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DERECHOS


2abr01


Advierten sobre la descontextualización de la vida del Senador Jaime Guzmán Errázuriz y su pretendida defensa de los Derechos Humanos.


En estos días en que se conmemora el décimo aniversario del asesinato del ex senador Jaime Guzmán Errázuriz, se han escuchado diversas manifestaciones que lo ubicarían en un sitial relevante en la defensa de los derechos humanos gravemente violados durante la dictadura militar.

Ha sido ese uno de los rasgos que con mayor insistencia se ha puesto de relieve al recordar su persona.

No es nuestro ánimo empañar la memoria de un personero que cumplió un significativo rol en el pasado reciente, ni menos enjuiciar su conducta. No nos corresponde hacerlo.

Pero, en honor a la verdad, es necesario hacer algunas puntualizaciones históricas ante la total distorsión que se está haciendo de nuestra historia próxima y del papel que el señor Jaime Guzmán Errázuriz jugó en ella.

Es efectivo que el asesinado senador intercedió en algunos casos por personas cuyos derechos fundamentales estaban siendo violados por la dictadura militar, incluso en algunos casos de ribetes dramáticos.

Lo anterior le permitió tener un conocimiento amplio de lo que estaba ocurriendo en Chile en materia de violaciones a los derechos humanos. Más aún, ese conocimiento lo llevó a identificar claramente la naturaleza de la represión que se estaba desarrollando y quienes eran los responsables de la misma. En suma, el senador Guzmán tenía pleno conocimiento de la tragedia que estaba viviendo el país. .

No obstante lo anterior, el ex senador no sólo fue un ferviente partidario de la dictadura militar sino un influyente y decisivo colaborador del régimen autoritario. ¿Cómo compatibilizaba en su conciencia el señor Guzmán Errázuriz su supuesto compromiso con los derechos humanos y su incondicional adscripción a una dictadura criminal?. Resulta imposible explicarlo en forma racional, a no ser que se quiera transitar por el peligroso sendero trazado por Maquiavelo en donde "el fin justifica los medios".

Jaime Guzmán, devoto y ferviente católico, no trepidó en atacar a la jerarquía de su propia iglesia, cuando ésta protestó enérgicamente por las violaciones a los derechos humanos en Chile, anunciando excomunión para torturadores, sino que optó públicamente por la posición del gobierno militar, descalificando a las autoridades eclesiásticas por entrometerse en temas temporales.

Es por ello que hoy resulta inverosímil proyectar una imagen del asesinado senador que no se corresponde con los hechos históricos en que le tocó participar.

Sin perjuicio de lo anterior, creemos que nada justifica su alevoso asesinato y apoyamos a su familia en sus demandas de verdad y justicia aún pendientes

EQUIPO JURÍDICO FASIC
Santiago, 2 de abril de 2001


DDHH en Chile

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Este documento ha sido publicado el 3abr01 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights