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10mar20


Exagente de Inteligencia revela nexos del poder con los narcos


Al menos seis presidentes del país tuvieron alguna relación o acuerdo con capos del narcotráfico y actividades de terrorismo, revela el oficial de Inteligencia retirado Germán Linares en sus memorias plasmadas en dos libros. En estos textos de publicación reciente, él cuenta todo lo que descubrió la Policía sobre estos nexos a finales de la década de los 70 y comienzos de los 90.

Hugo Banzer Suárez (21 de agosto de 1971 al 21 de julio de 1978), Alberto Natusch Busch (1 de noviembre de 1979 al 16 del mismo mes y año), Luis García Meza (17 de julio de 1980 al 4 de agosto de 1981), Hernán Siles Zuazo (10 de octubre de 1982 al 6 de agosto de 1985), Jaime Paz Zamora (6 de agosto de 1989 al 5 de agosto de 1993) y Evo Morales (22 de enero de 2006 al 10 de noviembre de 2019) son los nombres que Linares menciona en su libro y en una entrevista que concedió a Página Siete.

En la misma manifestó: "Para mí todos los gobiernos han estado comprometidos con el narcotráfico", haciendo mención a que no sólo los citados debieron tener algún nexo con criminales.

En los libros, Linares cuenta sus vivencias en los años que trabajó en el servicio de Inteligencia de la Policía Boliviana y todo lo que investigó en ese tiempo sobre los vínculos de presidentes con narcotraficantes y terroristas. Asimismo, relata los operativos que hicieron para aprehender a varios de los criminales más buscados en todo el continente.

Las obras Narcotráfico en Bolivia, 1980-1995 e Historia secreta del terrorismo, la Inteligencia en Bolivia 1980-1995. Ambas fueron presentadas en La Paz el 18 de febrero, en el aniversario de la Asociación de Policías del Servicio Pasivo.

El coronel Germán Linares durante sus años de servicio estuvo al mando del Centro de Operaciones Especiales (Copes), la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) y el Centro Especial de Investigaciones Policiales (CEIP). En todo ese tiempo, según contó a Página Siete, hizo múltiples operativos para aprehender a varios narcotraficantes y terroristas.

Banzer Suárez, según Linares, fue "el pionero del tráfico de cocaína a gran escala", esto después de descubrir que en una hacienda que tenía en San Javier, Santa Cruz, había 300 kilogramos de pasta base de cocaína y se encontró además "infraganti, en el tráfico de cocaína, a su hija Patricia y su yerno Luis Alberto Chito Valle, cuando éste ejercía las funciones de cónsul en Montreal, Canadá".

Según los datos que manejó Inteligencia en esos años, la hacienda de Banzer era un centro de distribución de cocaína que enviaba droga a Colombia para los cárteles de dicho país. Además, este exmandatario puso en ostentosos cargos a familiares suyos para coadyuvar en la labor de envío de sustancias controladas. El coronel señaló como ejemplo al hermano de Banzer, Guillermo, quien era cónsul de Bolivia en Miami. En julio de 1978, Guillermo fue acusado por el Gobierno de Estados Unidos de usar su oficina para entablar conexiones con mafias de esa nación.

El siguiente expresidente que Linares nombra en su libro es el coronel Natusch Busch. Según los datos de Inteligencia, se enteraron que Busch admiraba a Fidel Castro, exmandatario de Cuba. Además, tenía cercana amistad con los narcotraficantes Chamaco Chávez y Roberto Suárez Gómez.

Uno de los gobiernos de facto que estuvo más sumergido en el narcotráfico fue el del general Luis García Meza, afirmó Linares. Relató que este mandatario, por medio del ministro del Interior Luis Arce Gómez, manejaba a los narcos. Decidían quiénes operaban y quiénes no. Fue tal la relación de esta exautoridad con los criminales que lo llamaban el Ministro de la Cocaína.

Inteligencia descubrió que Arce Gómez tenía cuatro narcos de confianza, fue tal que los volvió coordinadores del Ministerio del Interior y sus representantes personales. Estos eran Alejandro Pacheco Sotomayor, José Melo Callau Justiniano, Herland Echeverría Barrancos y Lorgia Roca de Sobenes.

Linares agregó que descubrieron también que García Meza no era tampoco alguien inocente de los nexos con los criminales. Se enteró que en una oportunidad el entonces dictador ordenó a Arce Gómez que comunique a los grandes narcotraficantes que dieran al Estado una donación mensual de 500 mil a un millón de dólares, caso contrario los aprehenderían y meterían a prisión.

El siguiente gobierno que nombra es el de Hernán Siles Zuazo. De este mandatario hace mención que su ministro del Interior Gustavo Sánchez Salazar se convirtió, según información policial, en el nuevo capo del narcotráfico. Él extorsionaba y protegía a los narcotraficantes más buscados, en complicidad con algunos jefes policiales.

[Fuente: Por Marcelo Blanco, Página Siete, La Paz, 09mar20]

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