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14ene05
Las "muertes cristianas" de los desaparecidos.
Adolfo Scilingo no respondió pero sus silencios no impidieron que la Audiencia Nacional escuchara cómo la dictadura argentina gestó la idea de una gran operación para hacer desaparecer a millares de opositores al régimen de las Juntas Militares. Ante la farsa del acusado, la fiscal Dolores Delgado pidió que se leyeran algunos pasajes de las primeras declaraciones que el ex militar realizó ante el juez Baltasar Garzón en octubre de 1997, cuando llegó a España como supuesto 'arrepentido' y dispuesto a convertirse en 'testigo protegido' -y no en imputado- del 'caso de los desaparecidos' que el magistrado acababa de inaugurar.
La lectura del sumario provocó los primeros estremecimientos. Hace siete años, Scilingo dio todos los detalles del "maquiavélico plan siniestro de la Armada Argentina" para 'desaparecer' a los "disidentes subversivos" que amenazaban con quebrar "las raíces cristianas" del país. Su declaración se remontaba a 1976, cuando el acusado era un teniente de fragata de servicio en Puerto Belgrano, una de las mayores bases de la Armada Argentina.
Allí, los mandos de la marina de guerra gestaron un plan para crear un grupo de "contrainteligencia" en la Armada, que tendría como principal objetivo "detectar infiltrados" y eliminarlos. El denominado 'grupo de tareas 3.3.2.' de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires sería el encargado de los 'operativos', eufemismo con el que los militares se referían a los secuestros de disidentes.
Drogados.
El problema -explicaba Scilingo en la declaración leída hoy en la Audiencia Nacional- surgió cuando los detenidos se multiplicaron en los centros clandestinos, sin que la Armada hubiera previsto un plan para hacerlos desaparecer. Fue entonces -según el imputado- cuando la "jerarquía eclesiástica" propuso a la cúpula militar una fórmula para deshacerse de los disidentes con una "muerte cristiana": "subir a los subversivos a aviones sin que nunca llegaran a su destino". La Iglesia -aclaraba entonces el ex marino- consideraba una muerte digna los 'vuelos de la muerte' porque las víctimas eran embarcadas drogadas y no sufrían cuando eran arrojadas vivas al río de La Plata.
La primera sesión del juicio contra Adolfo Scilingo no llegó más allá. La sala autorizó que el próximo lunes se escuchen las cintas magnetofónicas grabadas por Garzón aquel octubre de 1997, en las que el acusado daba todo lujo de detalles del exterminio en los 'vuelos de la muerte', las torturas en la ESMA, el secuestro de bebés y los expolios sistemáticos de los bienes de los desaparecidos.
[Fuente: Melchor Sáiz-Pardo, Colpisa, Madrid, 14ene05]
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