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19abr11


Declaración de Bustelo en el juicio por crímenes contra humanidad en Mendoza


AUDIENCIA 19 DE ABRIL DE 2011

- El Presidente informa sobre la comparecencia de los imputados. Están presentes Lucero, Smaha y Migno por video conferencia.
- Se da lectura a los hechos conforme el requerimiento de elevación a juicio.
- El MPF solicita se de lectura a la declaración indagatoria de Ángel Bustelo, prestada ante el Juez Guzzo (fs. 20/24 vta. de los autos ), complementada con la declaración prestada ante el JIM (fs. de los autos 055-M).
- Petrona Elba Alam de Bustelo
Perfil

Era abogado, escritor, militante del Partido Comunista.

Nos conocíamos desde que yo era chica. Nos conocimos antes de 1960 y tuvimos dos hijos. Cuando lo conocí ya formaba parte del Partido Comunista. Él se interesaba mucho por los presos políticos, los sacaba.

Yo no sé por qué lo fueron a buscar y se lo llevaron, porque era un hombre público y nada más.

En otras dictaduras también nos habían allanado la casa, yo he vivido siempre con el "chumbo" atrás. Con Onganía fueron al departamento donde vivíamos entonces, se llevaron manuscritos, algunos libros. Era la Policía Federal, uno de esos policías con las manos negras llenas de anillos de oro, alzó a mi bebé y me preguntó cómo se llamaba, le dije "Fidel", entonces me respondió que por qué no le habíamos puesto "Fidel Nikita Che Bustelo".

En el estudio siempre pintaban, ponían bombas. Quedaba en Patricias Mendocinas, entre Colón y Pedro Molina. Vivimos un tiempo ahí, en el fondo del estudio.

Allanamientos previos

El 11/08/76 cerraron el estudio jurídico de calle Patricias Mendocinas. Esa mañana fui a dejar a mi hija al Colegio, luego fuimos por Patricias que estaba cortada desde Colón a Pedro Molina por militares, mi esposo se bajó pero no pudo entrar al estudio y entonces fue a Tribunales a hacer una denuncia o algo así. Creo que fue dos veces pero no lo dejaron entrar.

Me fui a mi casa, pero también estaba cortada la calle Tiburcio Benegas y Agustín Álvarez, estaban los militares, primero no me dejaron entrar a casa, después de presentar los papeles que me acreditaban como la dueña de casa pude ingresar. Habían revuelto todo, pero no encontraron nada. Los militares estaban armados, con armas cortas y largas, tuvimos presencia militar varios días allí.

El 20/08/76 fuimos al Comando con el Dr. Marianetti, el Dr. Bula, el Dr. De la Vega y mi esposo, a hablar con Maradona pero no nos entrevistó. Esto porque habían puesto una franja en el estudio clausurándolo. Allí se llevaron libros, expedientes, la caja de seguridad estaba abierta, sacaron los azulejos.

Detención

El día 03/09/76 estábamos cenando con mis hijos chicos, pienso que debe haber sido las 21 o 21.30 horas, tocaron el timbre y dijeron "correo", entró un Teniente o Subteniente, era una persona morocha de bigotes negros, tendría treinta y pico de años, preguntaron por mi esposo, nos pusieron a todos contra la pared, lo esposaron y le golpearon con la culata, mi hijo Fidel de 13 años lo quiso defender. Se lo llevaron, tirándolo como una bolsa de papa en una camioneta -eso me lo contaron los vecinos-, entonces nos quedamos los tres solos con los militares. Encerraron a mi hija que tendría 6 años en un dormitorio junto a la niñera, a mi hijo en el baño con las manos atadas y a mí me ataron a una silla y me pusieron una capucha. Ellos se quedaron allí toda la noche, hasta el día siguiente, revisaron todo, dieron vuelta todo. Sentíamos ruido, pasos, tropeles de hombre por los techos. Escuchaba que decían "no prendan la luz, prendan poca luz". Estuvimos mucho tiempo así, incomunicados entre nosotros, encerrados, atados, hasta que nos liberaron. Se le da lectura a la declaración suya ante el JIM, dice que no la recuerda, que no puede haber dicho que no recibió malos tratos porque los malos tratos son esos que acaba de relatar.

El Fiscal le pregunta si recuerda el nombre del Tte. Gustavo César Navarro, dice que puede ser pero no recuerda. El fiscal informa que es quien va al estudio de su esposo y firma el acta de secuestro. Podría reconocerlo si me mostraran fotos de esa época.

Me acuerdo de la persona que entró, nunca me exhibieron fotografías. Puede que lo reconozca.

A la mañana empezaron a acarrear libros, se los llevaron atados, el estudio quedó hecho un desastre. Me dijeron que me presentara al día siguiente en el Comando, pero cuando intenté sacar el auto no me dejaron salir, unos militares me lo impidieron. Ante una pregunta del Fiscal, dice que todos los que participaron eran militares. Se le da lectura a su declaración ante el JIM donde dijo que eran policías. Rectifico esa declaración, las personas que no me dejaron salir no fueron policías, eran militares.

Pasaron 35 años y aunque eso no se borra, sí se borra.

Compañía de Comunicaciones VIII y Penitenciaría

Pasamos un tiempo sin saber dónde estaba hasta que nos enteramos que estaba en la Octava, era un regimiento. Mi esposo me contó que lo habían atado y encapuchado, que esa noche lo pasearon, lo llevaron por caminos de piedra, una cosa muy áspera, lo insultaban, le decían de todo, le pegaron y lo llevaron al Comando, dice que contó los escalones del Comando y que sabía que era allí. Estaba encapuchado, le pusieron una luz muy fuerte y le dijeron "amigo, ahora vamos a hablar", él se negó porque quería que le sacaran la capucha. Ahí o después, le hicieron un simulacro de fusilamiento. le pegaron, no sé si lo llevaron por cerros.

Luego fue a "la Octava" en la calle Boulogne Sur Mer y lo hicieron pelota, lo tuvieron encerrado solo, le dieron palos, a otros muchachos le metieron una pistola en el ano, estaba apenado porque decía que era una vergüenza lo que hacía nuestro Ejército, el Ejército de San Martín, "el Ejército de mi patria", decía. Eso se lo dijo a una persona "Miño" y él le dio "una paliza, y a la cárcel". Incluso sé que le escribió un telegrama a Videla contándole la situación por la que pasaba en esa celda de aislamiento. Es decir que de ahí lo llevaron a la cárcel y le dieron una paliza atroz. Migno fue quien torturó a mi marido, eso me dijo, que era el encargado de las torturas.

La Defensa le pregunta en qué lugares fue torturado su esposo, conforme el relato de él. Dice que acá estuvo en "la Octava", en la cárcel, y después se lo llevaron a La Plata.

Causa Judicial

En ese tiempo fue a declarar a la calle Las Heras ante el Juez Guzzo, fui a verlo pero no pude entrevistarme. Estábamos en la vereda, mis hijos se arrimaron para darle un beso al padre, no sé si policía, militares o penitenciarios les apuntaron y les impidieron tener contacto con él. Supuestamente quedaba en libertad, el Dr. Marianetti había pagado una fianza, pero no le dieron la libertad, no sé por qué, los militares lo tenían agarrado de los huevos.

Él estuvo siempre con "el PEN", en Buenos Aires me entrevisté con Harguindeguy. Con jueces no hablé porque no les correspondía a ellos, estaba detenido por el "PEN", eso me decía Harguindeguy. Pero supongo que los abogados deben haber presentado hábeas corpus.

El Fiscal dice que se le siguió una causa federal por la literatura que se le secuestró. No tengo conocimiento de esta causa pero sí, puede ser, no le discuto que se hubieran llevado algún libro comunista, pero hoy quien no tiene un libro del Che.

La Querella informa sobre el dictamen del Fiscal Romano, donde solicita no se haga lugar al sobreseimiento definitivo y se dicte la prisión preventiva de Ángel Bustelo. Da lectura a un párrafo de la misma.

La Plata

El 27/09/76 lo llevaron a La Plata. En el traslado iba con este señor Di Benedetto y se tenían que escupir entre ellos.

Fui a Bueno Aires con gente amiga y en un primer momento me decían que no estaba, un policía de acento cordobés me dijo que habían salido 130 y llegaron 114, a los otros los habían tirado en el río. Entonces me asusté muchísimo, no sé si era un chiste, para mí no.

Después de dos horas me dijeron que había aparecido, tenía la espalda negra como una berenjena, las manos cortadas, los pies también. Estuvimos un rato conversando, estaba en una celda encerrado con otros. Orinaba sangre por la paliza que le habían dado en el viaje, tenía los riñones lastimados. Estuve un buen rato con él.

