EQUIPO NIZKOR
Ponencia

DERECHOS



El conflicto y el desarrollo regional en el Magdalena Medio colombiano.


Por la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra.

Ponencia presentada por la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra el 21 de Octubre en el foro Oriente: Política y Desarrollo organizado por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia en la Ciudad de Sogamoso, Boyacá.


1. El concepto de desarrollo.

El discurso del desarrollo actualmente vive un clima de rupturas conceptuales y emergencias de nuevos paradigmas. Por un lado el mundo occidental se enfrenta a la idea relativa del fin del desarrollo (el llamado postdesarrollo) ; de otro lado en la periferia marginada de los procesos de desarrollo se habla de la necesidad de repensar y problematizar la noción misma del desarrollo.

Los cuestinamientos al concepto convencional de desarrollo tiene que ver con el problema propio de las relaciones asimétricas y desiguales norte-sur, el surgimiento de innumerables conflictos sociales, territoriales y ambientales en todo el mundo y los impactos multidimensionales de la acelerada tendencia hacia la globalización de la lógica acumulativa del capital.

En la configuración de las nociones y prácticas convencionales del desarrollo se identifican claramente relaciones de dominación y de poder de unas sociedades y economías sobre otras. El concepto de lo moderno que adquirió gran importancia con la ilustración así lo constata. Con la modernidad se impone la idea del desarrollo bajo los esquemas paradigmáticos de la objetividad y de la de subjetividad. Desde esta concepción todo lo existente dentro del campo relacional sociedad humana-naturaleza se vuelve medible y cuantificable. Se asimila la noción de desarrollo a la de crecimiento económico y se reducen los problemas del desarrollo a la comparación de indicadores económicos entre los países centrales y los países "periféricos".

Al asumir el desarrollo como crecimiento económico se da por hecho que el crecimiento económico es la causa y la condición necesaria y suficiente para el bienestar de la humanidad. De esta forma el concepto convencional de desarrollo propio de proyecto de la modernidad se nos presenta como un modelo universal de desarrollo científico-tecnológico y sus patrones políticos y culturales son impuestos como prototipo para todo el conjunto de la humanidad.

Así, las formas locales y tradicionales de vivir y relacionarse con la naturaleza, de desarrollarse a partir de imaginarios y patrones culturales propios, son calificadas de no válidas ni viables, de "pobres", "tradicionales", "subdesarrolladas" "premodernas", "dependientes", "periféricas". El resultado, es pues, la negación de las opciones y alternativas diferentes a la versión hegemónica y convencional del desarrollo capitalista.

El modelo de desarrollo del capital no tendría objeción si su fundamento acumulativo no propiciara las desigualdades sociales, las disparidades regionales y la exclusión, por el contrario el capitalismo exacerba la división territorial del trabajo tendiendo a producir la especialización extractiva de los ecosistemas, convirtiendo el uso del territorio en una forma de incrementar las desigualdades regionales.

A partir de los problemas estructurales propios de este modelo economicista y de la crisis de sus valores (el antropocentrismo, la razón, el universalismo, la homogeneidad, el orden, el progreso) e instituciones de la modernidad (Estado y empresa capitalista) se dan unas aparentes rupturas conceptuales manifestadas en la inclusión de las dimensiones ambiental y humana denominadas desarrollo humano y desarrollo sostenible, las cuales pretenden superar teóricamente el problema del determinismo y el reduccionismo económico del mercado, revalidando este modelo a partir de la invisibilización del profundo significado del cambio histórico desde la transformación permanente de las relaciones sociales y de la sociedad en su conjunto.

2. El desarrollo regional.

El modelo del capital ha reaccionado ante las crisis estructurales del mercado, asociadas a la crisis del modelo fordista de industrialización en los países del sur, ante las implicaciones negativas, en el contexto de la globalización, de la última revolución de las fuerzas productivas(informática, biotecnología y robótica) y ante los limitantes ambientales del desarrollo. No obstante, las fuertes contradicciones que caracterizan al capital en las regiones de la "periferia" toman formas radicales de pauperización social.

Así pues, en el centro de las "preocupaciones" actuales del concepto convencional de desarrollo, están los problemas del desarrollo regional desigual. En este sentido, las principales estrategias desde el modelo del capital y la planificación tradicional o modernizante en Latinoamérica han sido: El desarrollo integrado de cuencas hidrográficas, los polos de crecimiento, el desarrollo rural integrado y el modelo neoclásico y su actual estratégia neoliberal. Estas estrategias desafortunadamente no han logrado superar las desigualdades regionales, por el contrario las han acrecentado, pues el desarrollo regional desigual es consecuencia de la misma lógica del desarrollo capitalista, al propiciar un aumento permanente de las diferencias e incluso reducir las posibilidades económicas de amplias zonas o regiones.

3. La construccion regional en el Magdalena Medio.

El Magdalena Medio debe asumirse como sujeto de su propio desarrollo desde la generación de espacios de intercambio de experiencias y lenguajes compartidos entre sus comunidades, así como desde la integración de los imaginarios locales y los modos de vida que concreten la articulación y el diálogo social, posibilitando la construcción de estrategias de desarrollo regional.

La construcción de un proyecto regional en el Magdalena Medio tiene que pasar por redefinir el desarrollo como concepto convencional y apropiarlo regionalmente, entenderlo como un proceso resultante de un proyecto político y cultural, que no se puede imponer desde los tradicionales centros de poder o asimilarlo como el buen regalo de las agencias de desarrollo capitalista.

El desarrollo es un proceso complejo y multidimensional que significa una serie de nuevos valores humanos y naturales que permitan armonizar las transformaciones de las estructuras productivas con sentido de equidad distributiva, responsabilidad ecológica e identidad cultural regional.

Entonces, se trata de proponer para el Magdalena Medio un modelo de desarrollo que consiga una mejor armonía entre la naturaleza y la población y entre las dimensiones política, económica y ambiental. Se trata de revalorizar y asumir como imperativo ético el respeto por toda vida humana y no humana. Se trata, en última instancia, de un desarrollo donde las comunidades locales puedan compartir sus beneficios.

4. Particularidades de la construcción regional.

El proceso histórico de integración- desintegración regional expresa en sus diferentes momentos la tensión existente entre las comunidades y el Estado, por pretender aquellas una unidad propia, es decir la concreción de un proyecto regional que se ve enfrentado a los intereses en juego de un estado representativo de los intereses de las clases dominantes, a quienes no parece interesar el afianzamiento de un sentido de pertenencia e identidad regional. De esta manera la desarticulación físico espacial del territorio por carencia de vías y servicios básicos y la no conformación de redes técnico- económicas, estarían evidenciando la intención política del Estado hacia la desintegración social de la región con el fin de consolidar un modelo de desarrollo autoritario y excluyente fundamentado en la expropiación violenta y la represión de las tendencias igualitarias regionales. Tal y como se está evidenciando en los actuales momentos.

Para efectos de este análisis el concepto de región se asume desde la perspectiva de las comunidades, en tanto existen imaginarios, realidades, identidades y una propuesta política reivindicativa de la población asentada en los municipios de la región. En este sentido es un proceso de construcción de región que se habrá de concretar en un proyecto político y cultural común que consolide la construcción de la región del Magdalena medio con un propósito de ordenamiento territorial, político y social desde una perspectiva regional que redefina el territorio, los usos del suelo y del espacio público y, sobretodo, las relaciones sociales y políticas, en un contexto de legitimidad y de gobernabilidad popular.

5. El Plan de Desarrollo y de Protección Integral de los Derechos Humanos del Magdalena Medio: una iniciativa de paz, construcción y desarrollo regional desde la exigibilidad de los derechos humanos integrales

El gobierno colombiano ha abierto las posibilidades de paz con la insurgencia a través de un diálogo; el hecho, además de significar la posibilidad de estabilidad política, implica necesariamente el camino para lograr el desarrollo. Las comunidades de la Región del Magdalena Medio comprendida en el plan expresan la necesidad inaplazable de consolidar el proceso de paz, bajo condiciones de justicia social y con inversiones significativas para el desarrollo, desarrollo que desde la perspectiva del plan es de tipo integral y humanista.

El capitalismo mundial presenta en nuestra época una nueva fase de acumulación, donde se transnacionaliza la economía y la política; los mercados son el objetivo número uno de las relaciones internacionales y de la sociedad en general. El fenómeno conocido como "globalización" presenta una tendencia creciente a la inversión extranjera (directa); el desplazamiento de las unidades productivas más allá de las fronteras, una creciente importancia e intervención de los capitales financieros y de las empresas transnacionales.

