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DERECHOS


06oct10


Declaración de Gladys Virginia Garmendia en el juicio por los crímenes cometidos en la Base Naval de Mar del Plata.


AUDIENCIA DEL 6 DE OCTUBRE DE 2010

Se encuentran presentes los jueces Nelson Jarazo (presidente del tribunal), Alejandro Esmoris y Jorge Micheli, el fiscal federal general Daniel Adler, fiscal federal subrogante doctor Juan Manuel Portela; la abogada querellante doctora Gloria León; el doctor Gustavo Puppo a cargo de la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires; los doctores César Sivo y Natalia Messineo a cargo de la querella de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH); los abogados defensores doctor Carlos Meira, doctor Daniel Vázquez y la doctora Paula Susana Muniagurria; y los imputados capitán de navío Justo Ignacio Ortiz y contralmirante Roberto Luis Pertusio. En tanto que el general de brigada Alfredo Manuel Arrillaga no asistió a la presente audiencia por propia voluntad.

-En la ciudad de Mar del Plata, en instalaciones del Tribunal Federal del Departamento Judicial de Mar del Plata a los 6 días del mes de Octubre de 2010, dice el:

Sr. Presidente: impuesta que ha sido de las penas con que la ley reprime el falso testimonio, ¿jura o promete conforme a sus creencias decir verdad de todo que sabe y le fuere preguntado?

Garmendia: Si, Juro.

Sr. Presidente: se encuentran como imputados en esta audiencia de juicio los Sres. Alfredo Arrillaga, Justo Ortiz y Roberto Pertusio. ¿Con relación a ellos les comprenden las generales de la ley?

Garmendia: No.

Sr. Presidente: ¿Su nombre y apellido?

Garmendia: Gladys Virginia Garmendia

Sr. Presidente: ¿su edad?

Garmendia: divorciada.

Sr. Presidente: ¿Su oficio o profesión?

Garmendia: docente.

Sr. Presidente: Dr. Portela.

Dr. Portela: Gracias Sr. Presidente. Buenos días Sra. Garmendia. Surge de las constancias del expediente que usted habría sido víctima del terrorismo de Estado, me gustaría que nos confirme si esto es así, si nos puede relatar con la mayor precisión de detalle que fue lo que le ocurrió.

Garmendia: Bien, sí, bueno yo tenía 18 años en ese momento, este, había estado militando en una organización, que era el Partido Socialista de los Trabajadores, en la rama de los jóvenes, y después que, yo había dejado de militar… en el golpe del 76, yo estaba en la Universidad, en ese momento en Ingeniería, este… empieza el golpe militar, bueno yo estaba militando en ese momento, y me quiebro políticamente, porque bueno, por las cuestiones de seguridad, por el hecho de que, este…, teníamos que dejar de trabajar, teníamos que irnos de nuestras casas, este… y voy a vivir a la casa de mis padres nuevamente, en Julio del año 76, y en Octubre, en el mes de Octubre, el 19 de Octubre, van a mi casa personas uniformadas que nos llevan a mi y a mi hermana, encapuchadas, bueno, este… nos llevan a un lugar, a declarar nos hacen unas preguntas, a las dos por separado, y después nos llevan de vuelta a mi casa, a la semana, el 26 de Octubre, nuevamente me van a buscar pero en este caso ya a mi sola, y este me llevan a un lugar, que era la Base Naval, este… y ahí estoy detenida durante 33 días hasta que me liberan.

Dr. Portela: Disculpe que al interrumpa, ¿usted pudo reconocer el primer lugar adonde la llevaron?

Garmendia: Eh… yo no tuve posibilidad de reconocerlo porque… ¿usted dice actualmente?

Dr. Portela: Si, actualmente o en ese momento.

Garmendia: No, no, no,

Sr. Presidente: o sea, la pregunta concreta del Sr. Fiscal es si usted sabe concretamente en qué lugar físico estuvo la primera vez que la llevan, en la primera detención a la que usted hizo referencia.

Garmendia: No, en la primera detención fueron horas, no sé, no sé. Pienso que es el mismo lugar por los recuerdos que tengo en cuanto al pedregullo al sonido de la… alguna especie de tranquera, que el auto se detenía, antes de entrar y después seguía recorriendo pero, no, no, no le puedo decir.

Dr. Portela: ¿y recuerda cómo eran las personas éstas que se la llevaron en la primera oportunidad?

Garmendia: físicamente tengo pocos recuerdos, en realidad, eh… sé que estaban vestidos de oscuro, de color verde oliva, este, no con uniformes militares, precisamente, armas largas…

Dr. Portela: ¿Eran muchos?

Garmendia: eran varios, 4, varios, este… en una situación muy confusa, este… no permitían que los miráramos a la cara, entonces es muy difícil decir cómo eran ¿no?

Dr. Portela: ¿Y usted recuerda algún vehículo esa primera ocasión, algún vehículo en particular?

Garmendia: puede ser un Falcon verde, yo no, en realidad a mi me ponen una capucha cuando entro al auto, me sacan por el pasillo de mi casa, como así, agachada, me empujaban ¿no?, este, cuando veo me, era de noche, a la madrugada, creo que era un Falcon verde, pero, a veces uno no sabe exactamente si, la situación no me daba para mirar.

Sr. Presidente: Lo que no me quedó claro es una cosa, ¿usted dice que vestían de verde por la simple referencia al color de la vestimenta o era una ropa militar, era una ropa de fajina, que por lo que dice aparentemente no era?

Garmendia: eh, eran… no era ropa militar, o sea, no estaban vestidos de militares, pero sí, por ejemplo, borceguíes en los pies, eh, pantalones metidos dentro del borceguí, la parte de arriba no la recuerdo. Era ropa oscura.

Dr. Portela: ¿Dónde estaba usted en ese momento en que la secuestran en la primera oportunidad?

Garmendia: eh, estaba durmiendo en la casa de mis padres.

Dr. Portela: ¿Dónde queda la casa de sus padres?

Garmendia: Moreno 4031.

Dr. Portela: ¿Y la llevaron a un lugar muy alejado, cerca?

Garmendia: Y… alejado. De mi casa según mi criterio de lejanía de la ciudad de Mar del Plata, no, por ahí yo desde otro punto de la ciudad, para mi, por ejemplo, el Puerto es lejos.

Dr. Portela: ¿Y cuánto duró ese viaje, usted recuerda?

Garmendia: No, no, no, exactamente no.

Dr. Portela: ¿Y en la segunda ocasión usted dice que también fue un grupo de personas?

Garmendia. Si.

Dr. Portela: ¿Y fue en el mismo lugar?

Garmendia: Sí, en el mismo lugar.

Dr. Portela: ¿A la noche fue?

Garmendia: Si, a la noche.

Dr. Portela. ¿El ingreso a la vivienda cómo fue, usted recuerda?

Garmendia: No, porque yo estaba durmiendo, no sé. Pienso que le deben haber abierto la puerta mis padres, en ésa época las puertas no se cerraban con llave.

Dr. Portela: ¿Y usted puede describir a estas personas, como acaba de describir en la primera ocasión, o no? ¿Se acuerda de alguna circunstancia específica? ¿Si se acuerda cómo estaban vestidos?

Garmendia: Eran las mismas personas.

Dr. Portela: ¿Eran las mismas personas. Y recuerda algo más de cómo estaban vestidos?