Yo viajaba a Buenos Aires, iba todas las semanas a verlo, mis hijos quedaban desparramados, chiquitos. El 14/12/76 llevé a los chicos para que vieran al padre, a mi hija de 6 años le sacaron la bombachita, la tocaban, era tremendo lo que le hacían a las niñas, me dieron ganas de pegarle a la mujer que la revisaba, a mi hijo no sé porque iba en la fila de los varones y nunca decía nada.

Esa noche había ingresado un nuevo director, de apellido Dupuy, y esa noche le dieron una paliza terrible a todos. Cada tanto lo mandaban al "chancho", estuvo una semana ahí que casi se moría.

Traslado a Mendoza y liberación

No sé qué día lo trasladaron a Mendoza, porque allá había mucha humedad. Fui a verlo, estaba un tal González que le preguntó a Furió y este dijo que no me dejara entrar, creo que al mes dejaron entrar a los chicos a verlo.

Diligencias hechas por la familia

Yo iba al Comando, hablaba con Pagella, con Furió, me decían que sin orden de Menéndez no podían hacer nada. Yo preguntaba dónde estaba, si lo habían llevado a La Plata y me decían "pregunten". Pasaron 3 o 4 días y no sabíamos dónde estaba hasta que tanto preguntar me dijeron que estaba en la Unidad 9 de La Plata.

Los chicos sufrieron mucho esos meses, 10 u 11, que estuvo detenido. Les iba mal en los estudios, estaban enfermos. Yo viajaba mucho, la casa y los chicos quedaban abandonados.

Además el estudio permaneció mucho tiempo cerrado, más de un mes. Cuando salió de la cárcel lo abrió él.

En Mendoza me entrevisté con Pagella -que era conocido con un flaco torturador- y Furió, todos me decían que si no lo ordenaba Menéndez no podían hacer nada. Furió era el que siempre me atendía en el Comando. Específicamente con Furió, hablamos de la enfermedad de mi esposo que se había agravado estando en La Plata, él me dijo que no lo podían soltar sin la orden de Menéndez. También hablé con Lépori. Hablé con varios pero no me acuerdo, un tal Ahumada me parece, que era un hombre mayor. Ni Maradona ni Yapur me dieron cita.

Menéndez había dicho supuestamente que había que pagar una fianza muy grande para que lo dejaran en libertad, por eso el Dr. Illa le escribió a Angeloz en Córdoba, para que le arrimara una carta a Menéndez.

Me decían que lo tenían preso por seguridad, decían que era "un comunista lírico, que no mataba a nadie".

A las personas que participaron en el operativo en mi casa no las volví a ver.

Le preguntan por personas:

El Fiscal le pregunta por Teresita Llorens, dice que no le suena ese nombre.

La Querella le pregunta por compañeros detenidos, dice que habló de Roberto Vélez, de Pedro Racconto. Al Dr. Rosendo Chávez no lo conozco, no sé quién es.

Después de obtenida la libertad

Cuando recuperó la libertad dejó la actividad político, como abogado le fue mal, abría el estudio y la gente pasaba de largo, después cerró la matrícula y se puso a escribir. Una parte de sus libros los donó al Poder Judicial.

Sobre las querellas

La Querella le pregunta por esta situación, dice que no recuerda. Puede ser pero no lo aseguro.

Reconocimiento: Álbum 11

A fs. 11, se parece a la persona que comandaba el procedimiento cuando se lo llevaron a mi esposo. Es Tte. 1ero. Osvaldo Diego Zacarías.

A fs. 28, también me parece lo mismo. Es el Tte. 1ero. Alfredo Armando Oliva.

Se parecen pero no estor segura.

Palabras finales

Agradezco por este momento que ha sido muy lindo. Que se haga justicia, y no queden ahí esos viejo podridos.

La Defensora solicita autorización para que el imputado Migno retire a su domicilio por razones de salud, a lo que el Presidente hace lugar. Se corta la comunicación.

Fidel Fabián Bustelo

Vivo en el mismo lugar donde se produjo el procedimiento.

Cree que conoce a Lépori, hay un hecho que tengo en la memoria que dudo si fue una conversación con él o con Yapur en el Comando. A Migno lo conoce por referencia.

