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DERECHOS


25mar02


El comandante en jefe del ejército es un violador de los DD.HH.

Por Sergio Ramírez.


Chile está convertido en un país de fantasía. Los medios de comunicación controlados por los partidos del sistema y los grupos económicos fabrican una "realidad virtual". Violadores de los DD.HH. son convertidos en demócratas. Juan Emilio Cheyre, el nuevo Comandante en Jefe del Ejército es un ejemplo de tal falacia. Se le destaca como continuador de la "doctrina Izurieta" y la "modernización institucional". Sin embargo, se ocultan denuncias sobre su participación en violaciones a los DD.HH.

Cheyre es hijo de la dictadura. En 1981, Cheyre fue enviado a Sudáfrica para su perfeccionamiento profesional. Las relaciones con ese país donde imperaba el apartheid eran fluídas. Allí se daba preparación represiva a agentes de la dictadura chilena. Muchos torturadores y asesinos de la DINA y CNI mejoraron sus técnicas y conocimientos represivos gracias a tal colaboración. El apoyo de Pinochet no termina ahí. En 1988, antes del plebiscito, lo nombra Intendente en la III Región. Su compromiso con el dictador era evidente. Cheyre diría: "El triunfo del SI debiera ser una constante en todos los sectores. (...) Una victoria del NO es una hipótesis no factible. Los chilenos no somos locos". En cambio, hoy aparece "comprometido con la democracia", gracias al aparato propagandístico del sistema. Posteriormente, el dictador lo designa al mando de los regimientos de Rancagua y Copiapó, director de la Academia de Guerra y del Comando de Institutos Militares. Posteriormente, comienzan sus vinculaciones con las cúpulas política. En la década de los 90, fue agregado militar en España y en diciembre de 2000 pasó al Estado Mayor. Izurieta lo designa como su representante en Londres durante la detención y proceso a Pinochet. Además, ha sido defensor destacado del tirano. Así, por ejemplo,. Izurieta y Cheyre se entrevistaron con Pinochet en enero de 2001. El ex dictador se negaba a realizarse exámenes médicos. Sabía que no sería declarado loco. Ambos le garantizaron que su caso se resolvería por esa vía. El ex dictador aceptó. Gracias a la presión castrense y la inconsecuencia del gobierno y la justicia fue sobreseído.

¿Por qué decidió Lagos nombrar a Cheyre? Los voceros del oficialismo dan razones que ocultan la verdad. Dicen que es por su formación intelectual y carácter profesional. Agregan que al nombrarlo, Lagos hacía un gesto de gratitud hacia Izurieta. Indudablemente, Cheyre es también "favorito" de Lagos. En efecto, después de recibir de Izurieta la nómina de la que debía salir su sucesor, el presidente ordenó a su ministro de Defensa, Mario Fernández (DC), resolver de acuerdo a ella. Lagos decía al respecto: "Esta decisión significa en lo esencial… el reconocimiento a los méritos militares e intelectuales del general Cheyre… ". La derecha coincide con sus palabras y aplaude con entusismo. Lagos enfatiza que así "se asegura la continuidad en las tareas profesionales que son indispensables para el fortalecimiento de la institución y, por ende, del país". Con ello trata de oculta la realidad determinada por una Constitución dictatorial y el pasado de violaciones de los DD.HH del nuevo jefe castrense.

¿Los argumentos citados son las razones reales de su nombramiento?. Algunos antecedentes para determinar una respuesta. La relación de Lagos-Cheyre data desde hace tiempo. Se estableció y consolidó cuando este último cumplió una misión ordenada por Pinochet. Organizó con el embajador Alvaro Briones (PS), utilizando como "pantalla" un seminario de la Fundación Ortega y Gasset ("Las FF.AA. y la transición a la democracia. Los casos de España y Chile"), un encuentro entre la cúpula del PS y una delegación castrense (30.05-86), en el Hotel Victoria Palace de El Escorial (Madrid). Todos asistían para "descongelar" relaciones. A los socialistas les interesaba generar puentes de entendimiento con los militares. Para lo cual, Lagos, entonces ministro de Obras Públicas, llega a acuerdos con los representantes del dictador: el asesor de Pinochet, Sergio Rillón; el ex canciller Hernán Felipe Errázuriz; Fernando Moreno, hombre de confianza del Vaticano,el coronel Carlos Molina Johnson; el director de la Academia de Guerra, coronel Jaime García; y el comandante del Regimiento Maipo, coronel José Piuzzi. En efecto, se proyectaron procesos sobre la sucesión de Pinochet y de las violaciones a los DD.HH. Tras ellos estaba el principal objetivo de Lagos y de sus "camaradas" que le acompañaban (Camilo Escalona, Enrique Correa y Jaime Gazmuri): un "punto final"al veto castrense al PS. Por lo cual, la cita la consideraron como un hito clave para sus planes políticas de poder. Quedaba pendiente retribuir a Cheyre por su contribución. Ello sería obra del tiempo. Desde el encuentro en El Escorial, Lagos y Cheyre continuaron sus "carreras", con un objetivo común: llegar a los más altos cargos en sus respectivos ámbitos. Lo han logrado. Una mutua colaboración ha facilitado sus realizaciones personales. Los favores se pagan con favores.

Parte del prontuario de un violador de los DD.HH.

Las alabanzas no logran ocultar el pasado de Cheyre. Pesan sobre él graves acusaciones de violar los DD.HH. Se destacan, aparte de los asesintos de la Caravana de la Muerte en La Serena, su participación en Consejos de Guerra, actos represivos, violaciones y en la exhumación en 1978 de osamentas de detenidos desaparecidos. Cheyre y el subdirector de la CNI, Fernando Arancibia, hermano del ex almirante y actual senador UDI, Jorge Arancibia, fueron los "coordinadores" de tal operativo. Además, en 1985, Cheyre se negó a entregar la nómina de oficiales integrantes de la CNI al juez que investigaba el asesinato de Paulina Aguirre Tobar (militante del MIR). A la vez, fue encubridor de torturas cuando era Intendente de la III Región (1988) y está citado como "inculpado" en la querella por el asesinato de dos niños (Coquimbo,1973).

Cheyre rechaza su vinculación con el asesinato de dos niños en la IV Región (diciembre de 1973). La querella fue interpuesta por los familiares de Rodrigo Palma Moraga y Jimmy Christie Bossy, de 8 y 9 años de edad respectivamente. Los menores fueron fusilados por una patrulla militar que custodiaba unos gaseoductos en una población del sector La Herradura (Coquimbo). Se cita en calidad de inculpados, a Ariosto Lapostol, comandante del Regimiento Arica, Juan Emilio Cheyre Espinoza, ayudante de Lapostol, y contra Pinochet. El ministro Guzmán hasta hoy no ha citado a nadie a declarar en el proceso.

El 24.12.73, los menores jugaban en las cercanías de los gaseoductos. No regresaron a sus hogares. Los vecinos iniciaron la búsqueda. Los padres de los niños llegaron hasta la portería de los estanques. Comprobaron que no había guardia. Los estanques eran custodiados permanentemente por los militares. Fueron detenidos por una patrulla del regimiento Arica y amenazados de muerte. Posteriormente eran periódicamente torturados en el regimiento. En agosto de 1978, fueron encontraron los restos de los niños. Estaban sepultados cerca de los gaseoductos, lugar que había sido rastreados en varias oportunidades. Los cadáveres habían sido colocados posteriormente. Los peritajes, según se informara a sus padres, indicaban como causal de muerte impactos de bala de grueso calibre y que los proyectiles eran usados sólo por el ejército. Pero, en el certificado se establece: causa de muerte indeterminada. Los médicos se negaron a indicar la verdad.

El ex oficial de Ejército, Pedro Rodríguez Bustos, en declaraciones judiciales ha entregado antecedentes sobre las violaciones a los DD-HH cometidas por Cheyre. En el caso de José Rodríguez Torres y su hijo, José Rodríguez Acosta, ejecutados el 1 y 8 de noviembre de 1973, respectivamente, afirma sobre Rodríguez Acosta: "este joven fue interrogado y ejecutado en el regimiento Arica, y se dio como explicación que en un traslado interno dentro de la unidad intentó fugarse, ante lo cual se le dio muerte en su huida, al tratar de recapturarle, hecho que no fue así… los traslados de las personas detenidas que me tocó presenciar o custodiar como oficial de guardia de la época lo hacían con la vista vendada y manos atadas... ". Mientras que José Rodríguez Acosta, su padre, fue al regimiento para saber lo ocurrido con su hijo. Fue detenido y ejecutado al día siguiente. Juan Emilio Cheyre era ayudante de Lapostol. No puede alegar desconocimiento de estos asesinatos. Las revelaciones continúan. Rodríguez denuncia lo ocurrido con Bernardo Lejderman Konoyoica (argentino) y María Avalos Castañeda (mexicana) Dice: "Un informante llegó hasta la unidad de Inteligencia del regimiento Arica de La Serena, manifestando que esta pareja portaba armas y explosivos con los que pretendían abandonar el país.(…). "Se supo que sin mediar enfrentamiento alguno fueron ejecutados. Lo que se le manifestó a la opinión pública fue que se habían suicidado".Y, agrega: "Estos hechos deben haber estado en conocimiento del comandante del regimiento, Ariosto Lapostol, ya que todos los movimientos de esta unidad y órdenes a cumplir eran privativos de él". El ayudante del comandante Lapostol era el teniente Juan Emilio Cheyre, hoy comandante en Jefe del Ejército, por lo cual disponía de similar información.

Vinculacion con otros crímenes en La Serena.

Sobre la participación de Cheyre en los crímenes de la Caravana de la Muerte existen antecedentes y pruebas irrefutables. El ex oficial Rodríguez Bustos, en declaración al juez Juan Guzmán (26/12/1999), lo acusa. En su testimonio, dice que dos de sus compañeros, los subtenientes Guillermo Raby Arancibia y Julio Lafourcade, le contaron cómo el grupo de oficiales que viajaba en el helicóptero Puma fusiló, por órdenes del general (R) Sergio Arellano Stark a un grupo de 15 personas que estaban detenidas en la cárcel de La Serena. El arribo del helicóptero en que viajaba el general Arellano junto a Pedro Espinoza, Armando Fernández Larios, Marcelo Moren Brito, Sergio Arredondo y el mayor Juan Chiminelli, se produjo a principios de octubre de 1973. Además, Rodríguez dice que Arellano se reunió con el comandante del Regimiento Arica de La Serena, Ariosto Lapostol Orrego y que "… Arellano había ordenado revisar inmediatamente los procesos de los que, a su juicio, eran los más pesados". Se obedeció su orden. El fiscal militar, "un mayor de Carabineros de apellido Cazanga", entregó los antecedentes a Arellano Stark. Este se reunió con el comandante Lapostol, sus ayudantes directos y los integrantes de la Caravana y determinaron traer desde la cárcel de La Serena a 15 presos políticos. "Luego de eso fueron llevados al polígono de tiro de pistola, ubicado en el faldeo del cerro, a los pies de la sala de banda". En ese lugar, Arellano Stark citó a todos los oficiales del regimiento, junto a los miembros de su comitiva. Estos últimos fueron "quienes oficiaron como pelotón de fusilamiento, ejecutando a los 15 detenidos", asevera el ex oficial. "Sin embargo, dice Rodríguez, Arellano Stark inmediatamente ordenó a los oficiales del regimiento concurrir al lado del ejecutado para descerrajarle un tiro de gracia si era necesario, ante lo cual así ocurrió". Concluye nombrando a varios de los oficiales que debieron dar el tiro de gracia, entre ellos Juan Emilio Cheyre Espinoza.

