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23ago09


Destrozos y pintadas en el monumento a los fugados del Fuerte de San Cristóbal


El monumento del monte Ezkaba, en homenaje a la fuga del Fuerte de San Cristóbal y a los caídos por la "libertad y la Républica", apareció ayer destrozado por un ataque del que se desconoce el agresor o los agresores y la fecha del mismo. El estado del túmulo fue descubierto ayer, pero la agresión pudo haberse cometido a lo largo de la semana. El monolito homenajea desde hace 21 años a los caídos por la "libertad y la República". Desde su inauguración, en 1988 con motivo del 50 aniversario de la fuga del Fuerte de San Cristóbal, este mausoleo ha sido atacado dos veces. La de esta semana es la tercera. Además, el cementerio de Aizoáin también presentaba pintadas en la pared de la placa que homenajea a los fusilados de la Guerra Civil que, asimismo, había sido partida.

Conforme se ascendía la carretera de Ezkaba, se podía presentir la agresión. Pintadas a los lados del asfalto y en los contenedores, con la simbología de Falange y multitud de banderas de España, son tan sólo el prolegómeno de lo que espera en el monumento. Allí, las planchas conmemorativas habían sido destrozadas y más de una decena de pedazos de buen tamaño yacían en el suelo como testigos del ataque. En las propias láminas se podían observar las huellas de hierro de los golpes que habían recibido. Probablemente con alguna maza o algún instrumento de ese calibre. El monolito, de piedra y de un grosor a tener en cuenta, está roto en cinco pedazos. Le han arrancado de cuajo la piedra posterior (pese a estar unida al suelo mediante una barra de hierro encajada a la base) y las laterales, que forman un semicírculo, han sido cortadas. A parte de los golpes, los autores de los destrozos realizaron varias pintadas en las que se podía leer "Arriba España", "Cristo Rey" y el yugo y las flechas características de la Falange.

Koldo Plá, miembro de Txinparta, una asociación que se dedica a investigar los hechos que ocurrieron en el Fuerte de San Cristobal y a honrar la memoria de las víctimas, recuerda que éste no es el primer ataque que sufre el monumento en sus 21 años de vida. Ya había sido víctima de agresiones en dos ocasiones. "La primera vez tiraron las piedras centrales pero se pudieron pegar y quedó bastante bien", afirma. Sin embargo, el segundo ataque fue peor. En un principio se intento pegar, como la vez anterior, pero fue imposible y el túmulo tuvo que ser reconstruido de nuevo. Esto es lo que va a pasar con esta nueva agresión, según Plá. Incluso, dice, se podría plantear hacerlo metálico o más resistente a los ataques.

En el cementerio de Aizoáin el panorama es similar. Al entrar, en la pared de la derecha hay un rótulo en homenaje a las "víctimas de la represión franquista en el Fuerte de San Cristobal". Esa es la pared en la que han aparecido más pintadas y, aparte, la placa estaba partida prácticamente por la mitad. Sobre los autores de este hecho tampoco hay pistas y ni siquiera se puede afirmar con seguridad que sean los mismos que los del ataque al monolito de Ezkaba. Aunque las sospechas ahí quedan. Al margen de la autoría, el hecho es que la placa que rendía homenaje a 10 fusilados en el Fuerte había sido partida, probablemente, por el aspecto, también a mazazos. Junto a la placa partida, se lee lo siguiente: "Juan Antonio presente. Aizoáin a sus caídos en la cruzada: Jonás Andueza Leache, Severo Ecay Ciáurriz". Todo esto, acompañado, una vez más, del yugo y las flechas falangistas. "Que los familiares pongan una placa en el cementerio y vengan unos a destrozarla...", musita Koldo Plá. Pero lo han hecho y, además, en en suelo junto a la pared, encuentra depositada una placa pintada con los colores de la bandera española.

La lámina en cuestión ha sido traída desde la carretera de Vidángoz, Roncal. Esto descarta la posibilidad de que la agresión fuera un acto espontáneo. Trasladar una placa tantos kilómetros muestra cierta planificación. Esta carretera fue construida por 2.000 prisioneros tras la Guerra Civil y la plancha era un homenaje a ellos. En la lámina, se leía una inscripción que honraba a los "2.000 prisioneros antifascistas que abrieron esta carretera". Tanto en euskera como en castellano. Y en la parte de abajo, en castellano, catalán, gallego y euskera, una frase que rezaba: "Vuestra memoria, la libertad".

[Fuente: Diario de Noticias, Navarra, 23ago09]

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