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DERECHOS


18oct10


Declaración de Pellegrini Alberto Jorge en el juicio por los crímenes cometidos en la Base Naval de Mar del Plata.


AUDIENCIA DEL 18 DE OCTUBRE DE 2010

Se encuentran presentes los jueces Nelson Jarazo (presidente del tribunal), Alejandro Esmoris y Jorge Micheli, el fiscal federal general Daniel Adler, el fiscal federal subrogante doctor Juan Manuel Portela; la abogada querellante doctora Gloria León; el doctor Gustavo Puppo a cargo de la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires; los doctores César Sivo y Natalia Messineo a cargo de la querella de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH); los abogados defensores doctor Carlos Meira, doctor Daniel Vázquez y la doctora Paula Susana Muniagurria; y los imputados capitán de navío Justo Ignacio Ortiz y contralmirante Roberto Luis Pertusio. En tanto que el general de brigada Alfredo Manuel Arrillaga no asistió a la presente audiencia por propia voluntad.

-En la ciudad de Mar del Plata, en instalaciones del Tribunal Federal del Departamento Judicial de Mar del Plata a los 18 días del mes de Octubre de 2010, dice el:

Sr. Presidente: impuesto que ha sido de las penas con que la ley reprime el falso testimonio, ¿jura o promete conforme a sus creencias decir verdad de todo que sabe y le fuere preguntado?

Pellegrini: Si, Juro.

Sr. Presidente: se encuentran como imputados en esta audiencia de juicio los

Sres. Alfredo Arrillaga, Justo Ortiz y Roberto Pertusio, que se agregan en el marco de la 2333, Mario José Osvaldo Forbice y Narciso Ángel Racedo, ¿con relación a las personas que les acabo de nombrar, es usted amigo, enemigo, deudor, acreedor, tiene relación de parentesco, de vecindad, de alguna manera los conoce o está vinculado a ellos?

Pellegrini: No tengo ninguna relación.

Sr. Presidente: ¿Su nombre y apellido?

Pellegrini: Pellegrini Alberto Jorge.

Sr. Presidente: ¿su edad?

Pellegrini: 54 años.

Sr. Presidente: ¿Su estado civil?

Pellegrini: casado.

Sr. Presidente: ¿Su oficio o profesión?

Pellegrini: empleado público.

Sr. Presidente: Sr. Fiscal.

Dr. Portela: surge de las constancias del expediente que usted ha sido victima del terrorismo de estado, si podría relatar al Tribunal, ¿en qué circunstancias fue, en qué año fue?

Pellegrini: En el año 76 yo tenia 19 años, estudiaba derecho en la facultad de derecho de Mar del Plata, que en ese momento era provincial, y tenía un pequeño taller textil un emprendimiento personal, eh en los últimos días del mes de julio del año 76 en una reunión me plantean que hay una pareja de compañeros de amigos que estaban necesitando una vivienda, porque estaban siendo víctima de persecuciones, era una pareja con una beba de 7, 8 meses, como yo tenía un casa en la que funcionaba el taller, les ofrecí alojarse ahí, fue en los últimos días del mes de julio. El día 5 de agosto del año 76, fue al mediodía, estábamos almorzando en… mi compañera que es hoy mi esposa, la chica de esta pareja Susana Martinelli y estaba la beba, yo salgo de la casa porque mi esposa estaba haciendo un curso de moldería en un local del centro, tienen que ver con lo que nosotros trabajábamos, entonces, bueno subimos al auto, 13:15, aproximadamente, y nos dirigimos hasta Rivadavia entre Catamarca e Independencia, donde funcionaba un lugar que se llamaba La Botonera, un teatro, debo haber tardado 5 minutos, con el tránsito del 76, cuando vuelvo encuentro que la casa estaba siendo allanada, veo dos vehículos parados en doble fila y las puertas del garaje abiertas de par en par, las puertas del garaje en esa época tenían una particularidad, en mi casa digamos que abrían hacia afuera, la casa estaba construida toda sobre la línea de construcción y era muy visible que esté abierto hacia fuera, eh, había un Ford Falcón de color verde, estacionado en doble fila y una rural 12-3 un color amarillo tipo cobre, y se veía mucha gente de civil, si…

Dr. Portela: disculpe que lo interrumpa, ¿dónde quedaba exactamente este lugar?

Pellegrini: es en la calle San Luis 3089, San Luis casi Avellaneda. Yo llego con el auto, tenía un…de color verde, entonces paso despacio por la puerta de la casa, doblo por Avellaneda y estaciono el vehiculo en Avellaneda, a metros de la esquina, siempre desde la esquina, digamos agarro la calle Avellaneda mirando mi casa, porque mi casa está a 20 metros de la esquina, y veo gente con armas largas, entonces sigo caminando por Avellaneda, me detengo un rato solamente a mirar y me subo a un taxi, no sé por qué no me atreví a volver al auto, inmediatamente consigo un taxi, mi primer preocupación era que mi esposa volvía a la casa si yo no le avisaba que estaban allanando, entonces me dirigí a la casa de unos amigos, había un, el hermano de mi amigo un chico que tendría 13 años no más, así que le di un dinero para el taxi, le di un listado, primero le dije que avise a mi esposa, que salía en 30 minutos del curso este de moldería, y le di una listado de los amigos que habitualmente venían a mi casa, que venían a pasar, para que les avise a todos la situación. Me fui a la casa de unos amigos de mis padres, eh, que vivían cerca de la galería Sacoa, en el centro de Mar del Plata, traté de pensar en alguien como neutro, estas personas llaman por teléfono a la casa de mis padres, que era donde yo vivía, mi padre era un funcionario, era tesorero del Banco de la Nación Argentina, y era de esas personas que cuando uno necesita un tramite del registro civil, para decir algo, decía ah yo conozco a alguien, de ese tipo de funcionamiento, entonces lo primero que pensó yo conozco a alguien en la Base Naval, dice, porque la calle Mitre donde hacen el allanamiento donde vivían mis padres, le dicen, sabemos que su hijo tiene poco que ver con esto, le recomendamos que se entregue le dice el teniente de la Base Naval. Mi padre relata que cuando fue a ver alguien en la Base Naval, él tenía un primo que trabajaba en la Base Naval, que era buzo táctico en la Base Naval, y lo ve en la Base Naval. Esta persona le relata que él participó del operativo, y dice, y yo vi cuando tu hijo estaba en la esquina y le apunté con el fusil y justo se movió. Bueno, recomiendan a la familia, como que yo me entregue…

Dr. Portela: ¿esta reunión de su padre con un primo de él, era?

Pellegrini: Si

Dr. Portela: ¿se acuerda el nombre de su…?

Pellegrini: sé el apellido. Willy.

Sr. Juez: ¿ese era el apellido de…?

Pellegrini. De ese buzo táctico que él le manifiesta a mi padre que, yo no sabía que era tu hijo, lo tuve en la mira del fusil y justo se movió.

Dr. Portela: ¿cuándo fue esa reunión? disculpeme

Pellegrini: El día 5 de agosto.

Dr. Portela: ¿el mismo día 5 se reúne su padre con esa persona?

Pellegrini: Si, exactamente. Bueno mi padre me termina llevando a la Base Naval, después de acordado con mi esposa, y yo me presento tipo 20 hs, en la Base Naval…

Dr. Portela: ¿de ese mismo día?

Pellegrini: de ese mismo día, recuerdo que en al Base Naval, la entrada principal tiene construcción de forma así, semicircular, que en ese momento toda la parte de… estaba cubierta con bolsas de arena, y cuando estacionamos el automóvil, creo que en lo que es la guardia de la Base Naval, por teléfono se comunican diciéndole está Pellegrini, y rápidamente llegan dos hombres mayores, mayores digamos, desde los ojos de 19 años, eran personas de 40 y pico, que dirigiéndose a mi padre le dicen usted déjemelo que yo se lo voy a devolver en condiciones, me tuve que sacar el reloj y el dinero, con lo único que se quedaron fue con el documento, cuando me despido de mi padre me hacen caminar hacia la puerta de atrás de la Base Naval, y en cuanto piso esa oficina, de la garita de guardia, me ponen una capucha.

Dr. Portela: ¿me puede describir estas dos personas?

Pellegrini: Eh, reitero no puedo describirlas, doy el perfil de edad y que estaban vestidas de civil, lo que si veo que esperándome estaba el mismo Renault 12 amarillo que estaba en mi casa…

Dr. Portela: ¿esperándolo dónde, ahí en la garita?

Pellegrini: si la gente que, desde la guardia, dicen está Pellegrini, eran los mismos que me venían a buscar en el Renault 12.

Dr. Portela: ¿el Renault 12 que…?

Pellegrini: Era el mismo que yo había visto, porque no era un color habitual tampoco, el auto era fácilmente llamativo, o había pocos ejemplares, con la capucha en la cabeza, digamos, el auto transita 200 metros, para decir algo, sobre piedras, cuando me hacen bajar el vehiculo, a un calabozo de escalera ascendente, la escalera era al exterior y era de cemento, como una escalera de obra, y ahí entramos en una sala en la que, donde había silencio en el lugar, y se escuchaba solamente el sonido de esos artefactos, que usan para calefaccionar los talleres mecánicos, como un tambor de 200 litros, con una chimenea, y se sentía el olor como a gasoil, y el sonido que hace esa chimenea en la combustión. Me entregan a otra persona, porque dándome una palmada en el hombro le dicen trátenlo bien a este, y quedo ahí sentado en una silla de esas sillas de playa, ahora no hay más en Mar del Playa, pero que eran de mimbre esas sillas. Las que había en los balnearios. Y quedo sentado ahí, como esperando, lo único que sentía era el silencio y el humo ese de la estufa y algún paso, o alguna tos ahogada solamente, en un lugar que parecía como la, los ecos, daban una sensación de que era grande, no era una habitación pequeña.

Dr. Portela: ¿Usted estaba atado?

Pellegrini: me ataron cuando me sentaron en la silla, me ataron si, pero sólo las manos.

Dr. Portela: ¿Cómo lo ataron, adelante, atrás?

Pellegrini: No, no, me ataron adelante y, no pasó demasiado tiempo, hasta que me levantan de la silla y me hacen acostar, en el mismo lugar donde estaba, en una colchoneta, una cosa así, y me quede ahí esperando hasta que pasara algo y me quedo dormido, y al otro día empieza para mí una rutina, que duró varios días y que te levantabas y tenías que manifestar si tenías deseos de ir al baño, volvías y ahí uno se da cuenta de que había varios detenidos en el lugar, que estaban todos en las mismas condiciones, porque por ejemplo cuando servían el desayuno, o la comida, y lo que nos hacían eran para sentarnos el piso, como indio con las piernas cruzadas, ponían la silla en la uno estaba sentado sobre un lado, y otra silla igual, del otro, y con la manta que nos cubríamos a la noche tapaban las sillas, de modo en que no le quedara un tabique para que no pudiéramos mirar por los costados, solamente podíamos mirar a la pared, y ahí te daban mate cocido por al mañana con pan, y al mediodía se repetía la rutina, y traían una bandeja formateada de metal. Ahí estoy, pasa una semana, salvo que una vez que me preguntan si el…era mío, porque se lo habían llevado, y si el gamulán que estaba dentro del auto era mío, esporádicamente me levantaban la capucha y me mostraban algunas fotografías, así de 4 por 4, y de personas que yo no conocía. Un día me acuerdo que entran y dicen que olor a caballeriza que hay acá, ¿alguien se quiere bañar? Y nos llevaron de a uno a ducharme en una ducha en la playa, cuando digo en la playa es en la arena, estamos hablando de agosto en Mar del Plata, en una ducha de agua fría, en la arena, y el (…) se encargó de que yo a la vuelta encapuchado, caminara por todos los charcos, entonces mi ropa quedó mojada y se me secó puesto, creo que a los tres días eso, este, me resfrié mal y que se yo, y era permanente escuchar que a Carlos, que es la persona que secuestran en casa, lo venían a buscar para torturarlo, porque todas y todas las noches, era correntino, vamos le decían…