Garmendia: No, No, eh, puede ser una ancla en el cinturón…

Dr, Portela: Eran las mismas personas y recuerda que en el cinturón tenían un ancla…

Garmendia: Si, el tema del ancla en el cinturón no recuerdo si era en ese momento que los vi, o que lo vi cuando ya estaba detenida, este, no recuerdo si tenían puesto ese ancla en ese momento.

Dr. Portela: Bien. ¿Y en esta segunda ocasión, entonces se la llevan y el trayecto usted recuerda si la llevan al mismo lugar?

Garmendia: Era el mismo lugar, porque estuve en el mismo lugar, cuando me sentaron en el mismo lugar cuando me interrogaron, era el mismo lugar.

Dr. Portela: Bien. ¿Y qué pasó ahí?

Garmendia: Bueno, ahí, me empiezan a preguntar, este, si yo estaba en el E.R.P, porque, por lo que me decían, ellos consideraban que la gente que era del Partido Socialista de los Trabajadores, cuando se dejaba la militancia, era porque había pasado a la parte armada de la organización, como si hubiese una relación entre el Partido Socialista de los Trabajadores y el E.R.P. Para hacer una comparación, se podría decir, como fue en su momento la Juventud Peronista con respecto a los Montoneros ¿no? Una relación de ese tipo. No era así, yo no estaba en una organización armada, este, de hecho tampoco tenía esa relación, este, y, bueno eso era, no creían que yo hubiese dejado de militar en la manera que había dejado de militar, porque yo desde Julio en que dejé de militar hasta Octubre, que es donde me detienen, este, pasé de hacer una vida de militancia, a una vida de lo que puede decir entre comillas, normal, de una chica que trabajaba, que tenia novio, que iba al cine, que salía, o sea, nada que ver con la vida que había hecho hasta el 18 de Julio que fue cuando volví a las casa de mis padres. Entonces eso era extraño, ¿no? Para ellos pienso que debe ser.

Dr. Portela. ¿Solamente la interrogaban, le preguntaban y usted contestaba, o…?

Garmendia: Hubo cierta, hubo… situaciones de, digamos de violencia, si bien a mi no me golpearon, este, pero si, por ejemplo, poner cuchillos en el cuello, no era un cuchillo, era así como una cosa filosa, puntuda, ehhh, zamarreos, este, ese tipo de cosas.

Dr. Portela: ¿Usted en ese lugar podía ver?

Garmendia: eh, no, en la primera oportunidad si vi.

Dr. Portela: ¿Qué fue lo que vio?

Garmendia: La persona que me estaba interrogando.

Dr. Portela: ¿La puede describir, se acuerda cómo era?

Garmendia: Sí, si lo viera.

Dr. Portela: ¿Y cómo era, era alto, petiso?

Garmendia: No, no era muy alto, era de estatura mediana, una persona de unos 30 y pico de años, este, de ojos claros, nariz ancha y aguileña, así media anchuda.

Dr. Portela: ¿ésa era la persona que…?

Garmendia: La persona que me hacía las preguntas. Las otras personas que, era un lugar pequeño, pero yo no, yo por, la vi a esa persona, había más personas pero no las miré a la cara, porque no las podía mirar a la cara, porque no me permitían mirar a la cara. Entonces, este, había que tener la cabeza agachada, pero a esa persona sí la pude ver.

Dr. Portela: Bien. ¿Y usted dice que este lugar donde estaba era en la Base Naval?

Garmendia: Si.

Dr. Portela: ¿Y usted por qué dice que es la Base Naval?

Garmendia: Yo digo que es la Base Naval porque el baño de ese lugar, tenía una mirilla grande que las personas estas utilizaban para ver cuando nosotros estábamos en el baño, bañándonos, o bueno, inclusive la utilizaban como para pedir de uno, o mirar cómo nos bañábamos o decir obscenidades, este, esa mirilla, estaba enfrente a una puerta de salida del lugar, en el primer piso, que en una oportunidad dejaron la mirilla abierta del lado de afuera y la puerta abierta que estaba en frente, que se veían los silos del puerto. Y de la única manera que se puede ver los silos, no hay otro lugar que pueda verse los silos, de esa zona. Yo miré montones de veces, después con el tiempo, trataba de ubicarme, mentalmente en el lugar físico, este, y sí, era en la Base.

Dr. Portela: Bien. ¿Y usted en qué lugar estaba alojada, estaba sola había otras personas?

Garmendia: Había más personas, era un sitio grande, probablemente como esta sala, un poco más pequeña, tal vez, no sé, este, varias personas porque nosotros estábamos sentados en sillas de playa, encapuchados y esposados, todo el tiempo, este, para comer nos traían una bandeja y nos permitían levantarnos la capucha hasta la nariz, yo no quería levantar más la capucha porque nos golpeaban, este, después a la noche nos tiraban un colchón en el suelo con una frazada, y de esa silla pasábamos al colchón, y después al otro día, yo digo al otro día por una cuestión de organización mental, pero no sé porque yo no tenía noción del tiempo, y de hecho me pasaba que cuando por ahí para mí era de noche, por ahí era de día, porque después, en otras oportunidades, al salir de ese lugar, que da a una escalera, ya sí, a través de la capucha se veía si era de día o era de noche, pero este, y para mí era noche y pensaba que era de día. Este, y después de ese lugar como, en un momento determinado me manosearon muchísimo, este, me llevaron a una celda individual, este, que al final ahí me manosearon peor, una persona que decía ser el capellán.

Dr. Portela: ¿La pudo ver a esta persona, o no?

Garmendia: No, no.

Dr. Portela: ¿Y usted dice que los interrogatorios se hacían en el mismo lugar?

Garmendia: ¿en esa sala grande?

Dr. Portela: Si, en esa sala grande.

Garmendia: No, había que bajar una escalera.

Dr. Portela: ¿Y bajaban de uno, bajaban todos juntos, cómo era?

Garmendia: No, a mí siempre me bajaron sola, de hecho yo declaré solamente cuando llegué, y volví a declarar, o sea, las dos veces en el mismo lugar y después no fui más a ese lugar, solamente cuando me soltaron.

Dr. Portela: Y las dos veces la hicieron bajar y después la devolvieron a esa sala grande.

Garmendia: a mí me hicieron bajar para declarar, y me hicieron bajar para una vez que me hicieron un simulacro de fusilamiento, y me hicieron bajar, en otra oportunidad, que me llevaron a ver como detenían a tres ex compañeros de militancia.

Dr. Portela: ¿La llevaron a ver cómo detenían?

Garmendia: Sí.

Dr. Portela: ¿Cómo fue eso, puede describir un poquito?

Garmendia: este, me subieron a un auto, o sea, me sacaron del lugar donde estaba, siempre encapuchada, siempre esposada, me suben a un auto.

Dr. Portela: ¿Recuerda en qué auto?

Garmendia: No, no, porque yo estaba encapuchada siempre, este, y me llevaron, la forma en que yo iba en el auto era eh, con una persona al lado que me empujaba la cabeza hacia abajo, o sea que ahí no se puede ver nada, se ve el piso del auto, que se puede ver algo con la capucha, porque uno se la corre un poco para poder respirar, porque falta el aire, este, y cuando el auto, pienso que más de un auto, se detiene en San Martin y San Luis, y ahí si me sacan la capucha, y me sientan en el auto y veo a mis tres compañeros, parados en la puerta en la Galería de los Cines.

Dr. Portela: ¿A qué tres compañeros, se acuerda?

Garmendia: Si, a Gustavo Stati, a Javier Martinez y a la que había sido la compañera de Javier, para mí se llamaban así porque era el nombre con los que yo los conocía, este, y la pareja de Javier, Elena.

Dr. Portela: ¿Y qué es lo que usted ve, o sea, le sacan la capucha para que vea…?

Garmendia: Para que vea cómo ellos, como los agarraban…

Dr. Portela: ¿Y qué fue lo que usted pudo ver?

Garmendia: pude ver personas que iban hacia ese lugar y los agarraban, los traían para que, inclusive a uno de ellos lo ayudan a subir al mismo auto que estoy yo, lo tiran encima mío, otro lo sientan en la parte de adelante del auto, y al tercera persona no sé.

Dr. Portela: ¿Usted se acuerda cómo estaban vestidas las personas que los iban a buscar, digamos?

Garmendia: Siempre el mismo estilo de ropa, oscura, verde oscura, siempre la misma, borceguíes, ropa verde oliva, siempre la misma ropa.

Dr. Portela: O sea el mismo tipo de ropa de la gente que la fue a buscar a usted

Garmendia: Si, el mismo tipo de ropa. Si, exactamente.

Dr. Portela: ¿Y ahí qué pasó?

Garmendia. Y ahí nos llevan de vuelta a todos al mismo lugar.

Dr. Portela: ¿A este lugar de donde a usted la habían sacado?

Garmendia: Claro. Yo vuelvo otra vez a mi celda, yo nunca entendí qué quisieron hacer cuando me sacaron a mí a ver esa detención, yo me lo pregunté muchos años, inclusive… yo sentí mucho dolor y mucha vergüenza por haber quedado viva, porque sé que ellos tres están desaparecidos, este… eran personas que yo quería muchísimo, sobre todo a Javier y a Gustavo, con Elena no tuve tanta relación, la conocía poco. Este, yo creo que fue una forma de tortura.

Sr. Presidente: Perdón, cuando a usted le sacan la capucha, ¿usted cuando observa, estas personas ya estaban detenidas o las estaban deteniendo?

Garmendia: yo sospecho que los estaban deteniendo.

Sr. Presidente: ¿Y estas personas qué estaban haciendo, usted lo recuerda?

Garmendia: No, a mi me llamó mucho la atención…

Sr. Presidente: ¿Estaban caminando?

Garmendia: Estaban parados, estaban parados, los tres parados ahí, parados en la puerta del cine, yo le digo, era como si yo dijera, 6 y media de la mañana, una cosa así era, muy temprano, a la mañana, había mucha luz mucho sol, pero no había nadie, estaba todo cerrado, ehh a mi me llamó mucho la atención esa situación, porque el Partido, ya cuando yo dejé de militar, después del golpe militar, ehh tenía ciertas normas de seguridad, que no permitían que los militantes se reunieran, menos que menos en el centro que era la zona en la que no se podía andar. No estaba permitido, o sea que, este, a mi me llamó mucho la atención esa situación, y me sentí culpable, sin tener culpa de que ellos estuvieran reunidos ahí, de hecho, uno de ellos era del secundario, Gustavo estaba en el secundario en ese momento, estaba estudiando en la Piloto, Javier no, era de la parte sindical, eran personas que ni siquiera podían este, estar juntas porque las normas de seguridad internas del Partido no lo permitían, fue una situación muy extraña. Pero de hecho ellos estaban ahí y de hecho sé que no aparecieron jamás. Este, si, fueron detenidos, yo creo que en ese momento ellos fueron detenidos, cómo fue que estaban ahí no sé, no lo puedo decir, pienso yo que alguna persona debe haber, este, debe haberlos hecho ir a ese lugar, por alguna razón, pero…

Sr. Presidente: ¿pero mientras ocurría este episodio y usted observaba esta situación, las personas que estaban junto a usted, hacían alguna manifestación, había un comentario entre ellos, que usted recuerde?

Garmendia: No.

Sr. Presidente: Volviendo un poco a los acontecimientos que usted narró hasta ahora, cuando a usted la detienen, ¿las personas que la detuvieron, entre ellas cómo se trataban: por sobrenombres, nombres, recuerda esto?

Garmendia: eh, pienso que por sobrenombres, había un sobrenombre, uno que fue la persona que a mí me dijo, por ejemplo, cualquier cosa que te ocurra decime a mí que yo te voy a ayudar, este, yo soy cachorro, me dijo, lo que necesites, este, después eso tuvo otra intención, no fue con intención de ayudarme sino el objetivo era otro con esa persona, este…

Sr. Presidente: Y dentro del ámbito dentro del cual usted estuvo detenida, ¿escuchó entre las personas que los custodiaban, también hacer referencia a nombres, a sobrenombres, datos de jerarquía, cómo dirigirse a ellos o entre ellos? ¿Alguna terminología que hiciera alusión al reconocimiento de alguna jerarquía?

Garmendia: No, en el lugar en el que yo estuve había música estridente y permanentemente, eh, a veces, esa música paraba, era un probador que ellos a veces ponían, este, se escuchaba el mar, cuando había silencio, y en una oportunidad hubo un acto militar, durante ese tiempo, que se escuchaba la música de la banda militar, este, igualmente ponían música, pero una música no podía tapar la otra, este, no sé si eso responde…

Sr. Presidente: ¿Y usted aludió a que en el lugar donde estuvo detenida, había otras personas en la misma situación que usted, lograron comunicarse con ellos de alguna manera o no le permitían?

Garmendia: No.

Sr. Presidente: ¿Escuchó o percibió de alguna forma, que estas personas fueran identificadas o individualizadas de alguna manera? ¿Escuchó apodos, nombres?

Garmendia: No, lo que escuché por ejemplo, fue gemidos de personas que aparentemente estaban lastimadas, este, escuché por ejemplo, cuando me pusieron en la celda, en la celda del al lado estaba Norma, una chica que había sido compañera de militancia, que yo sí la escuché hablar porque ella, se ve que entraban a la celda, y ahí hablaban con ella y si, a ella si la escuché hablar, que estaba aparentemente en la celda de al lado mío.

Sr. Presidente: Usted, en este contexto en que le tocó vivir, la vinculación que puede hacer respecto de personas que habían estado detenidas, que usted llegó a reconocer, ¿son personas vinculadas con su origen político, digamos, por su filiación política?

Garmendia: Si, si.

Dr. Portela: ¿Qué le daban de comer en ese lugar, se acuerda?

Garmendia: Si, la comida era bastante mala, este, y a parte, por ejemplo, ravioles fríos, revueltos con ensalada de tomate y lechuga, cosas asquerosas, un tarro de mate cocido, a veces con leche, a la mañana, con un pan que eso era incomible, en oportunidades, en una oportunidad nos dieron algo que se ve que nos descompuso a todos porque estábamos descompuestos y pedíamos para ir al baño, y nos pegaban, porque pedíamos para ir al baño, y no se podía llamar, no podía decir la palabra guardia, por ejemplo, había que levantar la mano y quedarse con la mano levantada durante el tiempo necesario, hasta que se acercaban a uno y le preguntaban qué querían, este, pero la gente, estábamos todos descompuestos, ese día fue terrible.

