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Declaración final


Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios


Los más de mil estudiantes universitarios de 53 universidades públicas y privadas del país, y la participación de cinco delegaciones internacionales reunidos en la Ciudad de Cartagena, en desarrollo del CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS CONVOCADO POR LA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS, ACEU

DECLARAMOS AL PAÍS:

Expresamos nuestra preocupación por la precaria situación social, económica, política y educativa que vive el país, por los deficientes niveles de gobernabilidad y por el escalamiento desenfrenado del conflicto armado

No compartimos la tesis que promulga el fin de la historia y el consecuente triunfo del libre mercado, la apertura desigual e indiscriminada de fronteras, el individualismo salvaje, la acumulación escandalosa de riquezas, la idolatría al consumo y la monocultura universal, arrasando con el libre pensamiento, la dignidad, la alegría y la libertad del hombre.

Este nuevo "desorden mundial" presenta sus credenciales en situaciones aberrantes en las que el 20% más rico del mundo se apropia del 87% de la riqueza. Se calcula que 1.000 millones de persones, algo más de un sexto de la población mundial, viven en la pobreza absoluta con 365 dólares al año. El ingreso de las 358 personas más ricas del mundo es igual al ingreso del 45% de toda la población mundial, mientras los analfabetos, los pobres, los niños trabajadores, los desplazados, los ancianos de la calle, las comunidades étnicas, entre muchos otros, se les relega a la desidia y el olvido.

En nuestro país la situación se expresa en la negación histórica de construir nuestro propio destino, se nos han impuesto a sangre y fuego, con sudor y lagrimas, modelos de desarrollo condicionados a las imposiciones del capital especulativo transnacional, expresión de una novedosa forma de imperialismo.

Esta historia es la que nos negamos a aceptar. Rechazamos estos triunfos ególatras que amplían la brecha entre ricos y pobres. Esto nos obliga a hablar desde los campus universitarios con la voz de los excluídos, los esclavizados, los vilipendiados y todos aquellos que padecen cotidianamente las múltiples expresiones de la infamia.

Decimos que la superación viable y duradera del conflicto social y armado, en los escenarios del diálogo y la negociación política, se encuentra indisolublemente ligada a la remoción de todas las |expresiones de violencia, que lo generan y alimentan.

Denunciamos la política de asesinatos, amenazas y amedrentamientos que vienen desarrollando los grupos paramilitares contra los universitarios y el pueblo colombiano en general. A su vez exigimos del Estado el desmantelamiento y castigo para sus auspiciadores materiales e intelectuales, ya que esta estrategia agudiza la desinstitucionalización del país y evidencia la dualidad del discurso gubernamental de combate contra la impunidad.

Saludamos la disposición de cooperación de la comunidad internacional en la búsqueda de la paz con justicia social, siempre y cuando sea para fortalecer los procesos de paz en curso y los que deben concretarse con el ELN y otras organizaciones insurgentes con status político.

Manifestamos nuestro rechazo integral al Plan Colombia y su alto componente militar ya que su implementación escalará aun más el conflicto y se convertirá en el principal obstáculo para una solución incruenta de este; porque permite y avala la injerencia del gobierno norteamericana en la vida política, económica, social y cultural del país.

Decimos que la universidad consolida su carácter democrático, ético, humanista, deliberativo, científico de cara a las necesidades más sentidas de la nación, y tiene un papel protagónico en la búsqueda del nuevo pacto político y social para Colombia.

Este Congreso Nacional reafirma el llamado vehemente a todos los universitarios colombianos a continuar fortaleciendo sus espacios naturales de organización y participación, anteponiendo la certeza en un nuevo país del tamaño de nuestros sueños y anhelos a los intereses particulares y de grupo.

Nos acompaña la convicción, al igual que nuestros hermanos latinoamericanos que las únicas actitudes reprochables en esta hora incierta para nuestro país y para el continente es el silencio, la indolencia y la renuncia a seguir construyendo patria, paz y hombres libres.

En esa urgencia por hacer realidad el país que buscamos, la universidad que queremos y una sociedad justa, nos reafirmamos en la necesidad de poner en el orden del día:

Defender nuestra soberanía nacional, exigir el respeto por la autodeterminación del pueblo colombiano y por la construcción de un nuevo modelo de desarrollo que no este más en combate contra el hombre, la naturaleza, la diversidad étnica, cultural, indígena; es decir hemos tomado partido por una vida digna en una patria libre.

Queremos una universidad que dimensione la cultura como parte fundamental de su desarrollo y que se construya diariamente desde la ética, la ciencia y la estética, una universidad con su propio ethos, su particular sistema de valores, sus principios y prioridades y capacitada para autogobernarse, autolegislarse y autodeterminarse colectivamente; que base su que hacer en la implementación de una profunda democratización al interior de las mismas, el fortalecimiento de la autonomía como baluarte esencial, donde la destinación de los presupuestos estatales sean adecuados para cumplir su función social y el reconocimiento de que el campus universitario no puede ser un campo de confrontación militar como expresión del ejercicio de la política, sino el campo que permita construir país desde la diferencia, el respeto, las ideas, la razón, el debate argumentativo, la ética, la autonomía y la democracia; la Universidad debe tomar partido por la plena vigencia de los derechos humanos y por invertir la lógica perversa de este modelo económico que le ha declarado la guerra a los pobres dejando intacta la pobreza.

No compartimos esta sociedad excluyente, que acepta por acción u omisión el rechazo y la discriminación del otro por su ideología, su partido, su status económico, su condición social y laboral, su sexo y religión, que niega la participación abierta, que cercena la crítica y avala la palabra homogenizante y guerrerista de los medios de comunicación.

Por último reafirmamos nuestro compromiso a seguir construyendo la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, como uno de los espacios gremiales más plurales y participativos del estudiantado nacional, que nos permita ser un movimiento con participación activa de los cambios democráticos que amerita el país.

POR UNA UNIVERSIDAD CRÍTICA, CREADORA Y TRANSFORMADORA MESA DIRECTIVA. PLENARIA FINAL. OCTUBRE 18 DE 2000

ASOCIACIÓN NACIONAL DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS -ACEU-


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor el 27oct00

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