En los países "en desarrollo" se observa cómo la apertura de sus mercados equivale a la destrucción de sus sistemas productivos, a la quiebra de las pequeñas y medianas empresas, al empobrecimiento de los agricultores, la destrucción desmedida de los recursos naturales, la concentración de la riqueza y la disminución de los salarios reales de la mayoría de los trabajadores, la extensión de la pobreza y la miseria en proporciones sin precedentes. En tales condiciones es impensable proponer tal modelo neoliberal en el contexto del Magdalena Medio.

La región comprendida en el plan ha soportado históricamente el abandono estatal, y ha vivido bajo un sistema político, económico y social que propicia la exclusión y el acrecentamiento de las desigualdades. Así, la pobreza generalizada de grandes masas campesinas, la inexistencia de reales posibilidades de desarrollo económico y social, la precariedad de la salud, la educación, la vivienda y los servicios básicos, la concentración de la tierra, la economía de enclave, entre otros fenómenos, representan factores estructurales generadores de conflicto en la región.

La población trabajadora del Magdalena Medio se ha visto obligada a la movilización permanente para exigir del Estado compromisos reales para la solución de la problemática social. En este sentido, los acuerdos de Septiembre de 1.996 y Octubre de 1.998 llevaron a compromisos por parte del Estado en los planos político, económico y social.

Lo anteriormente señalado implica que para lograr el desarrollo desde y para las comunidades y articular la región del Magdalena Medio a la economía nacional e internacional se requiere implementar un PLAN DE DESARROLLO Y PROTECCION INTEGRAL DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL MAGDALENA MEDIO con criterios amplios y participativos, donde se involucren todas las dimensiones del desarrollo integral humano. Debe hacerse reconocimiento de las potencialidades, generar una articulación interna, no solo físico espacial sino en términos de cohesión social y sentido de pertenencia.

Para hacer realidad este propósito se requiere que a la par de las inversiones para la producción, educación, medio ambiente etc, se lleve a cabo el fortalecimiento de las organizaciones sociales.

El fortalecimiento de las organizaciones sociales, tanto en las áreas rurales como urbanas, tiene como horizonte crear o aumentar la capacidad y autonomía de las mismas para orientar, planificar, gestionar, ejecutar y hacer seguimiento de sus procesos de desarrollo. Esta es la columna vertebral del proceso de formulación y ejecución del Plan Integral. Las funciones de las organizaciones sociales se expresan en términos de capacidad política, esto es, de interlocución, confrontación y negociación frente al Estado. Este aspecto organizativo y político lo encontramos en las comunidades del Magdalena Medio movilizadas en reclamo de sus intereses y derechos, ya sea económicos, culturales, sociales, en fin el amplio espectro de su proyecto de vida.

La Región que cubre el Plan está reclamando una cuantiosa inversión social. Esta es una condición para romper con las limitaciones que interpone la pobreza a la incorporación de sus habitantes a la vida económica y política de la nación. La marginalidad de miles de campesinos, mineros y pescadores parte de la ausencia de políticas reales por parte del Estado que posibiliten la relación de sus actividades con otros procesos económicos donde se genera valor agregado. Deben integrarse a los procesos de transformación productiva existentes o a los nuevos que se generen y lograr un mayor control sobre los excedentes. Es necesario que estos productores se apropien de decisiones fundamentales: elección, gestión y negociación de proyectos a desarrollar, libertad de crear organizaciones, establecimiento de normas de manejo ambiental, capacidad para fijar precios, reinversión de excedentes, manejo de mercados, etc.

Una serie congruente de pasos son indispensables para ampliar la demanda de empleo productivo en la región y garantizar que los excedentes generados se reinviertan y renueven los ciclos productivos. La mayor parte de los excedentes generados en el Magdalena Medio no se reinvierten, salen hoy hacia otras zonas; mientras tanto, se perpetúa aquí el estancamiento y la desigualdad.

Para conseguir el desarrollo del Magdalena Medio resulta vital que las comunidades asuman autonomía, capacidad de toma de decisiones y construyan su proyecto de vida a través de sus organizaciones.

La participación de las comunidades en los asuntos de lo público y de gobierno en las localidades debe ser algo más que un precepto constitucional y legal. Es un propósito central de este plan construir un nuevo Estado desde las Comunidades.

