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18dic13


España vuelve a quedar marginada en el reparto del supervisor bancario europeo


España sigue viendo cómo sus socios comunitarios le adelantan por la izquierda y por la derecha en el diseño de la unión bancaria. Si, hace una semana, Alemania tumbaba todas las aspiraciones españolas e imponía sus tesis, ahora son Francia e Italia quienes están copando todos los puestos de poder mientras nuestro Gobierno no ha conseguido ninguno de momento, lo que se puede traducir en normas muy perjudiciales para nuestro sector bancario. Las únicas bazas españolas son Fernando Restoy, que ocupará uno de los 17 sillones del nuevo Consejo de Supervisión, y Ramón Quintana, que aspira a una de las cuatro direcciones generales del BCE.

"Los franceses y los italianos están manejando todo lo relacionado con el nuevo supervisor, los test de estrés y las nuevas normas de capital. Alemania ha conseguido lo que quería, que era dejar fuera a sus cajas de ahorros, y se limita a levantar la mano cuando algo no le gusta y a exigir que se penalice la deuda pública. Y España está a verlas venir, sometida a lo que digan los demás", según fuentes de una importante consultora.

La nómina de cargos es apabullante. Por el lado francés, su último logro ha sido el nombramiento de Daniéle Nouy como presidenta del nuevo Consejo de Supervisión del banco central, con lo que completa una trilogía de poder junto a Christine Lagarde, directora gerente del FMI, y el comisario de mercado interno de la UE, Michel Barnier.

Por su parte, los italianos han conseguido que Ignacio Angeloni, director del departamento de Estabilidad Financiera del BCE, sea el responsable de dirigir el proceso de comprehensive assessment, que comprende la evaluación del riesgo, la revisión de la calidad de los activos (AQR) y los test de estrés. Angeloni se suma así a Andrea Enria, presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y, por supuesto, a Mario Draghi, presidente del BCE.

¿Y España? Pues nuestro único representante en los círculos de poder comunitarios es Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión y comisario de Competencia. Fernando Restoy, subgobernador del Banco de España, tiene asegurado un puesto en el citado Consejo de Supervisión, donde se sientan los representantes de los supervisores bancarios de los 17 países miembros del euro, junto a cuatro representantes del BCE, la presidenta Nouy y un vicepresidente.

Según las fuentes consultadas, es probable que se conceda a España una de las cuatro direcciones generales que tendrá el BCE dedicadas a la supervisión, en la persona de Ramón Quintana, actual director general de Supervisión del Banco de España en sustitución de Jerónimo Martínez Tello. "Sería un nombramiento para cubrir las formas, porque en el fondo España no tendrá ningún poder de decisión en el nuevo supervisor bancario al que van a estar sometidas todas las entidades españolas salvo las cooperativas y las dos minúsculas cajas de ahorros que han sobrevivido", según otra consultora.

Los test de estrés, más duros de lo que parece

Y a la banca española le va mucho en el envite. "Todo el mundo dice que los bancos españoles van a aprobar con nota los test de estrés, pero no está tan claro porque no se van a parecer nada a los de Oliver Wyman del año pasado. Entonces el foco estaba puesto en la exposición inmobiliaria, pero una vez desnudada y provisionada, ahora se van a buscar problemas en otras áreas. Y esas áreas son las refinanciaciones y las hipotecas minoristas", afirman en una de estas consultoras.

Dos ámbitos en los que se pueden encontrar bastantes muertos en los armarios de la banca española; de hecho, el Banco de España tuvo que endurecer la normativa de refinanciaciones a principios de año por las presiones de Bruselas, pero las nuevas reglas se quedaron muy lejos de la dureza que pedían las autoridades comunitarias. Y la morosidad hipotecaria se ha convertido en la gran amenaza para nuestro sistema financiero, amén de que nadie se cree las cifras oficiales en este capítulo.

La deuda pública, la gran amenaza

Pero el gran temor de nuestras entidades es que se penalice a las posiciones en deuda pública, algo que parece que va a suceder. Y no sólo en los test de estrés, sino también en las nuevas normas de capital con una importancia mayor si cabe que la de los famosos DTA (activos fiscales diferidos). El sector ha tocado a rebato y han comenzado a vender masivamente posiciones en bonos del Estado por lo que pueda pasar. "Alemania está decidida a penalizar estas posiciones para romper de una vez la ligazón entre crisis bancarias y crisis soberanas, así que algún tipo de penalización va a haber en función del rating de los activos que tenga la banca en su balance", insiste una de las fuentes citadas.

Y en esta batalla, Alemania siempre ha conseguido la victoria hasta ahora. Ha aceptado que se cree un fondo de rescate europeo, pero sólo a partir de 2026, y a cambio tendrá derecho de veto sobre el rescate de cualquier entidad. Asimismo, ha impuesto que los depósitos de más de 100.000 euros sufran pérdidas en caso de insolvencia a partir de 2016 y ha elevado las aportaciones de los bancos al citado fondo de 55.000 hasta 70.000 millones.

[Fuente: Por Eduardo Segovia, El Confidencial, Madrid, 18dic13]

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