Muertos en Falsos Enfrentamientos
Patricio Sobarzo, mi compañero

"El verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ese es el único hombre práctico, cuyo sueño de hoy será la ley del mañana, porque el que haya puesto los ojos en las entrañas universales y visto hervir los pueblos, llameantes y ensangrentados, en la artesa de los siglos, sabe que el porvenir, sin una sola excepción, está del lado del deber". (J. Martí)

Siempre ha sido muy dolorosa la experiencia de enfrentarse a la muerte de un ser amado; sin embargo, el dolor se atenúa cuando nos fortalece la certeza de saber que la opción de vida de nuestro compañero ha sido justa y sus principios sólidos, manteniéndose aquellos inclaudicables, a pesar de la adversidad.

"La vida por la que optamos no está confinada en los estrechos márgenes de nuestra biología, sino que trasciende nuestra muerte; porque Patricio optó y luchó por los derechos de toda la vida, por esto, precisamente, ha podido trascender la muerte" (P. José Aldunate, Foro "Derecho a la vida", agosto, 1984).

Es innegable que la opción y concepción política de Patricio se transformó en su principio esencial de vida, su desarrollo personal está estrechamente vinculado a esta posición.

En Chillan, donde estudiamos en la Universidad de Chile, en 1977, nos conocimos a raíz de haberse realizado ese año unas competencias deportivas, entre hogares universitarios, donde vivíamos en aquella época; él en un hogar de los sacerdotes jesuitas dirigido por el Padre Renato Hevia y yo en el de la U. de Chile.

Nuestras conversaciones giran en tomo a la literatura, arte y situación política del momento. Siempre me llamó la atención que Patricio confiara abiertamente en mí, en circunstancias que recién veníamos conociéndonos. Quizás necesitaba hablar, explayarse, y no había tenido la oportunidad de hacerlo por esos días, como también cabe la posibilidad de haber encontrado en mí a una persona que sabía escuchar atentamente y que, por lo tanto, le inspiraba confianza. El era así, llano, abierto y muy honesto con sus amigos.

El año 1979, un día de abril, empieza nuestra relación de pareja, de compañeros, planteándome él explícitamente que su prioridad, como hombre comprometido con la sociedad, era su pueblo, y que si bien ese era su compromiso, ambos podíamos crecer y desarrollamos como pareja, situación que yo acepté y apoyé plenamente. En una carta que me envía desde Concepción, un día de enero, manifiesta una vez más su amor al pueblo, expresándose así:

"... a veces me da miedo, no de lo que sucede, sino de que yo pueda fallarte; tu me conoces, sabes como pienso mi vida es una hipoteca a la revolución, a la justicia, a la igualdad de los hombres, a la paz; como lo dices en tu carta, no seamos arquitectos de castillos en el aire, simplemente vivamos lo que fue, ha sido y es, nada más, lo demás sería egoísmo; yo no me pertenezco, me debo a mi pueblo, es él mi primer amor, después todo lo demás, aunque [no quisiera establecer categorías pero sí prioridades y qué prioridad más justa para los que nada tienen, apenas la miseria y su rica e inapreciable vida. Y como dice P. Vientier: "No halagues mi vanidad, date tu fuerza que es la mía, no hagamos otro mundo de mentiras, vamos a hacer un mundo de verdad, con la verdad partida como un pan terrible para todos. Es lo que siento que cada día me exige, implacablemente, la revolución".

Es en Chillan donde transcurre la primera parte de nuestra vida de compañeros, yendo de un lugar a otro, en busca de lugares donde 'vivir, de acuerdo a nuestras estrecheces económicas de estudiantes universitarios, sin que ello significase desanimamos para seguir luchando tenazmente.

Desde, hace ya varios años. Patricio es militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario, y su trabajo político está centrado en el frente estudiantil. Es en aquella época (1977-1981) que surgen, en este frente, una serie de instancias de trabajo, para reivindicar nuestros derechos estudiantiles. Se crean talleres culturales bajo el alero de la Iglesia Católica, los que no son aceptados por los representantes provinciales de la dictadura, quienes amedrentan y persiguen a sus componentes. Patricio cumple aquí un importante papel, pues es él quien promueve este trabajo político cultural.

Posteriormente, se forma en Chillan la UNED, Unión Nacional de Estudiantes Democráticos, que se estaba gestando junto con los talleres culturales y que pone en duros aprietos a la oficialista FECECH. Además de una persecución abierta a sus miembros, está también la persecución sicológica, tratando por todos los medios, de truncar nuestras carreras, pero salimos de allí triunfantes. Es Patricio, junto con la colaboración de valiosos compañeros, quien lleva adelante la organización.