Dr. Portela: disculpeme, ¿cuál era el nombre de Carlos?

Pellegrini: Carlos Alberto Oliva, era siempre lo mismo, correntino vamos, y al rato volvían y decían, no le den agua a este, también ahí estaba Susana, la esposa de Carlos porque como ya manifesté que tenia una beba pequeña, la escuchaba quejarse porque le dolían los pechos por la leche, le dijeron que querés que te saque la leche o una inyección, y le dieron una inyección, por ahí reconozco las voces de algunos porque había desaparecido un vecino de mi cuadra, que yo conocía de mi infancia, y reconocía la voz y estaba ahí, creo que había entre 15 y 20 personas ahí en la habitación…

Dr. Portela: ¿los nombres de las personas que usted reconoció los puede…?

Pellegrini: Más que Carlos Alberto Oliva y que Susana Martinelli, estaban ahí Héctor Ferrecio y Patricia Molinari, más nombres, no tengo.

Sr. Juez: ¿Ferrecio era la persona que vivía en su cuadra?

Pellegrini: Si en la cuadra de mi domicilio paterno, digamos, donde yo vivía.

Sr. Juez: ¿y la otra señora que usted reconoció?

Pellegrini: si ella es la hermana de una amiga mía, la conocía por eso, Patricia Molinari.

Dr. Portela: ¿el domicilio de su padre?

Pellegrini: Calle Mitre 3726.

Dr. Portela: ¿Ferrecio era vecino suyo?

Pellegrini: Ferrecio era vecino, es al 3700, de Mitre también, sobre la misma vereda de mis padres. Un día, habían pasado 20 días, más o menos, me levantan y me llevan a un colectivo, me hacen sentar en el piso, en los espacios entre los asientos, no sólo a mi, suben varias personas y somos trasladados hasta la ESIM, hasta el faro, hasta la ESIM.

Dr. Portela: disculpeme, ¿usted en ese tiempo estuvo todo el tiempo en el mismo lugar?

Pellegrini: estuve todo el tiempo en el mismo lugar.

Dr. Portela: ¿y las personas estas también, lo que usted pudo percibir?

Pellegrini: si, si. Era un lugar no sólo, que estaba lleno de gente sino que vi, había, se incorporaba gente, si era notorio que iban trayendo más gente al lugar.

Dr. Portela: ¿el trato era bueno?

Pellegrini: Faltaría a la verdad si dijera que era malo, en el sentido de relatos que he escuchado yo, yo en ese lugar no fui torturado, salvo algún corte en la espalda, en mi caso, en mi caso no. Pero era muy común decir vamos y escuchar a este no le den agua, eso si.

Dr. Portela: ¿música se escuchaba?

Pellegrini: No. No cuando yo entré.

Dr. Portela: ¿ruidos del mar?

Pellegrini: No, no. Si había, pero cuando soy trasladado a lo que era la ESIM, ahí me esposaron las manos y las piernas con cadenas con candaditos. No eran esposas.

Dr. Portela: disculpeme, antes de llegar ahí, si nos puede contar un poquito con más detalles el traslado, usted dice que lo bajan un día, que lo suben a un colectivo…

Pellegrini: si.

Dr. Portela: ¿cuándo fue esto?

Pellegrini: a los 20 días más o menos. Me suben a un colectivo, siempre encapuchado, sentado en el piso, entre los asientos, a lo cual yo escucho que sube más gente.

Dr. Portela: ¿aproximadamente un número usted se acuerda?

Pellegrini: si, no eran menos de 8. Cuando llegamos a la ESIM lo primero que hacen es esposarme manos y piernas, y a la capucha se sumó, me pusieron algodones en los ojos adheridos con cinta adhesiva, y nos pusieron en un sitio, en una silla de madera, y adelante había una mesa, no como la mesa que usamos para comer, era una mesa más alta, de esos pupitres que están contra la pared, y era más alta porque no se podían bajar las manos, había que tenerlas sobre la mesa…

Dr. Portela: ¿y usted cómo sabe que estaba en la ESIM?

Pellegrini: Porque yo siempre viví en Mar del Plata, y si uno, salen de la Base Naval hacia la izquierda y siguen siempre recto y el trayecto era la ESIM, si, sin ninguna duda, y bueno, y el lugar tenía, era particular la acústica en ese sitio, y ahí si había música, había permanentemente el mismo disco, todos y todos los días. Fueron bastante duras las condiciones porque todo el tiempo estábamos sentados, día y noche, había que dormir sentado en una silla de madera, ahí fui asistido por el médico, porque realmente me sentía mal y me vio las piernas y dijo uy como tiene las piernas, tenía flebitis, así que me dio, ordenó que me dieran una medicación y que me pusieran las piernas en alto, y me la puso en un banquito, pero eso duro hasta el cambio de guardia, porque vinieron y de una patada tiraron el banquito. Hay una particularidad porque si se decía tener personas encapuchadas, con las manos y en las piernas y con algodones en los ojos, pero se nos dio un cepillo de dientes y pasta dental y todas las mañanas nos hacían lavar los dientes….

