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06jun14


El Rey abdicará en el Palacio Real el 18 sin presencia alguna de autoridades extranjeras


El Gobierno y Zarzuela trabajan ya en el diseño de dos actos institucionales para los días 18 y 19 de junio en los que, por un lado, el rey Juan Carlos abdicará de sus derechos dinásticos en su hijo el príncipe Felipe y, por otro, la proclamación del nuevo monarca por las Cortes en una reunión conjunta del Congreso y el Senado. El último acto oficial de Don Juan Carlos tendrá la mayor solemnidad posible y se oficiará en el Palacio de Oriente, en el mismo lugar donde el propio Rey y el entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, impidieron hacerlo a Don Juan de Borbón, Juan III o conde de Barcelona, el 14 de mayo de 1977.

Las fechas todavía no están confirmadas definitivamente a la espera de que el Senado fije el pleno en el que se votará la ley orgánica de la abdicación, pero Casa Real trabaja ya con ese doble escenario del 18 y 19 de junio. Según aclaró ayer Zarzuela, Felipe de Borbón se convertirá automáticamente en rey en el mismo momento en el que Don Juan Carlos sancione dicha ley orgánica. El escenario podría ser el Salón de Columnas, el lugar en el que el Rey firmó la adhesión de España a las Comunidades Europeas el 12 de junio de 1985.

El acto remite directamente a la ceremonia con la que el conde de Barcelona renunció a sus derechos dinásticos y trasvasó la legitimidad monárquica a su hijo, que había sido nombrado sucesor, en contra de su criterio y por el designio de Franco, que al no poder darle el título de Príncipe de Asturias le distinguió con el de Príncipe de España el 22 de julio de 1969. Don Juan, por su parte, que durante un tiempo rompió las relaciones familiares con el Rey, condicionó su renuncia a los derechos obtenidos de Alfonso XIII a que su hijo instaurase una monarquía parlamentaria y democrática, "una monarquía de todos", en palabras de Luis María Anson, su biógrafo, en la que todas las fuerzas políticas, incluido el Partido Comunista, pudieran concurrir a unas elecciones libres.

Ese escenario de un rey sin legitimidad dinástica se prolongó hasta el sábado 14 de mayo de 1977 cuando, convocadas ya las primeras elecciones democráticas en el horizonte, Don Juan renunció a sus derechos a favor de su hijo con esa emocionada frase que ha pasado a la historia: "Majestad, por España, todo por España". El acto hubo de hacerse en uno de los salones del Palacio de la Zarzuela y como una ceremonia estrictamente familiar. En todo caso, sin la solemnidad que Don Juan habría querido, que propuso varios planes para la abdicación que fueron sucesivamente rechazados tanto por el Rey como por Adolfo Suárez, que ni siquiera quiso estar presente en la simbólica ceremonia para no darle más trascendencia de la necesaria al acto. Entre otros sitios, se barajaron el Palacio Real, el Escorial o incluso un barco de la armada. Como notario mayor del reino acudió Landelino Lavilla, que ocupaba la presidencia del Congreso de los Diputados. Sólo fueron invitados los presidentes de tres agencias de noticias. Entre ellos, Luis María Anson, en su condición de presidente de EFE y miembro del Consejo Privado de Don Juan, y José Mario Armero, presidente de Europa Press.

La premura con la que se está preparando la proclamación de Felipe VI hará que, como ya avanzó este diario, no haya representantes extranjeros en el acto del Congreso ni en la posterior recepción oficial que el nuevo Rey ofrezca en Palacio. Se ha querido que sea así para otorgarle la mayor normalidad institucional al cambio en la Jefatura del Estado. Por eso, a las recepciones de palacio sólo acudirán los embajadores acreditados en España.

Posteriormente, a lo largo de julio y agosto, los reyes Don Felipe y Doña Letizia recorrerán España y llevarán a cabo una intensa agenda exterior para presentarse oficialmente ante las monarquías del Viejo Continente -muchas de ellas, como en Bélgica y Holanda, ocupadas por miembros de su generación- y, seguramente, por los países de Iberoamérica. Hay que recordar que el Príncipe ha asistido durante años a todas las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos. Un portavoz de la Casa del Rey explicó ayer que los destinos de estos viajes se decidirán tras la proclamación del nuevo monarca, aunque "tendría sentido" que entre ellos figuraran Francia, Marruecos y Portugal. En todo caso, está previsto que los nuevos Reyes asistan el próximo 4 de agosto a los actos conmemorativos convocados en la ciudad belga de Lieja para celebrar el centenario de la Primera Guerra Mundial.

Discurso ante las Cortes y desfile militar

La proclamación en el Congreso de los Diputados irá seguida también de un desfile militar a las puertas del Palacio de la Cortes, pero no habrá una misa posterior, como sucedió con la entronización de su padre, Juan Carlos I, en el año 1975. Aunque todavía no están cerrados los detalles, la Casa del Rey cuenta con que siga un formato similar a la de su padre, con Don Felipe vestido con el uniforme de capitán general de los Ejércitos, como jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Previsiblemente habrá un discurso del presidente de las Cortes, Jesús Posada, al que seguirá el juramento previsto en la Constitución y, después, una alocución a cargo del nuevo Rey.

Eso sí, será un discurso "de fondo", según fuentes de Zarzuela, escrito por el futuro Monarca con la ayuda de sus colaboradores de la Casa Real y del cual tendrá conocimiento el Gobierno, que en su caso podrá hacer aportaciones.

Felipe VI pronunciará su histórico discurso en presencia de diputados, senadores y representantes de las altas instituciones del Estado, si bien todavía no se sabe si acudirán sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, y ni siquiera Don Juan Carlos o Doña Sofía.

[Fuente: Por D. Forcada, El Confidencial, Madrid, 06jun14]

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