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24ago08


La invasión silenciosa de colombianos a Ecuador


A la ‘invasión’ protagonizada por el Ejército colombiano el pasado 1 de marzo, se suma la llegada de más de 180.000 compatriotas que huyen de la guerra. Drama e incomprensión.

El patrimonio de Eduardo, su esposa y sus tres hijos cabe, bien dobladito, en un maletín de mano. Eso fue todo lo que pudo empacar este candidato al concejo de uno de los municipios del Eje Cafetero en las pasadas elecciones.

Las amenazas en su contra lo llevaron a huir a Quito con la esperanza de sembrar en ese país sus sueños. Pero muy pronto enfrentó el dilema de miles de colombianos que cruzaron la frontera huyendo del conflicto armado.

"Me sorprendió saber que quienes tenemos el estatus de refugiados somos vistos en este país como unos delincuentes. Mucha gente desconoce qué es ser asilado y no nos miran como víctimas sino como victimarios", dice.

Sólo una persona que ha vivido cerca el drama de la inmigración, como el representante adjunto en Ecuador de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Acnur, Luis Varese, puede describir con precisión y en un lenguaje sencillo ese drama.

"Ser un refugiado es dejar todo lo que uno tiene en su país. Su casa, su entorno familiar, el sonido de la campana del domingo, el canto del gallo, los olores y la comida", explica Varese.

Y es que tan dramáticas como las condiciones en las que tuvieron que salir del país, es la situación que deben afrontar a diario los miles de connacionales que buscan refugio en Ecuador. Un drama con unas dimensiones tan amplias y desconocidas, que ni siquiera se sabe con certeza el número de personas que han cruzado la frontera buscando protección.

De acuerdo con la Acnur, son cerca de 180.000 los colombianos que permanecen en Ecuador, huyendo del conflicto armado en Colombia. De ellos, apenas 16.500 han obtenido el estatus de refugiados.

Sin embargo, datos no oficiales de ONG y grupos que hacen seguimiento a los migrantes colombianos estiman que son alrededor de 550.000 personas las que han llegado en los últimos años buscando en casa de otro la protección que su Estado no pudo brindarles.

¿Seguridad?

Si los grupos armados ignoran los derechos humanos o las normas que rigen los conflictos, sería ingenuo creer que van a respetar las fronteras.

Contra Miguel Ángel, un refugiado que reside en el sur de Quito, las Farc han atentado en dos oportunidades en las calles de la capital ecuatoriana (ver notas anexas).

Su caso, junto a otros similares, es materia de preocupación para la Acnur, que al igual que las autoridades ecuatorianas, desconocen la cifra de colombianos que han sido torturados o desaparecidos en este país.

Esa preocupación la manifiesta la vocera de la Acnur, Jennifer Pagonis, quien hace dos meses les pidió a los grupos armados, en una rueda de prensa en Ginebra, Suiza, que cesen los secuestros y amenazas de muerte contra los refugiados colombianos.

Igualmente, conminó a los gobiernos de los dos países a contribuir con las investigaciones para esclarecer cuanto antes estos episodios.

El País conoció, por los mismos refugiados, que en ciudades como Ibarra, Tulcán y Santo Domingo de los Sabios, hay amplia presencia guerrillera y de ecuatorianos que integran células urbanas de las Farc, información que dicen desconocer autoridades de ese país.

"Aquí hay muchos (guerrilleros). Y mucha gente prefiere aguantar hambre y no acceder a la ayuda del Gobierno por temor a pararse en esas filas, en las que han sido vistos muchos de esos guerrilleros", asegura Miguel, quien permanece junto a más de una decena de colombianos a la espera de ser asentados en un tercer país.

El estigma

Pero las amenazas en suelo ecuatoriano no es el único problema que padecen los refugiados. Muchos ecuatorianos, incluidos algunos funcionarios, los responsabilizan de los mayores problemas sociales que aquejan a ese país: secuestro, inseguridad y desempleo.

El sociólogo Gustavo Silva afirma que son innegables los problemas que son endosados a Ecuador con el fenómeno de la violencia en Colombia.

"El éxodo de personas ha generado un caos, ha precipitado un crecimiento desordenado de las ciudades y ha colapsado la capacidad del Estado para atender esta población", dice Silva.

Una apreciación que concuerda con un informe de la ONU, de julio del 2004, que revela que los homicidios son la segunda causa de muerte en las provincias fronterizas de Sucumbíos y Esmeraldas. "En su gran mayoría relacionados con el narcotráfico y el ajuste de cuentas entre

miembros de grupos irregulares colombianos".

Esa es la razón por la cual Sergio Gutiérrez, empleado de una reconocida panadería en la Avenida 6 de Diciembre, optó por el anonimato y la reserva como mecanismo de protección.

"Sobre todo en Quito, los ecuatorianos creen que les estamos quitando puestos de trabajo y por eso algunos manifiestan el rechazo contra los colombianos", asegura Gutiérrez, quien se quejó de que la mano de obra colombiana la están pagando por debajo del salario mínimo

"aprovechándose de la situación de los refugiados".

La Acnur es consciente de esta problemática, por lo que de tiempo atrás ha realizado gestiones para que los asilados en Ecuador y Costa Rica sean acogidos en otros países.

Poco alentador

Hoy el fenómeno del refugio en Ecuador está disperso por todo el país. Ya no son sólo las zonas de frontera las que reciben el flujo de inmigrantes y los refugiados no són sólo campesinos que han debido abandonar sus parcelas.

La estadística señala que los campesinos que esperan retornar a sus tierras permanecen en Lago Agrio, Sucumbios y Esmeraldas. Pero un porcentaje muy superior de profesionales, estudiantes y defensores de derechos humanos, que huyen de amenazas personales, han preferido ciudades como Quito, Guayaquil o Cuenca, en el otro extremo del país.

Luis Carlos, un profesional colombiano que huyó luego de su segundo secuestro, explica este fenómeno en razón de que las provincias de la frontera norte de Ecuador ofrecen muy pocas oportunidades laborales y económicas y son regiones más vulnerables.

Igualmente, un estudio de la Fundación Fabián Ponce señala que un 21% de los solicitantes de refugio colombianos están en edad escolar.

Otras ONG que trabajan directamente con población refugiada, aseguran que cada vez es mayor el número de mujeres cabeza de familia, varias de ellas viudas y algunas embarazadas. Muchas de estas colombianas no encuentran más opciones laborales que oficios domésticos y la prostitución.

Curiosamente, las ciudades fronterizas reciben cada vez menos solicitudes de refugio, mientras que Quito se ha convertido en la ciudad con mayor número de peticiones.

Muchas de estas personas aseguran querer regresar a su país cuando las condiciones de seguridad lo permitan. Mientras tanto, Ecuador espera que Colombia contribuya a evitar más desplazamientos "porque al igual que Montoya, Juanes o Shakira, quienes andan por los países latinoamericanos en busca de protección, también son la imagen de Colombia en el mundo".

Más sobre la Acnur

La Acnur inició su operación en Ecuador desde el año 2000, por pedido expreso del Gobierno de entonces en el vecino país.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados entregó en el 2007, en Ecuador, 61.050 raciones alimentarias, 1.025 kits de hogar y 1.900 kits de aseo personal.

Según informes recientes de la Acnur, los países que sufren con más fuerza el desplazamiento de sus nacionales a otros países son: Iraq, Líbano y Sri Lanka, en Asia; Sudán, en África, y Colombia, en Latinoamérica.

La Acnur realiza su trabajo en Ecuador de manera conjunta con la Cruz Roja Ecuatoriana, la Organización Hebrea de Ayuda para Inmigrantes y Refugiados (Hias), la Fundación de Ambiente y Sociedad (FAS), la Cooperazione Internazinale (Coopi) y la Fundación Esquel.

El 20 de junio fue declarado el Día Mundial del Refugiado. Se eligió esa fecha en vista a que en ese día se celebra el Día Africano de los Refugiados, como una expresión de solidaridad con el continente con mayor número de personas en esa condición.

Cifras

  • 80 mil colombianos residen en las cinco provincias del norte de Ecuador, según datos oficiales.

  • 942 solicitudes de refugio son recibidas cada mes en la sede de la Cancillería, en Quito.

  • 59 mil colombianos, de acuerdo con un estudio de la Acnur, demandan protección en la frontera norte.

  • 97 por ciento de los refugiados que alberga Ecuador son colombianos.

  • 46 por ciento de los colombianos que solicitan el estatus de refugiados lo hacen en la ciudad de Quito.

"Yo de muerte ya estoy curtida"

Azucena cree que su madre acertó al bautizarla con nombre de flor, pero también considera que el que mejor le venía era el de Margarita.

"A mi los grupos guerrilleros y los paramilitares me fueron deshojando hasta dejarme sólo con mi niña de 5 años", relata esta mujer oriunda del Pacífico sur, en Nariño.

Ya los dedos no le alcanzan para explicar gráficamente las veces que ha tenido que salir huyendo y abandonar la tierra que le dejó su esposo al morir, hace ya tres años.

El Gobierno de Ecuador abrió la primera oficina de atención a refugiados en la frontera el pasado 24 Junio, en la ciudad de Lago Agrio. Sin embargo, nunca se había trasladado hasta las ciudades del interior de Ecuador y ahora sin tener "motivos para regresar", según ella, todo lo que espera es poder darle a su hija la seguridad que no tuvieron sus niños mayores.

"De pronto uno por estar aferrado a lo único que tiene, pone en riesgo la vida. En un ataque hace muchos días me mataron los dos primeros hijos. Después el menor se desapareció y su cuerpo nunca fue encontrado. Los vecinos me decían que de pronto se los llevaron para la guerra", relata Azucena con una inocencia pasmosa.

Aunque señala que desde niña ha convivido cerca de la muerte, nunca había tenido tanto miedo de morir como hoy.

"Yo de muertes ya estoy curtida. En la época de la violencia enterré a mi papá y a mis tíos. Ya no recuerdo cuantos primos y sobrinos. Y también a casi todos los esposos de mis hermanas", relata.

Luego de un silencio de varios segundos asegura que el único temor que hoy siente es el de dejar sola a su pequeña.

"Yo la tengo a ella, pero ella ya casi no tiene nada. Yo tengo un problema en un riñón y en cualquier momento me muero", exclama Azucena, quien repite que haber llegado cerca a Quito es la mejor decisión que pudo tomar.

"Ya la tierra no hay quien la trabaje. A mi los dedos no me dan y ni con un milagro va a aparecer un señor con ganas de comprar una tierra que está en zona roja", dice.

"No he regresado, porque no tengo con qué irme"

Marco Antonio no recuerda haber soportado una hambruna tan prolongada como la que ha vivido en Ecuador y en Perú en los cinco meses que hace que debió abandonar Colombia.

En realidad él no tiene problemas con nadie, pero lo obligaron a salir huyendo por "las culebras" de otro.

"A mi me sacaron con amenazas sólo porque un empleado mío tuvo un accidente y yo no supe dar razón de dónde se había escondido", explica el hombre, quien estaba dedicado al comercio de chatarra en la ciudad de Bogotá.

"La primera vez que salí, me fui por avión hasta el Perú, pero allá no le colaboran a uno para trasladar la familia. Entonces me dijeron que en Ecuador era más fácil y resulta que aquí no hay ni comida".

La preocupación de Marco Antonio es que él es quien responde por su padre, de 88 años, y ahora él está viviendo de la caridad de los vecinos de su barrio.

Su situación la termina de complicar una enfermedad que padece en los testículos y cuyo tratamiento está siendo costeado por la Organización Hebrea de Ayuda para Inmigrantes.

"Yo tengo un problema de testículos y resulta que en el refugio de Santa Clara nos hacen madrugar y a las 6:00 de la mañana nos sacan a todos para la calle. La gente tiene que ir a voltear todo el día y volver por la noche a buscar la dormida y eso a mí me está matando".

Hace dos días tomó la decisión de abandonar el sitio de refugio y se fue a dormir a un cuarto, pero como no tiene los cuatro dólares para pagar la noche le han decomisado las maletas.

"Si tuviera cómo regresarme para Colombia me iba ya. Aquí no me he ganado ni un peso y prefiero que me maten a morirme de hambre lejos de la casa".

En pocas palabras

"Esta situación de uno por fuera de Colombia es tan dura que no me da pena decir que en las noches no hago más que ponerme a llorar". Marco Antonio, refugiado.

"Una de las cosas que más me duele es negar mi patria"

Detrás del ‘Argentino’, el tucumano que se ha hecho famoso en el transporte masivo de Quito por emular a uno de los grandes intérpretes del tango, quien se esconde en realidad es Miguel Ángel, un ex concejal y ex candidato a la Asamblea, oriundo de Caldas.

Él es una de las tantas víctimas de las Farc y fue obligado a entregarlo todo y abandonar su región para que le respetaran la vida y la de su familia.

"Llevo cuatro años sin lograr despertar de esta pesadilla", dice Miguel Ángel mientras asoma la primera de muchas lágrimas que saldrían durante la charla.

