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27oct04


El pueblo ecuatoriano contra el TLC.


Declaración de Guayaquil.

Frente al afán del gobierno de Lucio Gutiérrez de firmar el Tratado de Libre Comercio con los EE.UU., las organizaciones sociales, populares, indígenas, campesinas, gremiales, sindicales, productivas, industriales, profesionales, barriales, juveniles, de mujeres, iglesias comprometidas, políticas democráticas y de izquierda, personalidades patriotas, pueblos y nacionalidades del Ecuador reunidas en la ciudad de Guayaquil entregamos nuestro pronunciamiento:

Estados Unidos pretende imponer una política que afianzará la dominación a los países de América Latina y que subordina no sólo la economía y el comercio, sino toda la vida de los pueblos a los designios de las empresas mafiosas multinacionales y de los llamados organismos multilaterales, como el FMI, Banco Mundial, BID, OMC. A cambio de la falsa oferta de abrir su mercado a algunos productos ecuatorianos, el Gobierno de los Estados Unidos pretende controlar en su beneficio la propiedad de los bienes tangibles (recursos, agricultura, empresas públicas) y de los bienes intangibles (biodiversidad, propiedad intelectual, servicios – educación, salud, seguridad social-) de nuestros países. Busca controlar los mercados para tener un área exclusiva que resuelva su crisis de sobreproducción, a fin de enfrentar la competencia de los otros bloques económicos capitalistas. Este TLC destruirá la producción nacional, perjudicando a la gran mayoría de los ecuatorianos.

Se trata de un doble discurso: Estados Unidos nos exige total apertura para sus productos y capitales; pero se mantiene inflexible ante las demandas de nuestros pueblos, para eliminar la deuda externa y los subsidios agrícolas, para garantizar la transferencia de tecnologías, para establecer relaciones comerciales justas y equitativas y establecer reglas de la propiedad intelectual que privilegien las necesidades básicas de la salud y la educación.

De aceptar este tratado, las consecuencias serán la destrucción de nuestra producción, empezando por la agropecuaria y la pérdida de la soberanía alimentaria; el encarecimiento y reducción de los servicios básicos, sobre todo de la educación, la salud y la seguridad social y la subida de precios de las medicinas; el crecimiento del desempleo, la precarización de los derechos laborales y la sobreexplotación de los trabajadores; el saqueo de los recursos estratégicos, de los conocimientos ancestrales y la biodiversidad. En general, el TLC que pretende imponer Estados Unidos profundizará la violación de los derechos humanos e incrementará la pobreza.

Con complicidad de gobiernos sumisos, neoliberales y vendepatrias, como el de Lucio Gutiérrez, y en medio de una generalizada corrupción se pretende imponer el TLC a espaldas del pueblo, atentando a la vida de los ecuatorianos y ecuatorianas. Convertido en “el mejor amigo de los Estados Unidos”, el gobierno ha dado fehacientes muestras de renuncia a nuestra soberanía, consolidando la entrega de la Base de Manta a Estados Unidos e involucrando irresponsable y criminalmente al país en el Plan Colombia pretendiendo además instalar una nueva base en San Lorenzo. Basta al sometimiento y al entreguismo.

En realidad no hay negociación; existe una marcada desigualdad en todos los campos y que empieza por el carácter jurídico: para nosotros será un tratado supraconstitucional que nos obligará a cambiar nuestra Carta Política; pero para Estados Unidos es un acuerdo subordinado a sus leyes.

Hemos levantado nuestra voz, hemos roto el cerco informativo y el secreto. Hemos aprendido del dolor y de la experiencia de otros países que ya firmaron tratados similares; hemos realizado una vigilancia permanente del proceso de negociación-sometimiento; y, hemos presentado innumerables propuestas alternativas, que como era de esperarse jamás han sido escuchadas.

Frente al libre comercio impuesto por los Estados Unidos, proponemos el comercio justo, responsable y solidario y una integración que se base en los intereses sociales, económicos, políticos y culturales de nuestros pueblos, empezando por consolidar la unidad de nuestros países en la Comunidad Andina de Naciones y la unidad Sudamérica y de América Latina. Bolívar regresa a señalarnos el camino de la unidad y la autodeterminación de nuestros pueblos.

Frente a esta grave situación, en toda América crece la resistencia a los Tratados de Libre Comercio y a la recolonización estadounidense. La mayoría de las organizaciones sociales que se comprometieron en el Foro Social de las Américas, realizado en Quito, a finales de julio, a convertir el 12 de octubre en un día de lucha continental cumplieron su compromiso; en esa fecha se produjeron grandes movilizaciones en Centroamérica, especialmente en Costa Rica y Salvador exigiendo que los parlamentos no ratifiquen los tratados comerciales firmados ya por sus gobiernos con Estados Unidos; en Colombia, la Gran Coalición Democrática, que agrupa a todas las organizaciones sociales y políticas de oposición al gobierno, logró movilizar a más de un millón de personas en medio de un paro nacional contra el TLC, la reelección del presidente Uribe y el nuevo paquete legislativo antipopular; en Bolivia decenas de miles de indígenas se reunieron durante varios días y se manifestaron contra los intentos del presidente Mesa de involucrar a ese país en las actuales negociaciones de los países andinos con los Estados Unidos; en Perú, se ha iniciado una campaña de recolección de firmas, para exigirle al Congreso que convoque un referendo popular, para decidir sobre la firma o el rechazo al TLC que actualmente negocia Toledo con EE.UU.; en Ecuador, se ha iniciado con gran fuerza una campaña que involucra a organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, empresariales, barriales, políticas, de mujeres, de jóvenes y de todos los sectores sociales, que bajo el nombre “Ecuador Decide”, busca convocar una consulta popular en la que sea la población la que tome la determinación sobre la firma de un TLC y no el gobierno de Lucio Gutiérrez, al que consideran carente de legitimidad.

Tenemos un derecho contemplado en la Constitución; pero el Gobierno y algunas cámaras empresariales, bajo el pretexto de que es un tema “complejo” y “técnico”, no sólo se oponen a que se consulte al pueblo, sino también a que se le informe. Cuando un Tratado pone en juego no sólo la vida de las actuales, sino también de las próximas generaciones, el pueblo tiene derecho a conocer y a decidir.

Los ecuatorianos y ecuatorianas que amamos a nuestra Patria no estamos representados por los que aparecen como negociadores, ya que éstos actúan en defensa de los intereses de las corporaciones mafiosas multinacionales y de un grupo reducido de mercaderes, importadores y banqueros corruptos. Por ello, demandamos, el cese inmediato de las negociaciones del TLC, la convocatoria a la consulta popular para que el pueblo se pronuncie, y la destitución de la Ministra de Comercio Exterior.

Convocamos a todos los patriotas, hombres y mujeres, a levantar la bandera de nuestro Ecuador, a participar en la campaña de recolección de un millón de firmas para exigir la consulta, a generalizar el debate y construir una propuesta sobre el país y la integración que queremos.

Esta batalla es decisiva: del otro lado está el poder del imperialismo y sus secuaces. La respuesta es la más amplia unidad social y productiva tanto en el país como en el Continente, nuestra acción organizada y la decisión de defender la soberanía y la autodeterminación de nuestros países.

Ecuador decide.
Guayaquil, 27 de Octubre del 2004

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small logoEste documento ha sido publicado el 21nov04 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights