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05may13


Los cementerios 'desaparecen' a los NN


Los dueños de los osarios sacan los restos para alquilarlos con fines de lucro.

En un año, Dallys Negrete, la secretaria del cementerio P-5 en Montería, ha recibido ocho demandas de dueños de bóvedas, que con afán piden a la mujer que saque los cuerpos de personas no identificadas que fueron inhumadas por el Estado en este sepulcro, ubicado en el sur de la capital de Córdoba.

"Parece que no se fueran a morir, porque no se ponen en los zapatos de la gente. A mí me llaman a insultarme y a pedirme que bote esos restos a donde sea para que el hueco quede libre y ellos alquilarlos", dice Negrete, que 'cuida' a 65 cuerpos de no identificados. (Vea el especial Los muertos que nadie reclama).

La situación del cementerio P-5, donde familias de Montería que compraron bóvedas cobran 70.000 pesos por año por el alquiler, se repite en casi todos camposantos del país, donde hay un verdadero drama por los restos óseos de personas no identificadas abandonados en albercas, enterrados en fosas comunes -pese a la prohibición- o en el mejor de los casos almacenados en bolsas de plástico dejadas a la intemperie.

Esta problemática impide que el Instituto de Medicina Legal pueda desarrollar el proceso de identificación de personas, cuyos cuerpos fueron sepultados en los cementerios sin ninguna referencia de nombre o edad.

Para la Comisión Nacional de Desaparecidos, el abandono y falta de cuidado de estos cuerpos representa una segunda desaparición, porque en esas fosas comunes están miles de personas que son buscadas por sus familias, bien sea dentro del contexto del conflicto armado o por el extravío de algún ser querido, drama de los desaparecidos al que EL TIEMPO le ha venido haciendo seguimiento a través del especial 'Los muertos que nadie reclama'.

La Comisión calcula que son 7.400 los cuerpos que están perdidos en los cementerios y que prácticamente ya es imposible identificarlos. Según Medicina Legal, los cementerios no cumplen el compromiso de guardar por cinco años los cuerpos y, además, las alcaldías de los municipios no pagan el alquiler de estas bóvedas, a pesar de que están obligados.

Los peores casos

El desorden lo descubrió un equipo de Medicina Legal que viaja para analizar la situación en el país.

En el cementerio de Apartadó (Antioquia), una zona de conflicto en Urabá, los cuerpos de no identificados están en bolsas plásticas que fueron amontonadas debajo de varias bóvedas.

En Pasto, el informe de los expertos asegura que en el cementerio Nuestra Señora del Carmen "no existen marcaciones visibles que sobresalgan de la vegetación y se requiere del libro de registro de la administración, para la ubicación de fosas con cadáveres no identificados".

Por su parte en Valledupar, pese a que los restos están en bolsas pero sellados e identificados, proliferan las fosas comunes.

Y en la mayoría de sepulcros del país, no hay registros de dónde están la bóvedas con NN. "Yo por mi parte les rezo para que se los lleven y así quitarme las demandas. Hace un mes, le recé a un NN para que me ayudara a ganar un chance a cambio de la compra de un osario. El premio me lo gané, pero cuando le iba a dar el nicho (sepultura) vino la familia y se lo llevó para Sincelejo", cuenta Dallys, sobre su particular solución.

Habla director de Medicina Legal

El director de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, dijo que muchos cementerios no tienen el real interés de asignar un espacio para los cuerpos sin identificar.

"Los cementerios buscan un lucro en la medida que vendan las bóvedas, pero para los casos de cadáveres no identificados pues no hay ninguna retribución", dijo Valdés.

Agregó que los cementerios en su mayoría mantienen muy poco tiempo los restos en bóvedas individuales y eso lleva a que proliferen las fosas comunes. Incluso señaló que en algunas regiones acuden a "fosas clandestinas".

Según Valdés esa situación se viene registrando hasta en Bogotá "en donde se supone que es donde tienen más control".

"La única preocupación de los alcaldes o de las administraciones de los cementerios es inhumar el cadáver para que no sea un foco de infección sin importar las condiciones en las que reposen esos restos", cuestionó el funcionario tras señalar que a muchos de esos cuerpos ni siquiera se les ha practicado una adecuada necropsia.

[Fuente: El Tiempo, Bogotá, 05may13]

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small logoThis document has been published on 17May13 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.