Información
Equipo Nizkor
        Tienda | Donaciones online
Derechos | Equipo Nizkor       

27nov12


La confrontación interna es inevitable en Georgia


El primer ministro de Georgia, Bidzina Ivanishvili, evaluó el pasado 22 de noviembre los resultados de la victoria de su partido Sueño Georgiano en las elecciones parlamentarias celebradas en el país caucásico el pasado 1 de octubre.

El informe del jefe del Gobierno georgiano confirmó una opinión general: es posible que Georgia no tenga intenciones de entrar en una lucha política interna, pero la propia convicción de todos de que esta confrontación es inevitable parece una verdadera crisis.

Aumentan arrestos en Georgia

Los expertos pronosticaron la confrontación inevitable del partido Sueño Georgiano con el presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, inmediatamente después de que éste reconociera que sufrió una abrumadora derrota en las elecciones legislativas.

Conforme a la reforma política que se lleva a cabo en Georgia, este país debe convertirse en la república parlamentaria dentro de un año. Pero hasta ese momento el presidente de Georgia seguirá concentrando muchos poderes en sus manos.

Por eso Ivanishvili no dispone de muchas oportunidades de atacar al mandatario del país, lo que le obliga aprovechar las que tiene de un modo más decisivo. El número de partidarios de Saakashvili que permanecen bajo arresto asciende ya a decenas de personas.

Los adjuntos del en su día todopoderoso ministro georgiano del Interior, Vanó Merabishvili, y del alcalde de Tbilisi, Guigui Ugulawa, están en la cárcel y no cabe duda de que los arrestos continúan para ejercer presión sobre los altos cargos anunciados.

"Cada uno recibirá lo merecido. Unos permanecerán en el poder, otros serán encarcelados en virtud de la ley. Que no se olvide de que una larga cola se ha formado para presentar las denuncias a la Fiscalía", declaró Ivanishvili al ofrecer una rueda de prensa.

Según el primer ministro, no tiene intenciones de arrestar al propio Saakashvili, pero si la Fiscalía abre un expediente penal contra el presidente georgiano, "no va a intervenir para cerrar tales expedientes".

Mientras, el exministro de Defensa de Georgia, Irakli Okruashvili, fue conducido a prisión. Nadie iba a encarcelarle, pero éste llegó a Georgia y se rindió. Las autoridades georgianas no pudieron dejarle en libertad, porque la derrota de Saakashvili en los comicios parlamentarios no anuló la condena de 11 años de cárcel impuesta en 2008 contra Okruashvili en su ausencia.

Los opositores georgianos más irreconciliables son aquellos que estropearon sus relaciones de amistad con Saakashvili. Okruashvili, que en el pasado fue la mano derecha del presidente de Georgia, está en la vanguardia de éstos.

Al oponerse contra el régimen de su amigo y patrón, Okruashvili fue expulsado de Georgia, recibió asilo político en Francia y posteriormente regresó a su patria. Es posible que Okruashvili cuente muchas historias interesantes sobre Saakashvili. Por eso su estancia en el centro penitenciario de Gldani será probablemente solo de carácter formal.

Pero es posible que Ivanishvili no esté muy contento con el regreso de Okruashvili. Sus relaciones se complicaron ya en el período en el que el actual primer ministro trataba de unir a las fuerzas de oposición georgiana. Es lógico. Okruashvili llegó para jugar la carta propia, lo que no logró realizar debido a su confrontación con Saakashvili. Así que su disponibilidad para adherirse a las alianzas sólo puede ser efímera.

Ivanishvili, que no muestra una sutileza extraordinaria en el ámbito de intrigas políticas, podrá observar cómo este juego se hace más complicado mientras aumenta el número de combinaciones políticas en las que nadie puede garantizar que Ivanishvili mantenga el liderazgo.

El proceso de incapacitación presidencial no está previsto

Al ofrecer la rueda de prensa, Ivanishvili explicó su táctica. No está dispuesto a destituir al presidente Mijaíl Saakashvili de su cargo, pero no se opondrá en caso de que otras fuerzas insistan en iniciar el proceso de incapacitación presidencial.

Según el politólogo georgiano Guela Vasadze, no tiene ningún sentido en la destitución de Saakashvili. "Es un proceso largo y Sueño Georgiano no podrá destituir a Saakashvili dentro del plazo de cinco meses. Además, no lo necesita", dijo el experto.

El período de cinco meses es importante para la oposición de Georgia. Según la Constitución, Saakashvili no puede disolver el parlamento en un plazo de seis meses después de que se celebrasen las elecciones parlamentarias y durante los seis meses anteriores a los comicios presidenciales. En general, se trata de un año dentro del que puede cambiar el régimen político en el país.

