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12may06


Ordenan espiar millones de llamadas en EE.UU. sin autorización judicial.


El establecimiento de un centro de datos con el registro de los llamados telefónicos de millones de estadounidenses en la Agencia Nacional de Seguridad, conocida por sus siglas en inglés NSA, provocó ayer reacciones virulentas en el Congreso y críticas muy duras sobre cómo el gobierno del republicano George Bush está violando la privacidad de la gente.

El diario Usa Today publicó ayer un largo artículo en su primera página acusando a la NSA de haber obtenido los datos de las tres compañías de teléfonos más importantes de Estados Unidos —Verizon, Bell South y ATT— para buscar las tendencias y pautas de llamados telefónicos que puedan ayudar a identificar las redes de terroristas.

De acuerdo al diario, la NSA recolectó el registro de llamadas realizadas desde teléfonos de línea y desde teléfonos celulares, en hogares, en oficinas de empresas y en oficinas gubernamentales de todo el país, "incluyendo llamadas de personas que no tienen nada que ver con los terroristas". Y lo más delicado es que hizo todo eso sin ninguna orden judicial.

A medida de que la furia crecía ayer por la mañana en el Congreso, George Bush salía a decir que su gobierno había actuado legalmente y que "protegía ferozmente la privacidad" de los estadounidenses al mismo tiempo que hacía todo lo necesario para poder prevenir un nuevo ataque terrorista. "Al Qaeda es nuestro enemigo y queremos saber sus planes", dijo. "No estamos minando y perjudicando la vida de estadounidenses inocentes".

En el Congreso, donde su credibilidad actualmente es casi nula, la reacción no se hizo esperar. "żBush me quiere decir que hay decenas de millones de estadounidenses ligados a Al Qaeda?", preguntó el senador demócrata Patrick Leahy del Comité Jurídico del Senado mientras que el presidente de ese grupo, Arlen Specter, anunció que va a convocar a una audiencia para que los ejecutivos de las compañías telefónicas expliquen qué es lo que están haciendo.

La líder demócrata de la Cámara de Diputados, Nancy Pelosi, coincidió al pedirle al líder republicano, Dennis Hastert, que inicie "lo antes posible" una investigación bipartidaria.

El escándalo estalló justo cuando el ex director del NSA, el general de la Fuerza Aérea Michael Hayden, acaba de ser nominado como nuevo director de la CIA.

Las organizaciones que defienden los derechos civiles afirman que el programa viola la Cuarta Enmienda de la Constitución, que prohíbe las investigaciones irracionales y requiere que se realicen con orden judiciales.

Otros, sin embargo consideran que el gobierno tiene el derecho y la obligación de desarrollar programas como éste. El senador republicano Jon Kyl dijo que las reacciones críticas son una "locura". "Estamos en guerra y debemos reunir inteligencia sobre nuestro enemigo", comentó.

El senador republicano por Mississippi, Trent Lott, dijo que le habían explicado oficialmente el programa y lo justificó afirmando que "Estados Unidos necesita utilizar tecnología moderna para derrotar a los terroristas".

Sea como fuere, el debate recién comienza. Como en la Guerra Fría, cuando el senador Joseph McCarthy instrumentó todo tipo de abusos en su lucha contra el comunismo, no todos aceptan apelar a cualquier método en nombre de la seguridad nacional.

De hecho, no todas las compañías de teléfonos aceptaron colaborar con la NSA. Qwest, otra de los gigantes de la telefonía, se negó argumentado que el programa no tenía cobertura legal.

[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 12may06]

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