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11ene03


En diez días ha habido 57 ejecuciones extrajudiciales en Cúcuta.


En apenas los 10 primeros días que van corrido del año 2003, en Cúcuta se habían registrado hasta ayer 57 muertes violentas, lo que no tiene antecedentes en la historia de la ciudad. Altísimo número de adolescentes y jóvenes asesinados en 2002. Un grupo de hombres portando armas de largo alcance y automáticas sembró el terror la noche del 9 y el amanecer del 10: masacres en los barrios Camilo Daza y Antonia Santos, con un saldo de ocho muertos; exterminan vigilantes; un hombre se salvó, fingiendo estar muerto; otro asesinado en incursión en el barrio Doña Nidia. Embaulado en Los Patios.

En apenas los 10 primeros días que van corrido del año 2003, en Cúcuta se habían registrado hasta ayer 57 muertes violentas, lo que no tiene antecedentes en la historia de la ciudad.

Las autoridades informaron que ayer se produjeron dos masacres en los barrios Camilo Daza y Antonia Santos, con un saldo de ocho muertos.

Simultáneamente, el Instituto de Medicina Legal seccional Norte de Santander entregó su informe anual sobre las muertes violentas de 2003, que ratifican los informes que La Opinión ha venido publicando sobre la escalada criminal que viene soportando la ciudad en los últimos tiempos.

Según Medicina Legal, las muertes violentas el año pasado en Cúcuta, Los Partios y Villa delRosario fueron 1.429. La mayoría de ellas en Cúcuta, 1.236. En Los Patios hubo 111 muertes violentas y 92 en Villa del Rosario.

En Cúcuta se cometieron 1.076 homicidios, perpetrados en su mayoría (1.032) con armas de fuego, de acuerdo con los datos de Medicina Legal.

En diciembre pasado se registraron 84 muertes violentas en Cúcuta y noviembre fue el mes más sangriento, con 116 asesinatos.

En los datos de Medicina Legal alarma establecer el altísimo número de adolescentes y jóvenes asesinados en la ciudad en el último año.

Según esos datos, fueron asesinados 53 muchachos y muchachas de entre 15 y 17 años; 301 jóvenes de entre 18 y 24 años y otros 232 con edades entre los 25 y los 34 años.

Las comunas de Cúcuta con los más altos índices de asesinatos son, según Medicina Legal, la seis con 266 homicidios, la ocho con 178 y la nueve con 124 asesinatos.

Ocho Muertos en Masacres del Camilo Daza y Antonia Santos

La noche del 9 de enero, se convirtió en la más violenta de lo que ha trascurrido del 2003. Entre las 10:30 y las 11:00, cometieron ocho homicidios, en los barrios Antonia Santos y Camilo Daza.

La situación que vive Cúcuta, es motivo de preocupación entre los habitantes de los barrios de la periferia, que han sido escogidos como los escenarios de las muertes violentas.

En Antonia Santos

La ronda de la muerte comenzó en el barrio Antonia Santos, en la calle 12 con avenida 56.

Allí llegaron varios hombres con armas de fuego automáticas e inmovilizaron a los vigilantes Freddy Ortiz Fuentes y Jeider Contreras Prada.

A los serenos los obligaron a tenderse en el piso, boca abajo, y luego les dispararon. Contreras, de 18 años murió en el lugar de la agresión. El hecho sucedió a las 10:30 de la noche.

Fuentes recibió impactos de bala, y fingió estar muerto. Eso le salvó la vida. Los agresores consideraron que habían cumplido su cometido y se fueron a otro lugar, con su trágico mensaje.

Sobre la muerte de Jeider Contreras Prada informaron a las autoridades a las 3:30 de la mañana del viernes.

Fuentes se repone de las heridas en el hospital Erasmo Meoz.

Más muertos

El grupo se fue a otro lugar busca de más víctimas.

En el sector donde funciona un tejar, en la calle 8 con avenida 48, sector Los Olivos, le dieron muerte a un menor de 17 años, quien hacia mes y medio trabajaba como vigilante, y a Oscar Pabón Miranda, de 22 años, cuñado del anterior. Utilizaron armas de fuego automáticas.

Las víctimas trabajan para la empresa de vigilancia EAT Torres asociados.

En Camilo Daza

El segundo caso tuvo como escenarios, los barrios Camilo Daza y Crispín Duran, y sucedió a las 11:00 de la noche, según las informaciones suministradas por familiares de las víctimas a las autoridades.

En la avenida 8 con calle 46 (esquina), atacaron a Rafael Ricardo Vanegas Mejía, de 18 años, quien se desempeñaba como vigilante nocturno en el barrio La Ermita.

Recibió varios impactos de bala, algunos de ellos en la cabeza.

A José Adrián Rodríguez Sánchez, también vigilante, le propinaron un balazo en la cabeza. El hecho sucedió en la avenida 8 con calles 47 y 48.

María Rubiela Poveda Sánchez, de 39 años, recibió un balazo en la cabeza.

Era dirigente cívico en el sector, y colaboraba con la comunidad, según los vecinos [estaba embarazada].

Raúl Ronderos Poveda, de 18 años, hijo de la anterior. Recibió tres impactos de bala.

A los dos los mataron en su residencia, en la calle 49 con avenida 9.

Olider Miguel Zafra Serpa, 23 años, vendedor de calzado, residente en el barrio Crispín Durán (sector Camilo Daza), fue la última víctima de ese sector.

A su vivienda, una pieza construida en en madera, llegaron desconocidos y lo sacaron, ante el asombro de su compañera y sus hijos. Lo obligaron a caminar unos pasos y a la vuelta de la casa le dieron muerte a bala. Presentaba cuatro heridas.

Zafra Serpa, deja una viuda y cuatro hijos, pequeños.

A pie

Según las versiones de los testigos, el grupo de hombres que cometieron la masacre llegaron y se fueron a pie.

Familiares de las víctimas dicen que no oyeron ruidos de motores de carros o de motocicletas.

Aclararon, que no se atrevieron salir a ver lo que había sucedido por que temían que los pudieran agredir.

Desaparecidos

En el mismo sector de la masacre, se habló de la posible desaparición de dos hombres. Sin embargo, hasta la tarde de ayer, nadie había reportado la ausencia de algún miembro de las familias que habitan en esa parte de la ciudad.

Las diligencias de inspección judicial a los cadáveres las llevaron a cabo el fiscal de turno y funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación de Cúcuta.

Las Funerarias Santo Ángel (Comuneros), Rincón (Guaimaral), y San Juan de Dios, colaboraron con el trasladó de los cuerpos de las víctimas al anfiteatro de Medicina Legal.

La Policía desplegó una serie de operativos en la ciudadela Juan Atalaya y barrios del sur occidente de la ciudad, en procura de localizar a los autores de las masacres.

Incursión en Doña Nidia

A las 3:00 de la mañana, un grupo de hombres portando armas de largo alcance y automáticas irrumpió en el barrio Doña Nidia, al occidente de Cúcuta (ciudadela Juan Atalaya).

A las 3:15 llegaron a la casa del obrero Reinaldo Camacho Gil, de 40 años, oriundo de Oiba (Boyacá). Golpearon en la puerta y le pidieron que abriera, identificándose como representantes de un organismo de seguridad.

Cuando les atendieron el llamado, procedieron a sacar a Camacho Gil, y en la calle le dieron muerte, al parecer delante de otra persona que dejaron con vida.

Quienes llegaron a Doña Nidia, eran por lo menos 20 hombres, todos con arma de fuego.

Cometido el crimen, los homicidas abandonaron el sector, pero cuando avanzaban se cruzaron con un vehículo, contra el cual comenzaron a disparar. Numerosos proyectiles hicieron impacto en la carrocería del carro, pero por fortuna las balas no alcanzaron a ninguno de los ocupantes, que milagrosamente salvaron la vida.

Las autoridades conocieron el caso y abrieron la investigación para establecer las causas del crimen.

El embaulado en Los Patios

En el baúl de un vehículo hallaron el cuerpo sin vida de un hombre, en jurisdicción de Los Patios. Presentaba varias heridas de bala.

Según la versión de las autoridades, una patrulla de Policía realizaba un recorrido de control y vigilancia, por el sector del anillo vial.

Cuando se acercaban a la zona de relleno sanitario observaron un vehículo sospechoso y se apersonaron de la situación. Quienes se movilizaban en el automotor, al darse cuenta abandonaron el automotor en la trocha que conduce a Villa del Rosario y se internaron en la maleza.

El vehículo es un Dodge Aspen, blanco y azul, placas AKS-846 de Venezuela.

Al examinarlo, encontraron en el baúl el cuerpo sin vida de un hombre. De inmediato notificaron a las autoridades judiciales para las diligencias de rigor.

Al sitio se trasladó la Inspectora de Policía y funcionarios del CTI. Al practicar la inspección judicial al cadáver, establecieron que se trataba de Jesús María Cruz Melo, de 30 años, natural de Bogotá.

No hallaron más información de la víctima ni de la hora en que cometieron el homicidio.

En el lugar de los hechos, encontraron un arma de fuego, que fue puesta a disposición de la autoridad correspondiente.

En Aguas Calientes

Alirio Parada Rojas, de 33 años, residía en el barrio Aguas Calientes (ciudadela La Libertad).

El miércoles a las 8:40 de la noche se movilizaba por la calle 20 con avenida17, cuando fue interceptado por desconocidos que portaban armas de fuego, y le dispararon en varias oportunidades, hasta darle muerte, por causas no establecidas

El cuerpo quedó en vía pública. Allí se presentaron el fiscal de turno y funcionarios del CTI, y practicaron la diligencia judicial.

Dos NN

Dos hombres, cuyas identidades no se conocían hasta la tarde de ayer, murieron violentamente, en lugares diferentes.

En el kilometro 5 de la vía a Puerto Santander, recogieron el cuerpo de un hombre, de 1,76 de estatura, entre 40 y 50 años, aproximadamente, raza mestiza, piel trigueña, cabello semi ondulado. Vestía pantalón negro, zapatos negros con visos verdes, franela blanca con rayas verdes.

No le hallaron documento de identidad alguno, y por lo tanto, en el acta de la inspección judicial, quedó como NN.

El cuerpo lo recogió personal de la Funeraria Rincón (Guaimaral).

No se estableció la hora de la muerte.

El segundo caso se presentó en el barrio Cundinamarca (parte alta).

Por allí, según versiones que entregaron los vecinos, aproximadamente a las 10:30 de la mañana oyeron dos disparos, pero nadie se atrevió a salir de sus viviendas por el temor que los acompaña.

Solo en la tarde, avisaron a las autoridades, y se trasladó el fiscal de turno y los funcionarios del CTI, quienes con el apoyo de la Policía practicaron la inspección judicial al cadáver.

La víctima era un hombre fornido, de 1,70 de estatura, aproximadamente, moreno, de bigote. Vestía pantalón y franela roja, y zapatos negros.

Nadie lo conocía en ese sector.

Según las apreciaciones hechas por los investigadores, al hombre lo perseguían y buscó una hondonada para tratar de evadirlo, pero no logró el propósito, pues los proyectiles disparados por quien lo perseguía, hicieron impacto en partes vitales del cuerpo de la víctima.

Otro muerto en Los Patios

En conductor de una buseta de trasporte urbano, murió a consecuencia de varias heridas causadas con arma de fuego por desconocidos.

El hecho sucedió aproximadamente a la 1:30 de la tarde, en el sector conocido como Valles del Mirador, en las inmediaciones del paradero de busetas que cubren la ruta al barrio Betania (Los Patios).

El occiso fue identificado como Pablo Enrique García Rivera, de 30 años, oriundo de Miraflores (Boyacá).

Residía en el barrio Doña Nidia (ciudadela Juan Atalaya), de donde salió ayer a las 5:00 de la mañana a cumplir con el recorrido que le fijaba la empresa a la cual tenían afiliada la buseta, de placas URI-313. La propiedad del vehículo la compartía con un hermano.

Según se conoció en el lugar de los hechos, García Rivera llegó al terminal de busetas en Betania, más o menos a la 1:30 de la tarde y firmó la tarjeta de control.

Luego se retiró y en buseta avanzó hacía el sur, por lo menos 100 metros, no se sabe porque motivo. Quienes estaban en lugares cercanos oyeron los disparos, dicen que no se dieron cuenta de nada.

Herido de muerte, el conductor descendió del automotor y cayó sin vida, a menos de un metro de este.

Una hermana manifestó que no entendía que había sucedido, por que Pablo Enrique no tenía problemas, mantenía buenas relaciones con los demás choferes y que era una persona responsable de sus compromisos.

La inspección judicial al cadáver la llevó a cabo la Inspectora Superior de Los Patios con funcionarios del CTI. Personal de la Policía adscrita a esa localidad, estuvo presente en el lugar del crimen, colaborando con los funcionarios judiciales.

Personal de la Funeraria Belén, recogió el cuerpo y lo trasladó al anfiteatro de Medicina Legal.

[Fuente: Diario La Opinión, Cúcuta, Col, 11ene03]


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Este documento ha sido publicado el 12ene03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights