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30may06


Fuerte advertencia de Kirchner a los militares.


Fue un mensaje previsiblemente duro. El incidente del 24 de mayo en la plaza San Martín, cuando un acto en memoria de los militares muertos por la subversión derivó en críticas a la Casa Rosada y agresiones a la prensa, vino a alterar la ya conflictiva relación entre el Gobierno y los militares. El presidente Néstor Kirchner dio ayer una respuesta directa: "Como presidente de la Nación Argentina no tengo miedo, ni les tengo miedo".

Fue una frase que sorprendió incluso a los militares, ya acostumbrados a recibir reprimendas desde el Poder Ejecutivo. Escucharla en el Colegio Militar, ante una formación por el Día del Ejército, conmovió a los oficiales presentes, algunos de los cuales se retiraron del palco antes del final del discurso. Fue en el momento en que Cecilia Pando –cuyas críticas al Gobierno, meses atrás, provocaron el pase a retiro de su marido, el mayor Rafael Mercado– y un grupo de familiares de alumnos del Liceo Militar se hicieron notar con manifestaciones. Trascendió anoche que los oficiales que dejaron el palco serán sancionados por esa actitud.

Pero la palabra presidencial no llegó porque sí ni sonó fuera de tiempo para quienes están al tanto de la actualidad castrense. Fue una forma de marcar terreno frente a lo que para el Gobierno fue una actitud poco clara de los oficiales que concurrieron al acto en la plaza San Martín.

El jefe del Ejército, teniente general Roberto Bendini, también lanzó ayer, al hablar en el acto, una advertencia: "No voy a tolerar acciones que afecten la disciplina o la cohesión de la institución". Los cinco oficiales sancionados -tres capitanes y dos tenientes- son parte de la misma unidad, la Compañía de Comandos 601. También fue sancionado el jefe de esa unidad por haber impedido el accionar de sus subordinados.

Para los más altos mandos militares esa situación permite contener el foco de descontento en un sólo lugar, por lo que les resulta menos preocupante que un malestar extendido y visible en otros regimientos. Estos oficiales de Infantería -los capitanes forman parte de la misma promoción del Colegio Militar- fueron arrestados en diferentes cuarteles.

La visión del Gobierno es que esa particularidad de que todos los oficiales sancionados pertenezcan a la misma agrupación puede significar algo más peligroso. Por eso la advertencia de Kirchner.

"Se ha incurrido en conductas, acciones y palabras a las que no sería temerario de calificar de rayanas con la apología del delito, al reivindicar al terrorismo de Estado, tal como ocurrió el 24 de mayo en la plaza San Martín. Como presidente de la Nación Argentina no tengo miedo ni les tengo miedo. Queremos al Ejército de San Martín, Belgrano, Savio y Mosconi, y no de aquellos que asesinaron a sus propios hermanos, que fueron el Ejército de Videla, Galtieri, Viola y Bignone que asesinaron a sus propios hermanos", dijo Kirchner ante la formación militar y los principales jefes castrenses.

Durante su alocución, Kirchner reclamó "Fuerzas Armadas prestigiadas" y advirtió que hace poco "han ocurrido hechos que no colaboran con la construcción de ese prestigio", entre los que mencionó las denuncias de espionaje interno detectado en la base naval Marcos A. Zar, de Trelew, y el acto de la plaza San Martín.

Momentos antes había anunciado que el Ministerio de Defensa trabaja en una reorganización de las Fuerzas Armadas, tal como adelantó LA NACION en el domingo último. Pero el mensaje de advertencia fue lo que resonó en el Colegio Militar. Ecos que continuaron cuando el Presidente se fue sin esperar el desfile de tropas.

Generales que estaban al tanto de la organización del acto comentaron luego que Kirchner había anticipado su determinación de dar el discurso y retirarse. Los que no conocían esa decisión, la mayoría de los presentes, tomaron ese final como otra señal de fuerza hacia los militares. El acto quedó entonces encabezado por el vicepresidente Daniel Scioli y por la ministra de Defensa, Nilda Garré.

Disciplina interna

El Presidente escuchó sí el mensaje del teniente general Roberto Bendini. Este también se dirigió directamente a su público interno: "Lealtad, subordinación y disciplina es la columna vertebral del Ejército. Todos los militares en actividad y en retiro están obligados legal y reglamentariamente a respetarlos, quien no esté dispuesto a respetar esos valores debe abandonar la fuerza", exclamó el jefe del Ejército.

Quienes conocen muy bien el pensamiento íntimo de Bendini aseguran que está dispuesto a no dejar pasar acciones de protestas. "No habrá una escalada porque no la voy a permitir", contó el jefe militar entre su grupo de allegados. Anoche se reunió con Kirchner y con la ministra de Defensa y analizó posibles sanciones a los oficiales que se retiraron del acto.

El diputado Carlos Kunkel, referente natural del kirchnerismo, identificó en medios de comunicación a uno de los tenientes coroneles que abandonaron su lugar antes del final del discurso presidencial. "Creo que el teniente coronel Videla se retiró del palco sin autorización y pudo incurrir en una falta militar", dijo el legislador que asistió al Colegio Militar.

Acompañaron a Kirchner el gobernador Felipe Solá; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro del Interior, Aníbal Fernández; el ministro de Justicia, Alberto Iribarne, y el presidente provisional del Senado, y ex ministro de Defensa, José Pampuro. El Presidente y su gabinete habían concurrido, acompañados entonces por varios gobernadores, al Colegio Militar el 24 de marzo último para repudiar el golpe de Estado de 1976. También estuvo allí el 24 de marzo de 2004 cuando ordenó el retiro de los cuadros de los ex presidentes de facto Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone. Pero está vez su presencia quedó más emparentada con su primer discurso el 29 de mayo de 2003, cuando apenas días después de asumir marcó su agenda militar con un fuerte choque verbal con los uniformados.

Los homenajes a los muertos militares en los años 70 no se detendrán. Esa realidad la conocen los mandos militares. Bendini habló con Ana Lucioni, una de las organizadoras del acto en la plaza San Martín, hija de un militar asesinado por la guerrilla y hermana de uno de los capitanes sancionados, y compartió la necesidad de homenajear a los muertos castrenses de la violencia en los años 70. Aunque también considera que esas reuniones hoy son propensas a volverse actos políticos contra el Gobierno, por eso dice comprenderlas, pero no avalarlas.

También acepta Bendini que se produjo una situación de indisciplina grave en la Compañía de Comandos 601. La posibilidad de mayores sanciones a los involucrados está abierta.

Se mencionó el tema de la posible escalada de indisciplina porque fueron muchos los oficiales -alejados de los extremos- que se sintieron molestos con la dureza del discurso presidencial. Entre ellos comentaron que hubiese alcanzado con la reprimenda del jefe del Ejército. "¿A quién no le tiene miedo Kirchner? ¿A nosotros, qué hicimos?", se preguntaban oficiales importantes del Ejército.

En la formación militar se vio el nuevo uniforme verde oliva. En otro momento hubiese sido ésa la novedad. "El uniforme identifica al soldado y por eso volvemos al viejo uniforme verde oliva, para mostrar que no pertenecemos a un ejército globalizado, sino al Ejército Argentino", afirmó Bendini en su discurso.

Ayer nadie miró la ropa, sino las caras militares. Y ninguna mostró alegría.

[Fuente: Por Daniel Gallo, La Nación, Bs As, 30may06]

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