Tales acusaciones son ratificadas y complementadas por el periodista Jorge Escalante Arellano. En su libro "La misión era matar. El juicio a la Caravana Pinochet-Arellano" (Editorial LOM, agosto de 2000) se lee: "Ariosto Lapostol condujo al general Arellano a la pequeña oficina en que cumplía su labor el fiscal militar, mayor de Carabineros Manuel Cazanga Pereira. (...) Se instalaron en la oficina del comandante con los antecedentes de los detenidos. Junto a ellos ingresaron el fiscal Cazanga, el ayudante del comandante Lapostol, teniente Juan Emilio Cheyre Espinoza, y el mayor Marcelo Moren Brito...". Es decir todos los nombrados elaboraron la lista de quienes serían posteriormente fusilados. Además, sostiene que: "El general Sergio Arellano fue quien ordenó a los oficiales del regimiento para que dieran el tiro de gracia. Se supo que el capitán Mario Vargas fue muy mal tratado por el general Arellano Stark, porque se negó a dispararle al prisionero que le correspondía rematar. (...) Los oficiales que participaron en estos hechos son los siguientes: capitán Mario Vargas Maguiles, teniente Juan Emilio Cheyre Espinoza, teniente Jaime Ojeda Torrent, subteniente Hernán Valdebenito Bugman, subteniente Mario Larenas Carmona, subteniente Guillermo Raby Arancibia, subteniente Julio Lafourcade Jiménez, mayor en retiro de apellido Délano, y el mayor de sanidad Guido Díaz Pacci...". Y, eliminando toda duda sobre la vinculación de Cheyre en tales asesinatos, agrega: "A su ayudante, el teniente Juan Emilio Cheyre Espinoza, el comandante Lapostol le ordenó que fuera al diario local El Día y avisara que en la primera página del día siguiente miércoles 17 de octubre debería ser publicado un bando que se entregaría para informar de la muerte de los 15 prisioneros 'por fusilamiento'. Consumado los crímenes, procedieron a la sepultación de las víctimas. Escalante escribe: "… aquel martes 16 de octubre de 1973, un camión militar y un piquete de soldados al mando del capitán Vargas entró al cementerio para cumplir las órdenes impartidas por el comandante Lapostol (….) los quince cuerpos fueron echados a una fosa… .Encima de los cuerpos vaciaron sacos de cal...".

Pero, las violaciones a los DD.HH por parte de Cheyre no terminan. Dos ejemplos más. Uno, Escalante afirma: "Cuatro días antes de ser asesinado en la cancha de tiro del regimiento Arica, el 12 de octubre de 1973 un Consejo de Guerra dictó en La Serena en la causa rol 4-73, una sentencia de 20 años de presidio en contra del secretario regional de la CUT y militante del MAPU, Carlos Alcayaga Varela (…). El Consejo lo presidió el comandante Ariosto Lapostol, y lo integraron además el comandante Oscar Arraigada, el mayor Tomás Manríquez, el capitán Mario Vargas Maguiles, el teniente Juan Emilio Cheyre Espinoza, y los auditores Francisco Alvarez y Florencio Bonilla...". El segundo, Eliana Rodríguez Dubó fue detenida el 06.10.73 por el entonces teniente Cheyre, dos oficiales y un piquete de soldados que allanó su casa, la tomó prisionera y, luego, en el Regimiento Arica de La Serena la torturó y, según su declaración (El Siglo No 1080), denuncia: ".... Me violaron y aplicaron corriente en partes de mi cuerpo por casi un me (….) Las personas que me torturaron eran las mismas que 'asaltaron y rompieron' mi casa y me detuvieron. Ellos integraban el grupo de tortura: Cheyre, Polanco, Ojeda y Pincetti Gac…". Y, ante la pregunta del periodista Arnaldo Pérez del semanario indicado: ¿Que opina de que Cheyre sea hoy el nuevo comandante en Jefe del Ejército?, responde: "A mi me parece realmente horroroso que un ser tan siniestro como él sea capaz de dirigir el Ejército de Chile. Es cierto que Pinochet ya lo hizo, por lo que no es extraño. Es asqueroso. No sé cuando el Ejército va a lograr sacar a todos esos criminales.(…). El destruyó nuestras vidas".


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Este documento ha sido publicado el 28mar02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights