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02dic06


Gallos "tapaos" del fraude.


Su nombre apareció por primera vez en un expediente el 7 de febrero de 2006. El ex jefe de informática del DAS, Rafael García, había encendido su ventilador contra el ex director de ese organismo, Jorge Noguera, y la figura de Enrique Osorio de la Rosa salió a relucir como un enlace importante del Bloque Norte de las autodefensas y pieza clave en el fraude electoral de marzo de 2002. Hoy, a raíz del terremoto de la ‘parapolítica’ y las nuevas confesiones de García, es claro que Osorio de la Rosa es el gallo ‘tapao’ del escándalo que está a punto de llevar a la cárcel a seis congresistas.

Ex compañero de Rafael García en el colegio Ateneo Moderno de Santa Marta y amigo personal desde finales de los años 70, Enrique Osorio de la Rosa estudió Derecho en la Universidad Simón Bolívar y se vinculó a la Registraduría en la capital del Magdalena. Durante más de 15 años laboró en el organismo electoral e incluso llegó a ser el coordinador del sindicato de trabajadores de la Registraduría en este departamento. Mientras Rafael García desarrollaba su carrera como ingeniero de sistemas, su amigo Osorio de la Rosa lo hacía en el terreno electoral. La política volvió a unirlos en 2001 con nefandos propósitos.

En su declaración del pasado 21 de noviembre ante la Corte Suprema de Justicia, conocida por El Espectador, García explicó por qué se dio ese encuentro y de qué manera fue determinante para el fraude. Según García, en la Registraduría también trabajaba José María Sierra, conocido como Pepe Sierra, tío del ex diputado liberal y entonces candidato al Congreso José Gamarra Sierra. Pepe Sierra fue elegido contralor distrital en 2001 y no pudo trabajar en la campaña de su sobrino. Entonces lo conectó con Osorio de la Rosa.

Rafael García venía trabajando políticamente con el ex alcalde de Ariguaní, Guillermo Sánchez Quintero, y con el político liberal Jorge Castro Pacheco, segundo en la lista de Dieb Maloof en las elecciones de 2002. A ambos los acusó de tener nexos con el Bloque Norte de las Auc: a Sánchez por ser el primero que llevó a los grupos paramilitares a la región y a Castro porque su hermano Augusto Tuto Castro era la mano derecha de Jorge 40. García entró a trabajar directamente en la campaña de José Gamarra por orden de Sánchez y Castro, y allí se encontró con su amigo Osorio de la Rosa.

Entre mayo y junio de 2001, relató García en la Corte, el candidato José Gamarra les dijo a Enrique Osorio de la Rosa y a él que Jorge 40 quería que le diseñaran un mecanismo para garantizar las votaciones para los candidatos de su proyecto electoral denominado La Provincia Unida. Osorio de la Rosa, por su larga experiencia en la Registraduría, aportó el plan: suplantar a los electores a través de los jurados de votación, consiguiendo los listados de votantes de las distintas mesas. "¿Y qué se necesita?", preguntó Gamarra. "Conseguir los censos electorales", le contestó Osorio de la Rosa. Gamarra ordenó que los consiguieran y se despreocuparan por el dinero.

Osorio de la Rosa, entonces, gestionó entre sus compañeros de la Registraduría en Bogotá y concluyó que ese documento costaba $4 millones. Cuando Gamarra conoció el precio, aprobó el ilícito negocio, pero le pidió a Osorio que también consiguiera los censos electorales del Cesar y La Guajira, porque en estos departamentos también había listas apoyadas por el Bloque Norte de las Auc. En agosto de 2001 ya los tenían en su poder. De inmediato, Rafael García elaboró un programa de computador y, con el apoyo de Leonardo Melo, subalterno suyo en la Sociedad Portuaria de Santa Marta, diseñó el software para el fraude.

En octubre de 2001 quedó listo el programa y se organizaron reuniones previas para presentárselo a Jorge 40. Dichos encuentros se realizaron en el apartamento y la sede de campaña de José Gamarra, y en la oficina de su tío Pepe Sierra en la Contraloría de Santa Marta. Cuando todo estaba arreglado para la reunión con Jorge 40, Guillermo Sánchez le pidió a Rafael García que no fuera porque él y Jorge Castro no querían que conociera a Jorge 40 a través de José Gamarra sino a través de ellos. Y García no viajó.

Lo hizo, en cambio, Enrique Osorio de la Rosa, quien después le contó a García que en la finca del señor Andrés Mesa, ubicada en la población de Sabanas de San Ángel, región donde tenía su cuartel general Jorge 40, y donde estaban varias fincas de Tuto Castro, se efectuó el encuentro y el jefe paramilitar quedó tan complacido que le regaló $1 millón a Osorio de la Rosa para que comprara un celular, porque en el viaje había extraviado el suyo. Desde entonces la llave Osorio-García viajó cuatro veces a Sabanas de San Ángel a coordinar con alias Sonia los detalles del fraude electoral.

Ambos siguieron trabajando en las candidaturas de José Gamarra y Dieb Maloof. García le instaló el software en un computador portátil a su amigo Osorio de la Rosa, quien siempre cargó el programa en sus continuos viajes a Valledupar. Hacia febrero de 2002, la gente de Jorge 40 comenzó a entregar los listados de votantes a los candidatos apadrinados por el jefe paramilitar, mientras Osorio y García participaban en varias reuniones con jurados de votación para explicarles la mecánica del fraude. Estos encuentros también se hicieron con los registradores de al menos 15 municipios del Magdalena.

El día de las elecciones, en marzo de 2002, todo salió a pedir de boca. Pero hacia las 5 y 30 de la tarde, Osorio de la Rosa llamó alarmado a su amigo Rafael García para decirle que los jurados habían exagerado el fraude electoral y que los candidatos del Magdalena que en 1998 habían obtenido 20 mil votos, esta vez habían alcanzado 65 mil. Osorio de la Rosa insistió ante García y José Gamarra que "los pueblerinos la habían embarrado". Y Rafael García añadió premonitoriamente entonces que "el fraude ha sido tan evidente que algún día eso se descubrirá y tendremos que responder por eso".

Sin embargo, no eran tiempos de preocupaciones sino de un nuevo reto, porque Gamarra les dio la orden de presentarse al comando de la campaña presidencial de Álvaro Uribe Vélez en el Magdalena. La intención era repetir la misma operación en los comicios presidenciales. El director regional de la campaña era Jorge Noguera, viejo conocido de García pues trabajaron juntos en la Sociedad Portuaria. Según García, desde el primer día, tanto Noguera como Marta Romero Villa, encargada del tema electoral, sabían a qué llegaban él y Osorio, quien desde el primer momento advirtió que el fraude no podía ser tan escandaloso como el de marzo.

García fue designado como auditor de sistemas de la campaña uribista en el Magdalena y acudió a varias reuniones en Santa Marta y en la sede principal de Bogotá. Asimismo, obró como delegado del movimiento Primero Colombia durante el sorteo de jurados de votación realizado el 10 de mayo de 2002 en Santa Marta. A su vez, Osorio trabajó de la mano de Marta Romero, como coordinadores de control electoral, e incluso después del sorteo de jurados, y ante una impugnación de Jorge Noguera, él mismo autorizó a Osorio como su delegado para un nuevo sorteo.

Uribe Vélez ganó la Presidencia en primera vuelta y, según García, en el Magdalena fue el único departamento de la Costa Atlántica donde superó a Horacio Serpa. Al día siguiente del triunfo electoral, el victorioso Jorge Noguera, quien ya le había dicho a García que no sabía que era ‘paraco’, lo citó en su apartamento en Santa Marta y le dijo que aspiraba a un alto cargo en la administración de Uribe y necesitaba que fuera el puente entre el Bloque Norte de las Auc y él. García le aclaró que estaba sujeto a la disciplina del movimiento y requería la autorización de Jorge 40.

Jorge Noguera fue designado como director del DAS y se posesionó el 16 de agosto de 2002. Dos semanas después llamó a García y le dijo que podía aceptar el ofrecimiento porque "ya tenía la autorización de El Señor". García llamó a José Gamarra para que averiguara y esa misma tarde él le notificó que efectivamente la orden estaba dada. El miércoles 4 de septiembre se posesionó como director de informática del organismo de inteligencia, sin el lleno de los requisitos. Al sábado siguiente, Noguera lo citó en el apartamento de su hermano en Bogotá y le comunicó la instrucción que había recibido: "colaboración total con las autodefensas".

En adelante todo lo que tuviera que ver con el Bloque Norte de los paramilitares y sus congresistas apadrinados debía manejarse a través de García. Jorge Castro Pacheco fue designado como contacto entre García y Jorge 40. Y José Gélvez Albarracín, alias El Canoso, como el contacto con el frente Resistencia Tayrona de Hernán Giraldo Serna. A partir de entonces el senador Dieb Maloof se encargó de desviar los recursos de la salud en el Magdalena y el Cesar hacia las arcas de las Auc. El representante Alfonso Campo Escobar, según García el más cercano al paramilitar José Chepe Barrera, hizo lo mismo.

Los congresistas Álvaro Araújo, Jorge Luis Caballero, Dieb Maloof, Mauricio Pimiento, Alfonso Campo Escobar y Luis Eduardo Vives, según García los beneficiarios del fraude de 2002, serán escuchados en indagatoria a partir del próximo martes por la Corte. El propio Rafael García purga una condena de 18 años de prisión, pero espera rebajas procesales por sus delaciones. José Gamarra, Jorge Castro Pacheco, Guillermo Sánchez Quintero, José María Sierra y Enrique Osorio de la Rosa, quien fue calificado por García como el verdadero genio detrás del fraude de 2002, siguen libres. La Fiscalía sabe de sus extraños pasos desde febrero. El ventilador García vuelve a acusarlos.

[Fuente: El Espectador, Bogotá, Col, 02dic06]

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