Dr. Portela: ¿Cómo le llevaban la comida, cómo se la servían?

Garmendia: En una bandeja metálica, que tenía como huecos.

Dr. Portela: ¿Llevaban alguna insignia las cosas que le daban, recuerda?

Garmendia: No, no recuerdo.

Dr. Portela: ¿Cuánto tiempo estuvo usted, o calcula que estuvo en ese lugar?

Garmendia: 33 días.

Dr. Portela: ¿Y cómo fue su liberación?

Garmendia: Me fajaron, me dijeron que me iban a soltar, ahí fue donde me sacaron la capucha y vi a esas dos personas, me dijeron que me dejara de joder con la política, que me casara, que tuviera muchos hijitos, y que si volvía otra vez a molestar o a meterme en líos me iban a ir a buscar de vuelta, y que no iba a contar el cuento. Y me llevaron a mi casa. Me volvieron a poner la capucha, me dejaron en la esquina de mi casa, me bajé del auto y eso fue todo.

Dr. Portela: ¿A qué hora fue esto?

Garmendia: a la madrugada, tipo una de la mañana.

Dr. Portela: ¿Durante esos 33 días, alguien de su familia o algún conocido suyo realizó alguna gestión para saber dónde estaba usted?

Garmendia: eh, mi novio, que fue después mi marido, hizo todo lo que pudo para encontrarme, para saber donde estaba, este, de hecho en una oportunidad recibo una notita de él.

Dr. Portela: ¿Usted recibió una notita de él?

Garmendia: Si, recibí una notita de él.

Dr. Portela: ¿Cómo fue?

Garmendia: yo estaba en el calabozo individual, y entró un guardia, de las personas que nos cuidaban, y me puso un papel en la mano, un papelito chiquitito, que decía que mi familia estaba bien, que me quedara tranquila, que ellos me amaban, entonces yo me lo comí al papel, obviamente, este…

Dr. Portela: Cómo era el nombre de su novio?

Garmendia: Alfredo Oscar Perrone.

Dr. Portela: Y le hago una consulta, ¿él le comentó después cómo hizo para llegarle este papel?

Garmendia: él hizo de todo, él se metió en cuanto lugar conocía, y este, no sé, a través de qué o de cual los sitios en los que él fue, él fue desde hablar con el Obispo de Mar del Plata, hasta meterse en todas las comisarías, buscándome. Fue inclusive, a él lo fueron a buscar un día, fueron a su casa a buscarlo y no estaba, este, fue al GADA y se presentó junto con su madre, para quedar detenido él y que me soltaran a mí, este, se relacionó con unas personas que eran de, en esa época había personas que sin ser militares trabajaban para los militares, que yo no conocía, pero él como siempre fue una persona que le gustó la política, y siempre conoció muchísima gente, yo creo que a través de esas personas logró, este, de hecho todavía sigue siendo una persona que le interesa la política, yo no.

Sr. Juez: ¿él era militante también?

Garmendia: él era militante también, no del mismo partido que yo.

Sr. Juez: ¿De qué Partido era él?

Garmendia: Peronista.

Sr. Juez: ¿Y usted sabe si presentó algún Hábeas Corpus?

Garmendia: No, no. Que yo sepa no.

Sr. Presidente: ¿El le comentó en algún momento de que realizó esta gestión si llegó de alguna manera a conocer el lugar donde usted podía haber estado?

Garmendia: No.

Dr. Portela: ¿Usted qué edad tenía cuando pasó todo esto?

Garmendia: 18 años.

Sr, Fiscal: Usted hizo referencia a que una persona que se identificó como cachorro tenía otras intenciones, ¿qué nos puede decir de esto?

Garmendia: Esa persona, quería acostarse conmigo, de hecho cuando yo salgo a mi me siguen, me siguen persiguiendo y esa persona me iba a ver a mi trabajo, él quería que yo me acostara con él.

Sr. Fiscal. Esta persona formaba parte, digamos, usted dijo de los que fueron a buscar a sus compañeros, describa las acciones de desarrollo de esta persona.

Garmendia: esta persona fue una de las que fue a buscarme a mi casa en las dos oportunidades, la que mi instaló en esa silla que me acompañó hasta ese lugar y me encerró en esa silla, la que me dijo que cualquier problema que tuviera yo lo llamara, a la persona a la que yo llamé cuando me empezaron a manosear, y bueno, así me fue, me siguieron manoseando, este, la persona que me liberó, la que me llamó el día que me liberaron, y la persona que iba a mi trabajo cuando yo vendía camperas, ese verano, y me hacía salir a nada, a decirme que quería que fuera con él a Brasil, a cualquier cosa. Cualquier cosa, o sea una persona que no estaba bien de su cabeza.

Sr. Fiscal: ¿Cuánto tiempo persistió en esta actitud?

Garmendia: Hasta que me casé y pocos días antes de casarme.

Sr. Fiscal: ¿Cuándo se casó?

Garmendia: Me casé el 25 de Marzo del 77.

Sr. Fiscal: ¿Usted sabe quién es esta persona?

Garmendia: No.

Sr. Fiscal: ¿La pudo identificar alguna vez por nombre y apellido?

Garmendia: No.

Sr. Fiscal: ¿El grado, si era oficial o suboficial?

Garmendia: Pienso que tendría grado, si.

Sr. Fiscal: ¿Tenía mando sobre la tropa?

Garmendia: Y sí.

Sr. Fiscal: ¿Por qué?

Garmendia: porque es como que tenía autoridad, si, si usted me dice a mi si usted está en algún problema llamame a mí, indudablemente es porque me está diciendo que tenés autoridad sobre los demás. Por qué sino ¿para qué?

Sr. Presidente: ¿Cuando usted estaba detenida, él le dijo llamame a mi?

Garmendia: Si, el fue la persona que me llevó hasta ese lugar, a mi me pusieron un colchón, me tiraron al piso y me taparon con una frazada.

Sr. Presidente: Bien. ¿Había otras personas ahí con él?

Garmendia: Claro, si, a esas personas no las vi, porque yo estaba encapuchada.

Sr. Presidente: ¿Y en el trato verbal, se podía percibir que él tenía un trato ascendiente hacia esas personas o era uno más del grupo?

Garmendia: Pienso yo que tenía cierto ascendiente sobre esas personas, porque de hecho eso parecía. Tampoco era de las personas que cuidaban ahí. O sea, no estaba permanentemente en ese lugar.

Sr. Fiscal: ¿Cuántas veces sufrió manoseos?

Garmendia: (pausa) No le puedo decir exactamente, no recuerdo.

Sr. Fiscal: ¿Fue en más de una oportunidad?

Garmendia: Si.

Sr. Fiscal: ¿Y las otras mujeres?

Garmendia: No sé.

Sr. Fiscal: ¿Usted puede ubicar, más allá de lo que ya dijo, usted ha recorrido la Base Naval?

Garmendia: Una vez fui con la escuela, porque yo fui docente, hicimos una visita, pero recorrimos las partes de afuera, los patios, digamos, pero no volví a ir, por este tema no.

Sr. Fiscal: ¿Y en esa visita que usted hizo con sus alumnos, ratifica la versión de que se trata de la Base Naval y el lugar donde estuvo?

Garmendia: Si, si, porque justamente es desde ese lugar donde se ven los silos cuando yo los vi por la mirilla de los baños.

