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12sep07


El jugador Freddy Rincón cuenta, en una carta a Uribe, que la presidenta de Panamá le recomendó una inversión en una empresa de narcos.


La Presidenta y el astro.

Entre la correspondencia que el presidente Álvaro Uribe recibió el pasado 10 de julio en la Casa de Nariño sobresalía una carta escrita, de su puño y letra, por el ex futbolista Freddy Rincón, detenido en Brasil y a quien Panamá pretende juzgar por cargos relacionados con blanqueo de capitales provenientes del narcotráfico. "Le pido su ayuda y la del Gobierno de mi país para que defiendan a un ídolo nacional, cuyo patrimonio ha sido la honorabilidad y la rectitud", clamaba el texto con rasgos caligráficos algo confusos.

Rincón escribió esta carta en su celda de la Superintendencia de la Policía Federal de Sao Pablo, en Brasil, el día que cumplía dos meses de arresto por solicitud de la Interpol y cuando el Supremo Tribunal de la ciudad iniciaba el estudio de una solicitud de extradición enviada por autoridades del Itsmo que lo vinculan con una organización delictiva dirigida por el colombiano Pablo Rayo Montaño, cabeza de un reconocido clan mafioso del Valle del Cauca.

El valor del documento -inédito hasta hoy- radica en que constituye el primer testimonio escrito en el que el ex volante de la Selección Colombia de Fútbol asegura que una inversión de capital en la empresa Nautipesca, envuelta tiempo después en tráfico de estupefacientes, le fue recomendada por la entonces presidenta de Panamá, Mireya Moscoso. Según él, con semejante aval, no dudó en hacer un sustancial aporte de dinero, en calidad de préstamo con intereses, a una firma que descollaba como una de las contratistas más importantes de la estatal Compañía del Canal de Panamá.

Hasta ahora el asunto no iba más allá de los límites de un rumor, alentado por recientes declaraciones de la ciudadana brasileña Priscila Silvestre, esposa de Rincón, y rechazado por la señora Moscoso, quien insiste en que jamás en su vida ha visto al hombre que aquilató su fama como deportista en clubes de alcurnia como el Real Madrid y el Corinthians. La carta no sólo ahora parte de las pruebas que serían llevadas a un juicio convocado por el Juzgado Noveno del Circuito Penal de Panamá, sino que que será respaldada, de acuerdo con las previsiones de la defensa, por otros testimonios de personas que se han declarado en capacidad de demostrar que la ex mandataria está faltando a la verdad.

Cambio consultó a varias fuentes en Brasil, Panamá y Colombia y encontró que, como en la clásica trama de Sherlock Holmes, aquí hay alguien que miente. Al margen de las cartas y de las versiones y desmentidos, la Revista estableció que Rayo Montaño, paisano de Rincón y amigo de infancia en el puerto de Buenaventura, acercó al jugador a círculos de la élite panameña en un momento en que era común que cabildantes de alto vuelto -incluidos ex presidentes y ex dignatarios de poderes púbicos- estuvieran a la caza de inversionistas para proyectos que prometían el oro y el moro.

Con la crema y nata.

Registros inmobiliarios demuestran que en 2001 Rayo, que salió de Colombia en tiempos del proceso 8.000, compró una mansión en el balneario Coronado, en vecindades de Ciudad de Panamá, donde hizo gala de su habilidad social para aproximarse a vecinos de la talla de los ex presidentes Guillermo Endara y Ernesto Pérez Balladares y de varios legisladores. "Al principio fue evidente su esfuerzo por manejar un bajo perfil y por concentrarse en una relación con muy pocos pero influyentes amigos, sin embargo, su inclinación por las fiestas en las que solía actuar como generoso anfitrión hacía que se convirtiera en un polo de atracción", recuerda un ex integrante de la delegación de la DEA en Panamá.

Su empresa Nautipesca se aproximó al Gobierno por doble vía. De un lado, comenzó a participar en licitaciones para el suministro de equipos de salvamento en altamar y a patrocinar torneos federados de competencias náuticas. De otro, abrió un frente social para acompañar obras de beneficencia. Fue tal el reconocimiento que en ese círculo alcanzó Rayo que la presidenta Moscoso le confió la dirección de un proyecto para la recuperación social de un deprimido sector de barriada conocido como Bocas.

¿Con esos contactos era improbable que Rincón, acompañado por su amigo Rayo, encontrara allí un terreno abonado para sus inversiones? No. De hecho, su esposa Priscila recuerda que la inversión en un Nautipesca, que alcanzó un monto de 400.000 balboas, cerca de 1.000 millones de pesos, estuvo antecedida por otras operaciones similares en un hotel y en un proyecto urbanístico, en los que el traslado de capitales fue registrado en notarias y aprobado por las autoridades monetarias.

Aunque aclara que tiene impedimentos legales para relatar cómo fueron los contactos de Freddy con la presidenta Moscoso pues según ello el asunto está amparado por un secreto judicial, Priscila dice que está en condiciones de probar que fueron por lo menos dos, uno de ellos programado y otro casual. El primero fue una llamada telefónica en la que la mandataria le dijo al ex astro del fútbol que quería invitarlo a invertir en un proyecto muy auspicioso que no le sonaría extraño pues de por medio estaba un amigo común: Rayo.

"La segunda oportunidad -cuenta la señora de Rincón desde su casa en Sao Pablo- fue casual. Era enero de 2002 y nosotros nos encontrábamos de vacaciones en Panamá. Entramos a almorzar a un exclusivo restaurante y allí estaba ella. Pese a que dice que nunca supo quién era Freddy Rincón, se levantó de su mesa y se acercó a nosotros para saludarnos y preguntar cómo iba el proyecto y qué dudas podríamos tener. De eso hay un testigo de muy alto nivel y credibilidad, cuyo nombre he decidido mantener en reserva hasta cuando las circunstancias lo aconsejen".

En retirada.

Los Rincón buscaron a la señora Moscoso en julio, cuando Freddy fue capturado en su residencia del sector oeste de Sao Paulo. Su intención era pedirle que testificara a su favor y les aclarara a las autoridades panameñas que ella no sólo sugirió la inversión de Nautipesca, sino que supo que ésta se produjo legalmente. "Quizá por el escándalo que estaba armado decidió rehuir cualquier contacto con nosotros y por eso, después de una espera prudente, decidimos hacer pública la situación", agrega Priscila.

Cambio buscó a Mireya Moscoso para conocer su versión. La expresidenta delegó su vocería a su abogado, el ex procurador Rogelio Cruz, a quien le otorgó poder para aclarar por vía judicial el caso. Cruz dijo que espera enterarse en detalle de la versión de Freddy Rincón sobre sus supuestos contactos con su cliente para desafiarlo probatoriamente. "Lo demás -dijo Cruz- son especulaciones, aunque no descarto que alguien quiera desviar la atención hacia la ex presidenta con la proterva intención de ocultar rastro de los verdaderos comprometidos".

José Abel Almengor, fiscal instructor del caso contra Rayo Montaño y sus contactos en Panamá, comentó que mientras el expediente estuvo en su despacho no fue aportada prueba alguna que sugiriera la intervención de la ex presidenta en un asunto tan elevado en la escala criminal, pues involucra narcotráfico, enriquecimiento ilícito y lavado de activos. "Tampoco estoy seguro -agregó Almengor- de en la audiencia preliminar, que estará a cargo del Juzgado Noveno Penal del Circuito, vaya a ser discutida alguna evidencia en ese sentido".

Cambio tuvo acceso al expediente del caso Rayo, que ahora salpica a Rincón. Sus primeros folios dejan algo en claro: las autoridades judiciales panameñas le seguían la pista a la organización de narcotraficantes desde comienzos de 2001 y lo hacían con conocimiento del Gobierno. Eso significa que si la Presidenta suguirió la inversión sabía qué riesgos estaban de por medio.

No obstante, las primeras capturas de 20 miembros de la red, entre ellos 14 colombianos, se dieron a partir del 16 de abril de 2003. Ese día la Policía Antinarcóticos allanó la empresa de transporte de carga Trans-Terr S.A., en la calle 2 del sector de Lago Bonito, y encontró un furgón que regresaba de centroamérica y ocultaba en un doble fondo 1,6 millones de dólares. El seguimiento a los contactos del embarque conducirían hasta Rayo y su firma Nautipesca.

Rincón aparece mencionado tres veces en el expediente, en una de ellas como visitante de los muelles de la empresa. Otra, en el capítulo de conclusiones que lo víncula como testaferro de su amigo y paisano. Según el consul de Colombia en Sao Paulo, Mauricio Acero, la juez brasilera que estudia el pedido de extradición a Panamá ha tenido problemas para entender la acusación contenida en 175 folios.

"Acompañé a Freddy Rincón a la audiencia y fui testigo del momento en que ella le dijo: 'Señor Rincón, francamente no sé dónde está su delito". El le dijo: "Yo tampoco. Yo invertí mi dinero legalmente orientado por el gobierno de Panamá. No veo porqué ahora me quieren en la cárcel".

"Ayúdeme, Presidente"

Esta es la carta que Rincón le hizo llegar en julio al presidente Álvaro Uribe Vélez. Por orden del primer mandatario y del canciller Fernando Araújo, los consulados de Colombia en Panamá y Sao Paulo monitorean el caso en forma permanente.

Sao Paulo, Brasil, julio de 2007

[Fuente: Revista Cambio, Bogotá, Col, 12sep07]


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