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26mar15


El gobierno reveló 22 actas secretas que exponen el rol del BCRA en la dictadura


En un capítulo más de la complicidad civil y la significación económica de la última dictadura militar, el Banco Central (BCRA) desclasificó e hizo públicas una serie de actas secretas que contienen las deliberaciones que la entonces conducción de la entidad -entre la que se encontraba el ex ministro de Economía Domingo Cavallo- mantuvo sobre cuestiones caras a la política económica del Proceso, entre ellas la exponencial suba del endeudamiento externo.

Las actas secretas abarcan el período final de la dictadura, entre 1982 y 1983, y se dieron a conocer ayer por la tarde al cierre de la jornada "Los Derechos Humanos a la luz de las transformaciones económicas y financieras", desarrollada en la sede del Banco Central.

Los documentos dan cuenta de exportaciones de material bélico destinado a otras dictaduras latinoamericanas, gestiones ante la banca extranjera para acceder a un crédito en condiciones sumamente desfavorables, y las discrepancias entre los propios funcionarios de la dictadura en torno al nivel de reservas disponibles en el Banco Central (y el nivel de deuda externa) y el posible traslado de las reservas depositadas en Nueva York, ante posibles embargos durante la Guerra de Malvinas.

Todo ello en un marco de absoluta discrecionalidad y falta de controles al interior de la entidad, al punto de que en muchos casos ni siquiera se registraban operaciones de exportaciones

"Muchos de quienes hoy se desgarran las vestiduras estuvieron ligados a las prácticas más oscuras y sanguinarias de nuestra historia", indicó el presidente del Banco Central Alejandro Vanoli.

Tres de las actas desclasificadas y publicadas en la web del organismo tienen que ver con diversos créditos negociados por el BCRA entre noviembre de 1982 y enero de 1983, en medio de la crisis terminal en que se encontraba el modelo económico impuesto por la dictadura.

En diciembre de 1982 y bajo el gobierno de facto de Reynaldo Bignone, el crédito por U$S 1100 millones se negoció directamente con un consorcio de bancos encabezado por el Citibank (entre los prestatarios se encontraban el Bank of America, Morgan Guaranty Trust, Manufacturs Hannover Trust, Chase Manhattan Bank, entre otros) y el entonces director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Jacques de Larosiere.

Tan sólo un mes después, en enero de 1983, los directores del Banco Central discuten sobre la conveniencia o no de celebrar un préstamo con el Banco de Pagos Internacionales (BPI). Razones no faltaban para dudar del acuerdo: una cláusula indicaba que el BPI podría efectuar la compensación del crédito con el oro perteneciente a las reservas de la Argentina que se encuentra depositado en una de sus sedes. La cuestión quedó zanjada con la intervención de la Reserva Federal de los Estados Unidos como reaseguro de que estos derechos del BPI no serían ejercidos arbitrariamente, a menos de que el Central no devolviese el depósito al 31 de mayo de 1983, que la Argentina no cumpla con sus acuerdos en el FMI o que el BCRA cambie su relacional con el BPI.

"Martínez de Hoz anunció cuando asumió un programa de liberalización financiera y levantamiento del control de cambios, algo que se parece a algunas discusiones de estos días", expresó Vanoli durante su exposición en el cierre de la jornada.

El funcionario aseguró que la decisión de publicar las actas secretas "permitirá hacer un aporte a la Memoria y a la búsqueda de Verdad y Justicia", al tiempo que señaló la importancia que tiene sobre la actualidad, "donde confrontan dos proyectos, uno nacional y popular y el otro neoliberal, que ya estaba presente durante la dictadura".

El endeudamiento externo fue uno de los pilares del modelo económico de la dictadura -equivalía al 4% del PBI en 1975, 25 años después alcanzaba al 48% hasta llegar al 150% hacia el año 2002- y una de las herencias que más condicionaron al gobierno democrático de Raúl Alfonsín.

Una de las actas, fechada el 26 de agosto de 1982 bajo la presidencia de Cavallo, pone en evidencia su preocupación en torno al estado de disponibilidad de reservas que el Banco Central tenía computadas como realizables en divisas en el Banco Nación de Nueva York. Es decir, lisa y llanamente, en la autoridad monetaria figuraban reservas superiores a las que figuraban en el Banco Nación de Nueva York, a pesar de que este último dependía del primero.

Las explicaciones requeridas por Cavallo no parecen haberlo dejado conforme, a tal punto que el futuro ministro de Economía de Menem y la Alianza se negó a firmar el acta y renunció ese mismo día.

La deuda externa también suscitó discrepancias en torno a su cálculo dentro del gobierno, según quedó plasmado en el acta del 24 de febrero de 1983, lo que pone en evidencia la intención de ocultar el voluminoso crecimiento del pasivo externo.

En esa ocasión, el presidente del BCRA aclara, de manera reservada, que las cifras que se darán a conocer "pueden no incluir deudas de reparticiones del Estado que no habían sido oportunamente registradas por el banco".

Esto tiene que ver con que había pagos correspondientes a operaciones de las Fuerzas Armadas que había que considerar como de "carácter reservado" y excluirlas de los cómputos del Banco Central.

En tanto, el acta secreta 6, de marzo de 1982, autoriza al Banco Nación a financiar la exportación de material bélico secreto a Haití, durante la dictadura de Jean-Claude Duvalier. Otros documentos desclasificados anteriormente por la entidad dan luz verde a la exportación de armamento a Bolivia, Perú, Honduras (en tres oportunidades), Guatemala (en dos oportunidades), El Salvador, Ecuador y Venezuela.

[Fuente: Por Ignacio Chausis, Tiempo Argentino, Bs As, 26mar15]

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small logoThis document has been published on 27Mar15 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.