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21feb06


España busca una acuerdo estratégico con los Estados Unidos para el uso de una satélite militar.


El Ministerio de Defensa está negociando con el Pentágono alquilarle parte de su nuevo sistema de comunicaciones por satélite, que se completará a las 23.13 de hoy con el lanzamiento del SpainSat desde Kurú, en la Guyana francesa. A diferencia de sus antecesores, los Hispasat 1 fabricados por la firma francesa Matra, el SpainSat y el Xtar-Eur han sido construidos por la firma estadounidense Space Systems Loral y son satélites militares, por lo que sólo pueden alquilarse a organismos oficiales de países aliados. El coste global del sistema es de unos 415 millones.

El lanzamiento del SpainSat, en un cohete Ariane-5 ECA de la Agencia Espacial Europea (ESA), llega con un año de retraso. El satélite se soltó de sus amarres cuando estaba siendo montado en las instalaciones de Loral en Palo Alto (California) y sufrió importantes desperfectos que obligaron a la compañía a pagar varios millones de dólares de penalización a su cliente español Hisdesat (cuyos principales accionistas son Hispasat, con el 43%; e Insa, propiedad de Defensa, con el 30%; así como las empresas EADS, Indra y Sener con participaciones minoritarias).

Debido a este retraso, el Xtar-Eur, el satélite que forma pareja con el SpainSat y garantiza la redundancia del sistema en caso de avería, se le adelantó y lleva ya un año en el espacio.

No ha sido ésa la única peripecia en este largo camino. Tras el fracaso comercial de Iridium, el sistema de telefonía móvil por satélite, Loral entró en suspensión de pagos y a punto estuvo de arrastrar al SpainSat. En diciembre pasado, la compañía estadounidense superó sus problemas financieros, que serán agua pasada cuando, a las 23.15 de hoy (hora peninsular española) el SpainSat sea lanzado hacia su órbita, situada a 56.000 kilómetros de altura sobre el centro del Atlántico.

Está previsto que el SpainSat esté operativo en el segundo semestre de este año. Entonces, el Gobierno español dispondrá de 13 transpondedores en banda X y otro en banda Ka; a los que hay que sumar los 12 transpondedores en banda X del Xtar-Eur, ya en funcionamiento.

El nuevo sistema triplicará el ancho de banda, potencia, cobertura y seguridad de las comunicaciones del Gobierno español, con haces de cobertura tanto fijos (sobre España y EE UU) como orientables. Hasta ahora, por ejemplo, los Hispasat no cubrían Afganistán, por lo que Defensa debía recurrir al alquiler de satélites comerciales.

Aún así, esta capacidad supera con mucho las necesidades españolas, por lo que Hispasat y Loral han iniciado la búsqueda de clientes entre Gobiernos extranjeros, pues está prohibido contratar clientes privados. Hasta ahora, se ha ocupado algo más del 25% de la capacidad conjunta de los dos satélites y el objetivo es llegar al 75% en cuatro años. La vida útil de un satélite se estima en 15 años.

Para explotar el Xtar, Loral e Hispasat han constituido una sociedad conjunta de la que el socio español dispone del 44% y el estadounidense del 56%. Los dos satélites son complementarios y entre ambos cubren dos tercios de la Tierra. No obstante, el Xtar, emplazado sobre los grandes lagos africanos, llega hasta Singapur, mientras que el SpainSat alcanza hasta Denver (EE UU).

Además del Ministerio de Defensa español, Hispasat y Loral ya han alquilado transpondedores al Departamento de Estado de EE UU, que lo utiliza para comunicaciones con sus embajadas, y a un país nórdico. También hay negociaciones con otros países europeos y con el Pentágono, cuyas necesidades en materia de comunicaciones no dejan de crecer. De hecho, éste fue uno de los asuntos abordados por el ministro de Defensa, José Bono, durante su visita a Washington, en mayo de 2005.

La firma de un contrato con el Pentágono plasmaría la alianza estratégica con EE UU en este campo. La contratación con Loral fue una decisión política, además de económica, del Gobierno del PP, en 2001. Hasta entonces, España había optado por Francia tanto en satélites de comunicaciones (Hispasat), como de observación (Helios). Ahora, los nuevos satélites hispano-estadounidenses compiten con el francés Syracuse.

A finales de 1997, el Hispasat 1A sufrió una avería que dejó sin servicio los dos transpondedores dedicados a comunicaciones militares, lo que obligó a utilizar el 1B, sin garantías de continuidad en caso de fallo. En cambio, las retransmisiones de los canales privados de televisión no se vieron afectadas.

Esta situación decidió a Defensa por un sistema de satélites exclusivamente militar. Con todo, casi dos años después de acabar su teórica vida útil, el 1B sigue en servicio, aunque lo haga en órbita inclinada, rumbo a su cementerio espacial.

[Fuente: El País, Madrid, Esp, 21feb06]

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