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19ene13


España camina hacia la deflación, pese a la subida de precios provocada por los impuestos


En España los ajustes por la crisis han provocado paro y una bajada de salarios, pero los precios todavía no han caído, como demuestran los últimos datos sobre la inflación, que la sitúan en el 2,9%. Esto se debe, fundamentalmente, a las decisiones del Gobierno en materia de impuestos y el resultado es que las familias se están empobreciendo, ya que cada vez gastan más en servicios como la luz y el gas, en los transportes y en la cesta de la compra. Una situación que contrasta con los esfuerzos que ya están haciendo las empresas en varios sectores, donde sí está habiendo una contención de precios. Y algunos economistas advierten: España camina hacia la deflación.

Los datos publicados esta semana sitúan la inflación española en el 2,9%, muy cerca del 3% que Europa marca como límite y Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, advirtió el martes sobre la evolución al alza de los precios en España teniendo en cuenta la situación económica del país. Los expertos coinciden en señalar que España debería tener, si no deflación, una situación de estancamiento de precios si se eliminasen los privilegios en sectores como el energético. Y señalan que la percepción es, efectivamente, que lo que más se consume es lo que más se encarece: alimentación, medicinas, luz, gas, gasolina y transportes; unos por impuestos, otros porque se trata de sectores oligopólicos con precios controlados.

Uno de los ejemplos que ilustra que los precios no se están ajustando a la demanda, en retroceso, es el de los carburantes, que siguen al alza. Este viernes se supo que cerraron 2012 con una subida del 8% pese a la caída del consumo del 6%, según los cálculos de la Comisión Nacional de la Energía. El regulador señala en su informe que el margen bruto de distribución de las empresas superó los 20 céntimos por litro entre enero y agosto, "el nivel más alto en los últimos años".

Otro ejemplo se encuentra en la hostelería, donde ha habido cierta moderación. Aquí los precios han avanzado, un 1,1% interanual y ello a pesar de que las ventas en el sector descendieron un 7,6%, según los últimos datos del INE. En cambio, la vivienda, los automóviles y las telecomunicaciones ya se han abaratado. En cualquier caso, esta situación de pérdida de poder adquisitivo será muy difícil revertir a corto plazo. Para que caigan más los precios sería necesario un mayor ajuste en los salarios.

Dinámica deflacionista

José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, es de los que ve a España en "una dinámica claramente deflacionista". "Todas las circunstancias presionan a la baja los precios y la situación actual no va a ser sostenible", afirma. "Hay una contención de precios muy muy marcada", coincide Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB. Evita mencionar la palabra deflación, por sus connotaciones negativas. En su opinión la contención de precios -aunque reconoce que la cesta de la compra sigue siendo un problema- es la que ha permitido atenuar un posible shock por la caída la renta disponible de las familias.

Y dado que la renta no está subiendo, que las expectativas de consumo no son positivas y que las exportaciones van a estar condicionadas por la recesión en Europa, "todo apunta a que los precios van a ir a la baja este año". "La inflación, pasado el susto de enero, no va a ser el problema el resto del año", añade el profesor del IEB.

El hecho de que las empresas ya estén ajustando a la baja los precios para ganar competitividad se encuentra con el obstáculo de que los salarios son muy rígidos a la baja, explica Díez, y eso merma los márgenes. "La percepción del ciudadano es que se está empobreciendo, pero las empresas no se están apropiando de esos beneficios y así no se crea empleo", subraya el economista, que augura que 2013 será más difícil que 2012.

La bajada de precios ayudaría a los consumidores, pero tiene consecuencias negativas para el conjunto de la economía, explica Bernal, si no va acompaña de una reducción de los salarios. Solo una fuerte bajada de los salarios permitiría el ajuste de los precios.

En este sentido, Rafael Pampillón, director del área de Economía del IE Business School, insiste en la importancia de no ajustar los salarios a la inflación -tal y como ha pedido esta misma semana el Gobierno de Rajoy, "porque si no se pierde competitividad". Para el economista "es deseable la contención de precios, empezando por los salarios, y hace falta una devaluación interna para ganar competitividad". Para que la moderación salarial y la caída de precios tenga un impacto positivo, se mejore la competitividad y se cree empleo es necesario que se progrese en la reforma energética y que el Gobierno plantee también medidas para fomentar la competencia en el sector minorista y el de servicios, explican los expertos consultados.

La deflación es la forma de crear empleo y mejorar la renta disponible actual de las familias, explica otro economista del sector financiero, que defiende que aunque efectivamente vamos a asistir a una bajada de precios, España no se encuentra en un proceso a la japonesa. El país nipón lleva quince años en deflación a pesar de que el Gobierno ha llevado a cabo una política claramente inflacionista con estímulos para impulsar la economía. Por este motivo muchos economistas prefieren huir de la palabra deflación, por sus efectos negativos: una vez que se cae en esta situación es muy difícil salir, se genera una espiral negativa, comenta Díez. Pero para otros expertos, la deflación es, simplemente, una terapia necesaria -aunque larga y dolorosa- tras una burbuja. Y esto es lo que podría llegar a suceder en España.

[Fuente: Por María Benito, El Confidencial, Madrid, 19ene13]

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