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12dic07


La increíble historia de los socios espías


La Justicia federal de Estados Unidos detuvo ayer a tres venezolanos y a un uruguayo bajo la acusación de ser agentes encubiertos del gobierno de Venezuela y, supuestamente, de mantener amenazado a Guido Antonini Wilson, el hombre que intentó ingresar a la Argentina una valija con 800.000 dólares. El FBI norteamericano sostuvo ante una Corte federal que cuenta con grabaciones en las que los detenidos le exigen a Antonini que no revele el origen ni el destino de esos dólares, que –según el comunicado oficial del Departamento de Justicia– “eran una contribución política para un candidato de las elecciones presidenciales argentinas”. En la Casa Rosada consideraron “un disparate” esta afirmación. “Nadie se puede creer esa versión”, aseguró una alta fuente del Ejecutivo. “Fueron los propios funcionarios argentinos los que pararon el ingreso del dinero, o sea que no venía con ninguna carta blanca. Y en el hipotético caso de que Hugo Chávez hubiera querido solventar a algún candidato, lo lógico sería que el dinero lo hubieran traído en el viaje que el propio Chávez hizo a la Argentina dos días después, con valijas diplomáticas que no se podían abrir ni tocar”, completó.

Los detenidos ayer en Miami fueron Moisés Maiónica, Franklin Durán y Carlos Kauffmann, los tres venezolanos, y el uruguayo Rodolfo Edgardo Wanseele Paciello. Todos ellos tienen relaciones desde hace años con Antonini Wilson, al punto que figuran juntos en varias sociedades que se ocupan desde el petróleo hasta la venta de armas, pasando por la construcción y la aviación. La casa donde vivía Durán, en Miami, figura a nombre de Antonini. Además, Antonini y Kaufmann tuvieron sociedades comerciales que funcionaron en la misma dirección, el noveno piso de una torre de la calle Brickell Bay. Todos ellos son aficionados a los autos y viajaron juntos a Rumania para competir con dos Porsche en un circuito conocido como Gunball Tour.

Pese a semejantes vínculos, el FBI sostiene que Antonini Wilson fue una víctima de las amenazas y extorsiones de los demás. “El grupo de acusados –dice el comunicado oficial– coordinó y participó, a partir de agosto de 2007, de una serie de reuniones en las que le exigieron a Antonini Wilson que preste ayuda para ocultar la fuente y el destino de 800.000 dólares en efectivo que constituyeron una contribución a la campaña política de un candidato en las elecciones presidenciales argentinas. La última reunión se realizó el 11 de diciembre y los acusados se reunieron con Antonini para tratar la creación de documentos falsos para la operación de encubrimiento”.

El diario The Miami Herald cita fuentes judiciales para añadir que los 800.000 dólares estaban destinados a la campaña de Cristina Fernández de Kirchner, que hubo un encuentro en el restaurante Las Olas, de Miami, en que los detenidos amenazaron a Antonini diciéndole que sus hijos están en peligro y que el FBI cuenta con grabaciones que supuestamente confirman la trama denunciada.

El cuadro pintado por el Departamento de Justicia es que Durán, Kauffmann, Maiónica y Wanseele Paciello son agentes secretos del gobierno venezolano y que en ese carácter “intentaron manipular a un ciudadano americano para mantener tapado un creciente escándalo internacional”. O sea que Antonini, el ciudadano norteamericano al que se refiere el comunicado, es una víctima, pese a que la Justicia argentina lo reclama por haber sido la persona que intentó entrar al país con los 800.000 dólares. Desde agosto, la jueza Marta Novatti y la fiscal María Luz Rivas Diez le vienen pidiendo a la Justicia de Estados Unidos la extradición de Antonini Wilson.

Según el comunicado, en las reuniones que mantuvieron en Miami “los acusados dijeron a Antonini que varios altos funcionarios del gobierno venezolano, entre ellos de la oficina del vicepresidente de la República, miembros de la Disip (Dirección de Inteligencia y Servicios Preventivos) y un funcionario de alto rango del Ministerio de Justicia de Venezuela, estaban al corriente del asunto.

“Delirante”

En el gobierno argentino manifestaban anoche su indignación. “De dónde salió el dinero, quiénes son estos personajes, no lo sabemos. Lo delirante es que se diga que esto vino a solventar la campaña electoral de Cristina. No es casual que lo hagan justo cuando la Presidenta habló bien de Chávez y cuando mostramos la máxima disposición a ayudar en el drama de los secuestrados en Colombia, dos cosas que parecen no caer muy bien por allá. Esto tiene todo el aspecto de una operación política para la que no sabemos si han usado como arrepentido al tal Antonini o ya era un hombre del FBI desde antes. Es curioso que no respondan nada al pedido de extradición. Y ya se sabe que un arrepentido o un infiltrado dice lo que le piden que diga”, analizaron desde el Gobierno.

En su momento, este diario consultó con expertos en seguridad aeroportuaria y también a integrantes del Poder Judicial respecto de la valija de los 800.000 dólares. Todos coincidieron en que no tenía sentido que el dinero proviniera del gobierno de Chávez para actividades políticas. “Fondos de ese tipo se traen en valijas diplomáticas que no se pueden revisar. Y más todavía en este caso cuando horas más tarde llegaba Chávez a la Argentina. Nadie hubiera corrido el riesgo de entrar una valija en un viaje normal, siendo que era inminente un vuelo oficial que traía decenas de valijas diplomáticas que pasan sin revisión alguna”, sostuvieron los expertos. La consulta fue realizada porque en ese entonces se mencionó que los fondos podrían ser para las Madres de Plaza de Mayo, y no para la campaña presidencial.

Los expertos esbozaron ante este diario varias hipótesis. La mayoría sostuvo que Antonini seguramente era un testaferro o socio de algún funcionario del máximo nivel de la petrolera Pdvsa, al punto de que fue subido al avión por pedido de Daniel Uzcateguy Speech, hijo del vicepresidente de Pdvsa. Seguramente los fondos –afirmaban los expertos y jueces– tenían como destino comprar alguna propiedad o negocio en la Argentina, transferir el dinero a cuentas en paraísos fiscales eludiendo el control de cambios venezolano, pagar una coima o realizar operaciones legales o ilegales en la Argentina o Uruguay. Parece obvio que los fondos no tienen un origen claro porque Antonini jamás hizo una presentación pidiendo que se los restituyan.

Entre los investigadores argentinos siempre existió la sospecha de Antonini tenía protección norteamericana y desde el principio se habló de que trabajaba para el FBI o la CIA. Las expectativas de que se concretara la extradición fueron muy bajas, justamente porque el venezolano-norteamericano vivía muy tranquilo en Miami, no fue detenido y el proceso judicial se movió poco y nada en la Florida. Ahora aparece –a los ojos del Departamento de Justicia de Estados Unidos–, como un simple ciudadano de Estados Unidos acechado por agentes secretos venezolanos, que, asombrosamente, fueron sus socios durante años.

El comunicado del Departamento de Justicia de Estados Unidos incluyen llamativas declaraciones de los miembros del FBI que trabajaron en el caso. Por ejemplo, la del agente especial Jonathan Salomón. “El sur de la Florida se enorgullece de la diversidad de las personas que han escogido vivir aquí y siempre reciben a quienes vienen aquí para disfrutar de la libertad y las oportunidades que están a disposición de todos nosotros. Cuando los agentes extranjeros no registrados creen que pueden operar en nuestro territorio con total impunidad y desprecio de las leyes de EE.UU., eso socava la seguridad nacional de nuestro país y la seguridad de nuestros ciudadanos. Este caso demuestra nuestra determinación de garantizar que las actividades realizadas en los Estados Unidos son libres de la influencia extranjera infame”, sostuvo el expansivo agente Salomón.

“Este caso se va a manejar de acuerdo con los intereses políticos de Estados Unidos –aventuró el 28 de agosto pasado en Página/12, un veterano juez del fuero Penal Económico–. Las respuestas en la Justicia responderán a las siguientes preguntas: ¿quién es el sujeto? ¿Cuál es el delito? ¿Cómo encaja esto en la política exterior de Estados Unidos?”.

Por lo pronto, Durán, Kauffmann, Maiónica y Wanseele Paciello, además de un hombre que está prófugo, Antonio José Canchica Gómez, afrontan una pena de hasta diez años de prisión por ser agentes venezolanos sin autorización para actuar en Estados Unidos.

[Fuente: Pag12, Bs As, Arg, 12dic07]


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