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23jul10


Ex preso de la dictadura formula nuevos cargos contra un ex juez


El ex preso político Fermín Rivera acusó al ex juez federal de Bell Ville Eudoro Vázquez Cuestas de "presionar y torturar" a los detenidos y "colaborar" con los represores del Departamento de Informaciones (D2), de La Perla y con la inteligencia militar.

Rivera, ex militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y ex preso de la Unidad Penitenciaria Nš1 (UP1), será uno de los testigos clave que declare en el juicio que se sigue a los dictadores Jorge Rafael Videla, Menéndez y otros por los asesinatos de 31 detenidos y torturas. Fue incluso quien con su denuncia en 1983 dio comienzo a esta causa y quien declaró ayer ante el Tribunal Federal Nš1.

Rivera relató que el 17 de agosto de 1974, la Policía Federal lo detuvo en La Carlota por su vinculación con la toma que el PRT-ERP hizo de la Fábrica de Villa María. Que lo torturaron en la comisaría y cárcel de Río Cuarto y de allí fue trasladado a la UP1. Por esa participación, el ex juez federal de Bell Ville lo condenó a siete años de prisión, aunque purgó nueve.

En 1976, Rivera recordó que en presencia de su abogado Guillermo Rius, Vázquez Cuestas llevó a la UP1 al militante del ERP Raymundo "Charlie" Moore para intimidarlo para que confesara su vinculación con la toma. Según Rivera, "era conocido que Moore estaba colaborando con el D2". Fue así que, de acuerdo con Rivera, el ex juez permitió que Moore ingresara junto al "'Gato' (Miguel) Gómez (otro ex D2 imputado), una patota de gente y un abogado, creo que se llamaba Chirino. Todos estaban armados".

Luego, el ex juez efectuó el careo entre Moore y Rivera, quien negó conocerlo y planteó al magistrado que estaba siendo torturado, a lo que éste presuntamente le dijo que "no tenía jurisdicción, que era del Tercer Cuerpo", por lo que no le tomó la denuncia. De acuerdo a su relato, hay cuatro imputados de este juicio que mencionó como torturadores de la ex UP1 (ver Comprometió a cuatro imputados).

Rivera volvió a ver a Vázquez Cuestas en la cárcel de Sierra Chica. Hemipléjico por lo golpes en la UP1, el ex juez al parecer no receptó la denuncia y le contestó que "no había forma de que él evitara poner en conocimiento lo que estaba denunciando a los militares. Me amenazó. Me dijo todo lo que me digas a mí se lo cuento a los militares, así que atenete a las consecuencias".

Ya en 1978, el ex juez y Rivera se volvieron a ver las caras. Fue cuando una patota del centro clandestino de detención La Perla -donde también estuvo preso- lo llevaran a Río Tercero a reconocer a dos militantes del ERP muertos durante la toma. Según Rivera, Vázquez Cuestas le preguntó si los podía identificar, a lo que respondió que "no" porque él no había participado de la toma y que los cuerpos en realidad eran "dos calaveras".

De allí, lo volvieron "a encapuchar, vendar, a meter en el baúl del Dodge 1500" y lo trasladaron al Juzgado Federal de Bell Ville: "En la cochera abren el baúl y en el momento que me sacan estaban Vázquez Cuestas y Rius".

En el juzgado, siempre según Rivera, el ex juez le presentó a un "estrecho colaborador del (Área) 141 de inteligencia militar, Moyano. Me dice lo mismo que Moore, que ya estaba en conocimiento el juzgado de todo lo que pasó (en la toma). Me dijo: 'Lo que hace falta es que lo suscribás porque estoy cumpliendo una tarea dentro del 141'".

Para Rivera, Vázquez Cuestas no sólo me hizo trasladar con la patota de La Perla, sino en las condiciones: en el baúl, con los ojos vendados, atado con alambre...", describió y agregó: "Ha colaborado, participado junto con la patota de La Perla y con el 141 torturando, presionando, interrogando a los presos".

En su caso, Rivera afirmó que tras las indagatorias con el ex juez, "siempre" le "traían consecuencias". En Sierra Chica, por negarse a reconocer su participación en la toma, al parecer Vázquez Cuestas lo envió al pabellón de "irrecuperables, 'el pabellón de la muerte', que eran los presos que no tenían salvación. Es un personaje sumamente improlijo y tenía una actitud grosera en la relación con la patota del D2, de La Perla y el 141".

No es la primera vez que ese ex magistrado es mencionado, ya que el año pasado el fallecido sobreviviente Raúl Morales -en el juicio por el crimen del ex policía Ricardo Albareda-recordó que Vázquez Cuestas le tomó indagatoria en la cárcel con un militar armado al lado y hasta el ex juez admitió su subordinación al Ejército.

El ex militante del ERP también apuntó contra la Iglesia y la política, como "copartícipes" de la represión. Dijo que los capellanes "Sava Gallardo y Maquino nos planteaban que la tortura estaba justificada" y que "eran interrogadores por las buenas".

Desesperada, la madre de Rivera pidió al radical Eduardo Angeloz que ayudara a su hijo: "Angeloz le dijo que estaba enterado porque tenía reuniones con eclesiásticos y políticos en las que Menéndez les hacía participar de lo que estaban haciendo de la política represiva".

Para este ex preso, Angeloz "conocía con lujo de detalles lo que pasaba" y que le explicó a su madre que "era una política necesaria para llevar adelante la lucha contra la subversión".

[Fuente: Por Federico Noguera, La Voz del Interior, Córdoba, 23jul10]

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