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05abr14


Hacienda impone a Cemex una sanción de 455 millones de euros por simular pérdidas entre 2006 y 2009


Hacienda ha impuesto a Cemex multas por valor de 455 millones de euros por "simular pérdidas para rebajar sus obligaciones fiscales" entre los años 2006 2009. La compañía ha informado al regulador del mercado americano en el que cotiza que ha sido "formalmente informada" de un "conjunto de sanciones" por ese monto agregado de 455 millones de euros (8.192 millones de pesos) como consecuencia de la inspección de la Agencia Tributaria. Según CEMEX, la Agencia Tributarira discute la existencia de algunas de las pérdidas declaradas por la compañía a lo largo de esos años.

En un comunicado a la SEC (Securities Exchange Commission), la compañía cementera asegura que "la legislación española permite presentar un número de recursos contra esa sanción sin que CEMEX tenga que hacer ningún pago hasta que esas apelaciones hayan sido resueltas" y adelanta que "CEMEX España tiene intención de recurrir esas sanciones". La empresa asegura que, en este momento, "no es capaz de evaluar la probabilidad de un fallo contrario en este asunto" y asegura que "los recursos que presentará pueden dilatarse un largo periodo de tiempo antes de ser resueltos"

Sin embargo, la compañía mexicana concluye que si los tribunales fallaran a favor de Hacienda, "eso podría tener un impacto material adverso en los resultados, liquidez y condiciones financieras de la compañía". La sanción impuesta por Hacienda ha sido determinada al estimar que Cemex había declarado "pérdidas" o "bases imponibles negativas" por valor de unos 4.550 millones de euros de más. La sanción que se establece es un 10% de esas bases negativas, es decir, 455 millones de euros.

Una sanción tras ceses internos en la Agencia

La sanción de Hacienda llega después de una batalla interna en la Agencia Tributaria que costó el cargo a la inspectora Dolores Linares, encargada de la investigación de ese expediente. La inspectora del departamento de Grandes Contribuyentes fue destituida en su cargo por rechazar el recurso de la cementera, según fuentes de la Agencia Tributaria.

A raíz de su despido, también presentaron su dimisión el jefe de la dependencia, Ignacio Ucelay y varios de sus compañeros y Hacienda dejó pendientes de trámite las renuncias de otros funcionarios. Finalmente presentó su dimisión el jefe de inspección de la Agencia Tributaria, Luis Jones, tras publicar una carta en la que desvinculaba su renuncia del expediente pero en la que hablaba de "notables diferencias con la dirección". La Agencia Tributaria argumentó entonces que la cadena de ceses respondía únicamente a una "reorganización interna".

El procedimiento a partir de ahora

La compañía cementera tiene ahora, según explican fuentes de Hacienda, la posibilidad de acudir al Tribunal Económico Administrativo Central, es decir, de recurrir en vía administrativa ante un organismo que depende del ministerio de Hacienda antes de llegar a la vía de lo contencioso. Ello obligaría a Cemex a presentar un aval por la sanción que ha determinado Hacienda. Ese organismo estima un 40% de las demandas económico-administrativas que recibe, es decir, que falla en favor de la Agencia Tributaria en 6 de cada 10 ocasiones.

La otra alternativa para Cemex es acudir a los tribunales. Cemex ha adelantado que recurrirá. En cualquier caso, no cabe ya una opción de minorar la sanción. En el aire siguen los ejercicios posteriores a 2009. Hacienda no habla oficialmente de contribuyentes concretos por lo que no pueden especificar si hay más expedientes de años posteriores en curso.

El expediente ha costado más a los inspectores que al defraudador

La inspección a Cemex ha resultado más cara para los inspectores de la Agencia Tributaria que para la propia cementera. En el proceso de inspección de sus cuentas ha sido cesada la inspectora que dirigió el expediente, Dolores Linares, su superior y jefe de la dependencia, Ignacio Ucelay y, al menos, otros dos compañeros de la inspección. Otros cuatro están pendientes de que sean tramitadas sus bajas y el jefe de la Agencia Tributaria, Luis Jones, también renunció como protesta por la designación de los sucesores de los cesados y dimitidos. A cambio, para una empresa que declara 60.887 millones de beneficio bruto, la sanción es prácticamente testimonial.

Los problemas de la inspección a Cemex, paradójicamente, no comenzaron con la inspección sino con la sanción. La inspectora Dolores Linares revisó durante más de un año las cuentas del gigante mexicano al detectar lo que los expedientes de Linares describían como "minoración de las bases imponibles", es decir, una exageración de las pérdidas para pagar menos impuestos. Pero el año pasado, la división de Grandes Contribuyentes propuso sancionar a Cemex con 450 millones de euros de multa.

La cementera mexicana prometía inversión y contratos en España y el los gobiernos del PP en Madrid y en Galicia estaban pendientes de que Cemex comprometiera inversiones en el país. En ese contexto, responsables de la Agencia Tributaria sugirieron a la compañía que presentara un recurso de reposición para evitar la sanción. Cuando Cemex presentó ese recurso ante la propia Agencia Tributaria, la inspectora que dirigía el caso decidió confirmar la sanción puesto que el recurso reproducía literalmente las alegaciones que Cemex había presentado a lo largo de la inspección y que habían sido desestimadas por su propio equipo. La inspectora confirmó su propuesta de sanción y fue cesada "fulminantemente" en noviembre de 2013, según relatan fuentes de su departamento.

Los responsables de Hacienda habían dado la orden de que se aceptaran esas alegaciones --relatan fuentes de la Agencia Tributaria-- pero el jefe de la unidad, Ignacio Ucelay, decidió no trasladar esas "directrices políticas" a su plantilla. Ucelay fue también cesado de manera inmediata a primeros de diciembre en un movimiento que se presentó como voluntario pero tras el que el responsable del departamente confesó a sus compañeros en un e-mail que había recibido instrucciones para evitar la sanción a Cemex. Junto a él fueron cesados otros dos inspectores.

La protesta por injerencias políticas explota

Los relevos provocaron entonces una sucesión de dimisiones en señal de protesta hasta el punto de que la Agencia Tributaria --afirman fuentes internas del departamento-- optaron por no tramitar algunas de esas renuncias que siguen, a día de hoy, todavía pendientes de resolución.

La tercera oleada de ceses llegó con la caída del Jefe de la Inspección de Hacienda, Luis Jones. En medio ya de un escándalo que denunciaba las injerencias políticas de los responsables del ministerio en expedientes muy concretos, Luis Jones presentó a sus superiores una terna de nombres para suceder al cesado Ucelay al frente de la división de grandes contribuyentes. Esa terna fue rechazada en favor de "nombres de confianza política". La injerencia fue de tal calibre que el propio Jones, un hombre considerado en la Agencia como moderado dentro del PP, también presentó su dimisión.

El escándalo dio lugar a una petición de explicaciones parlamentarias. Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, negó haber dado jamás instrucciones políticas pese a las denuncias de sus propios responsables de la inspección y aseguró que la cúpula de Hacienda "estaba llena de socialistas". El ruido político quedó, finalmente, en nada. Nadie asumió responsabilidades.

Ahora, con la imposición de la sanción a Cemex, los inspectores parecen haber ganado finalmente la batalla: la sanción de 455 millones que los técnicos plantearon y que se intentó bloquear a nivel político ha salido adelante. Sin embargo, ese campo de batalla parece dejar más víctimas en el lado de la investigación que en el de las grandes compañías.

[Fuente: Vozpópuli, Madrid, 05abr14]

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