Pero aquí hay una trampa. El año no se calcula en días sino en meses. Es decir, si las elecciones parlamentarias se celebraron el 1 de octubre, los comicios presidenciales deben celebrarse en octubre del año siguiente, independientemente de la fecha. Así las cosas, si Saakashvili las convoca para el 30 de octubre de 2013, por ejemplo, tendrá casi un mes para disolver el parlamento de manera legítima.

En este caso, se convocarán nuevas elecciones legislativas con resultados imprevistos, pero Saakashvili no tiene nada que perder. Mientras, no está claro si Ivanishvili logrará repetir su éxito.

Ya ha pasado un mes desde la celebración de las elecciones parlamentarias. Quedan cinco meses hasta el final del primer plazo anunciado y Sueño Georgiano no necesita el proceso de la incapacitación presidencial. Necesita otra cosa, mencionada por Ivanishvili durante la rueda de prensa: hacia la primavera, Saakashvili puede verse forzado a traspasar el poder pacíficamente, porque Sueño Georgiano introducirá cambios en la Constitución.

Pero esta decisión puede ser aprobada sólo por mayoría de dos tercios, y no hay posibilidades de conseguirlo

Ni Moscú ni Washington

Hasta hoy, las preocupaciones de los que esperaban que todo lo que fue creado por Saakashvili fuese destruido no se hicieron realidad. El Gobierno de Ivanishvili parece aún más discreto en el ámbito de las prestaciones sociales que el Gabinete anterior, pero esto no beneficia a ninguna de las partes.

Levan Berdzenichvili, un disidente de la época soviética que hoy en día apoya a Ivanishvili como militante de un partido republicano, describió de la mejor manera esta peculiaridad de la época actual. "El pueblo georgiano no votó por pensiones, por la agricultura o la educación. El pueblo georgiano votó por los procesos que se llevan a cabo a día de hoy", destaca el político. Se trata de una venganza.

Por otro lado, la victoria de Ivanishvili no fue absoluta ni indiscutible. Los votos se repartieron prácticamente por igual. Ahora se planteará la cuestión: ¿con qué se asocia el gobierno de Sueño Georgiano, además de con la venganza?

Ivanishvili no alcanzó el éxito ni siquiera en los sectores en los que fracasó Saakashvili. El primer ministro de Georgia no logró hacer realidad su intento de entablar un diálogo constructivo con Rusia. Parece que Moscú entendió que Tbilisi continuaría su tendencia a orientarse hacia Occidente y no hizo caso de la mano tendida. Es posible que Rusia haya considerado como una derrota el retorno a la polémica sobre el estatus de Abjasia y Osetia del Sur, que será inevitable.

Por otro lado, las iniciativas bruscas de Ivanishvili provocaron preocupaciones en Occidente. Parece que EEUU calificó de exagerado incluso aquel optimismo cauto que se manifestó tras las elecciones legislativas en Georgia.

En contraste con los planes iniciales, el ministro de Asuntos Exteriores de Georgia encabezará la visita a Washington la semana próxima, en vez de Ivanishvili. Es lógico: no ha llegado el momento para ambas partes para celebrar encuentros a nivel tan alto.

Equilibrio que nadie necesita

No es el único cambio de planes declarados con anterioridad. Ahora Ivanishvili no considera necesario abandonar la arena política de Georgia dentro de un año y medio.

Este punto de su programa electoral, aunque pueda parecer exótico, contribuía a crear una imagen del hombre que debía salvar a Georgia al llegar al poder. Se preveía que en ausencia de Saakashvili todos los problemas podrían resolverse por sí mismos.

En la rueda de prensa, Ivanishvili anunció la nueva condición de su retirada: "Si la vertical del poder funcionará en armonía". "Pero en caso necesario, no me retiraré y voy a luchar por el poder en las próximas elecciones", destacó.

El equipo del presidente soportó el primer ataque, aunque sufrió pérdidas. En todo caso, logró prevenir que la mayoría parlamentaria de Sueño Georgiano se convirtiera en una mayoría de dos tercios, sin la que Ivanishvili puede fracasar en su ofensiva.

Pero Saakashvili, que logró compensar la derrota sufrida en los comicios parlamentarios, no se hizo más fuerte. Y el odio contra su régimen, que se puso en evidencia en las calles de Tbilisi cuando la noticia sobre la victoria de Ivanishvili suscitó júbilo en la capital de Georgia, no se ha dispersado. Además, Okruashvili regresó al país.

Nadie dispone de recursos decisivos ni tiene posibilidades de aumentarlos. Por un lado, eso es bueno: es necesario buscar fórmulas de compromiso. La última experiencia de resolver discrepancias políticas mediante elecciones tuvo lugar en Georgia hace más de 50 días.

Pero existe un riesgo, porque esta experiencia fue única en la historia contemporánea de Georgia.

[Fuente: Por Vadim Dubnov, RIA Novosti, Moscú, 27nov12]

Tienda de Libros Radio Nizkor On-Line Donations

The Question of South Ossetia
small logoThis document has been published on 30Nov12 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes.