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15ago06


Solicitan la extradición a USA del narcotraficante del Tolima Eduardo Restrepo Victoria.


Se trata de Eduardo Restrepo Victoria, un narcotraficante del Tolima, capturado en Cundinamarca, quien compraba a cuanta eventual autoridad pudiera causarle problemas, entre los que hay políticos, militares, magistrados, modelos y fiscales.

El Espectador publicó recientemente dos informes sobre el historial de este hombre y sobre los vinculos que él tenía con diversas personalidades.

Los increíbles tentáculos de Restrepo Victoria (publicado el 30 de julio pasado)

Hace menos de un año, un ex empleado de ‘El Socio’ entregó a la Fiscalía la lista de sus presuntos colaboradores y la cantidad de dinero que recibían. Hay políticos, militares, magistrados, modelos, fiscales.

El 5 de septiembre del año pasado se presentó ante el fiscal 12 de la Unidad Nacional contra el Terrorismo el sujeto Sergio D’Isidoro Vera, quien dijo saber hasta los más íntimos secretos de Eduardo Restrepo Victoria (alias El Socio), un misterioso y excéntrico narcotraficante del Tolima que el pasado martes fue capturado por la Policía en el municipio cundinamarqués de Subachoque.

Desde ese mismo martes, una especie de miedo empezó a recorrer los pasillos y mentideros de dirigentes políticos —sobre todo del Tolima—, funcionarios de la rama judicial y miembros de la Fuerza Pública. Es que, según D’Isidoro Vera, El Socio tenía comprada a cuanta eventual autoridad pudiera causarle problemas. Es más, a cualquiera debería causarle sospecha el hecho de que contra Restrepo sólo haya una orden de captura vigente, y no precisamente por narcotráfico.

Eso sucedió el 27 de julio de 2005, cuando el mismo fiscal 12 antiterrorismo profirió en contra de alias El Socio medida de aseguramiento por concierto para delinquir y porte y fabricación de armas de uso privativo de las Fuerzas Armadas.

Los hechos investigados por las autoridades dan cuenta de que luego de varios allanamientos a las fincas La Morena y Agropecuaria Palma del Río fue hallada una importante cantidad de armas. Tras una exhaustiva investigación, se logró establecer que el bloque Tolima de las autodefensas les entregó ese arsenal a Restrepo Victoria y a su compañero de andanzas, Wílber Varela, para la guerra a muerte que ambos libran contra el también narcotraficante Diego Montoya Sánchez (alias Don Diego).

De esa medida de aseguramiento de 2005 se destacan los siguientes datos sobre la hoja de vida de Restrepo Victoria:

“De 46 años, bachiller y ganadero, casado con Olga Patricia Ortiz, con quien tiene dos hijas. Hace también vida marital con Lida Cecilia González Aragón, con quien tiene tres hijos. Otra de sus señoras responde al nombre de Claudia Verónica Romero Soria, de nacionalidad mexicana y residente en Guadalajara, con quien Restrepo convivió cuando estuvo residenciado en ese país. Romero Soria le maneja bienes como la empresa ‘RR Tours SA CV’, ubicada en la avenida Hidalgo 1599. Otra de sus señoras es Sandra Milena (alias La Barbie), quien reside en Ibagué”.

Lo que dijo D’Isidoro

Lo primero que D’Isidoro Vera le dijo a la Fiscalía fue que en julio de 2001 ingresó a la nómina de Restrepo Victoria como conductor de una de su camionetas. A finales de ese mismo año, dijo, pasó a ser chofer de uno de los carros de la hija de El Socio porque, al parecer, la iban a secuestrar para pedir por ella una gruesa suma de dinero o, incluso, para presionar su entrega a las autoridades a cambio de la libertad de su hija.

Sobre las transacciones con el dinero producto de la droga, el testigo explicó que él y Juan Carlos Gastelbondo eran los encargados de conseguir a los ‘payasos’ para que cambiaran los dólares y euros que llegaban de Estados Unidos, México y España. Es decir, contactaban a personas sin empleo —también a meseros y estudiantes— para que fueran a casas de cambio y convirtieran el dinero ilegal.

La organización de Restrepo Victoria también tenía gente pagada para que le trajera los dólares y euros de los mencionados tres países. Igualmente, explicó D’Isidoro, había empleados de una empresa aérea que le ayudaban a sacar la cocaína hacia el extranjero. “En el aeropuerto había un teniente coronel de la Policía”, advirtió.

Tras un la caída de varios de sus colaboradores en Bogotá, Restrepo empezó a utilizar otras rutas y modalidades para sacar del país el alucinógeno: Llanos Orientales-Vichada, en cartones plásticos; Guaviare, en sueros; Boyacá y Santander, en cargamentos de café; Norte de Santander, en madera; Ipiales, en frutas tropicales; Puerto Wilches-Pamplona-Venezuela, en insumos agrícolas, y así, sucesivamente, por todo el país y por todas sus fronteras.

Ese 5 de septiembre, cuando empezó a caer la noche, el fiscal que encabezaba la diligencia de declaración de D’Isidoro Vera dio la orden de suspenderla para el día siguiente.

Los de la plata

En la reanudación de la diligencia con D’Isidoro, éste explicó que se había hecho a varios discos compactos que manejaba Juan Carlos Gastelbondo (jefe de seguridad de Eduardo Restrepo Victoria) y que por eso sabía las rutas por donde la organización de El Socio enviaba la droga al exterior, y también de las personas que hacían parte de la nómina del narcotraficante capturado el martes último en Subachoque.

Los documentos entregados por Sergio D’Isidoro Vera a la Fiscalía son un reguero de nombres de políticos, modelos, miembros de la Fuerza Pública y también de la rama judicial. Cada uno de ellos tiene el monto de la suma recibida en dinero y la fecha de entrega.

El Espectador, en este artículo, se abstendrá de publicar la mayoría de nombres, toda vez que no están vinculados a investigación penal. Otras personas de la lista de El Socio, en cambio, ya han estado en la picota por problemas relacionados con narcotráfico.

La lista la encabezan un ex jefe de Fiscalías del Valle, Diego Rojas Girón, y varios de sus antiguos colaboradores en esa región del país. Ellos son Jorge Enrique Chamorro, Diana Motta y édgar Hamburger. Estos cuatro ex funcionarios de la Fiscalía, en 2004, fueron vinculados a investigación penal por el delito de prevaricato.

Todos, en su momento, estuvieron en la cárcel. Actualmente gozan de la libertad por la figura de la favorabilidad, pero están a la espera de que jueces de la República definan sus casos. En el evento de ser condenados, volverán a prisión.

La historia judicial de Diego Rojas Girón y compañía dice que con sus decisiones a nombre de la Fiscalía, al parecer, favorecieron el patrimonio de Lorena Henao Montoya, esposa del extinto capo del cartel de Cali Iván Urdinola y hermana del también narcotraficante Orlando Henao Montoya.

En la lista de Sergio D’Isidoro también aparece el coronel (r) de la Policía Luis Estupiñán, ex comandante de la Policía en el Atlántico y quien resultó encarcelado, y posteriormente absuelto, por la devolución de tres toneladas de cocaína a narcoparamilitares de la Costa Atlántica, en 2003. Es más, el declarante se atrevió a asegurar que, por información que le suministró uno de sus superiores, uno de los dueños de la cocaína de Barranquilla era Eduardo Restrepo Victoria.

También el coronel (r) Jorge Eliécer Plazas, ex comandante de Inteligencia de la Brigada XIII del Ejército y quien resultó ser la cabeza de la banda que secuestró al industrial Benjamin Koudhari. A Plazas, inexplicablemente, lo dejaron huir de su sitio de reclusión en una guarnición militar de Bogotá.

Los ‘sin nombre’

Y sigue en la lista cualquier cantidad de políticos. Por ejemplo, un ex senador natural del Huila; de ese mismo departamento, también, un ex gobernador. Un representante a la Cámara por Caldas que se posesionó en el cargo el pasado 20 de julio. Un ex senador que fue gobernador de Cundinamarca. Un representante del Polo Democrático que siempre ha jurado luchar a muerte contra el narcotráfico. Un congresista que falleció trágicamente. Un ex concejal de Bogotá. Otro explosivo senador del Polo Democrático. Un senador de Norte de Santander, etcétera.

También fueron ‘echados a la guerra’ por Sergio D’Isidoro importantes generales de la Policía y el Ejército. Muchos de ellos, incluso, son para la opinión pública adalides en la lucha contra el narcotráfico. Muchos de ellos, asimismo, han dirigido brigadas y comandos departamentales de Policía.

Tristemente para ambas instituciones —según el relato de D’Isidoro—, generales, coroneles y mayores permitían que alias El Socio se moviera como Pedro por su casa en Armenia, Pereira, Ibagué y Neiva (también lo escoltaban en esas ciudades). Todo, claro está, a cambio de gruesas sumas de dinero producto del narcotráfico.

Y de modelos, ni hablar. En la lista de D’Isidoro aparecen algunas de las más bellas del país. De esas que salen a diario en la televisión. De esas que constantemente son portada de las más importantes revistas de farándula. De esas que son el sueño de muchos colombianos. Algunas, incluso, son reconocidas internacionalmente. ¿Modelos prepago? El declarante no lo especificó en la Fiscalía.

La Rama Judicial también queda salpicada hasta más no poder con la versión del ex empleado de Restrepo. En la lista de sus colaboradores aparecen, por ejemplo, un ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, un ex vicefiscal general de la Nación y un ex jefe máximo de la Unidad de Lavados de Activos. También, magistrados de tribunales de Armenia, Pereira e Ibagué.

Ayer, viernes, la Policía intentó trasladar en helicóptero a la cárcel de Cómbita (Boyacá) a Restrepo Victoria. El mal tiempo reinante en el páramo del Sisga no lo permitó. D’Isidoro estuvo durante varios meses en el programa de protección de testigos de la Fiscalía. Todo parece indicar que habría viajado al país de donde es originaria su familia: Italia.

En la Fiscalía, entre tanto, parece que nadie quiere saber de lo que dijo Sergio D’Isidoro Vera (ver recuadro en página 3). Seguramente muchos lo tildarán de mentiroso y chiflado. Ya les sucedió a Guillermo Pallomari, Saúd Castro, Rafael García y, recientemente, a Virginia Vallejo.

‘Los ventiladores’

En la historia colombiana han sido varios los personajes encargados de prender grandes escándalos judiciales. El chileno Guillermo Palomari, ex tesorero del cartel de Cali, en 1995, atestiguó en contra de los hermanos Rodríguez Orejuela y fue la piedra angular del proceso 8.000.

Saúd Castro Chadid, ex director administrativo de la Cámara de Representantes entre 1999 y 2000, fue el encargado de acusar a los responsables de una contratación irregular por más de $5.000 millones, en la que él también participó y por la que fue condenado bajo el delito de concierto para delinquir.

Luego, el narcotraficante Víctor Patiño Fómeque, extraditado a los Estados Unidos en 2002, decidió confesar sus delitos y entre las múltiples revelaciones, detalló los nombres de sus socios, sus beneficiarios y sus enemigos. Condujo a la captura de sus testaferros y a la incautación de cientos de propiedades producto del tráfico de drogas.

Más recientemente, Rafael García, el ex director de informática del DAS, sindicó a su jefe, Jorge Noguera Cotes, director nacional del organismo de seguridad, de haber puesto a la entidad al servicio de los paramilitares. Una serie de personajes a quienes la semana pasada se les unió la ex presentadora de televisión y amante del capo Pablo Escobar, cuando decidió salir a la luz pública y señalar directamente al ex magistrado Alberto Santofimio de ser el autor intelectual de la muerte de Luis Carlos Galán Sarmiento.

¿Qué pasó con la ‘lista D’Isidoro’?

El Espectador averiguó en la Fiscalía qué pasó con la delicada declaración de Sergio D’Isidoro Vera y encontró que el fiscal que recepcionó su testimonio, Isnardo Barrero Barrero, compulsó copias para que la autoridad competente investigue a cada una de las personas que aparecen en la ‘lista D’Isidoro’. Dichas copias fueron enviadas a la Corte Suprema de Justicia, a la Fiscalía Delegada ante la Corte e, incluso, a la Comisión de Acusación de la Cámara.

“Que se sepa, la Fiscalía no ha desvirtuado nada de lo que dijo D’Isidoro’. ¿Por qué no se ha investigado a fondo? La verdad, no lo sé”, explicó un funcionario judicial que exigió el anonimato

[Fuente: El Espectador, Bogotá, Col, 15ago06]

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