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08mar04


Las mujeres presas también existen


Los colectivos convocantes queremos, ante la opinión pública, hacer presente a las mujeres y sus hijos menores que están presas en las distintas cárceles del estado español.

Un primer índice de alarma es la ausencia de datos que reflejen la situación de la mujer presa en España. Los estudios existentes hasta ahora son parciales, referidos al ámbito autonómico, y en ellos se pone de relieve el desconocimiento de esta realidad.

La experiencia de quienes formamos los colectivos que suscribimos este comunicado, es que la realidad de la mujer en prisión presenta unas especificidades que no son tenidas en cuenta por la actual política penitenciaria; teniendo como consecuencia inevitable la repetición y cronificación de su situación de exclusión social, razón ésta por la que muchas de estas mujeres están presas.

Hablamos, en estos momentos, de 4446 mujeres que, además del rol que siguen asumiendo, representan a más de 4400 familias con dificultades serias de vivir con unos mínimos de dignidad garantizados, en la mayoría de los casos, por estas mujeres presas.

La realidad penitenciaria, que nos abruma con la cantidad de personas presas masculinas, hace que la realidad de las mujeres presas quede poco o nada reflejada en las directrices de quiees tienen la obligación de ofrecer, no sólo custodia a las personas presas, sino también tratamiento para su futura inserción social.

Con la actual política de macro-cárceles (exponente innegable del macro-fracaso de las políticas sociales) los módulos para mujeres y sus hijos hanquedado en una especie de "acomodo de ocasión" que imposibilita en gran medida el acceso de las mujeres a servicios comunes: polideportivos, bibliotecas, talleres,…

La consideración de la mujer presa para la Administración penitenciaria sigue siendo deudora de esa antigua concepción en la que, para ser tal, debía estar al servicio del hombre y al cuidado de los hijas e hijas. Observando la realidad de las actividades a las que la mujer presa tiene acceso, podemos concluir que los talleres existentes: bordados, confección, peluquería…; vienen a abundar en esa imagen, perpetuando un rol que en muchas ocasiones ha sido y es causa de su ingreso en prisión.

Constatamos cómo muchas de las mujeres presas tienen a sus hijos menores viviendo con ellas dentro de las cárceles. Las condiciones de vida de estos pequeños está condicionada por la estructura y régimen de vida en la prisión. Las aducidas razones de seguridad dificultan experiencias positivas para los niños: salidas al campo, celebración de cumpleaños, entrada de algunos juguetes…

Por un problema de competencias administrativas, ajeno por completo a la vida y responsabilidad de las madres y niños, se dificulta la relación entre madre e hijo sometido a tutela. La presa depende de la Administración Penitenciaria, mientras que el hijo depende de la respectiva Administración Autonómica; dándose el caso de traslado de prisión de la madre, quedando el hijo en la Comunidad Autónoma de referencia, privándose de esta manera la relación.

Así mismo, al cumplir los tres años de edad los niños deben separarse de sus madres, ya que la ley imposibilita que el menor siga en prisión. Son demasiados los casos en que estos niños terminan en un centro de acogida separados de sus familiares. Además, son los servicios sociales penitenciarios quienes deciden sobre la capacidad de las personas que pudieran acoger a estos niños. Encontrándonos situaciones en las que se vivencian estas separaciones como un secuestro…

Preocupante también es el alto índice de prescripción de tranquilizantes, antidepresivos, sedantes… medicamentos todos destinados a amortiguar los efectos perniciosos del ingreso en prisión de la mujer: sensación de agobio, aislamiento familiar, depresión, ansiedad, aislamiento social, ideas de suicidio…; es llamativo la comparación entre hombres y mujeres en lo referido a la administración de este tipo de medicación, siendo en éstas mucho más frecuente.

Y si los tratamientos de "salud mental" son abundantes, en lo referente a la especialidad ginecológica, las mujeres presas ponen de relieve la dificultad de acceder a los seguimientos y controles médicos recomendados por la OMS.

La dificultad constatada de acceder al mundo laboral en las mujeres libres, se traduce en las mujeres presas en una dificultad de acceso a beneficios penitenciarios, permisos, tercer grado… para los que se exige, como condición sine qua non, desempeñar un puesto de trabajo.

Constatamos cómo en el caso de las mujeres presas, las reivindicaciones realizadas por diferentes colectivos y sectores sociales de todo el Estado, tienen mayor gravedad y virulencia en su propio proceso personal: al haber menos cárceles de mujeres en todo el Estado, los traslados lejos de su lugar de origen o residencia son mayores. La situación que viven éstas en régimen FIES, además de ser una situación ilegal, convierte en inhumana la condena. Finalmente nos parece de Justicia reclamar la rapidez y ejecución de medidas que posibiliten la inmediata excarcelación de presas con graves enfermedades o terminales,

Concluimos pues pidiendo a diferentes sectores sociales lo siguiente:

A los medios de comunicación social:La prisión sigue evocando casi con exclusividad el universo masculino: hay que visibilizar la realidad de la mujer presa, sacarlas de la ignorancia y el olvido en el que se encuentran sumergidas.

A los responsables políticos: Reformas jurídico-penales serias que rompan la espiral de exclusión-criminalización-exclusión.

A los colectivos de mujeres: ampliar los horizontes de vuestras reivindicaciones y luchas, incorporando la realidad de las mujeres presas, así como la realidad de las mujeres empobrecidas.

A los colectivos de defensa de los Derechos de las presas y presos: Mayor sensibilidad ante la realidad de las mujeres presas, y mayor esfuerzo para recoger en nuestras luchas y reivindicaciones, las condiciones de vida de las mujeres.

A la administración penitenciaria: Modelos penitenciarios de "mínima seguridad", menos opresores y más humanizadores: centros de régimen abierto, unidades dependientes para mujeres con hijos y sin ellos, atención médica especializada, centros de rehabilitación para drogodependientes,...

Colectivos Convocantes:

Madres contra la droga, Traperos de Meaux, Coordinadora de Barrios,
Asociación "La Barraca, Colectivo Alucinos, Parroquia San Carlos Borromeo

Comunicado 8 marzo 2004

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small logoEste documento ha sido publicado el 22abr04 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights