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01sep18


Marcha de Adepcoca cuenta historias de terror y hace alianzas al acercarse a La Paz


Los cocaleros de La Asunta marchan a La Paz con la bronca dibujada en el rostro por la muerte de dos de sus compañeros y por la detención del presidente de Adepcoca, Franclin Gutiérrez. EL DEBER llegó ayer hasta la zona de Sud Yungas en la que se encontraban los marchistas. Y en su marcha, mientras se aproximan a la sede de Gobierno, cuentan historias de miedo sobre helicópteros que sobrevuelan La Asunta de madrugada, desde hace un año, algo que el Gobierno rechaza tajantemente.

Y mientras se aproximan a La Paz, planifican cómo llegar: arribarán el martes y, dicen ellos, sumarán fuerzas con la Universidad Pública de El Alto (UPEA), la dirigencia del Magisterio de La Paz, una parte disidente de afiliados a la Central Obrera Boliviana (COB), el Comité Cívico Departamental de La Paz, entre otros.

Con la canción Coca no es cocaína volvieron a emprender la marcha. Los cocaleros tienen en mente llegar a La Paz el martes en horas de la mañana. A su llegada se explicó que se unirán distintos movimientos sociales.

“Queremos agradecer el apoyo que nos darán al llegar a la sede de Gobierno. El objetivo es sumar la mayor cantidad de personas para que nos escuchen”, afirmó Jaime Santos, secretario de actas.

La marcha

La caminata continúa a paso firme. Hasta ayer lograron llegar hasta una localidad llamada La Florida (a 80 kilómetros de La Paz) y el descanso previo al almuerzo se dio en Santa Rosa. Los pobladores de esta zona de Sud Yungas recibieron con aplausos a los marchistas.

En medio de la cancha de fútbol del colegio Santa Rosa, los cocaleros tuvieron un respiro porque iniciaron la caminata el pasado lunes. En este caso, no se observó la presencia de niños.

Hay cansancio, el camino es de tierra y el calor es asfixiante. Sin embargo, su espíritu está firme. “¡Evo ladrón, La Asunta se respeta!”, son algunos de sus coros.

Ellos afirman que las acusaciones del Gobierno sobre el narcotráfico en esa región son falsas y aprovechan la ocasión para decir que, desde hace un año, ven helicópteros que sobrevuelan en horas de la madrugada y que, tras aterrizar unos pocos minutos, se llevan bolsas de coca.

Mientras apura los pasos para llegar a la población de Santa Rosa, Cecilia Mamani, productora de la zona, dijo a EL DEBER que los helicópteros tienen asustados a los niños. “Quiero desmentir la versión del Gobierno sobre el narcotráfico en La Asunta. Mis hijos están traumatizados: cada noche se escuchan helicópteros, no sabemos quiénes son. En la madrugada llegan tipo cuatro o cinco de la mañana. Ya es un año”, cuenta ella.

La cocalera indicó que desconocen el motivo de esa presencia. “No hay quien nos explique qué hacen esas naves. Intentamos hablar con el alcalde, pero es masista y no quiere explicar”, dijo Mamani.

Rafaela Sánchez, otra cocalera, ratificó la versión de su compañera y añadió que nunca antes se había visto helicópteros en La Asunta. Camino a Santa Rosa, población a 80 kilómetros de La Paz, más de uno coincide con esa versión.

“Yo soy productora hace más de 15 años. Mis papás también eran productores y nunca antes se había visto helicópteros. Nosotros no elaboramos coca para el narcotráfico. Dentro de nuestra comunidad tenemos un control, hay un reglamento interno, la persona que sea encontrada con vínculos con el narcotráfico es directamente expulsada”, señaló.

No solo las mujeres hablan del tema, algunos de los dirigentes también. Adepcoca es una organización dirigida por hombres. Jaime Santos, secretario de actas del Consejo de Federaciones Campesinas de los Yungas de La Paz (Cofecay), pidió a la Policía actuar contra los sobrevuelos nocturnos.

“Escuchamos que el Gobierno habla de que hay narcotráfico en La Asunta, pero en las inspecciones que se hicieron no se encontró nada. Es lamentable que se hagan acusaciones sin pruebas, la Policía solo quiere meter miedo. Ningún miembro de las fuerzas conjuntas hace nada en contra de los helicópteros”, protestó él.

EL DEBER se contactó vía telefónica con Felipe Cáceres, viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, para consultarle sobre estas denuncias. Entonces Cáceres soltó una carcajada y cuando habló, dijo que todo eso sobre los vuelos de helicópteros en La Asunta son puras mentiras.

“Es completamente falso, la gente tiene boca y habla cualquier cosa. Los pobladores de La Asunta están alucinando”. Sobre la posible presencia de narcotraficantes colombianos en la zona, pidió que esa consulta se la realice al director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn).

Luego pidió más datos sobre la denuncia de los marchistas y volvió al ataque cuestionando la veracidad de la versión. Explicó que para operar los helicópteros se requiere una logística muy complicada. “Se debe tener visores nocturnos, es muy complicado, así que es absolutamente falso”.

A pesar de que el Gobierno rechazó la veracidad de las acusaciones, los productores invitaron a la prensa a ver los sobrevuelos nocturnos.

“Hemos soportado mil mentiras del Gobierno; ellos dicen que hay pozas de maceración de coca, plantas de marihuana, pero es mentira, ahora cuando lleguemos a La Paz vamos a desmentir todo. Nos preguntamos: ¿para qué han metido helicópteros a La Asunta”, insistió Teomiro Meneses.

EL DEBER preguntó a los cocaleros si tenían pruebas como grabaciones o fotos, pero los dirigentes señalaron que tienen temor de salir cuando perciben el ruido. Sin embargo, ratificaron que han visto los sobrevuelos.

Con ataúdes

Ya en La Paz, llevando al hombro los ataúdes de dos de sus compañeros muertos a tiros en choques con la Policía, cientos de cocaleros recorrieron este viernes el centro de La Paz. Una nueva protesta en contra del Gobierno.

La columna fúnebre peregrinó pidiendo justicia con los ataúdes a cuestas por las sedes de la Policía, los tribunales de justicia y de la Asamblea de Derechos Humanos.

Hombres, mujeres y varios niños, entre ellos la huérfana de una de las víctimas, acompañaron los féretros de Eliseo Choque, de 31 años, y Carlos Vega, de 56, muertos el miércoles en el poblado de La Asunta. La columna era liderada por menores de edad, compañeros de la niña que quedó huérfana. El Gobierno les advirtió con procesos por usar a menores.

Dirigentes dicen que torturaron a cocaleros antes de matarlos

Rosa Solares, presidenta de la junta de vecinos de La Asunta, narró a EL DEBER que cuando llegaron al puente donde la Policía había abatido a dos cocaleros, solo encontraron restos de sus cráneos y sangre.

Los fiscales que investigan el caso en La Paz señalaron que las dos personas recibieron disparos en la cabeza. Los dirigentes creen que, además, fueron torturados antes de perder la vida.

“Al ver la ambulancia nos revisaron como si ocultáramos algo”, recordó Solares, quien acotó que los efectivos policiales parecían drogados. “La adrenalina con la que estaban los policías asustaba a cualquiera”.

Para la presidenta, los policías buscaron venganza, “ellos vinieron en cacería, nos duele todo lo que pasó”, afirmó y pidió que la investigación sea imparcial.

[Fuente: Por Baldo Ramallo y M. Tedesqui, El Deber, Santa Cruz de la Sierra, 01sep18]

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