Información
Equipo Nizkor
        Tienda | Donaciones Online
Derechos | Equipo Nizkor       

03oct14


Declaración de Humberto De la Calle


Palabras del jefe de la delegación del gobierno Humberto de la Calle

Hemos terminado un nuevo ciclo de conversaciones en La Habana. Ayer ambas delegaciones tuvimos la oportunidad de escuchar el valeroso testimonio de 12 víctimas, y aunque es la tercera vez que la Mesa de Conversaciones oye sus historias, no deja de sorprendernos la capacidad y el enorme esfuerzo que cada una de ellas hace por sobreponerse y reconstruirse, a pesar del drama y del profundo dolor que la guerra ha dejado en sus vidas.

Estamos comenzando a entrar en las discusiones del punto cinco del Acuerdo General, el de Víctimas. Con esta visita de ayer, ya van 36 hombres y mujeres que han venido a La Habana. Queremos que sus historias trasciendan el drama y el dolor para que se conviertan en elemento vital de la discusión de este punto de la agenda. Ellas son el centro de gravedad de este proceso.

Oírlas nos llevó nuevamente al origen de estas conversaciones. Los relatos de cómo un puñado de colombianos vieron sus derechos violados de la peor manera en el marco del conflicto nos hizo recordar, una vez más, que aquí estamos sentados en la Mesa para asegura que esto nunca, nunca, vuelva a pasar en Colombia.

Oímos historias y testimonios de algunas de las regiones más bellas de Colombia, pero también de las más golpeadas por la guerra: el Putumayo, los Montes de María, el Pacífico, el Catatumbo, Huila, entre otras.

Historias supremamente desgarradoras. Niñas a las que les fue arrebatada su infancia; madres que no vieron crecer a sus hijos o que los ven crecer luchando con las graves secuelas de un atentado; mujeres que vieron cómo sus hermanas fueron sometidas a los más atroces actos de violencia; hijos que hasta el día de hoy cargan el dolor que les causó el secuestro de sus padres.

Una de ellas cerró así su intervención: "Estamos cansados de esta guerra. Quiero disfrutar a mi familia, a mi nieto. ¿Qué exigimos?: paz".

A pesar de haber sufrido los peores tratos y las más graves violaciones, todas las víctimas hablaron con altura, con generosidad: "les hablo desde la dignidad que tengo como ser humano, desde la libertad".

Y hablaron con una fluidez, una sabiduría y una precisión como sólo lo pueden hacer quienes han conocido el más profundo dolor.

Nos contaron cómo, al perder un ser querido -una niña de apenas 3 años- por cuenta del estallido de un petardo en un pueblo de Colombia, sintió "salírsele la vida de la vida".

Otra mujer nos dijo que fue tanta la violencia que presenció y padeció en su infancia, que sólo podía concluir: "cuando nací, la violencia ya me estaba esperando". Y así tantos testimonios más.

Esto nos recuerda -como ya dije- por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo. Pero también nos obliga a construir respuestas y, sobre todo, a que cada quien asuma su responsabilidad.

Decía una de las víctimas: "El momento exige que seamos realistas y eficaces. Que dejemos de justificar lo injustificable". Dejar de justificar lo injustificable es precisamente eso: reconocer responsabilidad.

No me cabe la menor duda que el reconocimiento de responsabilidad -incluyendo por supuesto la responsabilidad del Estado- es la base de cualquier respuesta que le podamos dar a las viudas, los huérfanos y las madres que perdieron sus hijos en esta guerra, y a todos quienes sufrieron violaciones tan graves como las que oímos ayer.

La disposición de asumir responsabilidad es la condición fundamental para avanzar en la construcción de un modelo legítimo de justicia transicional que satisfaga los derechos de las víctimas. Sólo esa disposición mandará a la sociedad señales claras y honestas de que es posible ponerle fin al conflicto. Eso se aplica a todos los autores. El Gobierno ya lo ha hecho. Ante las víctimas que nos visitaron, leí los apartes contundentes de la contundente intervención del Presidente Santos ante la Corte Constitucional en 2013. Las Farc deben hacerlo también de manera más categórica. Deben ir más allá de lo que dijimos al aprobar los 10 principios para desarrollar el punto 5 sobre Víctimas. Debe ser un pronunciamiento claro, sin excusas. Las circunstancias concretas de diversos acontecimientos las examinará la Comisión de la Verdad, pero este es el momento de asumir responsabilidades de manera nítida. Sin reticencias.

Las víctimas piden a gritos que debemos cumplir con el papel histórico que nos han encomendado y, esto requiere pasos concretos, no retórica: "No aceptamos ser el toque emotivo en una negociación", nos dijo una víctima ayer con toda la razón.

Quiero agradecer a Ximena Ochoa, Nancy Galárraga, Camilo Umaña, Victoria Liu, Luis Fernando Arias, Soraya Bayuelo, general Luis Mendieta, Aída Avella, Martha Amorocho, Emilce Hernández, Érika Paola Jiménez y Alan Jara. Por ellos y por los millones de víctimas que han dejado tantos años de violencia estamos aquí.

Por último, queremos rechazar, una vez más, las amenazas contra miembros de las delegaciones de las víctimas que han visitado la Mesa y reiterar el compromiso que el Gobierno desplegará toda su capacidad para garantizar su protección. Seguimos sin entender cómo mientras nos esforzamos por trabajar para terminar el conflicto, otros intimidan y estigmatizan a quienes han sufrido el horror del conflicto.

Muchas gracias.

Cordialmente,

[Fuente: Grupo de Comunicaciones, Oficina del Alto Comisionado para la Paz de la República de Colombia, La Habana, 03oct14]

Tienda de Libros Radio Nizkor On-Line Donations

DDHH en Colombia
small logoThis document has been published on 07Oct14 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.