Voy a empezar con el hecho de 11/08/76 cuando hubo un allanamiento en el estudio de mi padre en calle Patricias Mendocinas 579. Le avisaron que se estaba produciendo el allanamiento y quiso ir al estudio pero le impidieron el ingreso porque la calle estaba cortada. Aparentemente era de rutina, pero en verdad no fue así, el objeto era allanar el estudio de mi viejo y cuando el Ejército se retira le dejaran clausurado el estudio.

El Fiscal da lectura al dictamen del Fiscal Romano, cuando dice que el procedimiento había sido zonal. Mi padre me dijo que en la puerta del estudio había dos soldados, en ningún lado más.

Al otro día concurrió a la Corte para hablar con alguien por el daño que le producía la clausura sobre todo, no le dieron respuesta, le pidieron que fuera por las vías legales. También fue al Colegio de Abogados que hizo silencio, el Presidente era Pedro Lella. Cuando yo fui hace poco por un tema de derechos humanos, me pasó lo mismo, estoy haciendo un parangón. Creo que la Presidente era la Dra. Gherzi. Presenté una nota pidiendo explicaciones sobre qué estaba haciendo el Colegio de Abogados en relación con estos juicios, pero la nota se perdió. Después me dijeron que me iban a llamar, también el Dr. Ostropolsky, pero hasta la fecha nada.

Luego de eso mandó un telegrama al Comando pidiendo que le dieran una explicación y se levantara la clausura porque afectaban el derecho de otras personas, tampoco hubo respuesta. Se presentaran con Benito Marianetti, mi mamá, al segundo o tercer día, pidiendo explicaciones y poniéndose a disposición del Comando. Eso se conversaba permanentemente en mi casa, yo tenía 13 años pero pleno conocimiento y certeza de lo que estaba ocurriendo.

Después vino la sorpresa del allanamiento a mi casa. Mi papá no había salido corriendo, no fue a buscar protección ni se fue del país, por el contrario, se fue a poner a disposición del Ejército, por eso fue un allanamiento.

El operativo se hizo como si fuera el peor delincuente terrorista internacional. No lo hicieron a cara cubierta, golpearon y dijeron "Ejército Argentino", ingresaron por el frente y se descolgaron por los techos. Cuando abrimos la puerta, fue una horda de delincuentes los que entraron, no parecían el Ejército de la patria. Fue de noche, pensarían que íbamos a repeler a los tiros. No hay otra explicación.

Preguntaron por Bustelo, mi padre dijo que era él. A mí me apuntaron, me pusieron contra la pared y me doblaron el brazo, entonces él dijo "con mi hijo no, hijo de puta", y ahí lo golpearon. Mi mamá entró en estado de crisis nerviosa, no se dejaba agarrar, gritaba, no la podían sacar de la puerta entre dos, se la querían llevar pero se opuso y la dejaron, la ataron y le envolvieron la cabeza. A mí me ataron y me llevaron a otra habitación y a mi hermana que tendría 6 años en otra, junto a la empleada. Mi vieja no paraba de gritar, de llorar, estaba fuera de sí y pienso que se salvó por eso, si no hubiera seguido el mismo camino de mi viejo, con destino incierto en esa época. Fue un hecho violento, hubo forcejeos, yo no vi que le pegaron la que daba era ella. A mí me custodió un soldado toda la noche. Para mí fue un hecho muy fuerte. Tal vez pueda reconocer a las personas que intervinieron en el procedimiento.

Una anécdota graciosa es que había un cuadro de Tejada Gómez en la casa, con cara de malo, y me dijeron "¿quién es este subversivo?".

Fue clandestino, se cuidaban de lo que se viera afuera, justo el "tío Cacho", un vecino, llegaba cuando se lo llevaban a mi viejo y me dijo que había sido calladito, que se lo llevaron rapidito.

El Fiscal le da lectura a la constancia que hay a fs. vuelta de la orden de libertad remitida por el Juez Guzzo al Director Penitenciario, donde consta por qué no se efectiviza esa orden. El Capitán Chepparo me suena, haberlo escuchado nombrar pero no recuerdo.

Decían un par de nombres y apellidos, pero uno dijo que tuvieran cuidado con eso. Estaban uniformados, todos era del Ejército Argentino. Revolvieron todos. Como a las 5 o 6 de la mañana, uno de los oficiales me dijo acompáñeme que le vamos a mostrar lo que nos vamos a llevar, eso después de haber revuelto todo, no había necesidad. Cuando llegamos habían armado con cinta paquetes de libros, 18 o 19, bien ataditos y me dijo que se iban a llevar "todos esos elementos subversivos, o políticos".

A esa edad yo sabía discernir qué era un libro de literatura, de política, de enciclopedia. Cuando vi los libros se estaban llevando las obras completas de Sarmiento, de Alberdi, de Neruda y les dije "esto de política no es nada, fíjese lo que se lleve". Para mí se los llevaban por el color del lomo, porque no tenían ni la más puta idea de lo que se llevaban. Entonces empezaron a seleccionar y al final se habrán llevado unos 300 con "tintes de política", la historia del radicalismo por ejemplo, en general, de la formación de un hombre político que leía todo lo que se le pasaba por adelante.

Mi madre se tranquilizó, le dijeron que la tenían que llevar al Comando a tomarle declaración, ella dijo que no iría y entonces le pidieron que fuera después. Ella les habló a Benito Marianetti, a De la Vega, para que averiguaran a dónde se lo llevaron.

Ese días más tarde, alguien dijo que estaba en la Octava Brigada, en el Comando. Allí me atendieron en la guardia, intenté verlo y me dijeron que no pero me recibieron el paquete.

Aclaro que primero fue al Comando y después lo trasladaron a la Octava Brigada.

Los primeros que fueron al Comando a pedir por la libertad de él fueron Carlos Aguinaga (padre) que había sido compañero de facultad de mi padre y habían peleado de política toda la vida y González, no sé si los recibió Maradona, la respuesta fue que no pidieran más por Bustelo y Aguinaga dijo que volvería al otro día, lo amenazaron, pero igual fue. Esos conservadores eran muy diferentes a los de ahora.

A partir de ahí empezó una historia negra, un dato más de lo que le sucedió a muchísima gente. Una diferencia fue que se le inició un proceso judicial, lo que digo está elaborado, conversado con mi viejo. Cuando salió de la cárcel estuvimos intentando rescatar el expediente y no lo pudimos encontrar, mi viejo decía que lo habían escondido o quemado, él siempre decía que algún día tendrían que responder a la justicia, me decía que estuviera tranquilo y confiara en las vueltas de la historia.

Cuando yo intenté ser querellante suponía que iba a pasar esto, les dije a mi mamá y a mi hermana que fuéramos escalonados porque si no nos iban a quemar. Intenté ofrecer pruebas, decir alguna cosa. El Estado necesitaba de la pata de la justicia, de hecho en el Juicio de las Juntas uno de los elementos de cargo fue el expediente de mi padre. La Querella dice que en el año 2008 excluyeron también a su mamá, los mismos integrantes de la Cámara Federal y le negaron el recurso extraordinario con dictamen del Fiscal Teruel. La Querella le pregunta cuál fue el motivo de ese rechazo. De acuerdo a esa interpretación que hacían no nos podíamos considerar víctimas incluidas en el artículo. Uno de los camaristas dijo que no podíamos sentirnos ofendidos porque Bustelo se murió de viejo, no se murió en la cárcel. Yo lo tomé como un insulto, una afrenta. La Querella le dice que lo mismo le pasó a su padre en el año 1986. La filosofía de los jueces sigue siendo hoy la misma que en esa época.

Cuando mi viejo estaba preso en La Plata establecimos una comunicación con cartas, nos mentíamos para darnos ánimo, su fortaleza en ese momento es impresionante. Conservo la gran mayoría de las cartas, acompañé una cuando fui querellante. Mi viejo declaró acá en la primera indagatoria, al juez de acá le sacaron un preso y no dijo nada, si hubieran actuado como corresponde los jueces mi viejo no hubiera pasado todas las penurias que pasó.

En su primera indagatoria denunció todo lo que pasaba pero la primera pregunta que le hicieron no tenía nada que ver con eso, no les calentaba que estuvieran matando y desapareciendo gente. Además dijo que en esa "declaración testimonial" que le tomaron estando preso no constaba tal como él había dicho las cosas, era cierto pero se la habían tomado en esas circunstancias de su detención y encañonado. Denunció todo ante el Juez pero de lo que yo sé, nunca se inició investigación alguna por eso.

Cuando yo fui querellante pedí varias veces compulsa penal por estos hechos. Hablé con la Fiscal Obregón y tuvimos una discusión, "con el Tilo no, me decía".

Hasta que asumió el Dr. Palermo y radiqué denuncia, con nombres y apellidos, y tengo entendido que el de mi padre es uno de los tantos hechos que se le imputan al Fiscal Romano.

La Querella le da lectura al dictamen del Fiscal Romano, punto II, solicitando se dicte la prisión preventiva de Ángel Bustelo. La prisión preventiva que le piden a mi padre era por la tenencia de un libro, eso justificó jurídicamente toda esa ilegalidad. A mí me apartaron y me siguieron persiguiendo como abogado por haber osado enfrentarme a los dueños del Poder Judicial de la Nación. Entre las cosas que encontraron había una hoja con manchas ocre y le preguntaron de quién era esa sangre, entre otras cosas.

Si al expediente, le saca las fechas y nombres no sabe si es del año 2000 o el 1400. Mi padre fue un viejo preso político, en todas las asonadas, pero esto lo empezó a volver loco porque antes siempre habían habido jueces. Lo que sucedía en esta dictadura no había pasado antes, nunca.

Mi padre me contó que Antonio Di Benedetto no sabía por qué estaba preso, él no estaba formado en las luchas políticas, su pena terminó en una profunda depresión y por eso se murió. Después vinieron a decirme estos jueces que mi padre se murió de viejo, mojándome la oreja, que por qué quería ser querellante.

A mi padre le habían dado la libertad, incluso había pagado la fianza Marianetti, pero se lo llevaron a La Plata con todos lo presos políticos. Estuvimos un tiempo sin saber dónde estaba hasta que nos dijeron que nos fijáramos en La Plata.

En la segunda indagatoria, comisionaron al Secretario del Juzgado y le tomaron la indagatoria en La Plata. Estaba golpeado, me ha dicho que de pedo si me podía mantener parado, la ropa era andrajosa, maloliente, los denigraban humanamente. Mi viejo me contó que había ampliado. Cuando le pregunté a esta persona cómo estaba mi padre me dijo que muy bien, que la ropa que tenía era normal, que estaba en perfecta condiciones. Alguno de los dos están mintiendo. Luego leyendo un libro de él donde cuenta de esa paliza y dice al final que "dejó esos datos por si algún día había justicia", lo ofrecí como prueba. Inmediatamente me sacaron del expediente.

Acá Mendoza tiene una deuda: saber quiénes somos cada uno, al que hay que respetar, se respeta y al que no, no se respeta.

La Querella le dice que la resolución de la Cámara Federal de Apelaciones está firmada por Carlos Pereyra González, Julio Demetrio Petra y Alfredo López Cuitiño. En relación a Pereyra González sé que una causa propia que tenía en el Juzgado de Olga Pura de Arrabal que fue frenada por indicación de ese señor, porque eso me consta. Después le dijo "dejá que llegue este muchachito a la Cámara". Además, cuando aparecí con las copias del expediente, el Dr. Bento saltó de la silla y su única preocupación era de dónde lo había sacado yo, cómo había llegado a él. Todos me decían que no me metiera con el "Tilo". Una vez ante una pregunta mía, el Dr. Romano tuvo el tupé de decirle al Dr. Burad en un Congreso, "qué le pasa a éste, si al padre lo salvamos nosotros". Incluso me quisieron tocar el bolsillo para amedrentarme pero ellos no saben de qué va la vida, los principios, el amor entre un padre y un hijo. Que me toquen el bolsillo, eso no es lo que me mueve…

Posteriormente, el Dr. Burad me ofreció una secretaría del tribunal, acepté. Desmembré mi estudio y vine el primer día a conocer a los jueces, me abrió Naciff y me dio un portazo en las narices. Apareció el Dr. Burad Tres veces me pasó eso y le dije al Dr. Burad que yo no entraba ahí. Entonces lo eximí de responsabilidad y le dije que no quería el cargo, entonces él me dijo "lo que pasa es que acá hay mucha gente que no podría mirarte a los ojos".

Una vez, cuando era estudiante de derecho, si bien cursaba en Córdoba entré a una clase de derecho que estaba dando Miret. Entramos en una pequeña controversia y luego me preguntó mi apellido, dije Bustelo y se agarró la cabeza, "toda la vida discutiendo con su padre y ahora viene acá a mortificarme", como en broma.

Como abogado sostuve siempre que había responsabilidades judiciales y fíjese cómo afectó ese proceso que mi padre al año de haberle dado la libertad se jubiló porque decía "se terminó la Justicia. Donó toda su biblioteca jurídica, más de 2.000 libros, al Poder Judicial de la Provincia. La nota decía "estos libros me acompañaron 50 años pero ya no me sirven, no me pude defender a mí mismo, no puedo defender a nadie". Tardaron 6 meses en aceptarle la donación.

