Muertos en Falsos Enfrentamientos
Patricio Sobarzo Núñez

Introducción

Desde su creación en noviembre de 1980, el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) otorgó entre sus tareas un rol esencial a la lucha por la defensa de los derechos humanos, afirmando que ellos sólo se alcanzarían cuando fuéramos capaces de derrocar la dictadura e iniciar el camino a la construcción de una nueva Sociedad.

Para el Comité, el concepto de Derechos Humanos, está indisolublemente unido al concepto de Hombre y Sociedad. El artículo 1º de la Declaración Universal, pilar del cual se originan los restantes, dice así: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia deben comportarse fraternalmente como hermanos".

Estos conceptos extraordinarios merecen un análisis pleno multidisciplinario, parcial y luego globalizador. Así lo hemos hecho y con absoluta honradez concluimos que los derechos humanos no son ni una consigna ni un dogma, sino que conllevan obligadamente en si, para alcanzarlos en plenitud, una lucha política, social, económica e ideológica.

Conscientes de que las fuerzas más poderosas que motivan la conducta del Hombre, nacen de las condiciones de su propia existencia y del conocimiento real que de ellas se tenga el Comité consideró que una de sus tareas primordiales era aquella que fuera capaz no sólo de entregar la denuncia de la violación de los derechos humanos, sino que además debía explicar el origen, las causas, las formas, en suma el cómo y el por qué al pueblo de Chile se le habían arrebatado sus derechos y se le sometía a las más diversas y brutales formas de agresión.

Este trabajo representa un pequeño aporte en este camino. Su tema central es un hombre, joven, ciudadano chileno, profesor, casado, 1 hijo, sureño, hijo de padre ferroviario, poeta y político: Patricio Sobarzo Núñez, miembro del Ejecutivo Regional Santiago de nuestro Comité. A través de su vida y su muerte demostraremos lo que define al Sistema: el asesinato, la "cultura de la muerte como ha sido llamada, la magnitud del daño, la persecución, la cesantía, la tortura, la prisión por meses, por años; la mentira, la cobardía, la manipulación de la prensa, la complicidad de la justicia y la agresión contra quien resiste y proclama la verdad. Frente a todo lo negativo, lo oscuro, lo silenciado emerge la figura de uno más de nuestro pueblo y, a través de él, la de aquellos nunca sometidos, alegres a pesar del dolor, dispuestos a seguir, a unirse, a no dejar nunca de combatir por la dignidad y la justicia. Entregamos el texto de la querella criminal presentada ante los tribunales competentes, en la cual se narran detalladamente los hechos y se fundamenta con rigor la acusación de homicidio calificado. A través de su lectura y del curso que ella ha tenido se desprende la poca o ninguna importancia que el Poder Judicial confiere a las muertes en falsos enfrentamientos y su desidia frente a la investigación y esclarecimiento de estos hechos. Finalmente, entregamos un estudio jurídico sobre el Valor Legal del Derecho a la Vida en Chile.

La muerte de Patricio Sobarzo no puede mostrarse aislada, puesto que desde el 11 de septiembre de 1973, la Muerte ha cubierto a Chile. ¿Cuántos son los chilenos asesinados por el régimen? Es difícil saberlo con precisión. Obstinadamente, personas aisladas o agrupadas en organismos de Derechos Humanos, así como en agrupaciones de víctimas de la represión, se han abocado a la tarea de registrar, de saber. El conocimiento objetivo de la realidad, el registro preciso de ella, no confundirá más tarde a la nueva sociedad que se construya, cuando estos 11 años de dictadura se hayan ido definitivamente. El destruir la memoria histórica y el tergiversar los hechos forman parte de las múltiples herramientas usadas por la Dictadura. Se habla de terror del régimen popular, del caos que provocó, de las muertes. .¿Cuántas personas murieron durante el régimen del Presidente Allende?, ¿cuántas fueron exiliadas, torturadas, encarceladas?, ¿cuántas fueron asesinadas cuando protestaban contra el gobierno popular, construían barricadas, y realizaban múltiples atentados? Sería una obligación saberlo. El conocimiento de las causas de las muertes, desaparecimientos, destierros, relegaciones, ejecuciones, encarcelamientos. Consejos de Guerra, así como el conocimiento de la Estrategia de la Contrainsurgencia, de los aparatos represivos del Estado y de los "funcionarios" que ejercen la violencia y la tortura, deben llevar a la necesidad intransable de luchar organizados activamente para enfrentar y poner fin a la dictadura.

Durante estos 11 años, innumerables compatriotas han sido definidos como "el enemigo interno", han sido degradados en su condición de ciudadanos y, por el solo hecho de luchar por sus ideas, han sido asesinados.

Debemos recordar que la eliminación directa de los oponentes a la dictadura fue máxima durante los días que siguieron al golpe militar: "las acciones represivas masivas llevan a conseguir en menos de 48 horas el control militar de todo el país, con un costo humano de 8.000 a 30.000 asesinados y más de 50.000 prisioneros de guerra". En otros casos, la muerte se lleva a cabo mediante Consejos de Guerra cuya constitución, órdenes y ejecuciones no admiten ningún valor de juridicidad. Esta técnica de asesinar a través de Consejos de Guerra en Tiempo de Paz, se pretende imponer nuevamente.

La explicación de Muerte por Ley de Fuga, cubre el nombre y la memoria de unos mil chilenos, sin que se conozca el lugar en donde quedaron los cuerpos de varios de ellos (Carlos Berger, entre muchos).

Desde un principio, también existieron los muertos bajo tortura, cuyos cadáveres aparecen más tarde arrojados sobre las playas o sobre los cerros (casos de Marta Ugarte, Carmelo Soria), o son fusilados en secreto, encontrándose más tarde a algunos bajo tierra o en hornos abandonados (Yumbel - Lonquén).

También seguramente murieron bajo tortura "los 119" ya que existen innumerables testimonios de presos políticos que estuvieron con ellos en las cárceles secretas de la DINA y fueron testigos de la agresión sin límites sobre sus cuerpos.

A lo largo de estos 11 años, el estado de guerra interna, la estrategia de la contrainsurgencia, evalúa y cambia sus planes. Así, frente al repudio internacional, ya no era tan fácil la "simple desaparición": además, las madres, los familiares de desaparecidos que no callarán jamás, son una espada » sobre la conciencia de los responsables. Era necesario idear o perfeccionar otra técnica que existió desde el comienzo. En ella, además. El Muerto es el Responsable de su Propia Muerte: los ENFRENTAMIENTOS. Con esta técnica no sólo se consigue la muerte del opositor, sino que además ella se Justifica: son "terroristas" "subversivos", "violentistas". Estas acusaciones nunca comprobadas les permiten, por una parte, aterrorizar a la población y, por otra, aterrorizarse a sí mismos; esto último es fundamental, pues este mecanismo de Manipulación del Terror lleva a la aceptación de la muerte y a la necesidad de mantener o continuar la Guerra Antisubversiva, la justificación de la represión y la pérdida de la vida sin más.

El primer estudio sobre el tema fue publicado en las Ediciones Huinchape en 1981; se titula "Enfrentamientos y Falsedades". En él se relatan 21 casos, desde el 16 de septiembre de 1973 al 18 de enero de 1981. El último de esos casos es el de Leandro Arratia Reyes. Del total de 21,4 corresponden a mujeres. Este trabajo muestra en forma dramática la realidad ocurrida en cada persona asesinada, e inicia sus páginas que en la hora actual es necesario recordar. Dice así:

"El mundo tiene todo el derecho a dudar de la sinceridad de las personas que se oponen a la violencia Revolucionaria, sin haberse opuesto antes a la violencia Institucionalizada que la provoca"
Padre Miguel D 'Escotto.

Entre 1981-1982, el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo publicó igualmente un resumen titulado "Ejecuciones en supuestos enfrentamientos". En él comunica 26 casos, dos de ellos mujeres, señalando circunstancias de la muerte, información del gobierno, información de la prensa, tramitación judicial, cuando la hubo. En dicho trabajo se demuestra, entre muchos otros aspectos, que "la mayoría de estos casos pudieron ser objeto de detención y puestos a disposición de los tribunales de justicia, pero se prefirió eliminarlos" señalando además que con esta técnica, ''producida la muerte de la persona, el asunto queda allí y no hay quien adopte una actitud que exija públicamente una investigación y que se establezcan responsabilidades", y agrega: ''pareciera que este factor: la falta de reacción que se da en los familiares de las víctimas y en la población toda, es un elemento favorable de esta técnica represiva"

En julio de 1984 la Vicaría de la Solidaridad edita "Por una cultura de vida, basta de muerte". En este documento se denuncia que 100 chilenos han muerto entre el 11 de mayo de 1983 y el 11 de mayo de 1984, entre ellos, 8 niños. Además, 19 de estas cien personas mueren en sus casas. En este documento se da cuenta de la muerte de 10 agentes de seguridad. Cada caso es analizado en detalle, concluyendo que hoy en Chile la vida está a merced de la autoridad, y agregando una cita que hace sentir la profundidad del comunicado: "El Hombre es un ensayo único y precioso de la naturaleza. Cada Hombre no es tan sólo él mismo, es un punto único particularísimo, importante y siempre singular en que se cruzan los hechos del mundo. Sólo una vez de aquel modo y nunca más ".

En abril de 1984 el Comité reinició el trabajo de investigación sobre las muertes en enfrentamiento. El análisis de las técnicas represivas que el gobierno estaba utilizando así como la decisión de sectores cada vez más amplios del pueblo de luchar definitivamente por su libertad y por el término de toda forma de represión, permitían pronosticar que la muerte se extendería nuevamente por todo Chile y que se privilegiaría la técnica de enfrentamientos.

Este trabajo de búsqueda, recopilación, análisis, conocimiento de quienes eran estos hombres que enfrentaban con sus armas al régimen dictatorial, por qué luchaban y por qué morían, fue iniciado por Patricio Sobarzo. El delimitó el tiempo de estudio: desde 1981 en adelante enmarcó los objetivos del trabajo, exigió el conocimiento del perfil humano del hombre muerto en estos enfrentamientos, su biografía, origen, familia, sus ideas, sus sentimientos y afectos, en suma: llegar a saber quiénes eran estos "terroristas", 52 casos en el momento en que el propio Patricio Sobarzo muere asesinado en un "falso enfrentamiento del día 2 de julio de 1984, junto a Enzo Muñoz Arévalo, Ana Alicia Delgado Tapia y Juan Manuel Varas Silva, En esa oportunidad el CODEPU, así como en muchas otras ocasiones, interpuso una querella por asesinato, y, a través de una conferencia de prensa, acusó a la CNI, como ella misma lo reconoce en sus comunicados, de ser la responsable.

Desde los asesinatos del día 2 de julio de 1984 hasta diciembre, 12 compatriotas más morirán en supuestos enfrentamientos.

El cuadro que adjuntamos demuestra en fríos números la magnitud del problema,

Asesinados en supuestos enfrentamientos 1981- 1984
Hombres Mujeres Total
1981 24 2 26
1982 8 - 8
1983 12 1 13
1984 20 3 23
Total 64 6 70

Al analizar cada caso en forma detenida, reuniendo todos los antecedentes entregados por la prensa oficial, los organismos de Seguridad, los familiares de los asesinados y los numerosos testigos, cuando los hubo, podemos decir que en 70 casos hay pruebas suficientes de que el enfrentamiento fue una ejecución planificada, premeditada, ya sea con detención anterior o sin ella; además, algunos cadáveres muestran señas evidentes de tortura (el caso de Víctor Hugo Huerta, por ejemplo).

En los 6 casos de mujeres, todas son claras y definitivas ejecuciones. Arcadia Flores, y Verónica Cienfuego , (casada, 1 hija de 8 años y en el momento de su asesinato, según la autopsia, embarazada), mueren en 1981 en sus respectivos domicilios. Ambas eran hermanas de presos políticos desaparecidos y estaban decididas a luchar tenazmente, desde la clandestinidad, por el término de la dictadura.

En 1983, Lucía Vergara Valenzuela (2 hijos) muere en la calle Fuenteovejuna 1330, junto a Arturo Vilavella y Sergio Peña, estos últimos ex-presos políticos: habían sufrido entre los años 1973 a 1977 diversas técnicas de tortura antes de ser uno detenido y, el otro expulsado en pésimas condiciones de salud a Noruega.

Analizando cada caso a lo largo del tiempo, es evidente que en 1981 la prensa oficial oculta las muertes dando informaciones escasas y parciales. Desde 1983 en adelante, cada "enfrentamiento" es ampliamente divulgado por todos los medios de comunicación, con abundante material fotográfico, comunicados oficiales de los organismos y distintos muertos, similares y reiterativos. En ellos se muestra siempre al caído como terrorista, subversivo, asesino, violentista. traidor. . . cuando la verdad es que la mayoría de ellos son chilenos, casados, con hijos, admirados por sus familiares y amigos, con oficio conocido, muchos de ellos profesionales, ingenieros, sociólogos, veterinarios, profesores, estudiantes, etc. y, por sobre todo, personas de ideas muy claras y consecuentes hasta la muerte en su lucha por liberar a Chile de la dictadura.

Esta técnica represiva unida a la manipulación de los medios de comunicación, logró provocar rápidamente la aceptación y apatía por parte de la población. Sin embargo, a partir de 1984, la denuncia rebasa los organismos de Derechos Humanos y es ampliamente difundida por semanarios de oposición, lo que unido, por fin, a la exigencia valiente de algunos Vicarios, Obispos y sacerdotes de esclarecer los mecanismos de la muerte, lleva a amplios sectores del pueblo a luchar resueltamente por la verdad y la vida.

La respuesta por parte del gobierno no se deja esperar: Estado de Sitio: muertes, torturas, relegaciones, campos de concentración, cárcel, censura, persecución, allanamientos, vejámenes, ultrajes, amenazas, expulsiones. Hasta mayo de 1985, 17 chilenos han sido asesinados: de ellos solamente 6 mueren en falsos en frentamientos, que y a no tienen gran cobertura de prensa puesto que se dan como hechos consumados sin más explicaciones. Se trata siempre de terroristas que no merecen vivir.

Las demás muertes son brutales, públicas, algunas suceden en cuarteles de Carabineros, otras a plena luz del día con gran despliegue policial, el horror, la bestialidad: ante la presencia de todos los chilenos y, lo que es más grave, de niños. Es evidente que la contrainsurgencia nuevamente ha readecuado sus técnicas para perpetuarse mediante el horror y el miedo. Estamos seguros que no impondrán sus objetivos y que nosotros también sabremos dar una respuesta.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 18mar02
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