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18ene11


Ataques sexuales a las cautivas: casos de Mendoza, los otros delitos de lesa humanidad


El dramático testimonio de una serie de víctimas de ataques sexuales cometidos bajo cautiverio, tras ser detenidas ilegalmente, está permitiendo que este tipo de hechos comiencen a ser considerados por la justicia como delitos que no prescribirán jamás.

A lo largo de los años, personas que habían sido detenidas ilegalmente y sometidas a tormentos por parte de las fuerzas policiales mendocinas durante la última dictadura, se cruzaron por la calle san martín, tomaron café mesa de por medio o se miraron de reojo en el supermercado, sin poder gritarlo y, mucho menos, exigir justicia.

Nunca nada nadie. Esas tres palabras parecen resumir un espíritu de cerrazón que mucha gente esgrime a la hora de hablar de un tema tan sensible, pero tan negado a la vez.

Muchos todavía esgrimen el argumento de que se trató de "una guerra" o la "teoría de los dos demonios"; pero, żacaso alguien cree que horror contra horror se neutraliza? żAlguien puede decir en voz alta que quiere que quede impune un crimen, un abuso sexual, una tortura?

Tres décadas después está apareciendo gente que algo vio, aunque más no sea, asomándose por la ventana. Y cuya memoria lo borró, en un notable y perverso ejercicio de supervivencia.

Los juicios que se están realizando en Mendoza no se tomaron feria judicial. Están funcionando como una válvula de escape a tanto horror y, antes de dictaminar, al menos ponen a la luz una serie de hechos que, hasta ahora, permanecían en la oscuridad.

Cuando el actor David Blanco contó la situación por la que había pasado tras ser detenido, se rompió un silencio eterno. Sus hijas pudieron llorar junto a él por aquellos tormentos que jamás había tenido oportunidad de contar en sede judicial.

"La parte más horrible de las torturas fue la forma en que el personal del D2 usaba la violencia sexual como método de tortura, porque la golpiza y la picana dolían, pero pasaban, pero el temor es otra cosa, es la impotencia de saber que pueden hacer con uno lo que quieran, incluso humillar, y eso hicieron con las violaciones. A mi mujer la violaban a metro y medio de mi celda. Un día me hacen tocarla para que viera que estaba colgada, desnuda, y hacen obscenidades y las relatan. Esas violaciones ocurrían muchas veces, 10, 15 o 20 por día. Hay compañeras a las que las violaban cada media hora", cuenta Fernando Rule, uno de los sobrevivientes.

Como el de Blanco, como lo relatado por Rule, los casos de Silvia Ontiveros, Rosa del Carmen Gómez y Luz Faingold pasan a representar un antecedente que puede reabrir instancias judiciales sobre los ataques sexuales cometidos por los empleados de la última dictadura en todo el país.

Ontiveros relató ante el Tribunal conformado por Antonio González Macías, Alejandro Piña y Héctor Cortés: "Ingresé embarazada al D2, pero lo perdí por la tortura y las violaciones".

"Mendoza esta sacando a la luz que en relación al terrorismo de Estado existió una justicia cómplice, que permitió que todos estos hechos ocurrieran, pero también esta poniendo a nivel Nacional a la luz pública que los ataques sexuales fueron realizados en forma sistemática contra las detenidas por razones políticas como un modo de humillar y de infundir terror". Así lo expresa a MDZ el abogado Pablo Salinas, apoderado del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos.

Salinas explicó que "el campo de concentración que funcionó en el D2 de la Policía de Mendoza que funcionó entre los entrepisos del Palacio Policial a las ordenes del genocida Pedro Dante Sánchez Camargo y con toda la patota integrada por Eduardo Smaha Borsuk, Oyarzabal, Lucero, Rodríguez Vasquez con Lapaz y Gonzalez generaron un centro donde las personas no tenían alimentos, estaban encerradas y vendadas sufrían vejaciones y maltratos permanentes, eran asesinados a golpes sus compañeros en las celdas contiguas y torturados en los sótanos del D2 con picanas eléctricas. Todo esto ocurrió en el D2 desde 1975 en adelante y la valentía de Rosa Gomez, de Luz Faingold y de Silvia Ontiveros, junto con Fernando Rule, Eugenio Paris, David Blanco, Alicia Morales. Todos ellos han permitido reconstruir el horror".

Lo que está sucediendo no es menor. El tema ha cobrado notoriedad nacional a partir de la difusión de los casos mendocinos en la portada del diario Página/12 y a pesar del silencio de gran parte del resto de la prensa. "Sin dudas -explica Salinas- Mendoza está marcando un punto de inflexión en el país en sacar a la luz estos hechos para que, finalmente y a pesar del tiempo transcurrido, los mismos permitan que exista justicia, justicia en democracia es decir justicia con todas las garantías y posibilidades de defensa pero justicia para que los represores finalmente sean condenados y para que la sociedad no pueda seguir mirando para otro lado".

[Fuente: MDZ Online, Mendoza, Arg, 18ene11]

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