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26sep12


Existe inquietud por el posible asenso dos coroneles acusados de tener relación con grupos paramilitares


En la lista de 35 coroneles llamados a curso para general por la cúpula de la Policía figuran curtidos hombres de inteligencia, estrategas en la guerra contra las Farc y las bandas criminales, así como conocedores de la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, hay dos nombres que generan inquietudes que hoy son evaluadas por el alto gobierno. Se trata de los coroneles William Montezuma López y José Javier Vivas Báez.

El primero estuvo hasta hace pocos meses recluido en el Centro de Estudios Superiores de la Policía (Cespo), procesado por sus presuntos vínculos con el frente Fronteras del bloque Catatumbo de las autodefensas y por su supuesta responsabilidad en el crimen de tres miembros de una misma familia en Cúcuta. Por estos hechos, la Fiscalía profirió en 2011 medida de aseguramiento en su contra.

En testimonios entregados a la justicia, el excomandante paramilitar Jorge Iván Laverde Zapata, alias El Iguano --conocido por los hornos en los que las autodefensas de Norte de Santander desaparecían los cadáveres de sus víctimas--, sostuvo en su momento que el oficial William Montezuma estuvo relacionado en los homicidios de María Ruth Granados, Virginia Contreras Granados y José Antonio Granados, quienes oficiaban al parecer como informantes de las autoridades sobre los pasos del paramilitarismo en esa región.

Una acusación que el oficial desmintió con vehemencia asegurando que se trataba de un complot en su contra. El pasado 2 de agosto, un fiscal especializado pareció darle la razón, al revocar la medida de aseguramiento en su contra luego de que los testigos que lo señalaban de patrocinar el paramilitarismo en Cúcuta se retractaran. No es, sin embargo, la única acusación que ronda a Montezuma. Versiones de exguerrilleros lo relacionan como el responsable de la supuesta extorsión a Gabriel Tamayo, representante legal de Conminas, por un valor de $600 millones.

La presunta exigencia se habría dado en el año 2005 cuando Montezuma oficiaba como jefe de la Sijín de Norte de Santander y tenía como objetivo que se liberara a Tamayo, detenido por orden de la Policía. De ese proceso poco se sabe, como tampoco se ha avanzado mucho en otra denuncia más que reposa en la Unidad de Desaparición y Desplazamiento de la Fiscalía bajo el radicado 405: la desaparición y muerte del subintendente Luis Antonio Mora Chaustre.

El Espectador estableció que el recientemente llamado a curso de general William Montezuma está siendo vinculado formalmente a este expediente. De acuerdo con la investigación, soportada en declaraciones de exintengrantes del bloque Catatumbo, el alto oficial habría tenido responsabilidad en lo ocurrido con el suboficial Mora Chaustre. Alexánder Chamorro Villanueva, alias Ricardo, declaró que Montezuma habría estado detrás del crimen porque el subintendente sabía de muchas operaciones ilegales en Norte de Santander.

Fuentes de la Fiscalía confirmaron que en los próximos días el fiscal que lleva el caso contra Montezuma por el delito de desaparición forzada adelantará una diligencia clave para esclarecer responsabilidades: la exhumación del cadáver que supuestamente sería el del subintendente Mora Chaustre, de quien no se volvió a tener noticias desde el año 2006 cuando estaba asignado a la estación de Policía de Santiago, en Norte de Santander.

Y hay más. En 2011 Montezuma fue vinculado a otro proceso por la muerte de un sujeto conocido como alias El Puma, ocurrido en Cúcutá, un señalado informante de la Policía. Ese mismo año rindió indagatoria, pero en mayo de 2012 el caso fue archivado por un fiscal de Norte de Santander. La Procuraduría, sin embargo, apeló esa decisión al considerar que existen indicios que comprometen al oficial. El caso está siendo revisado por un fiscal de segunda instancia.

Al margen de la controversia que gira sobre su nombre, el pasado 2 de agosto recuperó su libertad y 40 días después, es decir, el 12 de septiembre, fue llamado a curso para ascender a general por el alto mando de la Policía. Este diario conoció el oficio número 244204, firmado por el subdirector Édgar Orlando Vale Mosquera, en el que se oficializa esta postulación y la de otros 34 coroneles, algunos de los cuales hasta hace una semana eran agregados en Austria, Washington, Londres, París, Costa Rica, Perú, Ecuador y ante la Organización de Estados Americanos.

El Espectador intentó comunuicarse con el oficial Montezuma para conocer su versión sobre los expedientes en los que ha terminado salpicado. Sin embargo, al cierre de esta edición había sido imposible la comunicación. Igual pasó con el coronel José Javier Vivas Báez, quien hasta diciembre del año pasado fungió como subdirector de la Policía Metropolitana de Bogotá. Su nombre también genera inquietudes por cuenta ni más ni menos que del caso de la muerte del grafitero Diego Felipe Becerra, ocurrida en agosto de 2011.

Lo que enreda al coronel Vivas Báez es que supuestamente habría participado en la alteración de la escena del crimen en el barrio Pontevedra, en el norte de Bogotá, pues al joven de 16 años al parecer le plantaron un arma para justificar el desenlace trágico y simular que hubo una persecución justificada. La Procuraduría ordenó abrir investigación en su contra para esclarecer estos confusos hechos que no dejan de indignar a la familia de Diego Felipe Becerra.

Su abogada Miriam Pachón, consultada por este diario, fue enfática: "El coronel Vivas no merece ser ascendido. Nos extraña mucho que con una investigación en su contra por hechos tan graves pueda ser llamado a curso. La Fiscalía también deberá aclarar si tuvo o no responsabilidad en la alteración de la escena del crimen, aunque para nosotros no hay duda de que se adulteró y en eso tuvo responsabilidad el oficial. El Gobierno debería tener cuidado. Ahí está el antecedente de Mauricio Santoyo". Para rematar, este fin de semana fue capturado el patrullero Fredy Navarrete, también involucrado en el caso del grafitero, señalado de hacer un paseo millonario.

Como ocurrió con el oficial Montezuma, tampoco este diario pudo comunicarse con el oficial Vivas. Con todo, los demás elegidos por la cúpula de la Policía presentan trayectorias profesionales de más de 25 años en la fuerza. Como hecho particular, por primera vez tres mujeres de una misma promoción forman parte del listado de 35 coroneles llamados a general. Se trata de las oficiales Clarahibel Idrobo Morales, Libia Villamarín Rentería y Luz Esther Cuartas Zapata. Y también como cosa curiosa tres hermanos están en esta selección: Clodomiro, Wilson y León Guillermo Barón Calderón.

Entre los llamados también figura el coronel Germán Eduardo Jaimes, exsubdirector de la Dijín y hombre clave en la captura de Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario, y de Miguel Ángel Mejía Múnera, El Mellizo. De la misma forma, resalta el nombre del coronel Jorge Luis Vargas, director de Inteligencia de la Policía y vital en dos operaciones estratégicas: la muerte del jefe guerrillero Raúl Reyes, en marzo de 2008, y la captura del capo Daniel El Loco Barrera, ocurrida hace una semana en Venezuela.

En los próximos días la junta de generales evaluará las hojas de vida de los postulados y decidirá lo que corresponda en este proceso. De todas maneras los nombres de los oficiales Montezuma y Vivas causan preocupación. "No se les puede condenar tampoco. Ellos son inocentes hasta que se les pruebe lo contrario y su carrera no puede verse opacada por procesos que aún no han terminado", le dijo a este diario un investigador.

[Fuente: Por María del Rosario Arrázola y Juan David Laverde Palma, El Espectador, Bogotá, 26sep12]

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