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02abr02


Hidroeléctricas en territorio mapuche-pewenche
Opinión del Colegio de Antropólogos de Chile.


Considerando los últimos acontecimientos relacionados con el pueblo mapuche en Chile, y en particular los dramáticos sucesos en Alto Bio-Bio, en los que se han manifestado posturas y perspectivas contrapuestas, en nuestra calidad de ciudadanos y de representantes del Colegio de Antropólogos de Chile, manifestamos lo siguiente:

El contexto actual

Las relaciones entre el Estado chileno y las sociedades indígenas, son una dimensión social y política de difícil resolución. Desde la última Ley Indígena en 1993 hasta inicios de 1997, el movimiento indígena mayoritariamente respaldó las políticas del Estado chileno, pero las discrepancias se hicieron evidentes cuando se han privilegiado los objetivos de lucro del empresariado que orientan el modelo económico imperante.

Así es como ha alcanzado un relativo éxito la estrategia compartida por el Banco Mundial, el gobierno chileno y los grandes empresarios nacionales (y transnacionalizados), para manejar a su favor las relaciones conflictivas con el pueblo mapuche. Tal estrategia se ha basado en el propósito de llegar a un acuerdo negociado, en no tratar a los mapuche como un pueblo organizado estableciendo caso a caso los términos de negociación, proponiendo compensaciones materiales a los afectados e intentando cooptar a los opositores de los proyectos. Si no dan el resultado esperado, se busca los medios de descalificar y deslegitimar las demandas, ya sea calificándolas como atentatorias a la legalidad vigente -criminalizando a los opositores- , o bien relacionándolas a propósitos ajenos a los pueblos indígenas.

RALCO: alta tensión entre empresariado y pueblo pewenche

Ralco ha sido emblemático para todos los sectores involucrados, al representar las contradicciones de un modelo de sociedad, de un sistema socioeconómico y de una perspectiva político-social. Los que se han deslumbrado por el mercado, al pretender convertir todo lo que circula en mercancía, están encandilados por el brillo de las inversiones y la luminosidad del lucro que la energía eléctrica puede generar.

La continuidad y ampliación del sistema de vida mapuche-pewenche, se ve amenazado por la acción de ENDESA, empresa que ha inscrito los derechos de agua de la cuenca hidrográfica del Bío Bío, sin considerar los derechos consuetudinarios de los pewenche. La pérdida de suelo en la zona de inundación es irreversible, afectando directamente a los habitantes y sus sistemas productivos, arriesgándose la seguridad alimentaria de los pewenche. La presencia del embalse generará un mercado de las tierras ribereñas, contraviniendo abiertamente la protección legal de las tierras indígenas.

El proyecto inunda el 40% de las invernadas de Quepuca Ralco y el 80 % de las de Ralco Lepoy, constituyendo estas parte del hábitat pewenche donde se encuentra la casa habitación, los corrales, los terrenos de cultivos y los suelos más propicios para las actividades agrícolas. Se elimina así un espacio ecológico único, no existiendo más invernadas disponibles en el Alto Bío Bío. La Relocalización forzada afecta la identidad, costumbres y creencias, vulnerabilidad social y calidad de vida de los pewenche. Se ha generado un proceso de conversión de la producción agropecuaria a la asalariada, con el consecuente desarraigo y riesgo de cesantía .

Las consecuencias socioambientales y culturales destacadas, han sido cuidadosamente minimizadas por quienes impulsan el complejo hidroeléctrico. Los Planes de Manejo, Seguimiento, Gestión Ambiental y Relocalización propuestos, se caracterizan por su externalidad y etnocentrismo.

A pesar de la vigencia de dos Leyes de protección - la Indígena y la Ambiental-, para el proceso de discusión y aprobación del proyecto Ralco, los sectores que se han opuesto han sido absorvidos o neutralizados por la estrategia de los empresarios y del gobierno. El movimiento mapuche, a pesar de los diversos esfuerzos realizados, no ha conseguido crear condiciones de apoyo suficientes para obtener lo que hasta ahora parece imposible: la desnaturalización de los proyectos desarrollistas, que responden a una lógica estrecha de crecimiento económico, hasta ahora compartida por los gobiernos y los empresarios.

Posibles escenarios

Los dirigentes mapuche demandan mayoritariamente Reconocimiento, Autonomía y Territorio, manifestando una cuestión política central que pone en jaque las reglas establecidas, y que obliga a pensar profundo acerca de los cimientos desde los cuales se ha construido el Estado, a saber: la idea de que un Estado corresponde a una sola Nación, la protección de la propiedad privada, la legitimidad ético-moral y vigencia de la cristianización, y la homogenización de una identidad nacional.

La actitud que debería tomar el estado chileno, y en particular la "sociedad política" frente a las demandas mapuche, es facilitar los mecanismos políticos que permitan una amplia discusión participativa, proceso en el cual las organizaciones mapuche deberían ocupar un lugar central. Contribuiría mucho el que la sociedad chilena pueda replantearse como un Estado Plurinacional, reconociendo constitucionalmente la condición de pueblos a las sociedades originarias.

Los mapuche en particular, necesitan establecer según sus propias definiciones una modalidad de articulación política, y desde esa posición, proponer las condiciones de relación con los sectores de poder en la sociedad chilena. Lo anterior es posible, siempre y cuando el Estado chileno transforme su postura hacia los pueblos indígenas, es decir, los reconozca políticamente, permita el desarrollo de procesos de autodeterminación sin establecer condiciones previas.

Nuestro llamado

En lo referente al emblemático Ralco, exigimos del Presidente de la República de Chile, el Sr. Ricardo Lagos, de los Ministros de Estado, de las autoridades regionales y provinciales, de los miembros de las Fuerzas Armadas y de Orden, de las autoridades del poder Judicial, una actitud de consideración y profundo respeto por las personas y las legítimas demandas de las comunidades pewenche del Alto Bio-Bio. Actitud que se debería manifestar hoy en la decisión de suspender las obras de construcción de la Central Hidroeléctrica Ralco.

Así también, hacemos un llamado a los empresarios chilenos y extranjeros que han invertido en este proyecto, para que vean más allá de los resultados financieros de tales inversiones, y que de insistir en su materialización bajo las actuales condiciones, están provocando daños irreparables e irreversibles a un grupo de seres humanos y su entorno.

Exigimos de los Alcaldes y Concejales de las comunas respectivas, a los diputados y senadores, todos electos por sectores de la ciudadanía, que hagan un esfuerzo por salvaguardar los derechos fundamentales de los pewenche, y que están siendo hoy transgredidos y violentados.

Por último, convocamos a nuestros colegas antropólogos, cientistas sociales, profesionales, artistas, trabajadores, a los habitantes de este diverso Chile, a manifestarse respecto de lo que sucede en el Alto BioBio.

Fuente:Directorio Nacional del Colegio de Antropólogos de Chile
Abril 2 de 2002.

Conflicto Bio-Bio

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Este documento ha sido publicado el 09abr02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights