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26sep22


¿Por qué se está hundiendo la libra esterlina? El Banco de Inglaterra sale en su auxilio tras el revés de las 'Trussonomics'


Las recetas económicas de la premier Liz Truss -bautizadas popularmente como Trussonomics- provocaron en el arranque de la semana el desplome continuado de la libra hasta fijar un nuevo mínimo histórico frente al dólar (1,03) y acercarse a la temida paridad con la divisa americana.

Los mercados siguieron reaccionando con gran inquietud ante el anuncio del mayor recorte de impuestos del último medio siglo en el Reino Unido, que dejará un agujero fiscal de 50.800 millones de euros en un año, con la inflación rondando el 10% y bajo los nubarrones creados por la crisis energética.

La alarma fue tal que el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, se vio obligado a intervenir a media tarde del lunes para advertir de que la máxima institución monetaria estaba "siguiendo muy de cerca" los acontecimientos y recalcar que "no dudará en volver a subir los tipos de interés" si fuera necesario.

El Banco de Inglaterra subió los tipos a 2,25% la semana pasada, justo antes del anuncio del presupuesto del Gobierno de Liz Truss, y advirtió de que el país estaba a las puertas de la recesión tras un crecimiento negativo en el último trimestre. Los analistas sostienen que el precio del dinero podría llegar al 6% el próximo año tras las medidas anunciadas por el nuevo Gobierno y con el objetivo de contener la inflación.

Samual Tombs, de Pantheon Economics, advirtió de que la caída sostenida de la libra puede tener también un efecto inflacionista y aumentar hasta un 0,5% el coste de la vida el próximo año. De momento ya está teniendo un impacto en la gasolina que pagan los británicos (el precio del petróleo se fija en dólares) y en la cesta de la compra (el Reino Unido importa el 46% de los productos alimenticios).

El secretario del Tesoro Kwasi Kwarteng se vio obligado a intervenir también en la tarde del lunes para aplacar el pánico que se volvió a instalar en los mercados y anticipar que el 23 de noviembre detallará su plan fiscal a medio plazo. El propio Kwarteng volvió a propiciar una nueva caída de la libra al cierre de la jornada, después de una leve recuperación, insinuando que el Gobierno planea nuevos recortes de impuestos para el próximo año.

Las discordancias de Truss con el Banco de Inglaterra saltaron ya a la luz durante su campaña como líder conservadora, con su promesa de desafiar la "ortodoxia" con un recorte de impuestos para estimular la economía. Su rival, el ex secretario del Tesoro Rishi Sunak, intentó desacreditar sus planes alegando que sus propuestas eran un "cuento de hadas" y que la prioridad a corto plazo era contener la inflación.

El comunicado emitido el lunes por Andrew Bailey se interpreta como una advertencia directa al Gobierno de Liz Truss, recordando el papel de la Oficina de Responsabilidad del Presupuesto, cuya opinión ha decidido obviar el nuevo secretario del Tesoro.

El Gobernador del Banco de Inglaterra reconoció compartir el objetivo del Gobierno de tener "un crecimiento económico sostenible", aunque advirtió al mismo tiempo de que "el papel de la política monetaria es asegurar que la demanda no vaya por delante de la oferta de una manera que cause una mayor inflación a medio plazo".

El giro de Liz Truss a la derecha neoliberal con sus recortes fiscales, comparables a los auspiciados por Thatcher y Reagan en los años ochenta, ha sacado de su letargo al Partido Laborista, que esta semana celebra su cónclave anual en Manchester y ha convertido la política económica en su principal línea de ataque.

"Truss y Kwarteng están jugando al casino con el dinero de los británicos", denunció la portavoz económica laborista Rachel Reeves, que acusó al Gobierno Truss de beneficiar ostensiblemente al 5% de la población con sus recortes fiscales e hipotecar el futuro del ciudadano medio.

Reeves anunció que un hipotético Gobierno laborista reimplantará el tope del 45% para las rentas más altas (reducido al 40% por Truss) y volverá a imponer un impuestos sobre beneficios extraordinarios a las empresas energéticas, para ayudar a costear el paquete de rescate por la subida del gas y la electricidad.

El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, que ofrecerá el miércoles su visión alternativa de Gobierno, acusó a Truss y Kwarteng de "irresponsabilidad fiscal" y de "defender exclusivamente los intereses de los que están arriba".

"El problema de Johnson era el carácter, y el de Truss es la ideología", declaró Starmer. "Resulta increíble pensar que levantado el tope a los bonus de los banqueros vas a resolver el problema del coste de la vida para el común de los británicos... Ella piensa que la economía crece cuando crece el bolsillo de los más ricos. Su aproximación no solo no funciona, sino que además es inmoral".

[Fuente: Por Carlos Fresneda, El Mundo, Madrid, 27sep22]

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