Sr. Fiscal: ¿Usted dijo que le pusieron algo en la garganta?

Garmendia: Si.

Sr. Fiscal: Usted vio lo que le pusieron en la garganta?

Garmendia: Como una especie de cuchillo filoso pero…

Sr. Fiscal: ¿Por qué motivo le pusieron esto en la garganta?

Garmendia: Porque levantaba la mano para ir al baño.

Sr. Fiscal: ¿Y qué le dijeron en ese momento, cuando le pusieron el cuchillo en la garganta?

Garmendia: Que me dejara de hinchar las pelotas.

Sr. Fiscal: ¿Dijo justamente que la habían golpeado?

Garmendia: Si.

Sr. Fiscal: ¿Dónde la golpearon?

Garmendia: En la cara.

Sr. Fiscal: ¿Muchas veces ocurrió eso?

Garmendia: No, no, no.

Sr. Fiscal: ¿Qué le pasaba al que hablaba?

Garmendia: Le pegaban.

Sr. Fiscal: Mencionó a una compañera Norma, ¿quién es esta compañera?

Garmendia: Era compañera de militancia.

Sr. Fiscal: ¿Sabe qué pasó con ella?

Garmendia: Creo que está desaparecida también.

Sr. Fiscal: Esta gente de la cual usted oía gemidos, ¿puede atribuir a que se debieron estos gemidos, se hablaba de algún método de tortura en ese lugar, lo puede describir?

Garmendia: No.

Dra. León: Usted nos acaba de relatar que la tenían en un lugar, un lugar amplio, pero que los interrogatorios no eran en ese lugar, ¿nos puede describir de lo que usted recuerde qué sensación tiene de ese lugar donde la llevaban para los interrogatorios?

Garmendia: eh, había que bajar la escalera, que tenía forma de "L",

Dra. León: Disculpe, ¿esa escalera correspondía a un lugar abierto, cerrado, al aire libre, recuerda algo de eso?

Garmendia: era al aire libre. Esa era la escalera que salía a esa puerta que yo menciono que quedó abierta. Se bajaba las escaleras, y a la derecha, estaba ese lugar que era una sala pequeña, donde había una especia de cama alta, donde a mi me sentaban, donde a mi me sentaron, a mí los pies no me tocaban el suelo, como una especie de camilla, una cosa así.

Dra. León: ¿Recuerda si la superficie sobre la que la sentaban si era blanda, si era dura, para poder diferenciar si era una cama, camilla?

Garmendia: Como una camilla, pero no estoy segura, como una cuerina.

Dra. León: ¿Y qué pasaba en ese lugar?

Garmendia: ese era el lugar donde me llevaron a interrogar en las dos oportunidades que me llevaron.

Dra. León: ¿Y se acuerda si estaba con las manos atadas, esposada, encapuchada, vendada?

Garmendia: siempre estuve encapuchada, siempre estuve esposada y la capucha, en algunas oportunidades, se permitía que se levante, en vez de tenerla hasta el cuello, que tenía como una soga que tiraban, y se embolsaba, como no se podía ver o respirar, se corría la capucha y se ponía hasta la nariz.

Dra. León: ¿Las manos dónde estaban esposadas, adelante, atrás?

Garmendia: adelante.

Dra. León: ¿Y tiene algún recuerdo o pudo percibir el material de la capucha?

Garmendia: Decía grafa industria argentina.

Dra. León: ¿Color o estado de ese…?

Garmendia. Lona.

Dra. León: Bien. ¿Luego del interrogatorio, qué pasaba?

Garmendia: Nos volvían a llevar a ese lugar, arriba.

Dra. León: ¿Tiene alguna sensación de ése lugar, de ese espacio físico, alguna característica que le haya quedado grabada?

Garmendia: un lugar pequeño.

Dra. León: ¿eso donde la interrogaban y el lugar donde la subían nuevamente?

Garmendia: Un lugar amplio, una sala amplia.

Dra. León: ¿Y cómo eran las sillas en las que estaba sentada?

Garmendia: eran de playa.

Dra. León: ¿Cómo lo sabe a esto?

Garmendia: porque las tocaba permanentemente, o sea, pasé tantos días ahí sentada, que cuando, por ejemplo, cuando estaba en el calabozo individual, se supone que uno tiene un poquito más de libertad porque está encerrado, o sea, ahí no venía ningún cachetazo si yo me corría un poquito la capucha, entonces este, yo me levantaba la capucha y me la ponía arriba de la nariz, y tocaba, de hecho, en esa silla de playa, encontré una cruz de pan con un Cristo, como si fuera una realidad de alguien que había estado detenido antes que yo, este, y como yo no creía en Dios cuando entré, y si cuando salí, para mí eso fue el reencuentro que tuve con Dios en ese momento. Y gracias a eso, tuve fe, inclusive rezaba, porque sabía rezar, porque me habían enseñado, así que es lo que yo hacía, rezar y tenía esa crucecita de pan en la mano que me la llevé cuando me fui de ahí como si fuera, no sé, un baluarte. Y se la llevé al cura donde me casé y donde los bauticé a mis hijos. En esa misma Iglesia, se la di al cura. Así que si sé que era una silla de playa porque tenía la forma redonda y entretejida, de playa.

Dra. León: Bien. Y usted mencionó que ese día que las sacan, que la llevan a la esquina de San Luis y San Martín, que detienen a estos tres compañeros, no recuerdo si lo dijo claramente, ¿los llevaron al mismo lugar, hacia la Base Naval, a estas personas?

Garmendia: Si, porque en el caso de Javier y en el caso de Gustavo, eran personas conocidas para mí, si bien, uno no puede, no hablaban, no podíamos hablar. Pero si uno llora, identifica, o gime, identifica las personas, porque conoce la voz de esa persona. Los gemidos que se escuchaban, y los llantos, eran de mis compañeros.

Dra. León: ¿entonces usted puede afirmar ante este Tribunal que Gustavo Stati y Javier Martinez estuvieron detenidos en la Base Naval de Mar del Plata?

Garmendia: Si, si.

Dra. León: ¿Y la otra persona Elena?

Garmendia: También, lo que pasa que yo no la escuché a Elena. No la escuché llorar, no, no la escuché.

Dra. León: ¿el apellido o algún dato por medio de la cual se la pudiera identificar recuerda, o que averiguó después?

Garmendia: ¿de Elena? No. Lo que pasa que yo tengo mala memoria para los apellidos, a la hermana de Elena, eh, en el año 95 aproximadamente, me encuentra, y como ella me pide en ese momento que yo declare por la hermana, yo tenía tanto miedo, en ese momento, que le dije que no, que no sabía nada, pero hoy debo decir que sí, que yo la vi en ese lugar a ella.

Dra. León: ¿Pero en el año 95, porqué tenía tanto miedo? O sea, la pregunta apunta a esto, ¿después de que la liberaron, siguieron acosándola, vigilándola, o tuvo algún tipo de presencia militar, rodeando su vida?