En el contexto anterior lo que distinguirá al Plan de Desarrollo y Protección Integral de los Derechos Humanos de otras iniciativas es el camino que se seguirá para alcanzar un conjunto de objetivos estratégicos. En este caso el énfasis estará más en el cómo se hacen realidad los proyectos gestionados y dirigidos por las comunidades dentro de un proceso de exigibilidad organizada de Derechos frente al Estado.

La base económica dominante ha descansado históricamente en el Magdalena Medio en actividades primarias, disputadas entre acciones de colonización interna ilegales frente al Estado y los procesos de economía de enclave, legalizados sobre la base de la represión y la violencia estatal y paraestatal. Se destaca que entre 1970 y hoy, han tenido ocurrencia los ciclos de la marihuana y la coca, los que unidos a los conflictos por la explotación de las riquezas auríferas, la tenencia de la tierra, la agresión paraestatal (paramilitares), han contribuido a hacer más compleja e intensa la confrontación armada.

De acuerdo con el análisis histórico, sobresale que las formas fundamentales de interacción y articulación socio política no tienen como referente las formas institucionales del Estado. Como territorio de colonización, el Magdalena Medio se caracteriza por un conflicto político que surge de la inequitativa distribución de la riqueza, el abandono estatal y la represión militarista por cuenta de las FF AA y grupos de paramilitares que operan bajo una única dirección; es un conflicto históricamente irresuelto donde se confrontan movimientos armados revolucionarios y el Estado.

En este contexto El Plan de Desarrollo y de Protección Integral de Derechos Humanos del Magdalena Medio, acordado entre la Mesa de Trabajo por la Paz y el gobierno nacional, después de 103 días de éxodo campesino y protestas urbanas en la ciudad de Barrancabermeja, busca superar mediante su implementación y en un proceso paulatino, los factores de atraso estructural de las comunidades que habitan un total de veinticinco municipios de la Región.

El documento del Plan expresa el diagnóstico problemático de las principales áreas de la vida social, así: Contexto político, Derechos Humanos, Economía, Educación, Medio Ambiente, Comunicación y Cultura, Salud y Servicios Públicos; consecuentemente se proponen y exigen inversiones en tales áreas.

Pensar el Desarrollo en términos de la integralidad de los DD HH implica, la superación de factores históricos y estructurales que han mantenido a las comunidades de la región en el ostracismo político, en el atraso económico, en la invisibilidad cultural, en condiciones de miseria, de insalubridad; todo lo cual se agravó en la ultima década por la agresión paraestatal que llevan a cabo grupos organizados por sectores de las Fuerzas Armadas, los grupos económicos y el narcolatifundio.La quietud de la justicia ante los cientos de denuncias, hace evidente a los habitantes del Magdalena Medio y a todo colombiano informado, que estamos ante la más cruel estrategia contra el movimiento popular, aquella que tiene por premisa eliminar la población de extensas zonas del territorio nacional para debilitar a los movimientos insurgentes.

El presente plan pone de manifiesto en primera instancia y en concordancia con los acuerdos firmados, que es deber del Estado erradicar el paramilitarismo, para lo cual debe ejercer justicia al interior de las FF AA, y emprender acciones inmediatas contra las mencionadas bandas y sus soportes financieros (ganaderos, sectores políticos entroncados con el latifundio, narcotraficantes, etc) y de esta manera "regularizar" el conflicto armado. En directa relación con lo expuesto y que configura un problema de voluntad política, encontramos la reivindicación de los Derechos Humanos. Proponemos construir un modelo de Desarrollo Regional que busca defender la vida y establecer condiciones dignas para la misma; consideramos que un modelo de desarrollo no se mide únicamente por el crecimiento económico, ni por la inserción de la región en mercados regionales, nacionales e internacionales, sino por el nivel de disfrute de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los habitantes de la región.

Es decir que el desarrollo lo medimos por la calidad de vida de sus habitantes partiendo de una realidad de violación de todos los derechos humanos que se busca corregir. Este PLAN es el fruto de la movilización social como una forma de exigibilidad política de todos los derechos humanos como son la vida, la libertad, la salud, el agua potable, la educación, la vivienda, la alimentación, el trabajo, el medio ambiente, la cultura, derechos que han sido violados de manera sistemática conforme al diagnostico presentado y que este plan pretende restituirlos en un disfrute universal para los habitantes de la región.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor el 05nov00

DDHH en Colombia

small logo
Este documento es publicado en la internet por Equipo Nizkor y Derechos Human Rights