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Sep/Oct01


"La clase de religión, necesaria en la Iglesia."


La Iglesia no ha cesado de aceptar los desafíos que en cada época de cambio le ha lanzado el mundo (Ozanam). Por ello, la nueva evangelización exige un gesto de coraje y dedicación, de esperanza y amor. La Iglesia debe prestar atención a la infancia y la juventud. Cuando la Iglesia apuesta por la juventud, ¿acaso no se trata de la necesidad de comenzar por desplegar una acción evangelizadora de la Iglesia en el mundo de la educación? Una posibilidad la tenéis vosotros, los profesores, a través de la pastoral educativa evangelizadora de la clase de religión.

Es en los primeros años de la vida donde se configura la personalidad. En ellos se afrontan las cuestiones básicas del vivir humano, y a ellas hay que responder ciertamente a través de la familia y del sistema educativo escolar.

Entre los muchos aspectos que reclama la educación, y concretamente la formación cristiana, quiero ahora fijarme en vosotros, los profesores, por la relevante responsabilidad que supone serlo. San Juan de Ávila escribía en los memoriales del Concilio de Trento: los sabios decretos de reforma promulgados servirían de poco sin hombres reformados interiormente que los llevasen a cabo.

Ser profesor es una vocación, y para los cristianos, también una misión. El profesor cristiano percibe su tarea como participación en la misión de Cristo, Maestro de la vida y de la verdad. La Iglesia, enviada por Cristo, a su vez os envía como un servicio al hombre, a la verdad y al bien.

El ministerio del profesor de religión requiere, por tanto, convicciones sólidas, formación permanente, no sólo de la teología más adecuada sino de una vivencia gozosa de experiencia religiosa y eclesial. El Santo Padre, en la carta apostólica Novo millennio ineunte afirma que la fuerza inspiradora de nuestro camino es la certeza de la compañía de Cristo. Es Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, el programa que no cambia al variar de los tiempos y las culturas. NMI 29). La santidad, única perspectiva posible para el camino pastoral es la que provocará un renovado impulso de la vida cristiana. No basta la ciencia ni la organización; es imprescindible cultivar y acompañar la experiencia de discípulo y de testigo de Cristo en el campo de la educación (cf RM 90-91).

Tenemos que ser más conscientes de la influencia de la sociedad secularizada, que a todos afecta -también a los profesores-, con su negación de los absolutos, con la renuncia a la verdad y su pensamiento débil, fragmentario, y en ocasiones errático. Es la sociedad de la televisión, la era de Internet. Esta situación afecta a nuestro quehacer de profesores y a nuestro vivir. Nuestra identidad de profesores cristianos queda eclipsada y no se nos distingue como testigos. Tenemos que sentirnos y hacernos reconocibles como miembros cualificados de la Iglesia a la que pertenecemos y de la que hemos recibido el mandato evangelizador.

Testigos de la fe y enviados para enseñar en nombre de la Iglesia y desde ella; tenéis que ser creyentes que viven la fe, que la explican y proponen. No podéis conformaros con ser didactas de la doctrina cristiana.

Dentro de la Diócesis, de cada diócesis, constituís un grupo cuya actividad es participación en el ministerio de la evangelización. Como todo en la vida de la Iglesia, es un ministerio de comunión que os configura con la vivencia espiritual propia de la misión. Para vuestro acompañamiento y formación, la Delegación de Enseñanza pone a vuestra disposición el Centro de Teología, abierto a todas las sugerencias que podáis prestar para que vuestra disposición encuentre mayores apoyos. La Diócesis, que reconoce vuestra ardua tarea evangelizadora, quiere poner con vosotros este nuevo impulso que reclama la evangelización y para el que el Papa propone caminar desde Cristo, vía sugerente y eficaz para comenzar cada día la tarea evangelizadora de la pastoral educativa.

+ Francisco José Pérez y Fernández-Golfín.
[Obispo de Getafe]

Fuente: Padre de Todos, Publicación Mensual de la Diócesis de Getafe, No. 73, septiembre/octubre de 2001, pág. 2.

Conflicto enseñanza religiosa - DDHH en España

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Este documento ha sido publicado el 26mar02 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights