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27ene04


Los lugares históricos de la memoria de la izquierda.


La victoria del fascismo sobre la II República española convirtió a nuestro país en una enorme tumba colectiva. El paisaje español se llenó de numerosas fosas comunes de los fusilados de la dictadura. Decenas de miles de militantes socialistas, anarquistas, comunistas, republicanos, nacionalistas vascos y catalanes fueron torturados y asesinados de forma sistemática siguiendo las instrucciones del mando militar de los generales sublevados. Los grupos locales falangistas se esforzaron también en la desaparición física de todas las personas que se habían distinguido por su compromiso social con sus vecinos, que sirvieron en el ejército republicano o apoyaron simplemente a sus hijos, hermanos, compañeros, huidos y resistentes de la guerrilla antifranquista. Los maestros republicanos fueron también sistemáticamente depurados y, en un porcentaje elevado, asesinados.

Lamentablemente, la Iglesia Católica española, salvo en el caso del País Vasco, envenenó el ambiente social con sus sermones colectivos, exaltó la necesidad de hacer desaparecer a todas esas personas y participó en las delaciones y acusaciones. Cuando los pelotones de ejecución terminaron con la vida de todos ellos/as, la Iglesia impidió sistemáticamente su entierro en los cementerios católicos y civiles. El destino de quienes no confesaron su "arrepentimiento" por defender a la República y no comulgaron con las ideas del fascismo fue el entierro colectivo en una fosa común.

La Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo, rinde homenaje a los allegados y militantes de la izquierda que durante los años oscuros de la Dictadura recordaron a los suyos asesinados, arriesgando su limitada libertad individual, y marcaron con símbolos y cerramientos, adecentaron y conservaron con la mayor dignidad posible, las grandes fosas comunes y medianas y otros lugares menores. Afortunadamente en la actualidad en muchas de estas fosas existen lápidas con sus nombres y monumentos en su memoria y se celebran periódicamente actos de homenaje y recuerdo. Se han creado para ello numerosas asociaciones locales de Familiares de las Fosas Comunes.

Cuando se recuperó la Democracia en España el sentimiento general de los familiares fue que esas fosas ya reconocidas por todos los vecinos, se conservaran como un monumento de todos y todas y que los restos no fueran desenterrados.

La Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo, considera que las fosas comunes deben ser declaradas LUGARES DE LA MEMORIA, patrimonio y herencia de la Democracia española, y como consecuencia de ello, deben ser identificadas, catalogadas y marcadas geográficamente por las Comunidades Autónomas en razón de sus competencias de política cultural y declaradas monumento histórico

Asimismo corresponde a las instituciones autonómicas y locales colaborar con las asociaciones de familiares o, en su caso, con los familiares de los enterrados, promover y realizar las investigaciones históricas necesarias que esclarezcan la dimensión de la represión política llevada a cabo en su ámbito y la historia personal y colectiva de las personas desaparecidas, así como llevar a cabo periódicamente homenajes de reconocimiento a los demócratas republicanos y sus familiares de la región o localidad, siguiendo la línea de conservación de la memoria que se lleva a cabo en otros países de Europa Occidental.

El cuidado y vigilancia de las mismas, tanto de aquellas que ya contienen un monumento y placas identificativas, como de aquellas que están en proceso de dignificación deben realizarse en colaboración entre las instituciones y las asociaciones de familiares, corriendo los gastos de mantenimiento a cargo de las primeras, únicos que pueden garantizar su conservación y mantenimiento cotidiano.

Cuando no es posible, por diversas razones, la conservación de las fosas y/o enterramientos, sobre todo en el caso donde se encuentra un reducido número de asesinados o donde el interés general implique la construcción de pantanos, ampliación de carreteras, etc, pensamos que las actuaciones deben realizarse con el máximo respeto a la legislación (intervención de forenses y jueces) que den fe de lo realizado para que nadie pueda en el futuro hablar de supuestas manipulaciones y recoger todos los restos y depositarlos en un terreno municipal, para ponerles una placa con la inscripción que dignifique su memoria como defensores de la República asesinados por la dictadura franquista.

Por otro lado, muchas fosas han permanecido olvidadas, sobre todo en las zonas rurales, como consecuencia de la aniquilación física de muchos familiares, del terror imperante durante la dictadura, la desconfianza del entorno político todavía relacionado con personas del franquismo en los primeros años de la democracia, su huida o emigración a otras zonas de España o su exilio obligado a otros países.

En los últimos años, superado el miedo, muchos familiares y compañeros de esas víctimas, ya sea en solitario o apoyados por diversas asociaciones, preocupadas por la conservación de la memoria de la represión política durante el franquismo, han puesto en marcha diversas acciones para localizar estas fosas olvidadas o desconocidas y dignificar la memoria de todas las víctimas. Son actuaciones que nuestra asociación apoya con decisión.

La mayor parte de estas fosas rurales corresponden a asesinatos que pueden considerarse como el resultado de ejecuciones "extrajudiciales", es decir decididas y llevadas a cabo por individuos y grupos facciosos identificados, al margen de las decisiones, también criminales, llevadas a cabo por los conocidos Consejos Militares de las autoridades armadas franquistas.

En los casos de las ejecuciones"extrajudiciales", la legislación internacional, que se va imponiendo, establece que, para garantizar que no exista impunidad de los asesinos por este tipo de crímenes, mientras no se pueda determinar el paradero de la víctima o las circunstancias de su fallecimiento, debe considerarse como un "detenido-desaparecido", aún cuando pueda presumirse su muerte por el transcurso del tiempo y por la similitud con casos similares en el mismo país. El gobierno que admite que estos hechos se han producido, tiene la obligación de identificar a los autores y procesarlos por homicidio.

Es por ello necesario que, si realmente se desea restablecer la verdad, la memoria, y en especial, la justicia histórica, al llevarse a cabo la localización e identificación de este tipo de fosas se proceda al amparo y protección de las normas judiciales que permitan la instrucción sumarial, y la identificación, con toda clase de garantías de las víctimas, con el máximo rigor jurídico - presencia del juez, el médico forense y el secretario judicial- de forma que no se elimine la posibilidad de la reconstrucción e identificación de los asesinados y de los hechos ocurridos en las ejecuciones extrajudiciales.

Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo.


Nota:

Ante la masiva campaña que se está realizando por Internet para que todo el mundo vea el documental sobre las fosas comunes que TVE emitirá, el próximo día 28 de enero de 2004, en "Documentos Televisión", la Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo, pide a quienes se interesen por conocer el contenido del documental citado que lo analicen con espíritu crítico de izquierdas, y

  • 1. Que consideren si los desenterramientos y el concepto de "entierro digno" e individual que propugna la ARMH contribuye en realidad a rescatar y conservar la Memoria Histórica colectiva de la lucha y la represión antifranquista o si su resultado es en realidad hacer desaparecer los LUGARES DE LA MEMORIA DE LA REPRESIóN.

  • 2. Que valoren que la recuperación de algunos de los cuerpos por algunos familiares significa que los restos de sus otros compañeros y compañeras de aquella desgracia colectiva queden abandonados en almacenes de universidades sujetos de manipulaciones y estudios arqueológicos o antropológicos y terminen olvidados en un osario anónimo de un cementerio.

  • 3. Que consideren si los recientes entierros llevados a cabo por el rito católico, por decisión de algunos familiares, respetan realmente las posibles creencias laicas de los republicanos asesinados.

  • 4. Que analicen si la exposición pública, en especial a través de los medios de comunicación, de los restos de los republicanos asesinados respeta la dignidad y el honor de los muertos y de los vivos y si el resultado de estas campañas mediáticas contribuye en realidad a desviar la atención de la opinión pública sobre el hecho realmente importante: el asesinato y desaparición de los demócratas españoles por el régimen militar franquista.

Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el franquismo.


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