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23feb11


Caso Ferreyra: cayó preso Pedraza y pararon los trenes


José Pedraza, secretario general desde hace de 25 años de la Unión Ferroviaria, fue detenido ayer por la muerte de Mariano Ferreyra, el militante del Partido Obrero asesinado por una patota sindical el 20 de octubre pasado en Barracas.

El histórico jefe sindical peronista era indagado a última hora de anoche por la jueza Wilma López en el Palacio de los Tribunales, adonde llegó, esposado, al mediodía. Lo habían detenido minutos después de las 6 en su departamento del edificio El Faro, en Puerto Madero, en un operativo que también incluyó los arrestos de Juan Carlos Fernández, secretario administrativo del sindicato, y del delegado gremial Claudio Arcolcel.

Los tres están acusados de haber "organizado" el grupo de choque que disparó contra unos 30 trabajadores tercerizados de la línea Roca, que habían sido despedidos y pretendían cortar las vías del tren para reclamar sus reincorporaciones. Entre los manifestantes había, además, dirigentes de organizaciones políticas, como Ferreyra. Para el fiscal, ellos y quienes dispararon son responsables de "haber dado muerte" a Ferreyra y "haber intentado matar" a otras tres personas que resultaron heridas.

La noticia de la detención de Pedraza provocó una fuerte reacción del gremio ferroviario, que interrumpió el servicio en las líneas Roca y Mitre y obligó a cerrar la estación de Constitución. Iban más de cuatro horas sin trenes cuando el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y se levantó el reclamo.

No hubo, en cambio, un respaldo de los gremios en su conjunto. La reacción fue muy diferente de lo que ocurrió hace 10 días con la detención de Gerónimo Venegas, jefe de la Uatre, acusado por la mafia de los medicamentos, y la cúpula de la CGT, con Hugo Moyano al frente, se reunió de urgencia para reclamar su liberación.

Tampoco el Gobierno se pronunció. Sin eufemismos, fuentes de la Casa Rosada decían ayer que a Pedraza ya le habían "soltado la mano".

Quien se refirió en público al asunto fue el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, que exhortó a la jueza a no sentirse presionada por las manifestaciones de la Unión Ferroviaria. El gremio no sólo dispuso paros: sostuvo durante toda la tarde una protesta, con bombos y pancartas, frente al Palacio de los Tribunales, donde se realizaban las indagatorias con un fuerte control policial.

Pedraza está acusado del homicidio de Ferreyra. No estuvo en Avellaneda la tarde del asesinato, pero organizó la patota y supervisó el ataque en tiempo real, por teléfono, desde la sede de la Unión Ferroviaria, según sostuvo en el expediente el fiscal del caso, Fernando Fiszer.

El afirmó que Pedraza, Fernández y Alcorcel (los tres detenidos de ayer), junto con Pablo Díaz -que está preso desde el año pasado- "instigaron y organizaron" el grupo de choque. El objetivo era atacar ,"sin importar los medios", a los manifestantes con el objetivo de "impedir sus reclamos actuales y potenciales".

Entre las pruebas reunidas en el expediente hay documentos secuestrados en allanamientos a la UF, al departamento de Pedraza, a la casa de Fernández y a una cooperativa que reunía a trabajadores ferroviarios tercerizados, al parecer, ligada a Pedraza. También, cruces de llamadas que fueron clave para los investigadores. Así se descubrió que la tarde del 20 de octubre Fernández se comunicó "permanentemente" por teléfono con Díaz, uno de los líderes de la patota que estaba en el terreno. Fernández estaba en la sede de la UF con Pedraza. "Todos estaban conectados y coordinados en el mismo momento en que los acontecimientos se desarrollaban", sostuvo el fiscal.

Antes de los arrestos de ayer, la causa ya tenía siete detenidos. Díaz; el barrabrava del club Defensa y Justicia Cristian Favale, y los ferroviarios Gabriel Sánchez, Juan Carlos Pérez, Francisco Salvador Pipitó, Jorge Daniel González y Guillermo Uño.

Todos ellos están acusados de la muerte de Ferreyra (con distintos grados de participación) y de las heridas de bala que sufrieron Elsa Magalí Rodríguez Sosa, Nelson Aguirre y Ariel Pintos.

Para la Justicia, integraron el grupo de choque que atacó a los tercerizados. Su objetivo no era sólo evitar el corte de las vías; también buscaban un gesto aleccionador: disuadirlos de que volvieran a intentar una medida de fuerza semejante.

La Cámara del Crimen analizó el rol en este plan de cada uno de los detenidos y afirmó que Favale fue señalado por nueve testigos como una de las personas que disparó. Los camaristas advirtieron que él no era trabajador ferroviario, sino un aspirante a serlo, lo que tornó poco creíble el argumento de que la manifestación para evitar el corte de vías había sido espontánea. Además, sus comunicaciones telefónicas con Díaz demuestran que la contramanifestación estuvo coordinada.

Con relación a Sánchez, apodado "el Payaso", los camaristas relataron que dos testigos lo vieron disparar. En cuanto a los ferroviarios Uño y Pérez, ellos fueron quienes se deshicieron de las armas, según sus procesamientos.

Todavía resta investigar más a fondo la responsabilidad penal de los agentes de la Policía Federal que presenciaron el ataque y, de acuerdo con las pruebas de la causa, tuvieron una actitud absolutamente pasiva. Según el fiscal, que pidio la indagatoria de cinco policías, ellos "abandonaron a su suerte a las víctimas" y después permitieron que los responsables huyeran, destruyeran las pruebas y ocultaran las armas.

[Fuente: Por Paz Rodríguez Niell, La Nación, Bs As, 23feb11]

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