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17dic10


Los hombres también eran violados en el D2


Lo reveló el actor David Blanco en el juicio por crímenes de lesa humanidad. Además, reconoció a sus captores.

Tras escuchar varios relatos de violaciones y otros abusos sexuales contra mujeres secuestradas en las mazmorras del D2, lo que muchos sospechaban ayer a la tarde surgió en la 11ª jornada del juicio por crímenes de lesa humanidad: los hombres detenidos allí también fueron víctimas de vejámenes.

David Blanco, titular local de la Asociación Argentina de Actores, quien estuvo preso en el centro de detención ilegal del Palacio Policial durante tres meses en la última dictadura, dio testimonio de algo que los varones detenidos allí habían guardado bajo siete llaves.

"Creo que a muchos de nosotros, sobre todo a los varones, nos ha costado reconocer las vejaciones a las que fuimos sometidos. Han sido más de 30 años de silencio. A todos y a mí nos ha costado mucho hablar de esto. Mis hijas, que están sentadas acá, se están enterando ahora", declaró.

Con ritmo pausado, como si le costara, y un silencio en la sala que pesaba varios kilos, Blanco relató: "Recibí electricidad en las encías, en los genitales y en el ano. También introducían objetos".

Para explicar la magnitud del tormento, remarcó: "Nadie puede saber lo que se siente, si no lo ha vivido. En mi caso, quedé con los genitales destrozados. Uno en ese momento desea la propia muerte, porque otro lo está vejando y torturando. Es algo muy triste".

Ante una pregunta puntual de la fiscalía, Blanco resaltó: "Puedo dar fe por mi caso, pero años después supe que otros lo habían sufrido y que era una práctica sistemática en el D2".

El referente de la Asociación Argentina de Actores era un joven de apenas 23 años cuando cayó en la oscuridad del D2.

El 2 de junio de 1976 fue secuestrado por dos policías en su casa de la calle Tucumán de Ciudad. Por esos días, además de actor era delegado gremial del Banco de Mendoza, razón por la que cree que lo detuvieron.

Estuvo tres meses en el D2 como detenido desaparecido, hasta que fue legalizado y enviado a la cárcel de Boulogne Sur Mer. Allí comenzó un largo periplo nacional que incluyó traslados a varios penales del país.

En esos años fue juzgado por un Consejo de Guerra en el Comando del Ejército (en la calle 9 de Julio de Capital), que lo condenó a siete años de prisión por subversión.

Blanco le reclamó al tribunal militar las pruebas que tenían por esa acusación, ya que no hubo testigos en su contra ni hallaron armas en su casa.

"El fiscal, un brigadier de la Fuerza Aérea, me respondió: 'Señor Blanco, a nosotros no nos hacen falta pruebas, nos basta el convencimiento de que usted es culpable'", recordó.

Identificó a 11 policías

El otro momento cumbre de la declaración de Blanco fue cuando identificó a 11 policías del D2, a los que señaló en el álbum fotográfico que está en el expediente.

Entre ellos reconoció a sus dos captores: Manuel Bustos Medina (más conocido como Mechón Blanco, por un lunar canoso en su pelo), quien falleció y al que nunca olvidó porque era uno de los que lo torturaba.

El otro, paradójicamente, tenía su mismo apellido: Emilio José Blanco. Supo su nombre recién ayer, cuando lo identificó en el álbum. "Creo que él también participaba en las sesiones de tortura", dijo con convicción.

Blanco reconoció además a los policías Marcelo Moroy (alias Facundo), Miguel Salinas, Pablo Gutiérrez, Timoteo Morales Amaya (alias Puntano), Alfredo Morales Castro, Ricardo Vásquez, Pablo Gutiérrez Araya, Antonio Marcos Ochoa y Juan Jesús Romero.

"Los pude ver porque después de un tiempo no estaban tan estrictos con la venda en los ojos", explicó Blanco tras reconocerlos.

[Fuente: Alejandro Gamero, Diario Uno, Mendoza, Arg, 17dic10]

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