El es un constructor, un hombre que a pesar de las circunstancias, sigue adelante con un afán clarísimo de responsabilidad, mucha disciplina y honestidad, para con sus compañeros y su pueblo. Es, además, un hombre optimista, que irradia alegría y "un soñador sin límites, anteponiendo a todo la concreción del sueño de una pronta patria libre y justa, de una sociedad socialista.

Para sus compañeros de Partido, para sus amigos, está siempre presente como un hombre de gran lealtad y generosidad. Estas características y sus valores se van a hacer inclaudicables en él, ya que tuvo una gran fe en su Partido.

Uno de sus compañeros lo recuerda así: "Inolvidable es el amor a su patria, que en el fondo es amor a la raza humana entera. Ahondaba con sus ojos y sus sentidos en nuestras características, las pequeñas y las grandes, las asumía y las vivía plenamente, como un verdadero programa personal, un dogma necesario y embriagador. Lo acompañaba una figura física poderosa, pero tierna a la vez; una voz alta y segura, que sabía ser sabia y callar, patrimonio tan necesario en estos tiempos".

'Todo podría resumirse en su ilimitada capacidad de amar: amaba la tetera como reflejo del hogar, los niños; amaba el hierro como manifestación de la mano del trabajo; amaba el ser .chileno, como instancia de una lucha mayor; amaba a su Partido y sus convicciones como muestra del mañana; amaba a los hombres por lo que podemos llegar a ser como promesa;

amaba la poesía como una forma de vivir y hacer; amaba la lucha como instrumento y realidad, amaba estos tiempos por la oportunidad de comenzar a repartir el pan de la fraternidad".

En 1982 nos trasladamos a Santiago, ya como profesionales, y en la perspectiva de la realización de trabajos a este nivel.

En marzo es contratado como Profesor de Administración e Historia de la cultura en el Centro de Estudios Fundamentales (C.E.F.), de la Corporación Municipal de Pudahuel : al mismo tiempo es maestro del liceo "'Villa el Cobre", de Ñuñoa. En diciembre es despedido de su trabajo en Pudahuel, por razones políticas, sumándose así a los miles de compatriotas opositores al régimen dictatorial, que no tienen derecho a trabajar en Chile por esta causa. Disminuyen considerablemente nuestros ingresos económicos, pero no nuestro ánimo de seguir adelante, luchando incansablemente, denunciando, una vez más, este tipo de situaciones.

Nuestra vida como pareja se inunda de alegrías y proyectos, porque viene en camino nuestro hijo Simón Ernesto, que es esperado ansiosamente. Ambos nos sentimos importantísimos, porque vamos a dar vida, y a luchar por ella. Patricio hace miles de proyectos como futuro padre: "imaginate". Negrita, la alegría que voy a sentir cuando mi hijo me diga "papá", cuando salgamos juntos a jugar por los parques, cuando ya esté crecido y compartamos nuestros proyectos, cuando se sume a la lucha de nuestro pueblo, o cuando nos diga: "ustedes, viejos, lucharon incansablemente; ahora nos toca a nosotros". .." Y como buen educador, proyectaba la educación de nuestro Simón: cuáles colegios serían los más apropiados y lo importante de su desarrollo como persona, de acuerdo a los elementos que ambos le entregaríamos.

Y un 5 de mayo de 1983, vio la luz esa vida tan esperada: nuestro Simón de la libertad, nuestro Ernesto del pueblo. Son días de celebraciones, de emociones compartidas con los amigos, pero también de una enorme responsabilidad por delante, la que asumimos con mucho orgullo. Patricio fue un padre ejemplar, que aunque solo vivió un año y casi dos meses este importante rol, lo asumió en forma plena, compartiendo momentos cualitativos con nuestro hijo. Siendo Simón tan pequeño, reconoce las fotografías de su padre y a diario nos dedicamos a "conversar" sobre él. B día de la verdad está muy cercano para él y estoy segura que la asumirá de la mejor forma.

Retrocediendo hacia el año "82, en el aspecto político, empieza a gestarse la Agrupación de Profesionales Democráticos, APD. Esta queda constituida formalmente en el mes de diciembre y Patricio asume la Presidencia de la organización. Posteriormente, la agrupación se incorpora al Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU.

En 1983, la labor está centrada enteramente allí. Se organizan diversas instancias de lucha, dirigidas a impulsar, apoyar y actuar en las actividades de las organizaciones gremiales y colegios profesionales que tiendan al desarrollo y defensa de sus legítimos derechos. En una manifestación pública, frente a la Biblioteca Nacional, en exigencia a los derechos de los profesionales, Patricio es detenido, junto a otros compañeros, siendo llevado a la Primera Comisaría de Carabineros y saliendo en libertad horas después.

A principios de 1984 es elegido miembro del Directivo Regional de CODEPU, donde participa activamente en las organizaciones populares coordinadas al Comité. Desde marzo en adelante dedica todo su tiempo a las actividades que fueron su razón de vida en el CODEPU y a su Partido, renunciando a su trabajo como maestro en el Liceo de Ñuñoa. Queda demostrado así lo férreo de su compromiso político.

En el CODEPU se destacó como dirigente, organizando y proyectando formas renovadoras de trabajo. Muchos proyectos quedaron en el camino, tareas que se han impuesto los compañeros que continúan en su tarea.

"Ese legado deja el Pato: la altura de los sueños, lo elevado de las miras, lo radical de las aspiraciones, y ser radical - como decía Marx- es tomar al hombre por la raíz. Y ésa es su herencia más valiosa y cara, que nosotros, sus hermanos, debemos trocar en victorias, hasta la victoria final: ser capaces, en medio del combate, de seguir soñando, ser capaces, en medio del fragor y del dolor cotidiano, de seguir soñando, porque, "ese es el único hombre práctico, cuyo sueño de hoy será la ley del mañana". .. mañana, cuando todo sueño sera posible, y en cierto modo, la vida misma sea el sueño. Este es el lado del deber: el hombre", (palabras de un compañero).

Cada día, cada minuto transcurrido en la vida de Patricio, estaba impregnado de amor, lealtad, honestidad y de cualquier sacrificio para el logro del ansiado sueño de todo revolucionario. Una de sus tantas cartas, que me envía desde Concepción, es un resumen, por así decirlo, de todo este tiempo de lucha cotidiana:

"Cariño mío:

Al comienzo de estas líneas, son muchas las cosas que se agolpan en la mente; lo más importante es señalarlas de manera coherente. . . Y es que este tiempo, tiempo de ausencia, al menos física, es el tiempo de la consecuencia, de menos decir y de más hacer. Mucha agua ha corrido bajo los puentes, muchos han quedado en el camino, y no precisamente porque ellos lo han querido, sino por algo más simple; esa simplicidad amor, se llama entrega, consecuencia. Esta patria larga de cobre y mineral, esta América morena, como tu suave piel, es la historia de miles de pequeños combates, de miles de muertos, y qué dura es, pero de esos miles, un día no lejano, daremos la gran batalla. El pueblo puede perder muchas batallas, menos la última, y ese día llegara, pero no por obra del "Espíritu Santo", sino por obra de tú, yo, ése y aquél, de todos los que aborrecemos la miseria y la injusticia. Y, entiéndase que para nosotros la violencia no es un fin, es sólo un medio, y no un medio que buscamos, sino el histórico medio al que se nos ha forzado. No hemos sido nosotros (el pueblo), los que hemos elegido las reglas del juego; el momento sí lo determinaremos nosotros, y ese día, reitero, llegara, "la historia la hacen los pueblos y es nuestra", dijo un conocido luchador. Estas cosas, amor, no las señalo para hacer retórica, no escribir frases que pueden parecer rimbombantes y bonitas para el bronce, las señalo sólo porque es necesario. . ."

żEs necesario seguir describiendo o definiendo la vida de Patricio.? Creo que se podrían llenar páginas y páginas sobre su desarrollo integral como persona: su militancia política, su amor a la poesía, su labor como maestro, su profundo amor y orgullo hacia nuestro hijo Simón Ernesto, su lealtad, amor y honestidad como compañero y esposo, pero, sobre todo, el amor a su patria, por la que estuvo dispuesto a morir no solamente por defender un ideal, una convicción política de un hombre consecuente, sino por convertirlo, lo más pronto posible, en realidad.

Inés Castillo


MI POEMA (Inés)

Yo no sé
si algún día
nuestros pasos se cruzaron
en la vieja pensión
de la calle 18 de septiembre
o en las esquinas de adoquines
cerca del mercado.
Yo no sé donde
pero tengo la sensación
que el sitio
fue más allá
que el instante
fugaz del encuentro
y ahí nos entrelazamos
como los lirios de la
Plaza México
junto a la Iglesia
de Santo Domingo y sin
tener a Dios por testigo
Así se vinieron estos años
rajando calendarios
entre piezas arrendadas
y pensiones baratas.
Acá en Santiago
somos pasajeros en tránsito
esperando la primavera
para viajar a las estaciones
de la lluvia, ya no solos
porque Simón Ernesto
va con nosotros.

Escrito en Santiago el día 25 ó 26 de junio de 1984, una semana antes de su asesinato.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 18mar02
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