De la casa lo trasladaron como una bolsa de papa en una camioneta, le hicieron dar vueltas por Mendoza diciéndose dónde iban a matar al viejo de mierda, le hicieron incluso dos simulacros de fusilamiento.

Llegaron a un lugar, donde le pusieron una luz muy fuerte y lo interrogaron.

A Querella le da lectura a parte de la declaración de Bustelo ante el JIM sobre la participación de Migno en las torturas de los detenidos en la Compañía de Comunicaciones VIII, dice que sí se lo ha comentado, se hablaba, "Migno era el encargado de darnos", eso me decía, que era uno de los "duros". Incluso ha escrito sobre Migno, en sus libros. Cuando estaba en esas circunstancias, le salió el abogado. Todos lo esperaban cuando llegó a la Octava Brigada y después a la Penitenciaría, y le contaban lo que les estaba pasando. Mi padre estaba asombrado por el padecimiento físico de los detenidos, estaban Garcetti, Morán, Martínez Baca.

En algún momento hemos ido al Comando, nos atendió un militar pero no sé si era Lépori, pero me dijo "así que tu papá es bueno, ¿no tiene armas?", es decir que querían sacarle datos a un niño, un menor, sobre su padre.

El día que le dieron la libertad, lo hicieron desde el Comando no de la penitenciaría. Nos había avisado y lo fuimos a esperar, cuando salió contó los escalones y dijo que él sabía que había sido interrogado ahí.

Al día siguiente desayunamos y me pidió que lo acompañara. Fuimos a la Penitenciaría y me dijo si en dos horas no vuelvo, avisále a tu madre. A la hora, hora y media, aparece. Me dijo que había recuperado la felicidad, había ido a ver a los compañeros preso para saber qué necesitaban y había ido a ver a los que hasta el día anterior le habían dado patadas en el culo.

Fuimos a la Justicia Federal, el hombre de mesa de entrada quiso convencerlo de que se fuera pero él estaba fuera de sí y pidió cita con el defensor oficial, le dijo de todo y no le aceptó el saludo. No recuerdo su nombre.

Pero los caminos de la historia te sorprenden y a quienes hasta ayer eran los dueños de este edificio, hoy se le comienzan a conocer hechos.

Mi viejo siempre estuvo a disposición del Tercer Cuerpo, decían que si Menéndez lo ordenaba, lo liberaron. Mi familia de San Juan hizo gestiones con Primatesta para llegar a Menéndez. No había forma y lo habían catalogado como "peligroso ideólogo de la subversión". Habíamos llegado hasta Angeloz quien tenía relaciones con Menéndez, éste dijo que estaban convencidos de que Bustelo era peligrosísimo, necesitaban un garante, una carta de un prócer, decía. Entonces Illia escribió la carta manuscrita donde decía quién era mi padre y que él garantizaba su conducta, eso debe haber sido en los últimos meses en los que estuvo en La Plata. Esto nos lo dijo Angeloz. Incluso hay una carta que acompañé donde mi padre le agradece a Angeloz, es por eso que lo dejan en libertad.

El decreto por el que se dice que estaba a disposición del PEN, es falso. Eso está firmado por Yapur y era una metodología que usaban con la justicia cómplice.

Mi apreciación es que cuando se buscaba una razón para su detención, posiblemente más allá de su militancia en el año 1975, una sobrina del padre Llorens estuvo involucrada en un hecho y fue detenida y secuestrada. Llorens fue a su estudio porque nadie quería aceptar su defensa, mi viejo la aceptó y sabía que le podía traer dolores de cabeza. Tal vez eso tuvo relación con su detención. En general las otra defensas y su actividad era pública, lo cotidiano.

A mi viejo le había pintado el estudio y panfleteo de que lo iban a matar. En 1975 le pusieron una bomba a la casa radical, sobre Tiburcio Benegas entre Emilio Civit y Agustín Álvarez, era la Triple A. Escuchamos un estruendo y nos quedamos esperando que nos tocara a nosotros. Eran esos momentos políticos que se vivían y él estaba amenazado de muerte por la Triple A.

[Fuente: Equipo de abogados juicio, Mendoza, 02jun11]

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