Dr. Portela: cuando lo revisó el médico, ¿le sacaron la capucha?

Pellegrini: No, no.

Dr. Portela: ¿Lo desataron?

Pellegrini: Tampoco. Me vieron las piernas solamente. Y ahí, un día me cortaron el pelo, me levantaron la capucha, no me sacaron los algodones de los ojos, yo sentía muy mal los ojos, pero era porque me supuraban, y los algodones recién me los pude sacar tiempo después, y todavía tenía los pelos pegados en la cinta, porque nos permitían bañarnos en un área que era como una casa, un baño pequeño, donde nos íbamos a higienizar la boca toda las mañanas, siempre con los algodones puestos y la ducha era del estilo que había en mi casa, no era una…

Dr. Portela: ¿Cuántas gente había o estima que había en las mismas condiciones que usted en ese lugar?

Pellegrini: Entre 8 y 12 personas, yo sentía cuando por ahí traían la comida, cuantos platos ponían sobre la mesa, y no más de 12.

Recuerda ¿alguna característica como cuando describió, con relación a la bandeja?

Pellegrini: Es complicado porque ahí no podías ni ver el plato de comida, te dejaban una cuchara y cuando la levantabas no sabías ni que era, y ahí me rompí un diente, eso es una anécdota, y cuando y también me duchaba con los algodones puestos y nunca olvido cuando me estaba duchando cuando alguien dijo que ni se te ocurra masturbarte, algo que estaba fuera de… y ahí también estuve unos 15 días. Un día me sacan de la sala esa y me llevan a un lugar que era, digamos del lugar que estábamos hacia la entrada, y me sacan la capucha y me dicen te vamos a sacar una foto, así que me dicen y te vamos a sacar los algodones y vos solamente abrís los ojos cuando yo te diga y los cerrás de inmediato, y me sacaron una foto de frente y una de perfil, pude abrir los ojos un instante, que ellos me decían abrí y cerrá, y me pusieron de nuevo los algodones, de ahí me subieron a un automóvil y vuelvo a la Base Naval.

Dr. Portela: ¿iba sólo en esa ocasión o iba con gente?

Pellegrini: iba solo, en el asiento de atrás de un auto, me dijeron acá está el auto, entrá y me golpeé la cabeza porque el auto estaba mirando para el otro lado, y yo pensaba que estaba del otro, y ahí fui sobre el asiento de atrás, apoyando la cabeza sobre la pierna de un guardia, y este, y volvimos a la Base Naval, después, vuelvo a subir esas mismas escaleras externas, pero ahora había cambiado el paisaje, porque habían construido celdas, me acuerdo que había celdas que no tenían más de un metro de ancho y dos de largo, cuya puerta era de esas de metal que se usaban para los cuartitos de los patios de las casas.

Dr. Portela: ¿Usted cree que era el mismo lugar donde estuvo originalmente?

Pellegrini: no, era el mismo lugar, sin duda, y estaban recién hechas porque estaban frescos los revoques gruesos de las paredes, ahí me traen una bandeja, para almorzar, o sea que eso era la mañana, y un rato después de nuevo con la capucha me suben a un colectivo, de nuevo en el piso y esta vez eran dos los colectivos, porque a la hora de subirse dicen, no, al otro, y el colectivo en marcha nos cargaron y fuimos hasta la Base aérea.

Dr. Portela: en esta segunda ocasión, que lo llevan a la Base, ¿había más gente en ese lugar, usted percibía…?

Pellegrini: No, salvo como la construcción quedaba toda, convengamos que la Base Naval no fue diseñada para centro de detención así que yo siempre pensaba, esto está desbordando, y estaban haciendo esas mini celdas, para decir de alguna manera, pero lo que se notaba era mucho movimiento, porque a pesar de no ver uno siente cuando pasa gente al lado, no sé si era porque era un momento como de trasladar gente, pero si se notaba mucho movimiento…

Dr. Portela: le hago una pregunta, ¿en la ESIM y en esta segunda ocasión, pudo reconocer alguna de las personas que estaban con usted, como en la primera oportunidad?

Pellegrini: No, porque digamos yo la cuestión de aislamiento era...

Dr. Portela: ¿O sea que Oliva no sabe, no lo vio?

Pellegrini: No, no, a Oliva no lo vi, lo único que se escuchaba era el correntino. Bueno, nos suben a un avión, ahí en la fuerza aérea, y yo había volado alguna vez en avión y este no era como un avión de pasajeros, la sensación era de estar sentado de espalda al fuselaje y es difícil determinar, digamos, que tiempo de vuelo, pero a mi me parecía que el vuelo había durado mucho más que los aviones que yo me tomaba para ir a Bs. As, no estaba en Bs. As seguro, cuando bajábamos del avión me sube a otro colectivo, y me hacen me llevaban de la cadena que tenia en las manos, me decían levantá el pie, levantá el pie, y en un momento siento que me dejan solo en un lugar y que cierran una puerta, y me dicen sacate la capucha, y cuando me saco la capucha, estoy en un camarote de un barco, y ahí permanezco hasta fin de año con, en un lugar que solamente lo único que pasaba era el tiempo, era un lugar en que lamentablemente fuimos los primeros en llegar porque no tenían claro ni como tratarnos, ni como atendernos, estaba la apreciación de que la Base Naval estaba colmada y tuvieron que recurrir a otra dependencia, esto lo digo porque la primer semana en ese lugar nos daban 4 comidas al día, y un día empezó a haber una sola comida al día, y así duro los 3 meses. Los primeros días que estaba ahí, estaba convencido que estaba en al ciudad de Rosario, no sé si era fantasía, hasta que un día me llevaron al inodoro, los inodoros estaban en ese barco separados por una mampara metálica, y bajo esas mamparas había baldes metálicos, y esos baldes se solían llenar de algodones que usaban las mujeres cuando se indisponían, cada uno estaba envuelto en un diario, cuando empezó a hacer calor, eso largaba mucho olor, un día agarré esos paquetitos, y cuando vi el diario era La Nueva Provincia, pero en ese lugar no había menos de 15 y había mujeres por los algodones que había ahí eran muchos. La rutina ahí era bueno, nada, tocaban la puerta del camarote, la puerta metálica, y uno tenía que ir al frente como para que lo miren por la mirilla y ponerse contra la pared con las manos arriba, y normalmente abrían y dejaban el plato de comida, porque una vez que me rociaban con carabina la… el barco estaba lleno de ratas así que cuando empezaron a darme de comer, una vez por día, yo me guardaba el pan, pero después no me lo pude guardar porque me lo comían las ratas, y cuando me ponía a dormir aparecían arriba de la cama también. Dos veces hubo requisas que yo no pude entender, porque uno no tenía comunicación con nadie, no sé para qué hicieron requisas, en una me sacaron la pasta dental que me habían dado, porque entró un militar y dijo acá hay olor como a pastillas de menta, y era la pasta dental y dice ¿quién te dio esto? un colega tuyo, le digo, este y, un día, porque es difícil también, en esas condiciones uno no tiene ni la menor idea, de que me… porque dentro de un camarote que tiene la luz encendida las 24 hs, la noche se va con el calor, un día abren la puerta, en una requisa, y eran 3 marinos, con equipo de fajina, y con capuchas tejidas, de esas que se ven solamente los ojos, y revisan todo y alguno dice que el país estaba mejor y dan vuelta todo el colchón y me revisan todo. Y un día también abren la puerta, y esta vez era un sargento que vino con cara descubierta y me empieza a abrazar, y me dijo te salvaste y yo estaba seguro porque veíamos tu expediente y era corto, y anoche se hicieron los traslados, y yo pregunto ¿traslados? Me decía algunos fueron a los penales y algunos fueron a otro destino, pero quedaste vos y el viejo. Eso ha sido los primeros días del mes de diciembre, porque a partir de esos días me daban de comer todo lo que yo quisiera, o pudiera comer, no sé era un engorde, tal es así que el primer día me convidaron una copa de vino, y la pasé muy mal porque me descompuse, pero después podía comer y repetir, eh, y otro día me sacan la ropa, que yo tenía puesta la misma ropa desde el 5 de agosto, y me dan un trajecito de marinero, un equipo blanco, y después me devuelven la ropa que tenía pero de la tintorería, y entra un oficial de marina, así impecable, de blanco, y me dice bueno hoy te vas a ir, dice ya compré los pasajes así que salí caminando del barco, por el puente que tenía el barco, y pasamos como por una oficina en la que me devolvieron mi DNI, me pidió disculpas un hombre de la marina nacional y me condujo con el viejo hasta la estación de terminal.

Dr. Portela: ¿se acuerda de la persona, del viejo digamos?

Pellegrini: Si, el viejo era una persona de apellido Crespo que tenía una imprenta en la calle Alvarado entre Córdoba y Santiago del Estero, sobre la vereda de los impares, era una persona que a mis ojos tendría 60 años, que estaba en muy mal estado físico, porque por ahí, yo tenía 19, o cumplía 20 en esos días, pero una persona de 60 era como más complejo, yo siempre lo escuchaba, yo no lo conocía al hombre este, pero siempre escuchaba que golpeaba la puerta, y decía agua, agua, como que pedía, siempre pedía cosas, se notaba que estaba cerca mío. Y cuando me dejan en la estación terminal el militar este, me da una especie de vuelto, dice, del dinero que me dieron de los pasajes y el micro tardaba como 3 hs. en salir de la terminal, era una época digamos en que la telefonía no era la de ahora, así que bueno vine con el tipo este, y me decía la marina no me puede haber hecho esto a mi, dónde estamos exactamente, estamos en Puerto Belgrano, esto es la Base Naval de Puerto Belgrano, ¿mi marina me hizo esto? Dice, no, no acá debe haber una confusión, la marina no puede haber hecho esto, sabés que si, la marina te hizo esto a vos le digo, y cuando llegamos a Mar del Plata, el hombre este ni siquiera se acordaba su teléfono, así que conseguí una guía y llamé a la casa, y le dije que lo iba a llevar a su casa, porque yo había llamado a la mía y no me podían ir a buscar así que me tenía que volver en taxi, busqué su teléfono, así que lo dejé a este hombre un su casa, tiempo después vi a sus hijos, que seguían teniendo la imprenta, y el hijo lloraba, el hijo tenía unos 40 años, porque me dijo papá esta muy mal, cuando llegó a casa lo primero que hizo es bañarse, y lo vi en la bañera y era piel y hueso, al poco tiempo murió, y así fui como volví.

Dr. Portela: ¿Crespo le comentó algo de cómo lo habían detenido?

Pellegrini: Si me dijo que él es detenido no sé si porque imprimió unos volantes de la Juventud Peronista o Montoneros, una cosa así.

Dr. Portela: ¿lo detienen acá en Mar del Plata?

Pellegrini: si.

Dr. Portela: ¿y sabía algo más, en dónde había estado?