Garmendia: solamente lo que mencioné, cuando a mi me liberan me empiezan otra vez a llamar por teléfono, eh, a decirme que tenía que estar en tal hora, en tal lugar, parada en la esquina del álamo, para que no fuera nadie, para que apareciera un señor diciendo que quería que lo acompañara a un boliche de Constitución, porque tenían que reconocer, o sea, estupideces, que yo era muy chica, tenía mucho miedo, este, mi familia estaba cansada de los problemas que yo les había generado por mis características, yo no quería hacer sufrir más ni a mi mamá, ni a mi papá, ni a mis tíos, ni a mi hermana, este, no quería hablar más del tema, quería terminar con esto, de hecho inclusive en un momento determinado, me fui a Villa Gesell a descansar en Diciembre, y pasé por la casa de mi tío que queda en Gral. Madariaga y al poco tiempo que yo pasé por ahí, pasó un auto con personas armadas y entraron a preguntar dónde estaba yo, en el almacén de mi tío. O sea, ese tipo de cosas que a mí me generaron mucho temor.

Dra. León: ¿O sea, que de hecho siguieron vigilándola?

Garmendia: Exactamente, después de haber estado libre, seguía, seguía presa. Entonces, yo tardé muchos años en quitarme de encima la sensación de seguir vigilada, o de pensar que en cualquier momento podían venir a buscarme, este, no hablé nunca más del tema.

Dra. León: ¿Alguna persona de su familia sufrió algún tipo de tensión, de secuestro?

Garmendia: En la primera oportunidad fue con mi hermana, que en la primera oportunidad que me detuvieron, nos detuvieron a las dos, este, y después lo fueron a buscar a mi novio, en ese momento cuando yo estaba detenida, y no, después no.

Dra. León: ¿Y recuerda personas de su Partido o de otro Movimiento político de aquél entonces, que usted pueda identificar que también estuvieron secuestrados en la Base Naval, el tiempo que usted estuvo?

Garmendia: eh, Ernesto Brandina, que era compañero mío de la Facultad, yo a Ernesto lo conocí en la Facultad de Ingeniería, nos hicimos amigos, militábamos juntos, y no, no recuerdo más nadie, de las que ya mencioné.

Sr. Juez: ¿Ernesto estuvo detenido en la Base, en el mismo momento que usted?

Garmendia: Si.

Sr. Juez: ¿Eso cómo lo supo?

Garmendia: también porque lo escuché llorar.

Sr. Juez: ¿Con él tuvo algún contacto posterior?

Garmendia: No.

Sr. Juez: ¿Pero lo dejaron en libertad?

Garmendia: Tengo entendido que sí.

Sr. Fiscal: Disculpe, ¿usted nunca más lo volvió a ver a Brandina?

Garmendia: No, yo después que salí, un día fui hasta la casa de él, y me echó. Porque él me echaba la culpa a mí de lo que le había pasado.

Sr. Juez: Usted manifestó que se encontró con la hermana de Elena, ¿tiene algún otro dato de ella que permita identificarla?

Garmendia: No, ella fue a mi casa, yo vivía en ese momento en el barrio de las mil quinientas viviendas, este no sé cómo fue que ella llegó a mí, no sé, me imagino por algún conocido, me fue a ver a mi casa, y me dijo que era la hermana de Elena.

Sr. Juez: ¿Y el personal de jerarquía superior de la Base, hacía una recorrida del lugar donde estaba detenida junto a las otras personas?

Garmendia: No sé.

Sr. Juez: ¿Y alguna vez recibió atención médica?

Garmendia: No.

Sr. Juez: Puede estimar más o menos la cantidad de personas que estaban con usted?

Garmendia: muchas, 20, más o menos, muchas, me imaginaba por la cantidad de voces…

Sr. Juez: Cuando le llevaban la comida…

Garmendia: Claro.

Sra. Defensora: Buenos días. ¿Nos puede relatar por favor lo que recuerde del simulacro de fusilamiento, cómo fue, a dónde la llevaron, si le decían algo?

Garmendia: con el simulacro de fusilamiento tengo un problema porque me lo olvidé, me fueron a buscar a la celda, y se reían, eran dos que hablaban entre ellos y decían mirá qué día para morir, porque era el 2 de Noviembre, el día de los muertos, y entre ellos hacían chistes referentes a esa situación, después lo que pasó no me acuerdo…

Sra. Defensora: Gracias, no más preguntas.

Dr. Sivo: Buen día. Respecto de su hermana, a su hermana cuando la llevaron la primera vez, ¿fue la única vez que la llevaron, en esa circunstancia que la llevaron las liberaron juntas?

Garmendia: Si, fue la única vez que la llevaron y este, y después nos liberaron juntas.

Dr. Sivo: ¿Su hermana cuántos años tenía en ese momento?

Garmendia: es mayor que yo, tres años, en ese momento 21.

Dr. Sivo: Bien. La sacaron de su casa y después usted dice que la llevaron al mismo lugar que estuvo posteriormente alojada en la Base Naval. ¿En esa circunstancia, usted y su hermana permanecieron juntas, las separaron?

Garmendia: Nos separaron.

Dr. Sivo: Bien. ¿Y qué le contó su hermana?

Garmendia: a ella le preguntaban lo mismo que me preguntaban a mí, este, lo que pasa que aparentemente, no sabían cuál de las dos éramos, la que buscaban ellos era yo.

Sr. Presidente: ¿Su hermana también militaba en el Partido Socialista?

Garmendia: No.

Dr. Sivo: Le hicieron esas preguntas, y después la liberación, ¿cómo fue, la volvieron a sacar en un auto?

Garmendia: Si, si, nos volvieron a, siempre encapuchadas, nos metieron en ese mismo auto y nos llevaron a la puerta de mi casa, y de ahí nos bajaron, nos dijeron que miráramos para la pared, que no miráramos al auto, y se fueron.

Dr. Sivo: Bien. Vamos al segundo secuestro. Usted dijo que eran un grupo de personas, edades de las personas, usted tenía 18, ¿alguna referencia?

Garmendia: Para mi eran todos viejos, ehh, 30 y pico, 40.

Dr. Sivo: ¿Todo el grupo era de la misma edad, más o menos?

Garmendia: las voces en realidad, porque, yo le digo, nosotros no podíamos mirar porque no me mires a la cara, no mires, era como que era una preocupación muy grande por parte de ellos de que no los miráramos a la cara.

Dr. Sivo: Bien. ¿En ese secuestro estaban sus padres, usted estaba durmiendo en la casa de sus padres?

Garmendia: Si.

Dr. Sivo: Bien. ¿Sus padres, hicieron referencia a cómo era el grupo, a cómo había ingresado el grupo, qué habían dicho?

Garmendia: Mi padre era alcohólico, de modo tal que la situación para mi padre fue muy difícil después, eh, mi mamá, que es la que más en ese momento estaba en, digamos era la que llevaba la familia adelante, este, ¿si relató cómo eran las personas?

Dr. Sivo: Si.

Garmendia: No, no recuerdo, no.

Dr. Sivo: Bien llegamos al lugar de detención. Cuando la sientan con la capucha en ese lugar, ¿recuerda detalles del espacio ese, por ejemplo el tipo de piso, si tenía persianas, tenía otro tipo de aberturas que usted pudiera sentir el ruido, algo característico, si eran cosas metálicas, de madera, el baño?

Garmendia: Sé que era un lugar muy pequeño en cuanto al espacio, por decirle, dos metros de ancho, dos metros y medio de ancho por 4 o 3 metros de largo, sin ventanas, oscuro, con una puerta de ingreso, que no recuerdo si había ventanas, si había ventanas estaban cerradas, no entraba luz, no vi luz. Bueno, era de noche, así que no. Tampoco podía haber habido luz de día.