En sus retinas quedó tatuada esa tarde de febrero del 2004 cuando él y su señora fueron retenidos y torturados durante seis horas en su finca cercana a Pácora, mientras lo entregaban todo.

Una semana después llegó a Quito con el dinero que le sobró de la venta de un apartamento avaluado en $90 millones y que debió dejar en $20 millones.

Ese dinero le permitió sobrevivir cerca de un año hasta el día que, ya sin recursos, debió vencer los temores y las vergüenzas y salir con su esposa a ofrecer buñuelos y empanadas.

De eso sobrevivieron durante varios meses hasta que varios hombres desde una moto atentaron contra su vida, en agosto del 2006. Poco después de salir del hospital continuaron con el negocio en el otro extremo de la ciudad. Hasta allí llegaron en diciembre del 2007 dos personas que trataron de secuestrarlo.

Su solicitud de asilo en un tercer país aún se encuentra en trámite, por lo que apelando a su ingenio, se disfrazó de argentino y salió a cantar en los buses.

"Si hay algo que me duele, además de perderlo todo y de haber tenido que salir de mi país, es negar mi patria y salir en las mañanas disfrazado para preservar mi vida", señala Miguel, quien teme que para cuando llegue el reasentamiento lejos de Ecuador, ya su mujer haya enloquecido de los nervios o los guerrilleros de las Farc hayan logrado su cometido.

En pocas palabras

"Todo lo que uno denuncia en la Fiscalía de Ecuador cuando llega es filtrado de alguna forma a las Farc".
Miguel Ángel, colombiano refugiado en la ciudad de Quito.

"Mi principal anhelo fue siempre poder ayudar a otros"

Al gran sueño que Luis Eduardo había tenido desde niño sólo le quedó faltando un día para hacerse realidad.

Horas antes de ser obligado a salir le entregaron la escritura del establecimiento en el que estaba dispuesto a darlo todo por ayudar a los jóvenes de su entorno a que salieran de las drogas.

"Como yo era el líder del barrio y organizaba eventos deportivos, mucha gente me conocía y un día me propusieron lanzarme a la asamblea. Pensé que la política era la mejor manera de realizar ese anhelo", explica.

"Mi campaña, en el Partido Alianza Social Indígena, iba por un excelente camino y mi propuesta bandera fue luchar contra las drogas y el reclutamiento de jóvenes del barrio para las Farc".

Sin embargo, las amenazas de muerte hicieron que declinara en su aspiración días antes de las elecciones regionales.

Pero el pasado 20 de julio, el día de la marcha, le avisaron que habían roto los vidrios de su casa y que varios hombres armados habían abordado a su hermano menor y le advirtieron que tenían la orden de matarlo.

Esa misma noche viajó a Bogotá y al siguiente día abordó un vuelo para Ecuador con su esposa y sus tres hijos menores.

Luis Fernando se convirtió en uno de los casos más delicados de seguridad que en los últimos ha tratado la Acnur.

Luego de exponer su caso, en pleno centro de Quito varias personas trataron de subirlo por la fuerza en una camioneta, pero el coraje de su esposa impidió que se lo llevaran.

De inmediato fue trasladado por la Acnur a un sitio reservado y seguro y es probable que ya hoy se encuentre bajo el amparo de un tercer país.

Pero el sueño del centro de rehabilitación espera dárselo de regalo al gobierno que le dará la oportunidad a él y a sus hijos.

En pocas palabras

"Sólo espero contar con la tranquilidad y el apoyo suficiente para empezar de cero con toda mi familia desde otro país diferente al mío".
Luis Fernando, refugiado.

Datos claves

  • Ecuador se convirtió en uno de los primeros países de América, junto a Belice y México, en reconocer la definición ampliada de lo que significa ser refugiado.

  • Datos del Gobierno de Ecuador revelan que cada vez son más los colombianos que llegan huyendo del conflicto y deciden instalarse definitivamente en suelo ecuatoriano.

  • Entre el año 2000 y el 2007 el Gobierno de Ecuador le negó el estatus de refugiado a 19.908 colombianos por diversos motivos, aunque casi nadie fue deportado.

En pocas palabras

"Es difícil que una persona logre su condición de refugiado con mentiras. Se habrán presentado casos, pero en 18.000 refugiados no habrán más de 15".
Luis Varese, directivo de Acnur.

[Fuente: Por Hugo Mario Cárdenas López, El País, Cali, 24ago08]

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