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29jun09


Derrocan a MEL


El sueño de la población que dormía tranquila la madrugada de ayer, por ser un día de descanso, fue interrumpido con el golpe de Estado ejecutado por las Fuerzas Armadas junto con el Poder Judicial y Legislativo, el Ministerio Público y la mayoría de los medios de comunicación social.

En horas de la tarde, los diputados nombraron como sustituto de Zelaya Rosales al presidente del Congreso Nacional, Roberto Micheletti Baín, quien a pesar que no fue reconocido por la comunidad internacional, comenzó a nombrar un nuevo Gabinete de Gobierno.

El presidente Zelaya fue expulsado a Costa Rica unas horas después de haber sido amenazado de muerte y sacado a la fuerza de su casa de habitación por un comando militar que golpeó y sometió a su Guardia de Honor Presidencial, que según el mandatario fue fiel hasta el último momento.

Los militares no le dieron tiempo a Zelaya Rosales, ni siquiera de vestirse, por lo que tuvo que arribar a San José de Costa Rica, en calidad de visitante especial, con su ropa de dormir, según contó él tras su arribo a San José.

Zelaya fue trasladado a la Base Aérea Hernán Acosta Mejía, donde el Presidente encabezó el jueves anterior una manifestación popular para rescatar el material de la encuesta de opinión que se celebraría ayer.

Luego fue obligado a subir al avión presidencial West Wing que fue abastecido de combustible en la base militar de Palmerola, Comayagua, para continuar su viaje a San José, donde aterrizó en condiciones que aún no han sido aclaradas ampliamente por el Gobierno de ese país, sobre todo en lo referente a los militares que custodiaron al mandatario que ingresaron a ese país con armas de guerra.

El ambiente hostil que causó el golpe de Estado fue matizado por el intenso sonido de los aviones que surcaron los cielos capitalinos en un evidente acto de intimidación.

La movilización de tanques, camiones y efectivos militares que alteró el orden normal de la capital provocó miedo en la población y el comercio que cerró sus puertas al público, en su mayoría.

Durante la mañana trascendió que los golpistas se habían tomado por asalto las estatales Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel) y Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE). Después se interrumpieron las señales de los canales y radios, las líneas telefónicas y la energía.

Se despejan dudas

Hasta en horas de la tarde, los hondureños no tenían claro el escenario en el cual el mandatario Zelaya había sido depuesto, pues justamente cuando algunos medios electrónicos comenzaban a informar del golpe, sus transmisiones fueron interrumpidas.

Tras la abrupta expulsión de Zelaya Rosales, quien se considera aún presidente de Honduras y que cuenta con el amplio respaldo de toda América Latina y otras naciones del mundo, las fuerzas militares asaltaron la Casa de Gobierno, donde redujeron a la impotencia a los empleados que estaban laborando, así como al personal del canal oficial del Estado.

El Canal 36 de televisión, conocido como Cholusat Sur, fue sacado del aire y militarizado por ser considerado afín a la propuesta de Zelaya Rosales. También fue bloqueada la señal de Canal 66 y Canal 11 sufrió actos de intimidación de parte de militares armados.

Al quedar bloqueados los medios nacionales, la gente comenzó a informarse en canales de televisión internacionales, a través de sistemas de cable que también tuvieron que sacar del aire algunos canales internacionales que condenaron el violento golpe de Estado.

Varios ministros del Presidente se declararon perseguidos a través de medios internacionales y se negaron a dar su localización por temor a ser capturados por los militares que no escondieron su decisión de apresarlos.

El servicio de energía fue interrumpido varias horas de la mañana y las principales oficinas de la Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel) fueron irrumpidas por militares que auxiliados por empleados de empresas telefónicas privadas, boicotearon los equipos de comunicación, según empleados de esa dependencia de Estado.

La gente abarrotó supermercados y estaciones de gasolineras, por el temor a un desabastecimiento de víveres y combustibles.

Fracasó la encuesta

La salida cruenta del Presidente y la destitución de todo su gabinete de gobierno, frustró las aspiraciones de los hondureños que estaban listos para participar en la encuesta de opinión impulsada por el mandatario, como un primer paso para cambiar la Constitución.

En varios sitios de la capital los seguidores del presidente Zelaya realizaron una votación simbólica, pero en otros lugares de la capital varios fiscales coludidos con los golpistas decomisaron el material y levantaron actas.

La sede de la Fiscalía fue protegida por militares, para prevenir cualquier manifestación frente a ese edificio.

El dato

El último golpe de Estado contra un presidente constitucional se gestó el 3 de octubre de 1963 contra el presidente Ramón Villeda Morales (Pajarito), encabezado por Oswaldo López Arellano.

[Fuente: Por Fredy Perdomo, El Tiempo, Tegucigalpa, 29jun09]

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