Dr. Sivo: ¿El baño, tenía inodoro, no tenía inodoro, que características tenía?

Garmendia: El baño al que yo hago referencia no estaba en la planta baja, sino que estaba en el primer piso, donde estábamos detenidos. Y había un inodoro, una pileta y era grande y una ducha.

Dr. Sivo: ¿Inodoro, pileta y ducha, todo en el mismo lugar?

Garmendia: Todo en el mismo lugar.

Dr. Sivo: ¿Y ese lugar usted que era grande, cómo lo podría describir en cantidad de pasos, por ejemplo?

Garmendia: Y cantidad de pasos, 6 pasos, 8 pasos, hasta llegar a la ducha. Ese lugar, por ejemplo, cuando uno se podía bañar, nos daban ropa de otra persona para vestirnos, toda arrugada, obviamente no, inclusive hacían chistes ellos, se reían de cómo quedábamos vestidos, porque obviamente nos quedaba ridículo estar vestidos con la ropa de otra persona, este, si era un espacio, bueno, grande. Tres metros por ahí, por dos metros y pico, bueno, grande.

Dr. Sivo: Bien, ¿y en los 33 días que estuvo, cuántas veces la dejaron bañarse?

Garmendia: No recuerdo, pero, tal vez 4 o 5 veces.

Dr. Sivo: Usted hizo referencia a que le traían la comida en una bandeja, ¿cómo era esa parte del día cuando le traían la comida? ¿Venía otra guardia, venían soldados, cómo se la traían a la comida?

Garmendia: cuando yo estaba en el salón grande, me ponía la comida en la bandeja arriba de las piernas, y cuando estaba en el calabozo, se sentía la puerta, el cerrojo de la puerta, y entraban y también, la misma situación, la bandeja de la comida, también, sobre las piernas.

Dr. Sivo: Bien. ¿En esa situación, pudo hablar con alguien, le refirieron algo, sabe si eran soldados, le escuchó la voz a alguno que le traía la comida, le decía está la comida o algo por el estilo?

Garmendia: no recuerdo, que se yo, yo pienso que sí, que hablar hablaban, o que decían, no.

Dr. Sivo: Bien. Del sonido usted dijo que escuchaba el mar, que además tenían música estridente, ¿alcanzaba a escuchar algo más de lo que hablaban, por ahí órdenes de mando o instrucciones o cosas que se dijeran en el lugar donde estaban ustedes? ¿Era gente que trabajaba ahí? ¿Algún otro ruido característico?

Garmendia: No, lo que hice referencia fue el sonido del mar, y después en el acto ese, que se escuchaba la banda militar, y como un micrófono de alguien que hacía un discurso, en tono, bueno como son las fiestas militares, ¿no? Como cuando se dan condecoraciones o ese tipo de cosas, se escuchaba eso.

Dr. Sivo: Usted dijo que cuando estaba detenida, le llegó una cartita, un pepelito de Perrone, ¿eso se lo entregó uno de los guardias?

Garmendia: Si.

Dr. Sivo: ¿Distinto de los que traían la comida?

Garmendia: No me acuerdo.

Dr. Sivo: Bien. ¿Perrone, sabe con quién habló, con qué civil habló?

Garmendia: No.

Dr. Sivo: ¿Perrone vive?

Garmendia: Si

Dr. Sivo: ¿Vive en Mar del Plata?

Garmendia: Si.

Dr. Sivo: ¿Bien Usted sabe el domicilio de Perrone?

Garmendia: Si, es el padre de mis hijos. En una de mis declaraciones está el domicilio, ya esto me lo habían preguntado. Si, ya lo había dado, lo que pasa que él ahora se mudó.

Dr. Sivo: ¿él hizo referencia a qué actividades pudo hacer, es por medio de ellos que a usted le entregan el papelito, de estos civiles que colaboraban con los militares?

Garmendia: Pienso que si, si. Yo quisiera que usted comprenda, yo me casé con esa persona, tuve 5 hijos, tuve una familia, todo el tiempo que yo estuve casada con mi marido, nunca jamás hablamos de este tema. En mi casa no se hablaba de esto que pasó. Después me divorcié, me divorcié en el año 92, de hecho inclusive, cuando yo declare la vez pasada, en el 2008, le dije, lo llamé por teléfono y le mencioné que yo lo había nombrado, porque lo tenía que nombrar, él estaba ahí, este, tuve inconvenientes, porque nosotros si bien, no tenemos mala relación, tampoco tenemos una excelente relación. Por eso, a veces puede llegar a parecer extraño, que con la persona con que uno duerme, y convive y come, y hace el amor, no habla de determinadas cosas. Bueno, en mi casa de esas cosas no se hablaban. Era un tema que no se tocó más. Yo creo que eso fue lo que a nosotros nos terminó dominando el matrimonio, y al final nos separamos, porque no nos podíamos comunicar. Yo eso lo vivo hoy como una consecuencia de lo que viví, porque yo no lo podía superar en ese momento, no lo pude superar.

Dr. Sivo: Bien. Las personas que la iban a ver después de estar liberada, usted mencionó al cachorro y también mencionó que iban algunos otros, ¿recuerda cómo eran, alguna característica en particular?

Garmendia: el que me llamó por teléfono para ir al álamo, me acuerdo que era un hombre alto, morocho, de bigotes, moreno, y que en ésa época, este, el álamo era un lugar que estaba en Colón e Independencia, me llamaron por teléfono a mi casa, me dijeron que tenía que ir, que tenía que estar a la diez de la mañana, bueno yo fui, me senté en el café, apareció este señor, me dijo que me iba a volver a llamar porque quería que yo los acompañara a un boliche en Constitución, que tenían que reconocer a una persona, yo no quería ir, le dije que yo no conocía más a nadie, que, bueno, me negué, igual no le importó, me dijo que después me iba a llamar, y después no me llamaron.

Dr. Sivo: Bien. ¿Algún otro, además de este morocho de bigotes y cachorro?

Garmendia: No, ése y cachorro, que iba a mi trabajo.

Dr. Sivo: Bien. Usted mencionó al capellán, ¿le decían el capellán, advirtió que tenía sotana, algo que lo pudiera identificar como un religioso?

Garmendia: él me dijo que era un capellán.

Dr. Sivo: ¿él se presentaba de esa manera?

Garmendia: Sí.

Dr. Sivo: ¿Y lo escuchó, por ejemplo, en alguna ocasión dar misa, hablar con alguien de cuestiones religiosas?

Garmendia: No, de hecho dudo que haya sido una persona religiosa, creo que fue, si se le puede decir chiste, era un chiste.

Dr. Sivo: Le voy a preguntar de la detención de Gustavo Stati, de Javier y de Elena, ¿Elena puede ser Ferreira?

Garmendia: Si, puede ser Ferreira.

Dr. Sivo: Bien. El grupo que se armó para esa detención, cuando a usted le sacaron la capucha, a uno de los secuestrados se lo tiraron arriba suyo, ¿cuántos vehículos más había, y qué tipo de vehículos eran?

Garmendia: No, si había más vehículos, por lo menos pienso que había uno más. Qué tipos de vehículos no sé. Aparte hay mucha violencia en todas estas cosas, por ahí yo no lo relato como es, no sé cómo explicárselo, ehh, hay empujones, golpes, eh, por ejemplo, levantar la persona, tirarla otra vez, pegarte, ese tipo de cosas que son permanentes, irracionales, entonces, eso, es muy difícil de narrar una situación de ese tipo porque son cosas rápidas e irracionales, y muchas veces, también está relacionado con lo que uno siente y quedó en el recuerdo de esa situación. Y hay cosas que por ahí no las recuerdo porque, como me pasa con el tema del simulacro de fusilamiento, que yo no me puedo acordar, que es como que yo las borré para no recordar todo lo que pasé, porque me da dolor, angustia, hice terapia, lloré un montón, ehh, pero las cosas están así, con el tiempo, cuando transcurre el tiempo, usted me está preguntando de algo que ocurrió hace 33 años, yo no recuerdo la secuencia de las situaciones, si se las narro como yo me las imagino que sucedieron, yo no sé realmente si estoy narrando el suceso como fue o como yo me lo imagino que fue. Entonces yo dije que iba a decir la verdad por mis creencias religiosas, porque yo creo en Dios fervientemente, de ninguna manera quiero mentirle a este Tribunal. Entonces si yo dudo es porque realmente no estoy segura de que eso sucedió con esa secuencia. Es lo que yo recuerdo, de hecho si yo hoy quiero recordar los 33 días que estuve ahí adentro, no los puedo recordar como secuencia y sé que es un montón de tiempo, y por ahí ustedes van a decir pero no estuvo tanto tiempo, pero para mí fue una eternidad.

Dr. Sivo: Usted dijo que para pedir algo tenían que levantar la mano, o sea que no podían hablar, lo que me da una idea de que había alguien permanente en el lugar, ¿ustedes sabían que había una persona permanente, escuchaban que hablaba, lo llamaban por radio o algo por el estilo?

Garmendia: No me acuerdo si había radio, pero sí que caminaban permanentemente porque escuchaba los pasos, inclusive, había uno que fumaba y me levantaba la capucha y me ponía el cigarrillo para que le diera una pitada.

Dr. Sivo: Bien. ¿Recuerda cómo eran los cambios esos de guardia, o sea había una persona permanente y otros que caminaban, recuerda cómo eran esos cambios?

Garmendia: No.

Dr. Sivo: Bien. ¿Si había diferencias entre guardias, por ejemplo?

Garmendia: Si, había diferencias, porque entre uno que le ponía el cigarrillo para le dé una pitada, y entre otro que le ponía el estilete, esa cosa que yo le digo el estilete en cuello, porque levantaba la mano para ir al baño y le rompía las pelotas, había una diferencia, si.

Dr. Sivo: Bien. ¿Y las dos veces que la llevaron a usted, venía otra gente diferente a los que estaban ahí?

Garmendia: Si, era otra gente. No estaban permanentemente ahí, aparentemente había gente como que cuidaba y los que se encargaban de hacer esa clase de operaciones eran otros.

Dr. Sivo: Cuándo los llevaban para interrogar, las veces que la llevaron a usted y las veces que han llevado a otros, ¿puede dimensionar, horarios, si eso era de noche o era tarde, por ejemplo tomando como referencia las comidas, o una cosa por el estilo no?

Garmendia: eso de tomar como referencia la comida, a mí, por ejemplo, este, a mi no me sirvió tanto tampoco, porque de hecho, por ejemplo, cuando a mi me liberan, que me llevan abajo para decirme que me iban a liberar, yo para mí era el mediodía, y era la noche. O sea que yo perdí completamente la noción del tiempo, de hecho cuando se reían y decían que era el 2 de Noviembre el día de los muertos que buen día para morir jajaja, para mí era, este, 10 de Noviembre, porque yo ya me había acostado un montón de veces y me había levantado un montón de veces, más de las que naturalmente por el día…

Dr. Sivo: No hay más preguntas.

Dra. León: Usted narró que en el momento de su cautiverio escucha una banda militar, como si fuera una fiesta, un acontecimiento militar, con esto que nos acaba de decir, con la dificultad de ubicarse temporalmente, ¿pero tiene alguna idea en el lapso en que usted estuvo detenida en la Base Naval, en qué fecha habría sido este acontecimiento? ¿Si recuerda lo que se escuchaba por alto parlante, por micrófono, de qué se podía referir ese acontecimiento militar con bandas?

Garmendia: No, no. Tampoco me lo puse a pensar porque por ahí si yo me lo pongo a pensar capaz que podría decirle si se refiere a tal cosa o a tal otra, pero no, no.

Dra. León: Usted describió que el baño estaba en la planta alta, ¿tiene alguna idea de la ubicación, es decir, teniendo por referencia la escalera y el calabozo en el que estaba, si era hacia la derecha, hacia la izquierda, algún tipo de detalle de ubicación de ese baño en relación al lugar concreto en que usted estaba detenida en el calabozo?

Garmendia: ehh, calabozos había más de uno, por los ruidos de las puertas, de cómo estaban los calabozos había que salir del calabozo y girar en el sentido noreste digamos, para mi cabeza no, como que estaba…

Dra. León: ¿De la puerta del calabozo, usted salía hacia…?

Garmendia: Hacia la derecha.

Dra. León: ¿Usted lo ubica como norte?

Garmendia: Claro.

Secretaría de D.D.H.H: de las dos veces que usted relató el secuestro, ¿usted puede diferenciar si las personas que la secuestraron pertenecían a un mismo bando o a bandos distintos, o había una relación de grado, o una relación de fuerzas dentro del mismo grupo que la fue a secuestrar?

Garmendia: si, yo interpreto que si había una relación de grado, o de fuerza o de poder, en relación a uno, o en relación a otro.

Sr. Presidente: No, pero me parece que la pregunta se refiere a si intervinieron distintas fuerzas o si percibió que se trataba de una misma fuerza…

Garmendia: No, pienso que se trataban todos de la misma fuerza.

Sr. Presidente: Las personas que la interrogaban, cuando la interrogaban, ¿demostraban tener un lenguaje civil o eran personas que tenían un lenguaje precario?

Garmendia: No, se puede decir un lenguaje fluido. Digamos, parecían gente instruida.

Sr. Presidente: ¿Y qué función le competía dentro de su Partido?

Garmendia: Yo era responsable de Universitarios, hasta el 18 de Julio, lo que pasa que claro, ya en ese momento, se había pedido que no vayamos más a la Facultad, yo era responsable de algo a donde no podía ir a militar, las medidas eran tan extremas que no se podía ir ni a trabajar, ni a la casa donde uno vivía, de hecho yo me mudé tres veces en meses, en días, era muy loco eso, este, y por otro lado yo no podía tener relaciones amistosas, ni de ningún tipo con otras personas que no pertenecieran al grupo universitario, al centro universitario de militantes, o sea, yo por ejemplo no podía relacionarme con Gustavo, que éramos grandes amigos, ni con Javier, porque ellos no pertenecían al mismo lugar en el que yo militaba. Eso fue, por ejemplo, desde Abril del 76.

Sr. Defensor: Usted dijo que las personas que la interrogaron parecían instruidas, ¿y las personas que las cuidaban entre comillas a ustedes?

Garmendia: No, parecían, militarmente hablando soldado raso.

Sr.Presidente: Su declaración ha concluido Sra. Se puede retirar del Tribunal. Buen día y Muchas gracias.


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