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12sep13


Un joven denunció haber sido golpeado y torturado brutalmente en una comisaría de Orán


La trágica odisea de Ricardo Barrera un joven profesor de informática de Orán, comenzó con una escena de violencia familiar ocurrida en la madrugada del 9 de septiembre en el barrio 200 Años de la ciudad norteña, pero terminó en la comisaría siendo víctima de apremios ilegales.

Los hechos

"Esa noche a las 4.45 de la madrugada del 9 de septiembre yo me encontraba durmiendo mientras mi novia, R.F (30) -con quien convivía desde hacía 7 meses- había llegado de una fiesta familiar pero seguía tomando con unos amigos en otro sector de la vivienda. Cuando los amigos de ella se fueron, Noemí que estaba alcoholizada comenzó a romper enseres de la casa, empezó por el inodoro, luego reventó el televisor, abrió la garrafa para incendiar todo, entre otras cosas, por esa razón yo llamé cuatro veces al 911, pero nunca llegaron. Pero los vecinos llamaron a la Comisaría 24, que está ahí cerca. Cuando yo escuché las sirenas del móvil policial salí a la calle e hice ingresar a tres uniformados que habían llegado para que se apuraran y vieran cómo ella estaba destruyendo todo, fue allí que también observé que había dos camionetas más que las identifiqué como de la comisaría 24", cuenta Barrera y eso consta en la denuncia policial.

Sin embargo al ingresar a la vivienda el joven se adelantó para llevarlos hasta donde estaba la mujer y en ese momento ella comenzó a gritar 'Me quiere pegar, me quiere pegar', fue en ese instante que sintió una terrible patada en la espalda que lo tiró contra el piso dando primero con la cabeza contra la punta de una mesa y luego golpeando con la nuca contra un ladrillo que nivela la heladera. "Después de eso no recuerdo más nada, solo que me desperté en la puerta del hospital, dentro del móvil esposado con las manos hacia atrás. Me hicieron ingresar a la guardia para ser atendido. Pero el médico no me revisó, sólo habló con los agentes que me llevaron, dijo Barrera lo cual consta en la denuncia policial. "Yo me quedé arrodillado en el suelo pidiendo ser atendido, pero nunca lo hicieron, en cambio me llevaron arrastrando hasta el móvil y desde allí a la Comisaría de nuevo.

En la comisaría

"Cuando llegamos a la comisaría me bajaron entre cuatro, dos me llevaban de las piernas y dos de los brazos arrastrando la cara contra el suelo y me dejaron tirado en un pasillo.

Yo me comencé a sentir mal y empecé con vómitos, entonces uno de los agentes me vació una botella de agua en la cara. Después vinieron y me pusieron esposas en los pies y otras más en las manos, quedando doblemente esposado y arrimaron un tacho blanco como los de pintura pero estaba lleno de agua y me envolvieron la cabeza con una toalla y me hicieron submarino cuatro veces mientras me decían: 'żvos te querés curar?, acá te vamos a curar...' La última vez casi me ahogo porque me tuvieron mucho tiempo".

Después de este tormento, según los dichos de Barrera, un policía le pegó una patada en la espalda quedando acostado en el piso, mientras otro le puso el borceguí en la cabeza para que no pudiera levantarse, en ese momento se arrimaron varios efectivos más y entre todos comenzaron a aplicarle golpes de puño y patadas en el cuerpo hasta perder el conocimiento. Alrededor de las 7 de la mañana lo llevaron al hospital donde recibió las curaciones pertinentes. Tras esto fue regresado a la comisaría ya sin inconvenientes porque había cambiado la guardia.

Las amenazas

Alrededor de las 10 de ese mismo día fue llevado al juzgado Correccional 2 para declarar y allí relató todo lo sucedido. A las 13.30 le otorgaron la libertad, pero cuando estaba firmando los papeles correspondientes se encontró con los cuatro policías que lo habían detenido y golpeado y uno de ellos le preguntó si se acordaba lo que había sucedido durante la noche, "yo no le contesté nada", dijo Barrera, pero uno de ellos comentó por lo bajo "esta rata nos va a denunciar", tras lo cual le advirtió que si se hacía el "hombrecito" iba a caer de nuevo y ahí iban a arreglar las cosas "yo no te tengo miedo a vos, tengo gente fuerte arriba, a mi no me puede pasar nada", le dijo amenazante el agente.

Ricardo Barrera, le informó a El Tribuno que está dispuesto a que esta situación que él vivió sea conocida porque esto no puede seguir sucediendo.

[Fuente: El Tribuno, Salta, 12sep13]

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