detención se demuestra que si hubo negligencia o connivencia fue de parte de uno, dos o diez hombres, pero está claro que la voluntad de la fuerza y de este ministerio era encontrar a Corres para que diera las explicaciones que tiene que dar ante la Justicia", dijo Aníbal Fernández.

Esa declaración y la presencia del comisario general Vallecca parecieron resumir el mensaje oficial de la sorpresiva conferencia: la responsabilidad de la increíble fuga del represor era de los agentes encargados de custodiarlo, todos bajo investigación interna. El mérito de la captura debía, en cambio, ser reconocido a la Policía Federal como institución.

Por la fuga del represor en Bahía Blanca, la Justicia detuvo a cuatro policías. El Gobierno relevó al comandante del V Cuerpo del Ejército, general de brigada Oscar Gómez, y a los once agentes que se desempeñaban en la Delegación Bahía Blanca de la Policía Federal.

Un año y medio prófugo

Antes de fugarse el 26 de julio, Corres había estado prófugo y con un pedido de captura internacional durante 18 meses hasta que fue detenido, el 3 de abril último, por Interpol, en la Capital. La justicia federal de Bahía Blanca lo investigaba por su labor como encargado del centro clandestino de detención La Escuelita, que funcionó en el comando del V Cuerpo del Ejército, en Bahía Blanca. Corres, conocido como "Laucha", se encargaba de las tareas de inteligencia.

Uno de los primeros en denunciar las particulares circunstancias en las que se había escapado el represor fue el fiscal general de Bahía Blanca, Hugo Cañón. "Aquí se cometió un desquicio absoluto por la relajación de las medidas mínimas de seguridad, como tener la puerta abierta o permitirle hablar por celular", dijo ayer Cañón, que se quejó de la demora que había habido en el traslado de Corres a una cárcel común. El juez Alvarez Canale lo había pedido un mes antes de la fuga.

En ese sentido, Aníbal Fernández informó que se había abierto una investigación sobre personal del Servicio Penitenciario Federal por el retraso y anunció que había dictado una resolución que fijaba un plazo máximo de 48 horas para los traslados requeridos por la Justicia.

Aunque el ministro y los jefes policiales se negaron a dar detalles sobre el operativo para capturar a Corres, fuentes de la investigación revelaron a LA NACION que la policía dio con el prófugo luego de un trabajo de seguimiento de los familiares y amigos del represor, con escuchas telefónicas incluidas. Eran vigiladas la casa de la madre y la del militar, en Bella Vista. La recompensa de 150.000 pesos no se pagó.

Si bien se desconocen los lugares en los que se ocultó Corres en los últimos 23 días, se sospecha que el primer destino fue Viedma, Río Negro, donde habría llegado con un nombre falso. En esa ciudad estaba la sede de la empresa que lo había empleado en su anterior época como prófugo.

Una visita de la hermana a la casa de la madre fue la pista final, confiaron las fuentes. En la apacible Villa Constitución, apareció el represor y se acabaron los misterios.

[Fuente: La Nación, Bs As, Arg, 19ago08]

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