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02nov18


Hardt, la sucesora de Sergio Moro, una jueza de línea dura y militancia feminista


Gabriela Hardt, de 42 años, asumirá temporalmente al frente del juzgado federal de Curitiba y llevará las causas de corrupción vinculadas al Lava Jato. Entre sus primeras audiencias conducirá una indagatoria al expresidente Lula da Silva, condenado a 12 años de cárcel.

La jueza suplente Gabriela Hardt, que asumirá el 13er Tribunal Penal Federal de Curitiba que dejó vacante Sergio Moro hasta que se designe un nuevo titular, ya fue directora de la Penitenciaría Federal de Catanduvas (estado de Paraná), donde cumplen condena algunos de los más importantes jefes del crimen organizado de Brasil.

Sus colegas la consideran de "línea dura" en materia judicial. También es conocida por defender el feminismo en las redes sociales, donde además revela uno de sus hobbies preferidos: es nadadora maratonista.

Hardt regresará el lunes de sus vacaciones y conducirá las audiencias e interrogatorios del proceso que involucra al llamado sitio de Atibaia, y la indagatoria del expresidente Lula da Silva, el próximo 14 de noviembre.

Hardt tiene 42 años y se convirtió en jueza a los 34, después de una carrera de casi nueve años como asistente jurídica en la Justicia Federal de Paraná. Nació en Curitiba, pero fue registrada en São Mateus do Sul, a 155 kilómetros de la capital del estado de Paraná. Su padre, ingeniero químico, trabajó en Petrobras durante más de 20 años. Antes de optar por la carrera de Derecho, Hardt cursó dos años de Ingeniería Química, pero finalmente desistió de seguir la misma carrera de su padre.

Vocación judicial

Hardt se presentó a concurso en 2007 y fue designada en 2009 en la Justicia Federal de Paranaguá. Un año antes también había concursado para el Ministerio Público Federal, pero eligió seguir el camino de la magistratura.

En 2010, la jueza fue transferida a Umuarama. Casada y madre de dos hijas, tuvo que separarse de la familia: su marido se quedó en Curitiba con una de las hijas, y ella se fue a Paranaguá y Umuarama con la otra. En 2014, año en que comenzó el Lava Jato, Hardt volvió a Curitiba con la función de jueza suplente en el 13° Tribunal Penal Federal, encabezado por Sergio Moro.

Hardt reemplazó por primera vez a Moro en enero de 2015, cuando determinó el fin del secreto bancario y fiscal de la consultora JD, una empresa del exministro José Dirceu. La medida permitió detectar pagos hechos al exministro por las contratistas UTC, Galvão Engenharia y OAS.

En su condición de suplente, sigue a cargo de todos los expedientes que no estaban vinculados al Lava Jato.

En mayo pasado, ordenó la detención del exministro Dirceu tras su condena en segunda instancia, una decisión que luego fue revertida por el Supremo Tribunal Federal. Pero Hardt también fue favorable con un funcionario del PT: redujo de 1,2 millón a 200.000 reales la fianza del extesorero del partido Paulo Ferreira, con el argumento de que no estaba en condiciones de pagar. Ferreira llegó a ofrecer un Citroen C4 como parte de pago.

El mismo mes, la jueza también emitió una decisión que luego fue parcialmente enmendada. Hardt dio acceso a la defensa del operador Rodrigo Tacla Duran, prófugo en el exterior, a los documentos de pedido de cooperación internacional del Departamento de Recuperación de Activos y Cooperación Jurídica Internacional de la Secretaría Nacional de Justicia y Ciudadanía. Cinco días después, Moro retomó el proceso y revisó la decisión: determinó que, para obtener cualquier documento, los abogados del investigado tenían que pedírselo directamente a él.

En julio pasado, cuando Moro estaba de vacaciones y Hardt estaba al frente del juzgado, el camarista Rogerio Favreto, del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, tomó la polémica decisión de hacer lugar a un habeas corpus presentado por abogados del PT y liberar a Lula. La orden fue rápidamente anulada por Moro, que intervino en el proceso y logró impedir que la policía federal cumpliese la decisión del camarista. En un evento en San Pablo, Moro ironizó sobre el episodio y afirmó que a los jueces se los critica por tener ferias judiciales largas, pero cuando trabajan durante las ferias, también reciben críticas.

Escolta y seguridad

Entre 2003 y 2004, en la época en la que decidía sobre la ejecución de condenas penales, Hardt llegó a tener escolta permanente y se trasladaba en un blindado.

La natación, además de ser un deporte que le ha torneado los músculos del brazo, también es su "terapia", como ha confesado en las redes sociales. "¡Mi deporte, mi terapia, que además me permite conocer personas increíbles y hacer grandes amistades!", publicó una vez.

Hardt estará en condiciones de sentenciar al expresidente Lula en el proceso por la compra de un predio por el Instituto Lula. El plazo de los alegatos finales de la defensa termina el próximo jueves y las presentaciones ya fueron hechas. Pero como no hay plazo para que un juez juzgue un proceso, Hardt podría dejar la tarea para el futuro sucesor de Moro, que será elegido entre los jueces más antiguos de la región sur del país que estén dispuestos a concursar por la vacante. Según la base del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región, hay 223 jueces federales titulares en condiciones de aspirar a ese cargo.

[Fuente: La Nación, Bs As, 02nov18]

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