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05may14


La Infanta y Urdangarin usaron un testaferro para ocultar pagos del Mundial de Brasil


La infanta Cristina de Borbón y su marido, Iñaki Urdangarin, utilizaron a su amigo Álex Sánchez Mollinger como testaferro para camuflar pagos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la empresa familiar Aizoon S.L., cuya propiedad comparten al 50% los duques de Palma. El BID ingresó 70.000 dólares en una cuenta de la empresa Numa Capital, propiedad del consultor catalán, por un informe sobre el Mundial de Fútbol de Brasil que en realidad había elaborado un empleado de los duques de Palma. A continuación, Sánchez Mollinger transfirió 60.000 dólares a la cuenta de Aizoon, tras descontar una comisión de 10.000 dólares por sus servicios.

La hija menor de Don Juan Carlos y su marido se reunieron en 2007 en Washington con el entonces embajador de España ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Juan Manuel Romero de Terreros, y varios directivos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre ellos el actual gobernador del Banco de España, Luis María Linde, con el fin de recabar su apoyo para organizar en el gigante suramericano, a través de Aizoon, varios congresos sobre deporte y turismo calcados a los que el Instituto Nóos ya había montado en Valencia y Palma de Mallorca.

En aquel encuentro y otros posteriores, los duques de Palma expusieron a sus interlocutores la idea de exportar a Brasil los modelos del Valencia Summit y el Illes Balears Forum, dos congresos sobre la influencia de los grandes eventos deportivos en el desarrollo de las ciudades con los que el Instituto Nóos había obtenido casi seis millones de euros de fondos públicos de la Comunidad Valencia y Baleares, ambas gobernadas por el PP. Sólo que esta vez la organización de esos foros no recaería sobre el Instituto Nóos -Urdangarin se había desvinculado del mismo, al menos formalmente, un año antes-, sino en Aizoon, la empresa de los Urdangarin-Borbón.

El primer encargo del BID a Aizoon, en 2008, fue un informe, al que ha tenido acceso El Confidencial, para "impulsar programas de desarrollo urbano" en Brasil durante la celebración del Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Para ocultar la participación de los duques de Palma en el proyecto, la Infanta recurrió a su amigo Sánchez Mollinger, que fue quien firmó el contrato con el BID y quien cobró inicialmente por el trabajo a través de su empresa Numa Capital. Sin embargo, no fue el consultor catalán quien redactó el informe, sino Mario Sorribas, empleado de Aizoon, cuyo despacho estaba en el palacete de Pedralbes, la residencia barcelonesa de Urdangarin y su esposa.

El informe, de 170 páginas y fechado en octubre de 2009, lleva por título Plan de actividades para apoyar a Brasil en el aprovechamiento de Mundial de Fútbol 2014 / Juegos Olímpicos 2016. Por ese trabajo, el BID desembolsó 70.000 dólares a los duques de Palma, aunque la cantidad no fue directamente transferida a Aizoon, sino a una cuenta de Numa Capital mediante un pago de 35.000 dólares y dos más de 17.500 cada uno. Posteriormente, Sánchez Mollinger transfirió 60.000 dólares a la mercantil propiedad de la Infanta y su marido, y retuvo los 10.000 restantes como comisión por su papel de testaferro.

Desmemoria y subcontratos

Durante su interrogatorio ante el juez José Castro, instructor del caso Nóos, Sánchez Mollinger admitió que fue Urdangarin quien consiguió el contrato con el BID, pero se escudó repetidamente tras un "no recuerdo ahora" cuando el fiscal, Pedro Horrach, le preguntó cuánto había cobrado por el trabajo. Arrinconado por el juez, el fiscal y la abogada de Manos Limpias, Virginia López-Negrete, el consultor sólo alcanzó a decir una verdad a medias: que Numa Capital "subcontrató" a Aizoon y que esta le facturó luego por el informe realizado. Aizoon, en efecto, libró una factura de 60.000 dólares a la empresa de Sánchez Mollinger, pero el negro fue Sorribas, empleado de los duques de Palma.

La relación mercantil de los duques de Palma con Sánchez Mollinger no acabó ahí. "Urdangarin me presentó en 2008 al presidente del Valencia Club de Fútbol y firmamos un contrato para buscarle patrocinadores y nuevos accionistas, porque en aquel momento tenían una deuda importante", relató el consultor al juez Castro. "Cobramos un fijo y pactamos un tanto por ciento si teníamos éxito en nuestras gestiones. Urdangarin facturó desde Aizoon contra Numa Capital", añadió. En total, 30.000 euros por tres reuniones de trabajo. Una cantidad insignificante en comparación con los 600.000 euros que el Villarreal C.F. desembolsó a Urdangarin por un informe de consultoría.

Sánchez Mollinger también explicó al juez que otro presunto testaferro del yerno del Rey, José María Treviño, trató de persuadirle para que sirviera de coartada a Urdangarin en sus negocios con la empresa Aguas de Valencia (AGVAL), que desembolsó 375.000 euros por un supuesto asesoramiento para buscar inversiones en el extranjero. Treviño, un empresario barcelonés cuya esposa es íntima amiga de la infanta Cristina, intentó convencer a Sánchez Mollinger para que declarase que fue él, y no el duque de Palma, quien facturó a Agval por los servicios prestados. Pero el consultor catalán, según aseguró al juez Castro, se negó a ello.

[Fuente: Por José L. Lobo, El Confidencial, Madrid, 05may14]

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