Pellegrini: Este hombre estuvo detenido en al Base Naval de Mar del Plata y fue trasladado conmigo en el avión, si conmigo. Me permito consignar que el cadáver de Carlos Oliva aparece conmigo en Bahía Blanca. Lo mismo que con el de Susana Martinelli.

Dr. Portela: ¿aparecen en Bahía Blanca?

Pellegrini: Aparecen en Bahía Blanca sobre fin de año, el 28, tengo entendido que el cadáver de Oliva aparece el 30 o 31. Es posible que se hayan trasladado de Bahía Blanca

Sr. Juez: ¿Con la señora también?

Pellegrini: si, si.

Dr. Portela: ¿Con el bebé de esa pareja sabe qué pasó?

Pellegrini: Si el bebé de Mariana, fue dejado en la esquina de San Luis y Avellaneda, donde había una bicicletería, y después funcionó una tintorería, y lo dejaron ahí, y fue recogido por un familiar, porque en realidad, después me entero que una tía de Oliva, acá en Mar del Plata, de que el matrimonio de Carlos y Susana alquilaban un departamento en el mismo edificio que esta tía, que lo tienen que dejar precipitadamente, que gente de la marina ocupa el departamento de esta tía, esperándolos en ese momento, y se quedan en el departamento 3 o 4 de ellos la obligan a esta mujer que les cocine y demás, siempre le decían que cuando los agarraran le iban a entregar la nena, y la llamaron a la mujer y la pudo… y bueno la familia llevó a esta chica a Paso de los Libres, en donde vive.

Dr. Portela. ¿Durante el tiempo en que usted estuvo detenido en la Base Naval de Mar del Plata, su padre concurrió a la Base, tiene idea?

Pellegrini: Si concurrió a la Base y también solía pararse, según me contaba, este, donde está esa bandera gigante que hay como un mirador, y con sus prismáticos veía la Base y veía el (….su auto) estacionado.

Dr. Portela: ¿el (…) que usted había dejado estacionado a la vuelta de…?

Pellegrini: luego me fue restituido, este, destruido, porque yo como hice mención al principio tenía un taller textil, y en ese momento confeccionábamos una tela que se llamaba plush, que es una tela que tiene el espesor de la manta polar, más o menos, y los rollos que yo compraba eran unos rollos que tenían 10 metros y el ancho de la tela era de un metro ochenta, así que eran tubos de 1,80 de alto, entonces los vecinos de la calle San Luis, siempre dijeron que en mi casa hubo un enfrentamiento porque trajeron una ambulancia porque cargaban los rollos de tela y los tapaban con una sábana y los sacaban en camillas, eso lo usaron para robarme todas las telas del taller.

Dr. Portela: ¿le dieron alguna característica especial sobre la ambulancia?

Pellegrini: No. Los vecinos hacen mención de una ambulancia cargando cuerpos.

Dr. Portela: ¿y su padre se pudo entrevistar con alguien de la Base?

Pellegrini: EH, lo dejaron de atender, en realidad, lo reciben sólo una vez le dicen que yo estoy bien que en cualquier momento voy a salir, y que era notorio como a mi me gustaba el deporte porque jugaba mucho al Basquet, cuando mi padre sabía que yo nunca jugué, sabía que simplemente estaban mintiendo porque tal vez veían a un tipo de casi un metro noventa, y 70 kilos, lo vinculaban al deporte, pero no era lo mío, de hecho yo sufría, no sé si sufría, siempre tuve presión baja y usaba una medicación que se llamaba alzaten, y un día me dan en la mano, encapuchado, y me dan una caja de alzaten que había traído un integrante de la fuerza.

Dr. Portela: ¿sabe con quién se entrevistó en la Base?

Pellegrini: No.

Dr. Portela: ¿y tuvo algún otro tipo de entrevista su padre?

Pellegrini: Si de hecho tuvo alguna entrevista porque alguien le hizo trascender que yo estaba en Puerto Belgrano y que de hecho fue, pero en Puerto Belgrano no tuvo la posibilidad de ver a nadie y…

Dr. Portela: ¿sabe si hicieron gestiones judiciales?

Pellegrini: No. No se hicieron, porque siempre le daban la promesa ya sale, ya sale.

Dr. Portela: ¿usted pudo volver a la facultad de derecho a estudiar?

Pellegrini: me… yo obviamente pierdo el año, en marzo me presento en la facultad, pido una entrevista con el decano, no recuerdo el nombre, pero esta persona se asombra con el relato que yo le hago, que estuve detenido, que quería volver a estudiar, y me dice que la única posibilidad que usted tiene de volver a estudiar es que me consiga un certificado militar donde diga que no tiene nada que ver son la subversión. Era una consigna difícil de cumplir. Este mi padre fue hasta el GADA, que era el comando de la sub-zona militar 15 y pide de hablar con el coronel Barda. Barda no lo atiende, pero el insiste, insiste y le dice para qué es y llamativamente el coronel Barda firma un certificado, que yo presento en la facultad de derecho, y que decía casi textualmente certificamos que Eduardo Jorge Pellegrini, con domicilio, con documento nacional de identidad, permaneció detenido a disposición de esta subzona militar desde el 5 de agosto de 1976 hasta el 28 de diciembre de 1976, y se ha comprobado que no tiene relación a la subversión, firmado coronel Barda. Este documento quedó en poder de la facultad de derecho de la ciudad de Mar del Plata y cuando lo fue a reclamar me dijeron que se destruyó en una inundación que hubo en la Base Naval, yo tengo una fotocopia de eso, fotocopia que entregué en su momento al tribunal del Juicio por la Verdad. Cuando me presento de nuevo en la facultad con el certificado conseguido, a pesar de esto me dicen, facultad no puede ser comprometida, usted no va a poder seguir estudiando.

Dr. Portela: ¿solicitar un certificado similar fueron a la Base Naval o fueron directamente a verlo a Barda?

Pellegrini: No, no, en realidad fuimos directamente a verlo a Barda como autoridad militar de la subzona, esta 15, como se denominaba.

Dr. Portela: ¿fue también a reunirse con Barda?

Pellegrini: No, no.

Dr. Portela: ¿o su padre solo?

Pellegrini: Si, si.

Dr. Portela: ¿usted participó posteriormente en los procedimientos que se hicieron en la CONADEP?

Pellegrini: Si, en la Conadep, si, tanto en la Base Naval como la ESIM.

Dr. Portela: ¿pudo constatar que esos fueron los lugares donde estuvo detenido ese tiempo?

Pellegrini: Eh si, inclusive se reconstruyeron algunos planos porque los lugares habían sido modificados, obviamente habían desaparecido las celdas, ¿no? pero aún permanecía la escalera exterior, esa escalera tenía la cantidad de peldaños que yo había dicho que tenía y la descripción del lugar coincide con lo que yo había relatado, cuando el reconocimiento en la ESIM, ya en democracia y en el marco de la Conadep, primero me hicieron firmar un certificado, se nota que no éramos bien recibidos, nos hicieron sacar a algunos de los testigos un certificado en el que nosotros entendíamos que estábamos accediendo a un lugar militar estratégico, porque componía parte del sistema de comunicación y radarización de la Armada Nacional, o sea que ya uno entraba como intimidado y ahí pudimos reconocer claramente que el lugar en el que había estado y pude comprobar que la acústica era particular y que además era una sala de radio y tenía puesto paneles acústicos en las paredes. Lo que puedo decir es que a veces ingresaba una banda, que y cuando ponían música a todo volumen, y siempre repitiendo el mismo disco, era para tapar sonidos externos.

Dr. Portela: Sr. Presidente tengo entendido que el certificado que se refirió el testigo estaría agregado en el expediente, si lo pueden exhibir…

Pellegrini: si, correcto.

Dr. Portela: ¿ese fue el certificado que…?

Pellegrini: si, con esa cosa que, digamos por la época de la hoja oficio, tenía un margen del lado izquierdo, y por la forma de la hoja tenía un sobre especial, (….)

Dr. Portela: no tenemos más preguntas por el momento Sr. Presidente.

Sr. Presidente: Dra. León.

Dra. León: buenas tardes. La estadía en la Base Naval, nos relató la primera vez que estuvo alrededor de una semana, que subieron una escalera, la describió como una escalera de material, como de obra, recuerda la sensación, porque me imagino que estaba encapuchado, ¿era una escalera interna, una escalera externa?

Pellegrini: No, la escalera era externa porque primero se siente el viento y digamos, la escalera era externa y no estaba terminada, no estaba emprolijada, era solamente la estructura de hormigón de una escalera.

Dra. León: y luego cuando regresa, la segunda vez, nos relató que ya encontró cambios a pesar de no poder ver, pero encontró cambios y nos habló de los calabozos, ¿nos puede dar una ubicación, teniendo como referencia a la escalera, de esos calabozos?

Pellegrini: Eh no, uno accedía desde la escalera y entraba como en un gran salón, y siempre me llevaban hacia la izquierda y me llevaban nuevamente a la izquierda, y estaban estos cubículos, que eran como celdas digamos…

Dra. León: y nos relató que para bañarlos los llevaban a la playa…

Pellegrini: no, pero eso fue solamente una vez, después, creo que tres veces, en esos 15 0 20 días me bañé y dos veces me llevaron a bañarme a unos baños, de material de baños, en los que había conscriptos.

Dra. León: ¿y los baños, estaban también en ese primer piso, digamos, o los bajaban?

Pellegrini: No, no, nos bajaban.

Dra. León: pero digamos, ¿no pisaba la arena?

Pellegrini: No, no eso era dentro del edificio, donde son los mismos baños que usaban las tropas, para decirlo de alguna manera, porque había soldados, marinos bañándose, a esa ducha de playa fui solamente una vez. Pisando arena.

Dra. León: y el tiempo que estuvo en el ESIM, no recuerdo si dijo que vio a otras personas que estuviesen también ahí. ¿O las personas que nombró fueron sólo de la Base Naval?

Pellegrini: No, las personas que nombré son solamente de la Base Naval, no conozco a nadie que haya estado… Después con los años había algunos que con cuyos relatos, digamos, tanto del espacio este que digo que era una sala de radio, de radar, son coincidentes, pero nunca durante de mi estadía ahí, no pude reconocer a nadie.

Dra. León: Y las personas que usted reconoció en la Base Naval, del correntino y de su esposa Susana Martinelli, ¿nombró a Ferrecio?

Pellegrini: Si.

Dra. León: ¿Recuerda si alguna otra persona?

Pellegrini: y a Patricia Molinari, y había un hombre porque escuché que le decían Pérez Catán, pero no conocía ni tenía datos, pero era una persona que tenía siempre, tosía siempre, pero era una tos que no tenía que, no parecía una tos, parecía como una tos nerviosa, más que una enfermedad física, una tos seca y cortita, porque era común que te golpearan el hombro y te dijeran ¿vos quién sos? Y yo escuchaba al lado que decía Pérez Catán, y tosía.

Dra. León: entonces en la Base Naval, estuvo una semana, aproximadamente…

Pellegrini: No menos de 15 días.

Dra. León: ¿la primera vez?

Pellegrini: si.

Dra. León: o sea que digamos, hasta el 5 de agosto casi…

Pellegrini: fue hasta el 20 por lo menos…

Dra. León: por lo menos 20, 25 de agosto, luego a la ESIM…

Pellegrini: si…

Dra. León: de vuelta a la Base, la segunda…

Pellegrini: es por horas…

Dra. León: luego a la base aérea, al avión, o sea que la mayor parte del tiempo estuvo en ese barco…

Pellegrini: si…

Dra. León: Está bien. Gracias, no tengo más peguntas.

Sr. Presidente: Dr. Sivo.

Dr. Sivo: si.

Dra. Messineo: si, señor presidente, si se le puede dar lectura de una parte de la declaración que brindó el testigo en el Juicio por la Verdad, para ver si recuerda, como hace mención de otras personas que vio en la Base Naval…

Sra. Defensora: Sr. Presidente, esta defensa se va a oponer a la lectura de la declaración del Juicio por la Verdad, porque como ya hemos manifestado en oportunidades anteriores no cumple con los requisitos del código para ser tenida como una testimonial, cuando nos referimos al Art. 391 cuando habla de la posibilidad de refrescar la memoria, se refiere específicamente el inciso a las testimoniales recibidas en instrucción, eso no fue recibido en instrucción. Y para el caso del ser el negativamente dejamos expresada la reserva de recurrir en Casación.

Sr. Presidente: Bien. Eso Sra. defensora, no se incorpora por el 391, sino que se incorpora al sólo efecto evocativo, es solamente para ver si el testigo confronta con la documental, con los elementos documentales que quedaron incorporados al juicio.

(Se da lectura por secretaria)

Pellegrini: Creo que salvo a Graciela Datto que era esposa de Héctor Ferrecio, la había nombrado, me había olvidado.

Dra. Messineo: otra, en realidad, y otra aclaración, para hacerle lectura de la misma declaración, en torno a quién le manifestó a su padre, que usted estaba en Puerto Belgrano…

Sr. Juez: ¿usted recuerda el nombre de alguna persona que le habría manifestado a su padre?

Pellegrini: Sí, porque sé que tuvo una reunión en la casa particular de este militar, como no recuerdo el nombre tampoco quería incurrir…

Sr. Juez: pero sabe, digamos, recuerda que a su padre le apuntó un…

Pellegrini: Tal es así, que mi esposa me refiere que ella lo acompañó, era la tardecita, que cuando baja mi padre le dice, dice mi esposa yo me quedo en el auto y viene personal de la casa y le dice, digamos, vos te tenés que bajar, no por la seguridad nuestra, si no por la tuya. Mi esposa acompaña, digamos, a mi padre, en esta visita.

(Se da lectura por secretaria)

Pellegrini: Si, este, lo que pasa que yo pensé que usted hacía referencia con el marino que se había encontrado mi padre nunca fue a la casa de Barda, mencionó otra reunión que era con alguien de la Armada, pero si es cierto de lo que hace lectura el Dr., que fue este tipo, Barda que le dijo que estoy en Puerto Belgrano.

Dr. Sivo: usted hizo referencia a que había mujeres detenidas, en ambos lugares, sobre todo en la Base Naval…

Pellegrini: si.

Dr. Sivo: ¿Usted sabe qué tratamiento particular sufrieron las mujeres?

Pellegrini: Eh, solamente uno de los guardias cuando me llevaba a esa ducha de playa, que yo hice mención, me dice en tu casa estaba Susana, que buena que está, ¿vos te la cogías? Le digo no, es una compañera, porque acá se peleaban por violarla, haciendo alusión a como se trataba a las mujeres y después eh, las mujeres, esta chica Patricia Molinari terminó internada en el HIGA por las violaciones, si, la referencia del trato que se hacía las mujeres…

Sr. Juez: perdón, ¿eso en la Base Naval de Mar del Plata?

Pellegrini: eso en Base Naval de Mar del Plata.

Dr. Sivo: ¿Usted sabe más o menos cuando fue internada Molinari?

Pellegrini: Eh no, lamentablemente no.

Dr. Sivo: ¿pero la internaron los militares o se internó ella?

Pellegrini: No, no, los militares porque con Molinari, digamos cuando yo, el 5 de agosto cuando yo estoy en al Base Naval, ella ya estaba allá, hacía unos días, y se pasa dos años detenida en Villa Devoto, y fue llevada por las hemorragias que tenía…

Dr. Sivo: No más preguntas.

Sr. Defensor: ¿usted tuvo contacto con Patricia Molinari después de…?

Pellegrini: lo tengo hoy todavía.

Sr. Defensor: ¿y le comentó algo ella, de esta situación?

Pellegrini: En realidad es una persona que no quedó, que no está bien, de la situación traumática, (…) inclusive para graficarlo voy a hacer mención de, cuando su familia hablaba del período de cuando ella estuvo detenida, que duró más de dos años, hablaba del plazo o del tiempo en que ella estaba de vacaciones, es decir había una cuestión familiar importante que la ha marcado muy profundamente, y la familia, una vez Patricia en libertad, inclusive, seguía negando la situación de la desaparición, y es una persona que le cuesta volver a esa época…

Sr. Defensor: ¿ha podido hablar el tema con Graciela Datto?

Pellegrini: Eh no, con Graciela, digamos, yo no tengo relación salvo que esporádicamente nos crucemos en la ciudad, pero Graciela está como más entera que Patricia.

Sr. Defensor: ¿Y respecto al trato que recibió?

Pellegrini: No, me parece que es un fuero muy íntimo como para hablarlo. Es una situación a la cual yo me he atrevido.

Sr. Defensor: Bueno, gracias. Le agradezco. Gracias Sr. Presidente.

Sr. Presidente: El testigo se puede retirar del tribunal, muchas gracias, su declaración ha concluido.


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