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12ene05
En 1997 Scilingo dijo "entrar en prisión es un riesgo calculado"
Siete años después de presentarse voluntariamente a declarar ante el juez Baltasar Garzón, Adolfo Scilingo se convertirá este viernes, si los médicos consideran que se encuentra en condiciones para declarar luego de ser hospitalizado hoy a causa de un desmayo, en el primer militar argentino juzgado en persona en el exterior.
Será también el primer juicio que se celebra en España por crímenes de lesa humanidad -está acusado de genocidio, terrorismo y torturas-, por lo que la sentencia podría crear jurisprudencia a nivel internacional al proceder de un tribunal nacional, la Audiencia Nacional (máxima instancia penal española) y no de un tribunal internacional creado "ad hoc" para algún caso, como el de la ex Yugoslavia.
Scilingo se enfrenta a 6.626 años de cárcel que han solicitado las acusaciones populares y particulares -en total 17 abogados- por genocidio en concurso con 30 delitos de asesinato, 93 de lesiones, 255 de terrorismo y 286 de torturas. El Código Penal español limita a 20 años el periodo máximo de permanencia en la cárcel.
La fiscalía en cambio no presentó acusación, pues el anterior fiscal, Pedro Rubira, siempre se opuso a la competencia de los tribunales españoles para investigar hechos cometidos por ciudadanos extranjeros fuera del territorio nacional.
La competencia de la justicia española para perseguir los delitos de genocidio en Argentina fue confirmada por la Audiencia Nacional en noviembre de 1998.
Con la llegada del gobierno socialista al poder y el nombramiento del nuevo fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, el Ministerio fiscal defendió la competencia de los tribunales españoles en este caso pero ya era demasiado tarde para modificar el criterio inicial de la fiscalía. En la vista oral está previsto que la fiscal, Dolores Deltado, formule acusación contra Scilingo.
El juicio oral fue abierto el 28 de julio de 2003 pero el procedimiento se encontraba suspendido hasta que el Tribunal Supremo confirmara la resolución de la Audiencia de 1998 tras el recurso presentado por Scilingo y la fiscalía.
Tras agotar las vías judiciales, el ex militar anunció el comienzo de una huelga de hambre el pasado 9 de diciembre, en protesta por el juicio, por medio de una carta de su esposa, María Marcela Vallés, enviada al embajador argentino en España, Carlos Bettini, y para el pasado sábado había previsto dejar de ingerir líquidos.
Sin embargo, Scilingo no comunicó a la dirección de la prisión -como los presos hacen en estos casos- el inicio de la supuesta huelga de hambre, según informó a ANSA un portavoz de Instituciones Penitenciarias.
Hoy, el ex militar sufrió un desvanecimiento en su celda de la prisión Alcalá-Meco y fue hospitalizado y serán los médicos forenses de la Audiencia Nacional quienes informen mañana al tribunal que lo juzgará si se encuentra o no en condiciones de declarar y si es necesario o no aplazar el inicio del juicio.
Tras confesar en Argentina su participación en los "vuelos de la muerte" e inculpar a ex compañeros militares, Scilingo decidió ir a España, donde Garzón acababa de abrir el sumario por los desaparecidos en la dictadura de Argentina, con la intención de recibir protección como "arrepentido".
El 8 de julio de 1996 Scilingo escribió una carta a Garzón, a la que tuvo acceso ANSA, en la que decía: "Pongo en su conocimiento mi total predisposición para colaborar con la misma (causa), asumiendo las responsabilidades que me corresponden, como integrante de la Plana Mayor de la ESMA, donde revisté con el grado de teniente de navío, desde diciembre de 1976 hasta diciembre de 1977".
A las 4 de la madrugada hora local (02.00 gmt) del 5 de octubre de 1997 Scilingo aterrizó en el aeropuerto de Madrid-Barajas en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, cuyo billete pagó el programa de la Televisión estatal española (TVE) "El programa de Carlos Herrera" donde estaba prevista su participación, que finalmente fue suspendida a causa de su detención.
ANSA asistió en el aeropuerto a la llegada a Madrid de Scilingo, quien se trasladó a un hotel, donde concedió una entrevista a esta agencia en la que dijo: "Yo vengo porque en este momento es el único lugar donde seriamente se va a tratar el tema de los desaparecidos".
"Entrar en prisión -añadió- es un riesgo calculado, pero creo que hay mucha gente más importante que yo en este tema. No interesa mi riesgo sino que se llegue a un esclarecimiento total".
El 7 de octubre se presentó en el despacho de Garzón, a quien confesó su participación en dos "vuelos de la muerte", en los que murieron unas 70 personas, y el juez decretó su detención.
Scilingo ha tenido varios abogados y el último, de oficio, que le fue asignado hace escasos meses, es Fernando Martínez-Morata López, quien, según informaron a ANSA fuentes judiciales, abandonará el resto de los casos para dedicarse al juicio contra Scilingo en exclusiva. En cambio, es previsible que muchos de los 17 abogados de la acusación no acudan al juicio oral.
Si el juicio empieza finalmente este viernes, está previsto que termine el 20 de febrero, y en él declararan cerca de 200 testigos, la mitad por videoconferencia desde Buenos Aires, como Julio Strassera o Adolfo Pérez Esquivel. Familiares de víctimas torturadas y muertas en la ESMA y ex detenidos que ya declararon ante Garzón prestarán su testimonio en este juicio, en el que no se preven sorpresas.
Más importante que los testimonios -ninguno de ellos inculpa directamente a Scilingo- son su propia confesión y los documentos que demuestran que existía una organización criminal y que se encuentran aportados en el sumario, que contiene cerca de 300 tomos.
[Fuente: Mónica Uriel, ANSA, Madrid, 12ene05]
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